Por Hernán Andrés Kruse.-
ANIMAL LIBERATION: EL PUNTO DE PARTIDA DE SINGER
“En Animal Liberation, Singer persigue el propósito de probar que no está justificada la generalizada diferencia entre el trato que se considera aceptable para los animales nohumanos y el que se considera aceptable para los humanos. En el fondo, lo que el autor reivindica es un principio básico de igualdad que no se circunscriba exclusivamente a los miembros de una determinada especie biológica, pues considera que «to discriminate against beings solely on account of their species is a form of prejudice, immoral and indefensible». Es en este contexto en el que Singer analiza críticamente el concepto de dignidad, pues éste se invoca para atribuir un especial estatus o valor a los seres humanos, que, a su vez, vendría a justificar la diferencia de trato respecto al resto de animales. A ojos de Singer, esta invocación evidencia un alto grado de autocomplacencia antropocéntrica, y, si bien puede servir –y él admite que lo ha hecho– para mejorar el trato que se da a los congéneres humanos, el hecho es que «in elevating our own species we are at the same time lowering the relative status of all other species», lo cual no le parece aceptable.
Desde estos momentos tempranos Singer ya identifica que, para poder responder a la pregunta sobre quién debería ser admitido en el círculo de consideración moral –o, dicho en otros términos, para establecer a quién se reconoce dignidad–, previamente se debe identificar alguna propiedad fundante relevante. Pero Singer defiende, tal como muestra su desarrollo del argumento de los casos marginales, que no es posible identificar ninguna propiedad moralmente relevante cuya posesión coincida con exactitud con los límites de la especie biológica homo sapiens. ¿Por qué? Porque debido a la gran variabilidad que existe entre los individuos que pertenecen a una especie, algunos seres humanos no tendrán las antedichas propiedades y algunos miembros de otras especies pueden tenerlas.
PRACTICAL ETHICS (PRIMERA Y SEGUNDA EDICIÓN): LA SINTIENCIA, EL PRINCIPIO DE IGUAL CONSIDERACIÓN DE INTERESES Y EL VALOR DE LA VIDA
“Las dos primeras ediciones de Practical Ethics recogen y amplían las tesis expuestas en Animal Liberation. En estas obras es posible detectar lo que parece ser el planteamiento subyacente a la argumentación de Singer, a saber: los hay que, de manera más o menos consciente, empiezan su razonamiento habiendo establecido ya el grupo para el cual debe regir lo que se ha llamado el principio básico de igualdad –ese principio básico de igualdad que la dignidad entraña. Para los que así operan, el paso siguiente es el de establecer una propiedad fundante cuya distribución solo incluya, precisamente, a los miembros que desde el principio se había decidido amparar.
Esta maniobra exige de algún tipo de justificación de la relevancia moral de la propiedad escogida. Singer cree que éste es el proceder de aquellos que defienden la existencia de una brecha insalvable entre los miembros de la especie homo sapiens y los animales nohumanos, y que, en consecuencia, solo admiten a los primeros en el seno del círculo de consideración moral. Considera que esta estrategia tiene varios puntos débiles, como la imposibilidad de justificar la relevancia moral de las propiedades fundantes escogidas, la vulnerabilidad al argumento de los casos marginales, o el hecho que se parece más a una racionalización a posteriori que arranca de una premisa antropocéntrica no justificada que a un razonamiento aceptable.
En cambio, Singer pretende estar operando en el orden inverso. Así, en primer lugar identifica lo que tiene valor moral, a saber, la satisfacción de preferencias o intereses. En segundo lugar, apunta que la sintiencia –«a convenient, if not strictly accurate, shorthand for the capacity to suffer or experience enjoyment or happiness»– es «a prerequisite for having interests at all, a condition that must be satisfied before we can speak of interests in any meaningful way». Por lo tanto, la propiedad fundante cuya posesión permite el acceso al círculo de consideración moral no son ni la racionalidad, la capacidad de lenguaje o la pertenencia a una determinada especie. El hecho de poseer o no poseer estas propiedades es irrelevante, en términos morales, y la única habilidad o característica que debe tenerse en cuenta es «the characteristic of having interests».
En consecuencia, el círculo de consideración moral incluirá a todos los seres sintientes, con independencia de su material genético. Es sobre esta base que Singer justifica la concreción de aquello a lo que hasta ahora nos habíamos referido como un principio básico de igualdad en el principio de igual consideración de intereses, según el cual, en las deliberaciones morales, se debe dar el mismo peso a los intereses semejantes de todos los afectados por la acción, pues, en último término, «an interest is an interest, whoever’s interest it may be».
Hasta ahora hemos visto como, en Practical Ethics, Singer no quiere empezar la casa por el tejado, de manera que comienza estableciendo lo que tiene valor (la satisfacción de intereses o preferencias) y, de ello, deduce cual es la propiedad fundante de la pertenencia al círculo de consideración moral. Pero en esta obra se trata también una cuestión conexa que tiene que ver con las propiedades definitorias de la dignidad, y sobre la que vale la pena detenerse. Habíamos comentado que es habitual postular como propiedad definitoria de la dignidad su carácter absoluto, en el sentido de que no admite gradación. Serían corolarios de este carácter el reconocer un valor idéntico a todas las vidas de seres con dignidad, y, en consecuencia, el considerar que todas sus muertes son igual de malas.
Sin embargo, si combinamos estos corolarios con la identificación singeriana de la propiedad fundante con la sintiencia, llegamos a la conclusión de que las vidas de todos los seres sintientes tienen el mismo valor –y, consecuentemente, sus muertes son igual de malas. Ello implicaría que, ceteris paribus, las vidas de los miembros de la especie homo sapiens valen lo mismo que las de los animales no-humanos, y que sus decesos en circunstancias análogas son igual de graves. Esta conclusión choca frontalmente con otra de las propiedades definitorias que se suelen asociar a la dignidad, a saber, que es humana. Sin embargo, quien ante la conclusión recién alcanzada corriera a acusar a Singer de enemigo de la dignidad (humana) no estaría siendo del todo justo con él, o, en todo caso, estaría pasando por alto que, en la primera mitad de su carrera intelectual, su postura sobre el valor de la vida y el desvalor de la muerte es harto más intrincada de lo que pueda parecer a primera vista.
Como en este autor la cuestión del valor de la vida –estrechamente ligada a la de por qué está mal matar– presenta una complejidad que excede con creces la de lo que aquí se podría desarrollar, habrá que contentarse con dejar apuntadas algunas claves sobre el asunto que resultan pertinentes para lo que ahora nos ocupa. Así pues, un examen de sus tesis revela que, aunque de entrada pudiera parecer que el principio de igual consideración de intereses singeriano apoya los corolarios antedichos, ello no es del todo así. El primer Singer encuentra una vía para defender, manteniéndose en las coordenadas del utilitarismo preferencialista, que algunas vidas son más valiosas que otras. ¿Cómo lo hace? Singer cree que existe un tipo especial de preferencias, las preferencias orientadas al futuro. En lo tocante a su contenido, estas incluyen «a wide range of the most central and significant preferences a being can have» y tienen que ver con lo que la persona «has been trying to do in the past days, months, or even years». Comprenderían el «desire to go on living», pero no se agotarían en él.
De la explicación de Singer se colige que este tipo de preferencias son exclusivas de los seres autoconscientes, es decir, de aquellos seres que se conciben existiendo a lo largo del tiempo y que son «highly future-oriented in their preferences». Singer recurre al término persona para referirse a estos últimos seres, los que son autoconscientes. Como atribuye un tipo especial de valor a estas preferencias, entiende que su frustración es especialmente disvaliosa. Por lo tanto, para el primer Singer la muerte de los seres autoconscientes es más grave que la muerte de seres meramente sintientes.
