Por Oscar Edgardo García.-
Javier Milei utiliza con habitualidad un lenguaje que excede los límites de la racionalidad y se torna inaceptable en los oídos de los seres educados.
Su última expresión metafórica sobre el mandril es totalmente desatinada y coloca en una situación incómoda a las personas mayores que tengan que explicarle su significado a los niños menores integrantes de su familia que pregunten sobre la misma.
El Presidente de la Nación debería comprender que la utilización de un lenguaje soez, procaz, grotesco y banal no lo hace más carismático sino que va en detrimento de su propia imagen lo que motiva que debería expresarse de la manera apropiada a su investidura presidencial.
21/07/2024 a las 11:15 AM
Totalmente de acuerdo y más, enfatizo el error que comete en el abuso de su léxico soez y poco representartvo de la imagen que debe dar.
21/07/2024 a las 11:08 PM
Representa muy bien a los argentos cabezas de termo, entre los que se cuentan, también, los chetos de barrio norte.
22/07/2024 a las 7:57 PM
Estamos acá, que se puede esperar cuando lenguajes de este estilo, de este tipo, nos hemos acostumbrado, no sólo de presidentes, sino de diputados, senadores y otros «representantes» nuestros. Es parte de una anormalidad , normal, mal que le pese a muchos.