Por Guillermo Cherashny.-

Cuando Toto Caputo y Javier Milei vieron los dólares alternativos cercanos a $ 1500, el ministro de economía decidió que esta vez, a diferencia del 2018, era la oportunidad de disciplinar al mercado y bajar la brecha que había entre el oficial y los financieros. Y lograron ordenar las cuatro cosas que mira el mercado y que se habían desordenado en mayo/junio, cuando el Central dejó de comprar dólares. Pero ahora el BCRA volvió a comprar divisas y como resultado del blanqueo hay 8500 millones de dólares en depósitos en los bancos, que podrían movilizar la economía, y se espera ver qué decidirán los que blanquearon.

El gobierno sigue mostrando el compromiso financiero con el déficit cero, con una baja anualizada del gasto del 4,8% del PBI, la inflación mensual cayó a 3,5 el mes de septiembre y en octubre puede bajar del 3 y finalmente el mercado está convencido de que el gobierno pagará los intereses de la deuda el año próximo, de ahí que el riesgo país bajó a 914 puntos básicos, o sea, se derrumbó.

Las principales encuestas muestran un suba de la imagen presidencial y el índice de gobierno de la Di Tella subió el 12%, es decir, al gobierno se le alinearon los planetas y en el exterior ven a un fenómeno internacional que se consolida y que es muy probable que influyó en Uruguay, donde los partidos oficialistas superaron en votos a la izquierda del Frente Amplio contra todas las encuestas, con lo cual Milei no sería el único aliado de Estados Unidos en Sudamérica. Pero el «fenómeno barrial» -como lo calificara un economista- cada día se convierte en un referente internacional aliado a Estados Unidos e Israel, que se opone a la cultura woke y la agenda 2030 y que en la asamblea general de la ONU impactó con sus críticas fundadas al organismo internacional copado por la izquierda y el antisemitismo.

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