Acabamos de mencionar que Singer atribuye un valor especial a estas preferencias, pero la maniobra por medio de la cual lo hace no está exenta de dificultades, pues no llega a quedar claro si el hecho de poder tener preferencias orientadas al futuro da a las personas acceso a una cantidad potencialmente mayor de lo valioso, o bien si la satisfacción de preferencias orientadas al futuro es cualitativamente superior a la satisfacción de las otras preferencias. A la luz de lo expuesto podemos concluir que Singer encuentra la manera de negar que todas las vidas que acepta en su círculo de consideración moral tengan el mismo valor. Sin embargo, ¿es eso lo mismo que afirmar que Singer reconoce un especial valor a la vida de todos los seres humanos? No deberíamos precipitarnos con una respuesta antes de haber examinado el siguiente hito en nuestro camino”.
RETHINKING LIFE AND DEATH: CONSECUENCIAS DEL PRINCIPIO DE IGUAL CONSIDERACIÓN DE INTERESES SOBRE EL PRINCIPIO Y EL FINAL DE LA VIDA
“En Rethinking Life and Death Singer quiere explorar los efectos de su principio de igual consideración de preferencias o intereses sobre el comienzo y el final de la vida humana. Pero para tratar estos asuntos antes debe superar un importante escollo, ya que, en cuanto se plantean cuestiones de índole ética relacionada con estos temas, la aproximación tradicional es la de invocar «in reverent tones […] the intrinsic value of all human life», «accepting that all human life has some special dignity or worth», que se traduce en un derecho a la vida. Singer acuña el término doctrina de la santidad de la vida humana para referirse a esta aproximación tradicional, que descansa en un substrato judeocristiano, y que ha sido hegemónica durante siglos en la filosofía moral occidental, con sucesivas actualizaciones de la mano del humanismo renacentista, del mecanicismo cartesiano o del kantismo. Como es en el marco de este discurso donde la mayoría de las invocaciones contemporáneas del concepto de dignidad hallan su lugar natural, resulta pertinente –en vista al objetivo que aquí se persigue–, prestar atención a las críticas con las que Singer ataca la mencionada doctrina.
No se debe pasar por alto que, en tanto que utilitarista, el de los derechos no es el aparato conceptual con el que Singer acostumbre a plantear sus propuestas. Sin embargo, como sabe que el lenguaje de los derechos goza de gran predicamento, en este libro cede y lo usa. Es en este contexto en el que afirma que, puestos a hablar en términos de derechos, quienes tienen derecho a la vida no son los seres humanos, sino acaso las personas. En este esquema de cosas, ¿qué pasa con los fetos? Pues que los fetos, al igual que los bebés recién nacidos, son seres sintientes, pero no autoconscientes. En consecuencia, qua sintientes forman parte del círculo de consideración moral, pero como no son personas no gozan de un derecho a la vida.
En la misma línea, ciertos seres humanos que, a resultas de accidentes o dolencias médicas (como enfermedades, síndromes, discapacidades…) no hayan llegado a desarrollar la autoconciencia o la hayan perdido, tampoco serán personas y, por lo tanto, tampoco serán titulares del derecho a la vida. Sin embargo, en la medida que sean sintientes sí regirá para ellos el principio de igual consideración de intereses. Por lo tanto, no es que Singer defienda que el sufrimiento de fetos, recién nacidos y otros humanos no autoconscientes no importe. Importa y debe ser tenido en cuenta como el de cualquier otro ser sintiente. Lo que no les permite es adscribirse al derecho a la vida del cual disfrutan las personas.
Por último, se sigue del consecuencialismo y del principio de igual consideración de intereses singeriano que «a right is something one can choose to exercise or not to exercise». De ello infiere que «the very argument that so powerfully supports recognition and protection of every person’s right to life also supports the right to medical assistance in dying when this is in accordance with a person’s persistent, informed and autonomous request». Por lo tanto, la eutanasia tiene cabida en su propuesta, y es compatible con el hecho de reconocer que las personas tienen derecho a la vida. En el marco de la doctrina de la santidad de la vida humana, cuando se defiende que es fundamento de derechos inviolables, se suele entender que la inviolabilidad de estos derechos implica que tampoco pueden ser quebrantados por su propio titular. En el presente caso, si hablamos del derecho a la vida, ello supone que uno mismo no puede decidir poner fin a su propia vida, de manera que, según la doctrina de la santidad de la vida humana, la eutanasia no es moralmente permisible, pues atenta contra la dignidad humana”.
PRACTICAL ETHICS (TERCERA EDICIÓN): APUNTANDO A LA TRANSICIÓN HACIA EL HEDONISMO
“Tal y como hemos visto, el primer Singer considera que la propiedad que permite la entrada en el círculo de consideración moral –donde rige el principio de igual consideración de intereses– es la sintiencia. Así mismo, considera que, puestos a hablar en el lenguaje de los derechos, solamente gozan del derecho a la vida aquellos de entre los sintientes que, además, sean autoconscientes. Este escenario puede generar algunas dudas sobre la naturaleza de la relación entre sintiencia y autoconsciencia: ¿Se trata de propiedades fundantes alternativas? ¿O son más bien complementarias? ¿Existe un solo círculo de consideración moral, definido por la sintiencia? ¿O existen dos círculos concéntricos, uno más amplio, definido por la sintiencia y que da acceso a una consideración moral básica, y otro más restringido, definido por la autoconsciencia y que da acceso a una consideración moral de grado superior?
Para poder responder estos interrogantes es fundamental entender que el Singer de la primera etapa solamente atribuye valor último a la satisfacción de preferencias –y, derivativamente, a la sintiencia–, pero no a la autoconsciencia. Por lo tanto, el especial valor que reconoce a la vida de las personas (es decir, de los seres autoconscientes) es un valor derivativo, en la medida que, en último término, descansa sobre su capacidad de tener preferencias. Más concretamente, en su capacidad de tener preferencias orientadas al futuro, cuya satisfacción es especialmente valiosa, y cuya frustración es especialmente disvaliosa. Sirvan los dos párrafos anteriores para constatar que el primer Singer querría nadar y guardar la ropa: pretende reconocer un valor superior a la vida de las personas, pero sin tener que reconocer valor intrínseco a la autoconsciencia, y el medio que usa a tal fin son las preferencias orientadas al futuro.
Por lo tanto, la imagen más adecuada para ilustrar su postura es la de un solo círculo de consideración moral que acoge a todos los sintientes (recordemos que la sintiencia es la capacidad de tener preferencias). Es cierto que en el seno de este círculo unas vidas serán más valiosas que otras, pero estas diferencias se pueden explicar exclusivamente en términos de satisfacción de preferencias, sin tener que apelar a otros valores últimos. Con todo, la ambigüedad en la que Singer se movía en este escenario desaparece con la transición singeriana del preferencialismo al hedonismo, que define su segunda etapa.
Una vez se pasa a considerar que solamente tienen valor último el placer y el dolor, queda vetado el recurso a ese tipo especial –cualitativamente especial, según Singer parece insinuar– de preferencias que son las preferencias orientadas al futuro. En un marco hedonista, una preferencia orientada al futuro no se diferencia, per se, de una preferencia cualquiera, pues lo único relevante es la cantidad de placer que su satisfacción genera, y no es posible establecer, con carácter general, que siempre genere más placer la satisfacción de las preferencias orientadas al futuro. Al ser estas últimas el mecanismo por medio del cual el primer Singer reconocía un valor superior en la vida de las personas, su desaparición implica que, para el Singer hedonista, la vida de las personas tiene el mismo valor que la de los seres meramente sintientes –a saber, el valor que la vida en cuestión contenga en términos de balance entre placer y dolor.
