Por Carlos Tórtora.-

Alberto Fernández acaba de anunciar que la Argentina le comprará a Rusia 25 millones de dosis de la vacuna Sputnik V contra el Coronavirus. Diez millones de dosis legarían en diciembre y 25 en enero. El Gobierno no hizo mención a qué suerte corrió el acuerdo cerrado el 11 de agosto pasado con el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford para producir en el país la vacuna contra el coronavirus una vez que pase todos los protocolos. Daría la impresión de que este acuerdo pierde a partir de ahora vigencia.

La estrategia de Rusia apunta a captar el mercado latinoamericano. “Acordamos el envío de 32 millones de dosis de la vacuna a México. En breve, anunciaremos el suministro de hasta 100 millones de dosis a otros países de América Latina”, dijo Kiril Dmítriev, jefe del FIDR. Entre los países que utilizarán la Sputnik V están Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El caso es que la vacuna rusa está en el centro de una polémica científica. El director de los Institutos Nacionales de Salud de los EEUU, Francis Collins, señaló que “el abrupto proceso regulatorio de la Sputnik despertó falta de confianza”.

Un grupo de 26 científicos del mundo, la mayoría de ellos colaboradores de universidades de Italia, firmó una carta abierta en la que cuestionan la confiabilidad de la Sputnik V, la vacuna rusa contra el coronavirus que se encuentra en la última fase del proceso de certificación.

La misiva fue difundida por el portal científico italiano Cattivi Scienziati, está dirigida al consejo editorial de The Lancet, la revista médica británica que publicó un estudio preliminar sobre el medicamento ruso, evaluado previamente por un comité de relectura.

El fármaco, basado en adenovirus, utiliza vectores Ad5 y Ad26 para la proteína de pico de SARS-CoV-2 como antígeno. Y dos formulaciones diferentes (líquida y liofilizada). Aunque la investigación desveló resultados alentadores sobre la vacuna «Gam-COVID-Vac», apodada Sputnik V, los investigadores cuestionan los datos aportados.

El texto indica que existen preocupaciones sobre los niveles de anticuerpos, aparentemente idénticos, en varios participantes del estudio que fueron inoculados. “Sobre la base de evaluaciones probabilísticas simples, el hecho de observar tantos puntos de datos conservados entre diferentes experimentos, es muy poco probable”, detalla la carta.

Los expertos reiteran sus cuestionamientos respecto a la vacuna rusa por “la falta de los datos numéricos originales. Sin los cuales no se pueden sacar conclusiones definitivas. Especialmente con respecto a las aparentes duplicaciones detectadas”.

“Las tendencias en los datos son muy extrañas», dijo Enrico Bucci, profesor de Biología de la Temple University de Estados Unidos y uno de los firmantes.

“Son muy extraños los valores duplicados en distintos grupos de pacientes. Eso no puede ser, es imposible. Con distintos grupos de nueve pacientes, probando cosas completamente diferentes, se obtienen los mismos resultados. Es extremadamente improbable que se obtenga un número tan alto de duplicados. Es como tirar los dados y sacar los mismos números una vez tras otra”, añadió el especialista.

Los científicos firmantes de la misiva pertenecen a universidades y centros de salud de Italia, Suiza, Suecia, Australia. Así como de Estados Unidos, Francia, Japón, Alemania, el Reino Unido, Tailandia y Venezuela

Reacción y final abierto

De más está decir que la reacción rusa ante las críticas es de rechazo total.

“Si después de la aparición de la vacuna rusa, particulares y empresas enteras pierden muchos millones de dólares, ¿cuál es la reacción que ustedes esperaban? Yo creo que la que se produce ahora es absolutamente normal”, dijo Alexandr Gintzburg, director del Centro Gamaleya, donde fue desarrollada la vacuna.

Es probable que en la fase final de aprobación de la Sputnik V se conozcan más aspectos de la polémica.

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