Por Malú Kikuchi.-

Para evitar confusiones, de acuerdo al diccionario, “educar” es desarrollar las facultades intelectuales, morales, artísticas de una persona, de acuerdo a la cultura y las normas de la sociedad a la que pertenece. Del latín, “ducere”, guiar, conducir. Noble misión. Sócrates* sostenía que: sólo existe un bien, el conocimiento; sólo hay un mal, la ignorancia.

El miércoles 13 de febrero se reunieron en La Plata el gobierno provincial con los gremios de la educación. Por parte del gobierno el Director General de Cultura y Educación, Gabriel Sánchez Zinny, el Ministro de Economía, Hernán Lacunza y el vice ministro de Trabajo, Horacio Barreiro.

Del lado gremial, Roberto Baradel, Secretario General del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación (SUTEBA); Mirta Petrocini, Presidente de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB); Miguel Díaz, Unión de Docentes de Buenos Aires (UNDOC); representantes del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP) y de la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET), ésta negocia por su parte.

El gobierno de María Eugenia Vidal ofreció un aumento de acuerdo a la inflación de este año, a pagar mensualmente enero, febrero y marzo y trimestralmente el resto del 2019. El aumento se calcula en un 32% y asegura previsibilidad a lo largo del año para los educadores. No basta.

Los gremios lucharon todo el 2018 por llegar a esto. Ahora, además, exigen un 15% para compensar la pérdida de valor adquisitivo del año pasado. Las clases deberían comenzar el 6/3, pero otra vez, no pareciera que vaya a suceder. Lo que sí sucedió fueron algunos hechos desagradables. Díaz, sin anunciarlo, hizo filmar toda la reunión para pasarla en vivo por Face Book e intercambió insultos con Sánchez Zinny.

Hechos. En la provincia de Buenos Aires hay 4,500.000 alumnos; 270.000 docentes, 18.000 escuelas públicas y privadas. Argentina sueña con 180 días de clase anuales que nunca se cumplen. En 2018 hubo 29 días de paro docente. En el 1º mundo los días de clase son 210 y en China, 230. ¿Cómo van a competir mañana los argentinitos con los otros chicos?

Es imposible discutir que los docentes ganan poco. Pero también lo hacen la mayoría de los argentinos en relación a los gastos que tienen. Lo que es imperdonable es que usen a los chicos como moneda de cambio para sus reclamos. Menos días de clase equivalen a menos posibilidades de progreso para los chicos y menos progreso a futuro para el país. Se supone que a los sindicalistas les importan los chicos de las escuelas públicas.

Se supone, pero no es así. Si los chicos no aprenden, no tendrán oportunidades de buenos trabajos, no podrán optar por seguir estudiando y saber más. A mayor conocimiento, menor pobreza. Y es la escuela pública la que debe ser de excelencia, la privada es una opción de padres que pueden pagarla y quieren una educación religiosa o bilingüe.

La escuela pública de excelencia, esa que hizo grande a la Argentina de principios del siglo XX, es el único rasero socio económico que se conoce. Hoy no existe. Ni los gobiernos, ni los gremios de la educación, discuten sobre…la educación. Sólo salarios y condiciones de trabajo para estos “trabajadores de la educación”, que hace tiempo dejaron de ser Maestros.

Confucio* decía que: “donde hay educación, no hay distinción de clases”. Ese debería ser el objetivo primordial de los gremios docentes. A los directivos sindicales, ¿no les importa que los chicos de las villas tengan una vida mucho mejor? Sólo una educación adecuada al siglo XXI, puede conseguir el milagro de una sociedad “sin clases sociales”.

Educar es sin lugar a dudas la misión más importante e imprescindible de cualquier gobierno y de los gremios docentes. Este gobierno no dispone del dinero necesario para pagar lo que los “trabajadores de la educación” merecen, quizás deberían reprogramar su presupuesto y apostar y aportar más a la educación. En cuanto a los gremios, es difícil calificarlos.

Observando la actuación y los dichos de sus integrantes, la sensación es que la militancia política es más relevante que la vocación de enseñar. Que chicos poco educados serán personas fáciles de manejar por los punteros. Que la ignorancia, que genera falta de trabajo y subsidios, es el caldo de cultivo ideal para llevar al poder a gobiernos populistas. Porque “Si el caballo piensa, se acabó la equitación”*.

* Socrates, filósofo griego, 470 aC/ 399 aC

* Confucio: filósofo chino, 551 aC / 479 aC

* Ezequiel Martínez Estrada, escritor y ensayista argentino, 1875 /1964, “Las 40” (1957)

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