Por Carlos Tórtora.-

Las fuertes críticas de Facundo Manes a Mauricio Macri parecen parte del lanzamiento de la candidatura presidencial de aquél. El neurólogo se está aprovechando de la carencia de presidenciables que tiene la UCR para instalarse bajo la bandera de un nuevo radicalismo. Le acompaña como principal aliado Martin Lousteau, que aspira a suceder a Horacio Rodríguez Larreta en la jefatura de gobierno porteña. Manes es un radical que le habla al electorado independiente con un lenguaje no radical. Su blanco predilecto son los que están decepcionados con el gobierno de Macri y no encuentran respuestas en el PRO. Los radicales se esperanzan con su nueva figura porque temen ser nuevamente el furgón de cola de sus socios, que se consideran los conductores naturales de JxC.

Si efectivamente consigue instalarse, Manes creería que puede ganarle una interna a cualquier candidato del PRO. Si se suspenden las PASO, más a su favor, porque serían los partidos los encargados de elegir candidatos y la UCR está asentada en el 100% del territorio nacional, mientras que el PRO tiene una presencia poco más que simbólica en no pocas provincias.

Ganadores y perdedores

La irrupción de Manes plantea una lucha de poder en términos reales dentro de la coalición opositora. Desde el partido amarillo, algunas de las principales reacciones apuntan a que los planteos innovadores de aquél y su visión crítica del pasado sólo alientan la discordia en la coalición y, por lo tanto, serían funcionales a los intereses del kirchnerismo de dividir la oposición.

No parece haber duda de que Manes tensa la cuerda y que, de convertirse en un candidato presidencial competitivo, podría colocar a JxC al borde la ruptura. Tanto Macri como Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta piensan en un vice radical, pero hasta ahí nomás. Pero el PRO no puede prescindir del radicalismo sin sufrir un daño electoral gravísimo. Y, a la inversa, el radicalismo no estaría en condiciones de ganar una elección sin el soporte que le da el macrismo en Capital y Buenos Aires. Según los cálculos que manejaría el neurólogo, la rivalidad extrema entre Bullrich y Larreta podría arrastrar al PRO a una fractura difícil de soldar, lo que le abriría a la UCR una excelente oportunidad. No se advierte entonces que la nueva candidatura provoque de por sí una división irreversible que ayude al Frente de Todos. Sí puede ser el factor determinante para que la interna de JxC deje de ser el reflejo de la interna del PRO.