De ello se sigue que la muerte de una persona no es, per se, más grave que la muerte de un ser meramente sintiente, y, así mismo, que no tiene sentido atribuir un derecho a la vida ni tan solo a las personas. Observamos, pues, que los planteamientos del segundo Singer, en la medida que pierden la posibilidad de distinguir de entrada los seres meramente sintientes de los seres autoconscientes, son, en cierto sentido, más igualitarios. Y ello lo aleja todavía más de la doctrina de la santidad de la vida humana y de las propiedades definitorias tradicionales de la dignidad. Para el segundo Singer, todos los sintientes pertenecen al círculo de consideración moral y para todos rige por igual el principio de igual consideración de intereses. Ello incluye a los humanos que sean sintientes y excluye a los que no. Además, ya no puede echar mano a ningún mecanismo que le permita reconocer, con carácter general, algún tipo de especial valor a la vida autoconsciente, lo que contribuye a aumentar el carácter contraintuitivo de su postura a ojos de aquellos que, de manera más o menos consciente, siguen la doctrina de la santidad de la vida humana”.
RECAPITULACIÓN Y OBSERVACIONES FINALES
“El objetivo que perseguía este artículo es el de clarificar la postura de Peter Singer sobre la dignidad. A fin de sintetizar las aportaciones que este trabajo hace en esa dirección, se procederá a confrontar aquella primera caracterización de la dignidad que se ha ofrecido en el apartado segundo con los elementos de la ética singeriana que se han ido examinando en el apartado tercero. En primer lugar, se puede concluir que, si bien el término dignidad es ajeno a la propuesta singeriana, el hecho es que, en su ética, existe una comunidad moral en el seno de la cual rige un principio de igualdad –concretado en el principio de igual consideración de intereses. En la medida en que se entienda que esta idea de estatus con ciertas consecuencias normativas asociadas es uno de los elementos substanciales del concepto de dignidad, en ese sentido podrá afirmarse que la ética de Singer es una ética de la dignidad.
En lo tocante a las propiedades definitorias, hemos establecido que Singer es un firme detractor de la posibilidad de limitar la dignidad (entendida en los términos del párrafo anterior) exclusivamente a los humanos. Respecto a la inherencia, en un cierto sentido puede afirmarse que, para Singer, la admisión al círculo de consideración moral es inherente al hecho de poseer sintiencia. Sin embargo, si se perdiera esa sintiencia (por ejemplo, a consecuencia de un accidente) ello supondría la expulsión de la comunidad moral. ¿Admite grados? La respuesta es negativa. Singer parece creer que o se es sintiente o no se es sintiente, pero que tertium non datur. Es verdad que algunos seres sintientes tienen la capacidad de sentir más que otros, pero el principio de igual consideración de intereses rige para todos ellos por igual: a intereses iguales se les otorga el mismo peso, con independencia de a quién pertenezcan.
¿Es fundamento de derechos inviolables? Para Singer, la pertenencia a la comunidad moral si se es sintiente no es negociable. Los intereses de todos los pertenecientes a esta comunidad deben ser tenidos en cuenta. Sin embargo, a resultas del elemento consecuencialista de su ética, entre los intereses en juego de estos seres puede haber cálculos y transacciones. En lo que atañe a las propiedades fundantes, Singer opta por la sintiencia, y es aquí donde se encuentra la desavenencia de fondo con las caracterizaciones de la dignidad propias de las éticas kantianas, aristotélicas o cristianas: se trata de un desacuerdo sobre dónde radica el valor. Singer critica que estas éticas escogen, como propiedades fundantes de la dignidad, propiedades desprovistas de relevancia moral, como la racionalidad o la pertenencia a una determinada especie.
Hasta aquí la síntesis de la postura de Peter Singer sobre la dignidad. En este escenario, habría quien pudiera considerar que, dado que ciertas propiedades definitorias o fundantes de las que se han expuesto son consubstanciales al concepto de dignidad y forman parte de su núcleo esencial, en su ausencia no tiene sentido hablar de dignidad. Por ejemplo, si se considera que, por definición, la dignidad es humana, entonces no tiene sentido decir que la ética de Singer es una ética de la dignidad, a riesgo de deformar el significado de los conceptos hasta hacerlos irreconocibles.
Coincidimos en la precaución de no forzar en exceso el significado habitual de los términos, en este caso de dignidad. Además, dicho forzamiento sería especialmente reprochable y gratuito en un caso como este, en que el propio autor no ha construido su teoría basándose en el concepto de dignidad, ni hace falta recurrir a él para entender su pensamiento. Sin embargo, creemos que debe evitarse también caer en el extremo opuesto, el de trazar una brecha insalvable entre las éticas de la dignidad y la ética de Singer. Esta es una estrategia que no solo han utilizado los detractores de Singer, sino también –y esto resulta especialmente interesante– el propio Singer y sus partidarios.
El problema es que poniendo el acento en lo profundo de esta brecha corremos el riesgo de obscurecer tanto las coincidencias como las diferencias que realmente existen entre las éticas de la dignidad y la ética de Singer. Por ejemplo, resulta interesante mostrarles a los críticos que, en la ética singeriana, también existe una comunidad moral, y que la pertenencia a esta implica ser tenido en cuenta en pie de igualdad junto a todos sus demás miembros, y sobre esta igual consideración no cabe ningún tipo de transacción. Al mismo tiempo, a Singer y a sus seguidores se les puede señalar que la sintiencia sea moralmente relevante pero la racionalidad no lo sea es algo que depende de una decisión última sobre qué es lo valioso. Como sobre este tipo de cuestiones últimas es difícil ofrecer razones que seduzcan a los no convencidos, la acusación de Singer según la cual ciertas propiedades seleccionadas para definir el acceso al círculo de consideración moral son éticamente irrelevantes tiene un cierto aire de petición de principio, de manera que, en última instancia, su postura resultaría ser vulnerable al mismo tipo de objeciones que él dirige contra sus críticos”.
(*) Martín Colom Nicolau (Universidad Autónoma de Barcelona): “La dignidad en el pensamiento de Peter Singer” (Departamento de Filosofía del Derecho-Universidad de Alicante-España-2025).
29/08/2025 a las 10:51 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La cruzada evangelizadora de Milei
James Neilson
Fuente: Perfil
(*) Notiar.com.ar
27/8/025
A ojos de muchos europeos y latinoamericanos, Donald Trump es un representante fiel del norteamericano estereotípico, un ser bravucón, patriotero y desdeñoso de todo cuanto ignora. ¿Cumple el mismo rol en su propio país Javier Milei? Claro que no; sería difícil concebir un personaje más atípico según las pautas nacionales que el presidente actual.
A diferencia de Trump, cuyo asombroso éxito político se ha debido a su voluntad de decir en voz alta lo que realmente piensan decenas de millones de norteamericanos que se sienten estafados por el sistema imperante que sigue dominado por progresistas que los deprecian, la popularidad de Milei puede atribuirse a su extrema excentricidad, al hecho evidente de que tiene muy poco en común con el grueso de sus compatriotas. Antes de su llegada al poder, la minoría reducida que sabía algo de la escuela austríaca de economía a la que alude con frecuencia, no manifestaba interés en los relatos bíblicos o lo que podrían enseñarles sus amigos caninos.
