Por Carlos Tórtora.-

El empresario Alex Saab, vinculado al gobierno de Nicolás Maduro, ha sido entregado por Cabo Verde a Estados Unidos, donde enfrenta cargos de corrupción.

Saab está acusado en Estados Unidos de cargos de lavado de dinero y fue señalado en una investigación del portal Armando.info como el principal responsable de una trama de corrupción en el programa de alimentos subsidiados del gobierno venezolano conocido como CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción). Llevaba detenido en Cabo Verde, un archipiélago de África occidental, desde el 12 de junio de 2020, a pedido de EE.UU.

Saab era un próspero empresario textil asentado en Miami cuando en el 2006 entró en juego Piedad Córdoba. La política, clave en el intercambio de secuestrados y presos entre las Farc y el Gobierno colombiano, era muy cercana a Chávez. Según este testimonio, fue ella quien puso a Saab en la órbita del comandante. El empresario vivió durante meses en el hotel Meliá en Caracas a la espera de la transferencia. Ese nexo fue clave para desatascar el pago que el Estado le debía y abrirle las puertas del Palacio de Miraflores, la sede presidencial. El destino le sonrió. “Cada vez que Maduro estaba en un callejón sin salida”, escribe Reyes, “(Saab) se presentaba con el croquis de un atajo”.

La construcción de viviendas fue uno de sus primeros negocios. Nombres como Walter Jacob Gavidia o Carlos Malpica Flores, vinculados a Maduro por ser hijo y sobrino de su esposa Cilia Flores, aparecen en la dirección de organismos que le dieron contratos a las empresas de Saab. Son algunos de los rastros que ha dejado su entramado de negocios opacos con el chavismo, pese a que siempre negó cualquier vínculo. Hasta su detención, cuando se convirtió, ahora sí, en agente especial del Gobierno de Maduro y diplomático. Fue en ese momento cuando su rostro empezó a verse dibujado en cualquier esquina de las calles de Caracas.

Los periodistas del portal Armando Info fueron claves a la hora de exponer a la luz los negocios sucios de Saab. Roberto Deniz, Ewald Sharfenberg, Joseph Poliszuk y Alfredo Meza fueron los primeros en revelar las tramas de corrupción y la presencia de este empresario en casi todo lo que se movía en Venezuela. Movía la importación de alimentos, la construcción de módulos de gimnasios, la explotación de carbón, los camiones cisternas para paliar la escasez de agua y la triangulación de petróleo por gasolina iraní, justo lo que estaba gestionando cuando lo detuvieron en Cabo Verde. El empresario demandó a estos reporteros, que tuvieron que exiliarse y todavía hoy viven fuera de Venezuela.

La extradición de Saab a los EEUU abre la posibilidad de que se revele la trama de la corrupción chavista con entretelones hasta ahora desconocidos.

El otro

La Argentina puede verse salpicada por la extradición de Saab si las investigaciones sobre éste incluyen a uno de sus asociados, el argentino-israelí Diego Marynberg. Hay versiones acerca de que Saab y Maynberg son los responsables de haber lavado dinero de CFK en Seychelles.

Lo que Marynberg logró y ha hecho fue sobre todo con el régimen venezolano, pero también se le sigue la pista a los negocios que realizó en Argentina durante el anterior mandato de Cristina Fernández de Kirchner. La hipótesis es que parte de las ganancias de negocios turbios del gobierno kirchnerista se movieron a través de bonos, trasladados a un banco de Curazao. Ya se sabe que una buena parte del dinero provenía de la venta de bonos emitidos por el gobierno de Venezuela, que circularon a través de Mercantil Valores Agente de Valores S.A., cuya cabeza es Marynberg.

Para completar la trama, la esposa de Marynberg es Elena Szpolski, del clan Spolszky, hija de Alberto ex presidente del Banco Patricios.

Marynberg es un viejo conocido del régimen bolivariano, que aterrizó en Venezuela en 2006 con la promesa de invertir en empresas públicas o expropiadas por Hugo Chávez, lo que fue bien visto por la dictadura bolivariana.

Con los dividendos que asegura haber obtenido de ese y otros negocios ha adquirido costosas propiedades en Estados Unidos, incluido un apartamento de 1.500 metros cuadrados, ubicado en el sur de Central Park, en Nueva York.

Luego de sellar la transacción, en 2015 lo vendió por más de 30 millones de dólares para mudarse a otra excéntrica propiedad en el norte de esta ciudad, donde se asienta una reputada comunidad judía.

Y aunque los federales tienen especial interés en lo que Marynberg logró y ha hecho con el régimen venezolano, también les siguen la pista a los negocios que realizó en Argentina durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner.

Y si bien al argentino-israelí se le han encontrado múltiples inversiones legales –incluida una reciente en un poderoso grupo de comunicaciones–, la atención de las autoridades se centra en los negocios de GEO Oportunitys Equity Ltda, firma que aparece entre las de mejor desempeño entre los fondos con renta variable de América Latina.

Las ganancias arrojadas por ese fondo le permitieron al argentino adquirir Mercantil Servicios Financieros CA, el segundo banco de mayor relevancia en Venezuela, durante el mandato de Chávez.

Pero la piedra angular de su emporio es Adar Capital Partners, un fondo de inversión -con sedes en Buenos Aires, Nueva York y Tel Aviv- a través del cual realiza negocios en bolsas de valores y, entre otros sectores, en el campo inmobiliario.

También hay que mencionar a Geo Equity Opportunities, que tiene domicilio legal en las Islas Vírgenes británicas, pero Marynberg lo maneja desde las oficinas que tiene en Buenos Aires y Nueva York. Tiempo atrás, tenía invertido el 90% de sus fondos en compañías venezolanas y el resto en activos líquidos.

Marynberg ya había trabajado en esas islas caribeñas, cuando fue director de Globalbest Management Company. En su currículum también figura su paso como economista Senior en el Banco Central, bajo la gestión de Javier González Fraga. Finalmente, tuvo su primer emprendimiento propio en el 2002, cuando fundó el East River Asset Management.

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