Por Carlos Tórtora.-

La patética imagen de Javier Milei esperando solo en Oslo a una María Corina Machado, que finalmente no llegaría a la ceremonia de entrega del premio nobel, representa bastante bien a la soledad internacional del gobierno libertario. Para proyectar su reelección en el 2027, Milei depende fundamentalmente del apoyo de Donald Trump, quien días atrás sostuvo que él era el verdadero autor del triunfo de LLA el 26-O. Pero hay fuertes señales de que Milei está en realidad abrazado a un palo enjabonado.

Las últimas encuestas de las agencias AP y Norc sostienen que apenas el 31% aprueba la política económica de Trump. La aprobación en general de éste alcanza hoy al 36%. Esta declinación emergió la semana pasada en las elecciones locales de Miami, donde la candidata demócrata se quedó con la alcaldía, un triunfo demócrata inédito en 30 años.

En el plano internacional, las dos mayores jugadas de Trump son un atolladero. El cerco militar a Venezuela no produjo, como se suponía, la caída inmediata de Nicolás Maduro y ahora todo es muy incierto. Y el acuerdo de paz en Ucrania se aleja cada vez más, dejando a la diplomacia de EEUU. Es temprano aún para decirlo, pero esta tendencia podría marcar el camino hacia una derrota republicana en las elecciones legislativas del año que viene. El surgimiento de una una nueva camada de líderes demócratas, encabezados por el alcalde de Nueva York Zohran Mamdani, empieza a ser realidad.

Todo esto refuerza la idea de que tal vez el apoyo de Trump a Milei no sea en el futuro tan sólido.

También hay que computar que el triunfo de José Antonio Kast en el ballotage presidencial chileno es probable que signifique la aparición en Sudamérica de un liderazgo de derecha competitivo con el de Milei.

Los nuevos libertarios

Aunque en forma muy incipiente, en el plano interno, la concentración del voto de derecha en el proyecto Milei 2027 empieza a sufrir algunos cuestionamientos.

Con un financiamiento al parecer formidable, el mediático pastor evangélico Dante Gebel ya no oculta su proyecto presidencial para el 2027. Lo acompañan dirigentes de varios gremios medianos y operadores políticos como el diputado de la ciudad Eugenio Casielles, un ex libertario raleado por Karina Milei que ahora se exhibe como socio del poderoso tesorero de la AFA, Pablo Toviggino. Y también está con Gebel otro ex legislador de la Ciudad y ex libertario, Yamil Santoro.

Pero Gebel no sería el único que sueña con heredar los votos de Milei.

El hombre más rico del país, Marcos Galperin, no oculta sus intenciones de buscar el sillón de Rivadavia.

Tanto Gebel como Galperin harían las mismas especulaciones que se le adjudican a Patricia Bullrich. Esto es, que los Milei están marcados por casos de corrupción que pueden terminar deteriorando sus chances de aferrarse al poder.

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