Para más señas, de todos los dirigentes políticos del país, Milei es, por lejos, el más ideologizado. Convencido como está que el destino lo ha elegido para liderar la transformación de la Argentina en un paraíso anarco-capitalista que sirva de ejemplo para el resto del mundo, le cuesta tratar con respeto a quienes no comparten su ideario. En su opinión, tienen que ser o estúpidos o corruptos. Felizmente para él, casi la mitad del electorado coincide. Si bien pocos entenderán muy bien los tecnicismos que Milei emplea cuando habla de economía, muchos dan por descontado que, con escasas excepciones, los políticos del montón son tan perversos como dice y es por tal razón que se inclinan por apoyarlo en octubre. No es que todos sientan entusiasmo por lo que está haciendo el gobierno sino que, por ahora, no ven una alternativa que sea claramente mejor.
En la provincia de Buenos Aires las perspectivas electorales frente al oficialismo nacional son menos promisorias que en el país en su conjunto. A pesar de los esfuerzos de los influencers de La Libertad Avanza por convertir a los habitantes de los distritos más problemáticos del conurbano a su modo particular de pensar, parecería que sólo una franja reducida de la población de La Matanza y otros lugares igualmente deprimidos ha abandonado su fe en las bondades del peronismo kirchnerista. Para ellos, la lealtad tribal importa más que lo que efectivamente hacen los legisladores que eligen. A su manera, se asemejan a aquellos partidarios de Trump que lo quieren sólo porque lo sienten afín.
En el país, es limitado el peso político del ultra-conservadurismo de los más pobres del conurbano que, a pesar de los resultados desafortunados de la gestión peronista, se aferran a lo ya conocido, pero en la provincia puede ser decisivo, lo que plantea un problema muy grande a un movimiento que aspira a reemplazar al peronismo en todo el territorio nacional y que, en parte por instinto y en parte por cálculo, no ha vacilado en adoptar modalidades que son propias de su enemigo principal.
Los libertarios esperaban que el peronismo se dividiera antes del cierre de listas, pero desgraciadamente para ellos, a último momento los adherentes de Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof optaron por unirse bajo el liderazgo meramente nominal de Jorge Taiana por considerarlo el menos ofensivo de los candidatos a dicho papel. Si bien es poco probable que Taiana logre enfervorizar a multitudes, es de prever que, para los mileístas, sea un blanco menos vulnerable de lo que hubiera sido alguien como Máximo Kirchner.
José Luis Espert, el encargado de liderar el asalto libertario al bastión peronista principal, suele ser tan filoso, o más, que el mismísimo Milei. Dice que los kirchneristas han transformado la provincia de Buenos Aires en “una cloaca a cielo abierto” y se afirma resuelto a “desmantelar todo el andamiaje putrefacto de ideas nefastas que el kirchnerismo ha planteado” en la mente de la gente.
En estas lides, Espert es un veterano; bien antes de la aparición de Milei, adquirió notoriedad mediática por su voluntad de defender con vehemencia ideas clave que resultaron ser muy similares a las que, andando el tiempo, reivindicaría con pasión parecida el destinado a erigirse en presidente de la República. Como Juan el Bautista, Espert ayudó a despejar el camino para la llegada del Mesías salvador.
Por ser tan innegablemente malas las condiciones de vida en zonas extensas del conurbano bonaerense luego de muchos años de hegemonía peronista, sería de suponer que quienes han tenido que soportarlas estarían decididos a probar suerte con algo que sea radicalmente distinto pero, huelga decirlo, éste dista de ser el caso. Para frustración de izquierdistas, radicales y, últimamente, libertarios, muchos siguen comportándose como víctimas del llamado “síndrome de Estocolmo” en que rehenes de delincuentes armados terminaron simpatizando con sus captores.
Así las cosas, aun cuando antes del 7 de setiembre haya muchos más asesinatos callejeros brutales y estallen más escándalos de corrupción o abuso sexual protagonizados por kirchneristas, a los libertarios no les sería nada fácil sacar provecho de las deficiencias patentes de la gestión del gobernador Kiciloff e intendentes locales como el matancero Fernando Espinoza. Puede que Espert no exagere demasiado cuando alude a las características menos elogiables que atribuye a quienes figuran en la lista de diputados provinciales en potencia de Fuerza Patria, pero sorprendería que sus diatribas consiguieran penetrar la armadura psicológica de fabricación peronista que sus habitantes se han acostumbrado a llevar.
Conscientes de esta realidad desagradable, los estrategas libertarios están preparándose mentalmente para minimizar el significado de una eventual derrota en la provincia con la esperanza, que a juzgar por lo que dicen las encuestas está bien fundada, de que las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre pongan las cosas en lo que para ellos sería el lugar apropiado. Dadas las circunstancias, no tienen más opción, aunque no pueden sino temer que un revés en Buenos Aires tenga un impacto muy negativo tanto en los mercados como en la imaginación colectiva.
Desde fines de 2023, Milei se ha visto beneficiado por la noción de que la Argentina ha experimentado una revolución cultural tan profunda que es virtualmente inevitable que La Libertad Avanza siga sumando triunfos épicos en todos los distritos del país. Mientras que los afiliados de partidos o movimientos arraigados están anímicamente condicionados para absorber derrotas coyunturales porque saben que en política nada dura para siempre y que es necesario aprovechar periodos en el llano para reordenar sus propuestas, aún no lo están Milei y sus huestes celestiales que, por cierto, no se caracterizan por su madurez.
La larguísima hegemonía espiritual del peronismo que, andando el tiempo, incidiría en las actitudes de casi todos, incluyendo a quienes lo combatían, puede atribuirse a que su fundador, el general Juan Domingo Perón, logró presentarse como la encarnación de la argentinidad. Milei aspira a emularlo, pero para tener éxito tendría que reformatear el hipotético carácter nacional, de ahí las furibundas “batallas culturales” que está librando con el apoyo de un conjunto abigarrado de conversos. Aunque a primera vista parece muy poco probable que Milei consiga lo que se ha propuesto, a juzgar por la experiencia tanto nacional como universal, en todas partes abundan los dispuestos a hacer suyas ideas que hasta hacía poco les hubieran parecido absurdas. Por raro que a muchos aún les parezca, el evangelio según Milei no es más esperpéntico que el relato kirchnerista o las extravagancias woke que siguen entusiasmando a sectores de la intelectualidad occidental.
Así y todo, no cabe duda de que las ideas económicas severas que reivindica Milei ya han modificado positivamente la cultura política del país. Si bien el fracaso espectacular del “modelo” corporativista se había hecho patente antes de su llegada al centro del escenario, era necesario que alguien señalara de manera nítida y contundente las razones por la cual sólo generaba miseria e inflación. Mientras que Mauricio Macri intentaba alejarse poco a poco del viejo consenso, Milei entendió que habría que abandonarlo por completo. También dio por descontado que sería peor que inútil procurar pactar con aquellos políticos que dependían de un orden ruinoso por su prestigio social, sus ingresos y, en ciertos casos, su libertad personal.
Además de querer que pusiera fin a la inflación crónica que, como una enfermedad degenerativa, depauperaba a millones, y reconstruir la macroeconomía para que la Argentina pudiera prosperar como habían hecho tantos otros países, en 2023 la sociedad le pidió a Milei que, en efecto, cambiara la clase política o “casta” existente. ¿Serán mejores los diputados y senadores que se elijan en octubre que los remplazados? Por desgracia, no hay muchas razones para el optimismo. Mal que a muchos les pese, todo indica que los responsables de las diversas listas partidarias privilegiaban la presunta lealtad, es decir, sus propios intereses personales, por encima de nociones exóticas acerca de la eventual idoneidad de los seleccionados para ocupar bancas en las dos cámaras del Congreso.
