Por Carlos Tórtora.-

Como era de esperarse, el conflicto por la presencialidad de las clases se resolverá en la Corte Suprema de Justicia, único tribunal con competencia para resolver litigios entre una provincia -la Ciudad está asimilada a ésta- y la Nación. En realidad, lo que está en juego en el recurso de inconstitucionalidad presentado por el gobierno porteño son los alcances de la autonomía porteña y en esto la Corte estaría obligada a seguir su propia jurisprudencia. La misma establece que la autonomía de la Ciudad debe equipararse a todo efecto a la autonomía de las provincias. En este sentido, la balanza parece inclinarse a favor de Horacio Rodríguez Larreta. Es decir, que tanto la presencialidad de las clases como las limitaciones a la actividad comercial y la circulación son facultades del gobierno local, como lo vino reconociendo el gobierno nacional desde el inicio de la pandemia. Es de esperar, entonces, que el fallo de la Corte no recorte en lo más mínimo la autonomía local. No se advierte, entonces, qué argumentos podría invocar el tribunal para defender la constitucionalidad del DNU 241/2021.

Sin embargo, en la Casa Rosada hay un discreto optimismo sobre el fallo que se firmaría en los próximos días. La evaluación política del kirchnerismo es que la Corte no tomaría el riesgo de generar condiciones para el recrudecimiento del conflicto entre la justicia y el gobierno. Justamente fue el comienzo de la segunda ola de la pandemia lo que postergó la ofensiva del oficialismo. Esto es, la sanción de la modificación de la ley orgánica del Ministerio Público, la remoción del Procurador General Eduardo Casal, el descabezamiento da la Cámara Nacional de Casación Penal y, tal vez, la ampliación de la Corte a 9 miembros y la creación de un tribunal intermedio que le reste competencias a aquélla.

Cristina al acecho

Un fallo a favor de Rodríguez Larreta no sólo lo potenciaría a éste como presidenciable sino que le daría a Cristina Kirchner argumentos abundantes para empujar a Alberto Fernández a que pise el acelerador de la ofensiva contra la justicia. No hace falta imaginar mucho para suponer que, de fallar la Corte a favor de la Ciudad, ésta sería acusada por el gobierno de estar de acuerdo con Juntos por el Cambio para desestabilizarlo. En realidad, desde el punto de vista de CFK, el triunfo de la presencialidad le sería beneficioso, porque justamente le facilitaría su postura de que existe una conspiración de la cúpula judicial para sabotear al gobierno k.

Por último, cabe analizar qué consecuencias políticas tendría un fallo a favor de la constitucionalidad del DNU 241. Es indiscutible que el presidente saldría fortalecido y que se generarían condiciones para prorrogar el plazo de las restricciones. Desaparecerían entonces las disidencias en el gobierno sobre la presencialidad. También crecerían las posibilidades de que se vuelva a fase 1, como acaba de proponer el viceministro de salud de Buenos Aires y vocero de La Cámpora Nicolás Kreplak.

Para el presidente, que viene golpeado por distintas situaciones, la necesidad de recomponer su poder es grande.

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