Por Carlos Tórtora.-

Hoy cierra el plazo para la inscripción de alianzas para el 26 de octubre y hay una evidente carrera para ver quién consigue captar más votantes de un PRO que se debate en la agonía. La rendición de los primos Macri ante Karina Milei abrió una crisis en el partido amarillo que es difícil de dimensionar. Hay dirigentes como Silvia Lospenatto y María Eugenia Vidal que no ocultan su rechazo a la estrategia de Mauricio Macri, que cree que su acuerdo con LLA será suficiente como para disimular la incesante pérdida de votantes del oficialismo porteño. En la elección del pasado 18 de mayo, no hay duda de que la mayor parte del 8,5% que obtuvo Horacio Rodríguez Larreta fueron ex votantes del PRO. Pero después del acuerdo orquestado con LLA en Buenos Aires por Cristian Ritondo y Diego Santilli y más aún con el reciente arreglo en Capital, hay que suponer que el caudal de los que abandonan el PRO aumenta minuto a minuto.

Aunque no tiene intereses directos en el 26 de octubre -su mira esta en el 2027 en la Ciudad- Larreta apadrina una alianza con Graciela Ocaña como candidata a senadora. Allí podría confluir Elisa Carrió si le aceptan que Hernán Reyes sea el primer candidato a diputado. La UCR, aún sin rumbo claro, también participaría de este nuevo Juntos por el Cambio.

Múltiples drenajes

Algunos votos macristas emigrarían a esta alianza, pero otros irían detrás de un viejo rival de Macri, Ricardo López Murphy, que se anotaría para renovar su mandato para diputado con una coalición de media docena de partidos.

Pero el drenaje de los votos del PRO no termina ahí. El ex embajador en EEUU y China Diego Guelar, un disidente dentro del PRO, también saldría a la pesca en las aguas del naufragio macrista.

Aunque nadie podrá establecerlo jamás por ir en una alianza, ya hay analistas que señalan que en realidad al macrismo en la Ciudad le quedan no más de 6 puntos y que esto es lo que quiere tapar Macri.

La magnitud del desastre sería así enorme y justificaría la dureza con que Karina Milei llevó adelante la negociación de las listas. El PRO se está diluyendo a una gran velocidad y sus dirigentes con algún capital propio se están mudando a LLA o a alguna fuerza opositora.

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