Por Guillermo Cherashny.-

Ya señalamos en la nota de ayer que la mesa de negocios del PRO que maneja la política del partido, liderada por Nicky Caputo, hizo saber en forma privada a los dirigentes de Juntos que la declaración criticando el endeudamiento en pesos del gobierno causaría un cimbronazo en el mercado e instalaría dudas que si gana Cambiemos -como se descuenta- reperfilarían nuevamente la deuda en pesos y eso significaría un nuevo plan Bonex que, a diferencia de los noventa, los bancos tienen un caudal de depósitos muy superior al de la medida que tomó en su momento Erman González. Nadie puede imaginar ese escenario pero sí pensar en miles de depositantes en pesos golpeando las puertas de los bancos, que estarían cerrados por una medida así. Y dijimos que Nicky Caputo, que recién inauguró una planta para fabricar notebooks en el país, que el cash flow en pesos; por eso le pareció un disparate esa declaración y se la atribuyen a Hernán Lombardi y Patricia Bullrich, los que indujeron a los economistas de Cambiemos a lanzar esa declaración, porque Mauricio Macri necesita que la economía explote para ser competitivo. Por eso, a la mañana del miércoles, Horacio Rodríguez Larreta dijo que no quiere una explosión ni ahora ni nunca y lo mismo Hernán Lacunza, que tuvo que contestar una serie de tweets de Gabriel Rubinstein donde decía que nunca habló de una bomba sino de un globo que estaba inflando el gobierno. En esos tweets Rubinstein decía que la deuda en pesos era perfectamente manejable y que Cambiemos hizo explotar la deuda en pesos en octubre del 19 porque Dujovne y Sandleris emitieron letes en dólares a corto plazo al 7,45% en dólares y eso llevó a que Lacunza reperfilara la deuda en pesos.

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