29/08/2025 a las 11:01 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Un Gobierno obligado a reinventarse
Carlos Pagni
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
28/8/025
La Libertad Avanza perdió durante varias semanas el control de la política fiscal, su clave de bóveda, que pasó a manos de la oposición en el Congreso.
Tres figuras cruciales de esa fuerza, Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem y Martín Menem, quedaron en el ojo de una tormenta por los misteriosos audios con la voz de quien sería Diego Spagnuolo, un funcionario amigo del Presidente que los acusa de organizar un sistema de coimas con los fondos destinados a asistir a personas con alguna discapacidad. Sobre este telón de fondo, los ahorristas siguen comprando dólares a pesar de que la tasa de interés en pesos supera el 100% anual, lo que equivale a un 75% real. En otras palabras: a pesar de que la tasa de interés amenaza con convertir la economía real en un desierto.
Dado este contexto, lo ocurrido ayer al mediodía no podría ser más inquietante: la campaña electoral quedó contaminada por la violencia callejera, cuando Javier Milei y sus colaboradores y candidatos debieron cancelar una caravana proselitista y huir de Lomas de Zamora agredidos a piedrazos. Sobre la vida pública se ha instalado un enorme signo de interrogación que obliga a analistas e inversores a recalcular la marcha del país hacia las elecciones de octubre. Para ganar esos comicios el Gobierno depende cada día más de la indigencia conceptual y los pésimos antecedentes que exhiben sus rivales.
La pésima experiencia que atravesó ayer el Presidente en el corazón del conurbano, una región que siempre le fue esquiva, fue una señal de que la convivencia política sigue hundiéndose en la intolerancia hasta ingresar en la agresión física. Milei quedó convertido en víctima de un clima que él mismo contribuyó a crear. Sus insultos, tan sistemáticos que prometió suspenderlos, y las expresiones literales de odio que se proyectan desde su entorno, no justifican el repudiable ataque que se registró ayer. Pero, en alguna medida, lo explican. La polarización llegó al absurdo que quedó expresado en una frase que pasará a la historia. En referencia a los kirchneristas, el Presidente dijo que “están molestos porque les estamos afanando los choreos”. La revista Barcelona se perdió un gran título.
Las confesiones atribuidas al ex director de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) siguen teniendo al gabinete en estado de estupor. Por primera vez Milei se refirió al tema ayer, antes de interrumpir esa marcha turbulenta, diciendo a una cronista de LN+ que todo lo que dice Spagnuolo “es mentira y lo vamos a llevar a la Justicia”. Dos novedades. Desmiente el contenido de esos audios, pero admite que corresponden a su antiguo amigo.
Las grabaciones con la voz de Spagnuolo, que siguen apareciendo por goteo, desataron un escándalo. Pero consiguieron algo más: llamaron la atención sobre una de las operaciones más opacas del Estado. La compra y distribución de medicamentos. A raíz de esas infidencias ahora se conocen algunas excentricidades que otorgan verosimilitud a las fechorías que narra el ex funcionario. La más relevante: las contrataciones de la Andis se realizaban por fuera del sistema Compra.Ar.
Compra.Ar es una plataforma digital donde se gestionan y publican las contrataciones públicas. Tiene el cometido de centralizar y transparentar licitaciones, concursos de precios y compras directas. A través de esas páginas cualquier persona puede seguir los procesos de adquisiciones estatales desde la convocatoria hasta la adjudicación. Todos los contratos de obtención y logística de medicamentos del Ministerio de Salud se cursan por Compra.Ar.
Salvo los destinados a discapacitados que, hasta la aparición de los audios de Spagnuolo, se realizaron por medio de correos electrónicos o documentos de papel. Es evidente, por lo tanto, que hubo una intención de ocultar esos movimientos de dinero, que hacen más creíbles los dichos atribuidos a Spagnuolo. El Ministerio de Salud ordenó realizar una auditoría pero se encontró con una dificultad: la Justicia se llevó las computadoras y casi toda la documentación, para investigar si son ciertas las irregularidades de las que habló Spagnuolo.
No es casual que la droguería Suizo Argentina, de la familia Kovalivker, se haya convertido en el centro de atención. Los audios que aparecieron ayer, en los que aparecería también la voz de Spagnuolo grabada de manera clandestina, explican ese protagonismo. Los Kovalivker ganaron en el último año una importantísima porción el negocio de venta y distribución de medicamentos. Esta expansión se debió a que decidieron bajar los precios en alrededor del 20% respecto de sus competidores tradicionales. “Se rompieron todos los acuerdos”, informó un entendido, admitiendo que los proveedores se cartelizaban.
Bajo la gestión del ministro Mario Lugones las contrataciones se simplificaron: de una oferta de 18 bienes y servicios, denominados “renglones”, se pasó a una de cuatro, con una frecuencia de dos años. La última adjudicación fue por 118.000 millones de pesos, de los cuales 98.000 correspondieron a Suizo Argentina y 20.000 a Andreani. Conviene insistir: estos montos no corresponden a las compras de la Andis, que se hicieron con procedimientos herméticos. En el Ministerio de Salud aclaran que en lo que va del año los Kovalivker no cobraron una moneda. Eso sí, acumularon facturas por 3.700 millones de pesos. El Estado termina pagando lo que consumió, que puede representar una suma inferior al monto licitado.
¿Cuánto tuvieron que ver los Menem en la expansión de Suizo Argentina? En otras palabras: ¿Los Kovalivker rompieron el equilibrio que existía en el sector porque tuvieron la señal de que se los trataría como privilegiados, tal como afirmaría Spagnuolo en las grabaciones que trascendieron ayer? Eduardo “Lule” Menem niega conocer a esos empresarios. Sobre todo a Johnny, que es quien está al frente de la droguería. Es una aclaración muy oportuna, porque estaba circulando la leyenda de que este Menem, que opera como mano derecha de Karina Milei, estaría registrado en un video al volante de una Ferrari perteneciente a ese Kovalivker.
En auxilio de “Lule” llegó otra habladuría. El amigo de Johnny sería su pariente Martín Menem, el titular de la Cámara de Diputados. La relación entre ambos habría tenido un origen azaroso. Nació cuando el empresario tuvo un accidente automovilístico grave en Punta del Este y recibió la ayuda del actual diputado Menem, que lo acompañó en la internación en el Sanatorio Cantegril. ¿Fue Martín el que se paseó con ese auto deportivo? ¿Fue una Ferrari o una cupé Porsche 911 GT2 RS? ¿El paseo se produjo en La Isla, el lujoso barrio de Nordelta donde el opulento Kovalivker es vecino de deportistas como Mauro Icardi o “expertos en mercados regulados” como Mauricio Filiberti? Estos son los chismes que hoy entretienen a “la casta”.
“Lule” Menem está inquieto. Lo intranquiliza que el oficialismo carezca de una estrategia defensiva. Y se pregunta por qué Manuel Adorni no da una explicación que atenúe el escándalo. Es verdad: Adorni permanece callado. Apenas publicó un enigmático tuit hablando de que el verdadero juez es el paso del tiempo. Una afirmación contraproducente para la ansiedad del colaborador de Karina Milei. Adorni hace bien en apretar los labios.
Ya perdió bastante credibilidad con las desmentidas sobre las valijas de Laura Belén Arrieta, aquellas que no pasaron por control alguno de la Aduana. A propósito: ¿el juez Pablo Yadarola ya identificó a qué número llamaron desde el celular que Arrieta le entregó a una agente aduanera, tal cual aparece en un video? Volviendo a Adorni: no sólo guardó silencio, sino que suspendió su programa de streaming, destinado a hostigar al periodismo. Antes de que hable él, el logorreico Spagnuolo le ganó de mano. En su insondable aparición de ayer se burló del vocero por haber asegurado que se otorgó una pensión por discapacidad fraudulenta mostrando la radiografía de la cola de un perro. Ese ejemplo, con el que se justificaron recortes en el área de discapacidad, era falso. Fake, 7, 8.
