Por Carlos Tórtora.-

No por nada el gobierno defendió a capa y espada la continuidad de Laureano Durán como Juez Electoral de La Plata tras la muerte del histórico Manuel Blanco. El joven de 33 años fue nombrado subrogante estratégico del Juzgado Federal N° 1 de La Plata, tribunal con competencia electoral para toda la provincia. Durán trabaja en la Justicia desde hace 14 años. Se desempeñaba como un simple “auxiliar escribiente” -con poca experiencia y pobre formación académica- antes de que La Cámpora hiciera que el Consejo de la Magistratura lo pusiera a dedo como juez subrogante, no cumpliendo con el más mínimo requisito legal, académico y moral para cumplir el cargo que está desempeñando actualmente.

El 2 de julio pasado, el juez Alberto Recondo había declarado inconstitucional un artículo de la ley de subrogancias y había dado por nulo el nombramiento de Durán en el cargo. Pero hace unos días, sin embargo, la Cámara Federal de La Plata revirtió su decisión y lo confirmó en el puesto. Ahora la decisión final la tiene la Corte Suprema de Justicia.

Desconocedor hasta de las cuestiones más simples del derecho electoral, Durán cuenta en su juzgado con el disgusto de la vieja línea dejada por Blanco, que reprueba la improvisación y los manejos políticos de aquél. En este contexto, irrumpió ayer una audaz jugada del magistrado trucho. La misma habría estado inspirada en el talento creativo del apoderado del PJ Jorge Landau. La bomba lanzada por Durán consistió en una inédita resolución por la cual dispuso que junto con las urnas sean repartidas sólo 25 boletas de cada lista por mesa, para garantizar el inicio de la elección. Esto significa menos del 10 por ciento de lo que se necesita. El juez subrogante determinó también que, en caso de faltante de esas boletas, por robo, daño u otra circunstancia, la fuerza damnificada no podrá reponerlas si en la mesa respectiva no tiene un fiscal acreditado. En el resto del país, empezando por Capital Federal, se autoriza a cada lista a enviar a cada cuarto oscuro tantas boletas como electores haya, por ejemplo en este distrito son 350.

Para empezar, la resolución de Durán, ayer revocada por la Cámara Nacional Electoral ante el reclamo de muchos apoderados partidarios, no tiene el justificativo que, desesperadamente, intentó darle el Director Nacional Electoral Alejandro Tullio, alegando que esto se haría para evitar el exceso de boletas en el cuarto oscuro. Como es obvio, la cantidad de pilas de boletas no cambia, sólo su altura, por lo cual semejante argumento resulta absurdo.

El efecto de la medida de Durán, si hubiera prosperado, habría sido devastador para la oposición. Sólo el oficialismo, sin límite presupuestario alguno, contará en las PASO con fiscales en las 34.500 mesas. CAMBIEMOS apenas pasaría de 10.000 y UNA tendría menos de 8000. Si hubiera 25 boletas por mesa, éstas rápidamente desaparecerían, ya sea por ser usadas por los votantes o hurtadas por los punteros del Frente para la Victoria, que saben organizar este operativo. Así las cosas, los pocos fiscales de la oposición se encontrarían con que desde muy temprano faltarían boletas en la mayor parte de las mesas, lo que equivaldría a perder muchos miles de votos. En la práctica, mientras las autoridades de mesa tomaran conocimiento del faltante y se consiguieran boletas para reponer podrían pasar hasta horas. El resultado: que la resolución de Durán podría restarles a Mauricio Macri y Sergio Massa hasta cientos de miles de votos. En cuanto a los partidos chicos de la oposición, el daño sería de una magnitud enorme, porque apenas contarían con algunos cientos de fiscales.

Ante la inminencia de un escándalo destinado a tener repercusión internacional, la Cámara Nacional Electoral dejó sin efecto la disparatada resolución de Durán, permitiendo que los partidos tengan en cada mesa tantas boletas como electores haya en la misma. Ahora, la Cámara dispuso que haya 300 boletas de cada partido por cada urna y anoche los partidos pactaron con Durán una cantidad menor.

Daño irreversible

Ahora bien, la operación de Durán y Landau para asegurarle a Daniel Scioli una diferencia de más de 10 puntos sobre CAMBIEMOS en Buenos Aires no terminó con la comentada resolución. No menos insólita, es otra resolución firmada por Durán disponiendo sorpresivamente que cada lista deba presentar, como boletas de contingencia (es decir de reserva) aproximadamente el 40 por ciento más de la cantidad prevista para cada mesa. Estas boletas de contingencia, destinadas a cubrir faltantes, ya se utilizan, por ejemplo, en Capital desde varias elecciones atrás. Pero esta innovación, tomada a último momento y cuando ya empezó a cumplirse el cronograma de entregas de boletas por cada una de las 8 secciones electorales, está produciendo una crisis logística en todo el arco opositor. Las cantidades de boletas ya fueron ordenadas a las imprentas y fueron también entregadas y empaquetadas de acuerdo al sistema anterior. Deshacer semejante operativo en cuestión de horas para cumplir con las nuevas exigencias de Durán es casi de imposible cumplimiento. También la revocada resolución sobre las 25 boletas ya produjo su daño. Muchas alianzas y partidos redujeron sus paquetes rápidamente para adaptarse a la medida y ahora se encuentran con que les quedan horas para imprimir y fraccionar más boletas, para no quedar en desventaja con el oficialismo. Es más, la resolución de Durán con el tope de las 25 boletas fue notificada el sábado y anteayer se entregaron las boletas para la Quinta y Séptima Secciones electorales. Los partidos entregaron entonces sólo 25 boletas de cada lista por mesa y lo mismo pasó ayer -por falta de tiempo para cambiar- en la Segunda y la Cuarta Sección. O sea que el daño ya está hecho. En la Quinta Sección (con cabecera en Mar del Plata) la enorme superioridad del aparato oficialista, que cuenta con la estructura municipal del intendente Gustavo Pulti, hará que los fiscales K repongan boletas con facilidad mientras que a la oposición le costará mucho cubrir las 1500 mesas. Se calcula que sólo en Mar del Plata, mediante esta estratagema, el FpV podría alzarse con un plus de alrededor de 100.000 votos más. En medio de este clima cercano al caos, ayer se entregaron las boletas para las secciones segunda, cuarta y la sexta, el viernes para la primera y el domingo la más grande, la tercera, quedando para el lunes la octava.

En estos momentos, los aparatos logísticos de la oposición trabajan contrarreloj para cumplir con la entrega del nuevo cupo de boletas de contingencia, que en la mayor parte de los casos ni siquiera estarían impresas.

Hay que subrayar que el incumplimiento de estas disposiciones ante la justicia electoral puede implicar la sanción de ser excluido de la elección.

Aunque frustrada al menos parcialmente, la operación de Durán, que no tiene antecedente en la justicia electoral, habla de varias cosas. Para empezar, que el Frente para la Victoria está dispuesto a utilizar cualquier recurso para obtener una diferencia abultada en las PASO que le permita instalar el “ya ganamos” para la primera vuelta del 25 de octubre. En segundo término que, pese a las apariencias, Scioli y Zannini no se sentirían tan cómodos con ciertas encuestas y temerían que el tembladeral económico que avanza al compás de la recesión de Brasil, también de Chile y la incipiente crisis china, pueda producir una caída en el caudal de votos cautivos. La nueva subida del dólar blue a $ 14,97 es el síntoma clásico del aumento de la incertidumbre. Las escenas de violencia que ayer se registraron en la Panamericana entre efectivos de Gendarmería y trabajadores de la línea 60 parecen ser un anticipo de lo que se viene.

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