Por Carlos Tórtora.-

La actual crisis desatada por la ola se sanciones de leyes realizada por el Senado contra la voluntad del gobierno parece tener características inéditas. Para empezar, por primera vez el oficialismo resulta derrotado por el Congreso en forma contundente.

El 22 de agosto del año pasado, la Cámara de Senadores sancionó por 61 votos contra 8 la ley de movilidad jubilatoria que fue vetada por Milei el 2 de septiembre. Pero luego, los «87 héroes» impidieron  que la Cámara de Diputados ratificara la ley. El clima general de expectativas favorables en relación al gobierno posibilitó entonces está reacción. Hoy el gobierno está jaqueado por el fracaso de las medidas económicas de Luis Caputo y le resulta casi imposible juntar los 87 héroes. Muchos de éstos deben pelear en octubre por mantener sus bancas y sabrían perfectamente cuál sería el costo electoral de rechazar el veto.

El segundo factor que le da una impronta inédita a la actual crisis es que el triángulo de hierro que sostiene al presidente está haciendo agua. Por motivos que se desconocen, Karina Milei lo excluyó a Santiago Caputo de toda participación en las negociaciones de La Libertad Avanza para el cierre de listas de candidatos en todo el país. La crispación llega al punto de que algunos llegan a entrever cierta satisfacción de Caputo por la derrota oficialista en el Senado.

El tercer factor es que, por primera vez, Victoria Villarruel reaccionó frontalmente a las acusaciones de traidora que le hizo Milei. No sólo contestó, sino que cuestionó la honestidad del círculo presidencial. Una diferencia sustancial con otras crisis anteriores en las cuales optó por encerrarse en el silencio.

¿Le soltaron la mano?

Pero las diferencias van aún más lejos. En las últimas semanas se advierte un enfriamiento bastante pronunciado en las relaciones entre la administración Trump y la Casa Rosada.Ya no hay mensajes de apoyo y dejó de hablarse de la visita de Milei a la Casa Blanca. Esto contrasta con la encendida defensa pública de Jair Bolsonaro que está realizando Trump. Desde los EEUU sólo le llegan al gobierno libertario los lapidarios informes del JP Morgan y del Wells Fargo aconsejando desinvertir en la Argentina.

Por último, la actual crisis se desarrolla en un marco de creciente malestar público con el gobierno. Los primeros sondeos sobre la reacción de la opinión pública ante lo ocurrido en el Senado, mostrarían que el respaldo a Milei se estaría reduciendo sensiblemente. Todo un indicador de un cambio de época.

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