Las preocupaciones de “Lule” Menem son razonables. Está siendo castigado por el karma de “la casualidad permanente”, de la que hablaba el llorado Carlos Menem. Por ejemplo: la droguería Suizo Argentina es proveedora del gobierno de La Rioja. Y el responsable de las compras se llama, maldita coincidencia, Roberto Menem. Minucias intrascendentes. Lo relevante es que la crisis provocada por los dichos atribuidos a Spagnuolo, grabados de manera ilegal, encuentra a un oficialismo invertebrado. Nadie se anima a defender a nadie, entre otras razones, porque los funcionarios no se conocen entre sí. Es una derivación inevitable de una victoria “de emergencia”, que obligó a formar un gabinete aluvional.
Esa peculiaridad se expresa en otra característica: carente de cultura política, el de La Libertad Avanza es un oficialismo donde existen pocos dirigentes inquietos por cuidar al conjunto. Esa carencia se expresa en internas despiadadas. Karina Milei y, sobre todo, los Menem, están convencidos de que detrás de la filtración de los audios imputados a Spagnuolo está la mano de su enemigo interno Santiago Caputo, el Mago del Kremlin. Especulan, como sucede en toda operación de inteligencia, con que en las responsabilidades del ataque se superponen varias capas. En la más superficial identifican a la diputada Marcela Pagano, y a su esposo, el abogado Franco Bindi. Ayer Pagano protagonizó un batifondo en la sesión en la que el jefe de Gabinete Guillermo Francos cumplió con el informe de rutina. Quedó trenzada en una pelea altisonante con Lilia Lemoine, la voz de Karina Milei en ese recinto.
Pagano le estaba pidiendo explicaciones a Francos por la filtración de los audios. Calificó al episodio como un “golpe institucional”. Y responsabilizó a la Jefatura de Gabinete por lo ocurrido. Esas manifestaciones de Pagano presentan, por lo menos, dos curiosidades. La primera es que una semana atrás, es decir, en la sesión del miércoles anterior, ella se apartó del bloque oficialista indignada por las revelaciones adjudicadas a Spagnuolo. Es decir, hace siete días la publicación de esas grabaciones no eran un golpe sino una verdad que obligaba a una ruptura.
La otra rareza de las acusaciones de Pagano tiene que ver con el vehículo escogido para producir el escándalo. Sería sorprendente que Francos eligiera, para su inverosímil conspiración contra Milei, un canal de streaming como Carnaval, perteneciente al controvertido Pablo Toviggino, quien el 21 de julio pasado le había deseado “un feliz y triste final, pronto”. Toviggino, además de ser la mano derecha de Claudio “Chiqui” Tapia en la administración de los recursos de la AFA, es un aliado permanente del santiagueño Gerardo Zamora y de Sergio Massa.
En el oficialismo parlamentario, que lidera Martín Menem, no se detienen en Pagano y Bindi. Miran con recelo el vínculo que atribuyen a Bindi con el subsecretario de Políticas Universitarias de la Nación, Alejandro Álvarez, engranaje principal del “Mago” Caputo en el Ministerio de Capital Humano. Síntesis: los Menem creen, o acaso quieren creer, que la agresión fue orquestada por Caputo. Es el problema de las enemistades automáticas: los proyectiles tienen un responsable antes de que alguien los arroje.
Este estado de descomposición interna es el menos conveniente para un gobierno expuesto a un desafío electoral. La consultora Rubikon Intel realizó una encuesta veloz bastante original. Preguntó a 1200 personas de todo el país de qué había hablado con su familia o sus amigos durante el almuerzo del último domingo. Un 55,7% dijo que la conversación giró en torno de la situación económica. El 36,9% habló sobre los incidentes del partido de Independiente contra Universidad de Chile. Del escándalo sobre presuntas coimas en el Gobierno habló el 28,9% de los consultados. El 14,8% conversó sobre un tema sin identificar y sólo el 10,9% lo hizo sobre el divorcio de Nico Vázquez y Gimena Accardi. En la misma encuesta, La Libertad Avanza sería la fuerza más votada, con 36,8%. Un 28,6% no sabe o no contesta. Fuerza Patria se lleva 18,5% y el voto en blanco, 12,1%.
La carencia de una oferta opositora atractiva es hoy el principal activo de Milei. Al menos cuando se examina el juego político en las urnas. El terreno institucional emite otros indicios. La actividad parlamentaria de las próximas semanas estará dominada por una señal de alarma: la oposición del Senado aprobaría una reforma al régimen de Decretos de Necesidad y Urgencia por la cual, para convalidar uno de esos instrumentos, el Poder Ejecutivo debería conseguir la aprobación de las dos cámaras. Hoy alcanza con la de una sola. Si el proyecto pasa a Diputados, también sería sancionado. Es un inconveniente transitorio porque los legisladores que apoyan el proyecto admiten que no tendrían el número para resistir un veto de Milei. Aun así, seguirá quedando expuesta la debilidad de La Libertad Avanza en el parlamento.
Estos contratiempos serían anecdóticos si no se desplegaran sobre un paisaje económico cada vez más inquietante. Milei adoptó una política monetaria híper restrictiva: eliminar todos los pesos posibles del mercado para evitar una corriente de compra de dólares que, incrementando el valor de la divisa, provoque un reflujo inflacionario. La tesis del Presidente es que “las elecciones no se pierden por tasas muy altas sino por una devaluación de la moneda”.
La estrategia está generando varias dificultades. La primera es que las entidades financieras ven aumentar la morosidad de personas y empresas que no pueden hacer frente a deudas que aumentan a gran velocidad. Muchas compañías han decidido recurrir a los dólares que atesoran en el exterior para saldar sus compromisos en pesos cuanto antes. El segundo contratiempo es que, aún con esas tasas reales de más del 75%, el dólar sigue aumentando de precio. Es decir, el mercado desconfía del Gobierno. El tercer inconveniente es que, cuando deben defender este esquema monetario frente a los banqueros, los funcionarios del Ministerio de Economía carecen de convicción. Y de argumentos.
Terminan confesando que acatan directivas de Milei. La cuarta dificultad es la más delicada: admitiendo, como hace casi todo el mundo, que La Libertad Avanza conseguirá llegar a las elecciones del 26 de octubre con la economía bajo control, para después de esos comicios esa fuerza enfrentará un reto intimidante. Deberá reducir las tasas, con el peligro de una corrida hacia el dólar. Los manuales, los analistas y los inversores coinciden en que es lo que hay que hacer. Pero el temor a sincerar variables muy sensibles suele ser inhibitorio. Por eso ya hay operadores financieros muy experimentados que afirman: “Este que vemos no es un plan transitorio. Este que vemos es el único plan”.
En la dirigencia del país, sobre todo en la empresarial, y aun entre admiradores de Milei, comienza a generarse un consenso: después de las elecciones el oficialismo deberá reinventarse con un nueva estrategia económica y, en especial, con un nuevo elenco que se encargue de gestionar la política.
29/08/2025 a las 11:08 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Las broncas en el Gabinete, los temores de Wall Street y los deseos del pibe Caputo
Marcelo Bonelli
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
29/8/025
Santiago Caputo sugirió, y pidió en la intimidad de Olivos, la salida de “Lule” Menem del Gobierno para cerrar el escándalo de las coimas. El “Pibe” se lo transmitió a Javier Milei como un consejo “profesional”, al margen de su odio personal con el hombre fuerte de Karina Milei. Abonó una teoría de forma sencilla: “Muerto el perro, se acabó la rabia”.
Karina le saltó a la yugular. Su respuesta fue contundente: “Lule se queda”. El joven Caputo insistió el fin de semana y la “Hermana de hierro” repudió sus recomendaciones políticas. Karina suele decir: “Le tiene envidia”. El revuelo reflejó el estado de shock de la Casa Rosada. Martín Menem fue el primer vocero oficial. Su aparición en TV fue un verdadero fiasco: dudoso, temeroso y con argumentos pocos serios. No pudo meter ni uno de los centros.
Encima, fue para el olvido el mensaje en X del propio Lule. Ocurrió a medianoche y fruto de una trifulca monumental en la cima del poder. Fue peor el remedio que la enfermedad. Recién el miércoles, Guillermo Francos intentó una defensa “profesional” en el Congreso. Repitió –con convicción- que era una “operación kirchnerista”, y ahora Milei lo repite hasta el hartazgo.
Francos apareció cuando Karina –y precisamente los Menem– querían cepillarlo. El plan de la “Hermana de hierro” era reemplazarlo por Martín Menem y mandar lejos al funcionario: la Embajada de Londres.
La ductilidad de Francos, igual, no suturó las peleas internas. Los terribles pases de facturas continúan en el corazón del poder y todos desconfían de todos por las filtraciones. El Gabinete es un tembladeral y de eso no se escapa ni Toto Caputo.
Primero, Karina acusó a Santiago por la filtración. Lo incrimina de estar enfermo de poder. Después le apuntaron a Fernando Cerimedo, inventor de las tropillas digitales del propio Gobierno.
Cerimedo tiene una vieja cuenta pendiente con Diego Spagnuolo: desplazó a su mujer de un cargo en la Agencia de Discapacidad. También se la agarraron con Marcela Pagano.
El desconcierto es monumental: aún quedan por conocerse –figuran en sede judicial- medio centenar de audios del verborrágico ex amigo de Milei. Dicen que dispara y mancha a muchos funcionarios. Encima, las noticias judiciales son complicadas. Existe hermetismo, pero en Tribunales se conoce una cuestión: en otra causa archivada, existía ya constancia de encuentros entre Lule Menem y Jonathan Kovalivker, en la Isla de Nordelta.
Se trataría de una investigación preliminar sobre las polémicas licitaciones en la ANDIS. Al final, se archivó, pero –de casualidad– aparecieron testimonios donde se comenta y habla de esas visitas al lujoso chalet de los dueños de la Suizo-Argentina. También -en la denuncia- se habla de detalles ahora conocidos por los audios.
La cuestión la trató en su momento el juez Julián Ercolini. La recibió Sebastián Casanello y la investigaron los fiscales Ramiro González y Carlos Rívolo. Se archivó en su momento. En el texto de la denuncia –del año pasado– se habla, como en los audios de sobreprecios en la ANDIS, del fruto de negociaciones entre Spagnuolo, los hermanos Kovalivker y los funcionarios Menem. La denuncia la concretó la Fundación “Arco Social”. Y dicen que la alentó Leila Gianni cuando trabajaba para Sandra Pettovello. En su texto habla de encuentros en la casona que Fernando Menem tiene también en Nordelta. Ahora, esos datos fueron reflotados por el fiscal Franco Picardi y el propio juez Sebastián Casanello. Por eso quieren todos los registros de acceso al barrio Nordelta.
También, en el “círculo rojo” trascendió una información muy sensible: se conoce que hace meses hubo una fiesta en lo de los Kovalivker y concurrió, con fuerte custodia, una figura de la política argentina. Hasta ahora, Spagnuolo está en silencio. Le prometió a su mamá “lavar el apellido”. Pero por ahora no colaboró con Tribunales. Ya le dijo a su entorno: “Me voy a presentar como arrepentido”. El tema recalentó las internas en el Gabinete y reflejó la endeblez de la Casa Rosada. Existe un “todos contra todos”.
Karina no le perdona una al “Pibe”: la SIDE que maneja Peaky Blinders se enteró por los diarios del affaire que paralizó a Milei. Martín Menem destrata al “Pibe” y Santiago tilda de “chorros” a todos los Menem. Sandra Pettovello acusa a los Menem de no cuidar a Javo, y Federico Sturzenegger arremetió contra la parsimonia de Mario Lugones.
Al “Coloso” también le pegan. Lo acusan de meterlo a Milei en aventuras que siempre tienen un alto costo político. Sus enemigos en el Gabinete lo llaman el “hombre de Atlantis”, nunca más alejado de la Tierra. Encima, las cosas no le salen bien a Toto Caputo: tuvo que abonar tasas del 75% para frenar el dólar.
Los “lobos” de Wall Street observan con preocupación cuatro cuestiones políticas. Así surge de los “memos” secretos que circularon en Manhattan. Primero, no les agrada que vuelva “la cultura de los 90”. Hacen alusión al clima de corrupción de la década de Carlos Menem. También están inquietos por la cuestión electoral. Apoyan a Milei, pero dudan del triunfalismo de los libertarios. Javo dice, exultante: “Arrasamos”. En Manhattan insisten en que hay que ser más cautos. Saben que la elección del 7 de septiembre será complicada para los libertarios.
Tampoco les agrada la pérdida de autonomía de Toto Caputo. Conocen que Milei –anticipo de Clarín- está tomando polémicas y trascendentes decisiones solo y que después los “Toto boys” deben asumirlas como propias. La cuestión ya generó varias turbulencias entre Javo y Toto. El “rockstar” trata de hacerse el distraído.
Ocurre con el desaguisado intervencionista monetario que tiene en guerra a los banqueros con el ministro. Ayer, Morgan Stanley lanzó un Exocet: “Las últimas medidas recuerdan anteriores gestiones (kirchneristas) y contradicen la narrativa del presidente Milei”.
El plan obliga a los bancos privados a suscribir bonos del Estado y financiar al Tesoro. Ese artilugio usó Domingo Cavallo en el gobierno de Fernando de la Rúa.
Por eso los alertas. Los banqueros dicen que el aumento del riesgo país –y la tensión en el dólar– refleja el dislate de la medida y el inocultable desequilibrio macroeconómico. Ayer, la plana mayor de ADEBA fue al CICYP para abrir canales de diálogo. La mesa liderada por Javier Bolzico estaba desbordada de banqueros. Estaban, entre otros, Fabián Kon, Juan Parma, Guillermo Laje y Gustavo Manríquez. Pero los “Toto boys” evitaron definiciones. Quieren eludir preguntas molestas e inquietantes.
“Toto” trata de obviar a los banqueros y así aplacar los ánimos del mercado. Poco sirvieron los frustrantes encuentros con Santiago Bausili. Por eso, en las últimas semanas, Pablo Quirno hizo otra ronda. Escuchó lamentos y terminó con un endeble pedido político: tiempo hasta las elecciones y promesas de medidas correctivas.
Así, repitió un slogan de campaña: “Es el riesgo kuka”.
Los “Toto boys” prometen esas futuras medidas para noviembre. Las decisiones –en verdad– se pactaron con el FMI y formaron parte del acuerdo para aprobar la última revisión. Pero hay escepticismo. El poderoso Juan Nápoli se sinceró ayer en el CICYP: “Quieren que actuemos como bancos, pero así no se puede trabajar de banquero”.
29/08/2025 a las 12:20 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Las broncas en el Gabinete, los temores de Wall Street y los deseos del pibe Caputo
Marcelo Bonelli
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
29/8/025
Santiago Caputo sugirió, y pidió en la intimidad de Olivos, la salida de “Lule” Menem del Gobierno para cerrar el escándalo de las coimas. El “Pibe” se lo transmitió a Javier Milei como un consejo “profesional”, al margen de su odio personal con el hombre fuerte de Karina Milei. Abonó una teoría de forma sencilla: “Muerto el perro, se acabó la rabia”.
Karina le saltó a la yugular. Su respuesta fue contundente: “Lule se queda”. El joven Caputo insistió el fin de semana y la “Hermana de hierro” repudió sus recomendaciones políticas. Karina suele decir: “Le tiene envidia”. El revuelo reflejó el estado de shock de la Casa Rosada. Martín Menem fue el primer vocero oficial. Su aparición en TV fue un verdadero fiasco: dudoso, temeroso y con argumentos pocos serios. No pudo meter ni uno de los centros.
Encima, fue para el olvido el mensaje en X del propio Lule. Ocurrió a medianoche y fruto de una trifulca monumental en la cima del poder. Fue peor el remedio que la enfermedad. Recién el miércoles, Guillermo Francos intentó una defensa “profesional” en el Congreso. Repitió –con convicción- que era una “operación kirchnerista”, y ahora Milei lo repite hasta el hartazgo.
Francos apareció cuando Karina –y precisamente los Menem– querían cepillarlo. El plan de la “Hermana de hierro” era reemplazarlo por Martín Menem y mandar lejos al funcionario: la Embajada de Londres.
La ductilidad de Francos, igual, no suturó las peleas internas. Los terribles pases de facturas continúan en el corazón del poder y todos desconfían de todos por las filtraciones. El Gabinete es un tembladeral y de eso no se escapa ni Toto Caputo.
Primero, Karina acusó a Santiago por la filtración. Lo incrimina de estar enfermo de poder. Después le apuntaron a Fernando Cerimedo, inventor de las tropillas digitales del propio Gobierno.
Cerimedo tiene una vieja cuenta pendiente con Diego Spagnuolo: desplazó a su mujer de un cargo en la Agencia de Discapacidad. También se la agarraron con Marcela Pagano.
El desconcierto es monumental: aún quedan por conocerse –figuran en sede judicial- medio centenar de audios del verborrágico ex amigo de Milei. Dicen que dispara y mancha a muchos funcionarios. Encima, las noticias judiciales son complicadas. Existe hermetismo, pero en Tribunales se conoce una cuestión: en otra causa archivada, existía ya constancia de encuentros entre Lule Menem y Jonathan Kovalivker, en la Isla de Nordelta.
Se trataría de una investigación preliminar sobre las polémicas licitaciones en la ANDIS. Al final, se archivó, pero –de casualidad– aparecieron testimonios donde se comenta y habla de esas visitas al lujoso chalet de los dueños de la Suizo-Argentina. También -en la denuncia- se habla de detalles ahora conocidos por los audios.
La cuestión la trató en su momento el juez Julián Ercolini. La recibió Sebastián Casanello y la investigaron los fiscales Ramiro González y Carlos Rívolo. Se archivó en su momento. En el texto de la denuncia –del año pasado– se habla, como en los audios de sobreprecios en la ANDIS, del fruto de negociaciones entre Spagnuolo, los hermanos Kovalivker y los funcionarios Menem. La denuncia la concretó la Fundación “Arco Social”. Y dicen que la alentó Leila Gianni cuando trabajaba para Sandra Pettovello. En su texto habla de encuentros en la casona que Fernando Menem tiene también en Nordelta. Ahora, esos datos fueron reflotados por el fiscal Franco Picardi y el propio juez Sebastián Casanello. Por eso quieren todos los registros de acceso al barrio Nordelta.
También, en el “círculo rojo” trascendió una información muy sensible: se conoce que hace meses hubo una fiesta en lo de los Kovalivker y concurrió, con fuerte custodia, una figura de la política argentina. Hasta ahora, Spagnuolo está en silencio. Le prometió a su mamá “lavar el apellido”. Pero por ahora no colaboró con Tribunales. Ya le dijo a su entorno: “Me voy a presentar como arrepentido”. El tema recalentó las internas en el Gabinete y reflejó la endeblez de la Casa Rosada. Existe un “todos contra todos”.
Karina no le perdona una al “Pibe”: la SIDE que maneja Peaky Blinders se enteró por los diarios del affaire que paralizó a Milei. Martín Menem destrata al “Pibe” y Santiago tilda de “chorros” a todos los Menem. Sandra Pettovello acusa a los Menem de no cuidar a Javo, y Federico Sturzenegger arremetió contra la parsimonia de Mario Lugones.
Al “Coloso” también le pegan. Lo acusan de meterlo a Milei en aventuras que siempre tienen un alto costo político. Sus enemigos en el Gabinete lo llaman el “hombre de Atlantis”, nunca más alejado de la Tierra. Encima, las cosas no le salen bien a Toto Caputo: tuvo que abonar tasas del 75% para frenar el dólar.
Los “lobos” de Wall Street observan con preocupación cuatro cuestiones políticas. Así surge de los “memos” secretos que circularon en Manhattan. Primero, no les agrada que vuelva “la cultura de los 90”. Hacen alusión al clima de corrupción de la década de Carlos Menem. También están inquietos por la cuestión electoral. Apoyan a Milei, pero dudan del triunfalismo de los libertarios. Javo dice, exultante: “Arrasamos”. En Manhattan insisten en que hay que ser más cautos. Saben que la elección del 7 de septiembre será complicada para los libertarios.
Tampoco les agrada la pérdida de autonomía de Toto Caputo. Conocen que Milei –anticipo de Clarín- está tomando polémicas y trascendentes decisiones solo y que después los “Toto boys” deben asumirlas como propias. La cuestión ya generó varias turbulencias entre Javo y Toto. El “rockstar” trata de hacerse el distraído.
Ocurre con el desaguisado intervencionista monetario que tiene en guerra a los banqueros con el ministro. Ayer, Morgan Stanley lanzó un Exocet: “Las últimas medidas recuerdan anteriores gestiones (kirchneristas) y contradicen la narrativa del presidente Milei”.
El plan obliga a los bancos privados a suscribir bonos del Estado y financiar al Tesoro. Ese artilugio usó Domingo Cavallo en el gobierno de Fernando de la Rúa.
Por eso los alertas. Los banqueros dicen que el aumento del riesgo país –y la tensión en el dólar– refleja el dislate de la medida y el inocultable desequilibrio macroeconómico. Ayer, la plana mayor de ADEBA fue al CICYP para abrir canales de diálogo. La mesa liderada por Javier Bolzico estaba desbordada de banqueros. Estaban, entre otros, Fabián Kon, Juan Parma, Guillermo Laje y Gustavo Manríquez. Pero los “Toto boys” evitaron definiciones. Quieren eludir preguntas molestas e inquietantes.
“Toto” trata de obviar a los banqueros y así aplacar los ánimos del mercado. Poco sirvieron los frustrantes encuentros con Santiago Bausili. Por eso, en las últimas semanas, Pablo Quirno hizo otra ronda. Escuchó lamentos y terminó con un endeble pedido político: tiempo hasta las elecciones y promesas de medidas correctivas.
Así, repitió un slogan de campaña: “Es el riesgo kuka”.
Los “Toto boys” prometen esas futuras medidas para noviembre. Las decisiones –en verdad– se pactaron con el FMI y formaron parte del acuerdo para aprobar la última revisión. Pero hay escepticismo. El poderoso Juan Nápoli se sinceró ayer en el CICYP: “Quieren que actuemos como bancos, pero así no se puede trabajar de banquero”.