Por Hernán Andrés Kruse.-
DEMOCRACIA Y RESISTENCIA AL GERENCIAMIENTO
“En Argentina se afirma fuertemente la convicción de que “el club es de los socios”, en razón de lo previamente señalado sobre la asociación civil deportiva y, además, en relación con la participación social y política de sus integrantes que también es de larga data. Durante el trabajo de campo noté que los socios politizados, es decir, aquellos que participaban como referentes de las agrupaciones políticas en calidad de candidatos o militantes hablaban de “democracia”.
Las medidas que impulsó Mauricio Macri a partir de su primera gestión en 1995 en Boca Juniors se enmarcan en el momento histórico de reestructuración del Estado. Allí se gestaron las medidas modernizadoras dentro del campo futbolístico (la creación de una marca registrada, la venta de licencias, la remodelación de los estadios, la comercialización del merchandising, el fondo común de inversión para la compra de jugadores). También fue la época en la que dirigentes-empresarios de “gran capital” comenzaron a gozar de cierta credibilidad y legitimidad (Moreira e Hijós 2013). Para profundizar esta temática, ver el capítulo de Hijós en esta compilación. Esta categoría fue una constante en los discursos de aquellos que se manifestaban en los actos políticos de la campaña electoral de 2014 (Racing), y debía entenderse en sintonía con el proceso asociado al gerenciamiento. “Democracia” significaba la posibilidad de presentarse a elecciones, participar en las campañas políticas, votar a los candidatos. “Democracia es participar desde dentro del club, no así desde fuera”, manifestó un socio. Así, la categoría adquiría un significado particular en contraste con el proceso que puso en stand by la participación –como veremos más adelante, no sólo política– de los socios en la cotidianidad de la institución durante casi diez años.
“El único que quedaba afuera de todo el club era el mismo socio porque pagaba para pertenecer y sin embargo no pertenecía. Es como… “¿qué querés? ¿Sos socio? Bueno, podes venir el día del partido, podes ir a la popular. Hasta ahí llegas, no hay más nada”. (…) El socio empieza a darse cuenta que estar completamente fuera del club, pero completamente, era menos que un adorno, lo único que podía hacer era venir los domingos y no se quejaba. Ellos también lo ven, pero en el medio sucede un campeonato, que Racing esperaba hace 35 años, y eso hizo que se olvide de todo. Fue lo peor. Era dolor constante, llegó la morfina y se aseguraron años sin que nadie los moleste. La gente completamente dormida no veía que no teníamos un balance, que no había una asamblea de socios para ver cómo estaba el club. El club estaba en manos privadas completamente y Ripoll tenía razón al final, Racing como club “había dejado de existir” (socio que trabaja desde enero de 2015 en el Departamento del Hincha, creado en 2008 luego de las elecciones).
Los clubes en Argentina no se convirtieron en sociedades anónimas. No obstante, el gerenciamiento en Racing, y en otras instituciones incorporadas a la Ley de Fideicomiso, implicó la suspensión de la elección de autoridades y la constitución de las asambleas de socios para tratar, entre otras cuestiones, el balance económico del último período y el presupuesto para el próximo año. Frydenberg (2002) toma una cita de Putman (1999) para decir que los clubes: “Son el ámbito en el cual se ejercen virtudes cívicas, entrenamientos en la vida social y democrática, en las cuales se ponen en marcha dispositivos de reglas que deben ser respetadas por los participantes –con gran semejanza de una práctica deportiva– a la manera de un sistema político (…) Así, la caída del peso de esa tradición asociativa implica un deterioro de redes sociales democráticas básicas (Frydenberg 2002)”.
Sin embargo, los socios comprometidos con el conflicto que generaba el gerenciamiento en términos de la modificación de la sociabilidad, el uso limitado de los espacios y la suspensión de la política institucional, encontraron alternativas para nuclearse y continuar “desde afuera” su participación y actuación como integrantes de la asociación civil. Un socio recuerda con estas palabras la posición que asumieron durante el gerenciamiento: “Y… fue complicado porque no había política. Era una especie de dictadura, porque abolió la política, en siete años no hubo elecciones, no había comisión directiva… Nosotros lo que hicimos fue refugiarnos en esta resistencia. Con marchas en contra de la empresa, con marchas en contra del juez y de los interventores. Porque los interventores, que eran los que tenían que controlar a la empresa, no la controlaban. Había intereses cruzados. Los jugadores que eran setenta por ciento del club y treinta de la empresa se vendían más baratos, y los que eran cien por ciento de la empresa se vendían más caros. Y eso tenía que estar controlado por estos interventores y este juez. Nosotros lo que hacíamos era marchas de resistencia al juez a pedirle explicaciones sobre lo que estaba pasando con estos interventores y a su vez a la empresa para preguntarle por qué estaba este vaciamiento o por qué no se cumplía lo que había que cumplimentar. Nos mantuvimos siete años en la empresa marcando estos errores, que eso es lo que nos reconocen cuando nos votan, diciendo “bueno, mientras todo se caía a pedazos estos pibes estaban y estaban”. Todo muy difícil porque en el medio salimos campeones después de treinta y cinco años, y con un éxito deportivo a la gente le importaba poco. O sea que este estar era por afuera… Por afuera. Siempre por afuera. Cien por ciento una resistencia… Sin tener lugar propio para reunirse…En casas particulares…Cero espacio físico en el club…Perseguidos en el club, por la gente de seguridad que no te dejaba ir al club los fines de semana, perseguidos completamente, completamente perseguidos”.
La resistencia aparece como un conjunto de acciones, algunas de las cuales tienen la intención de confrontar abiertamente con el poder de los funcionarios, empresarios y dirigentes, y otras muestran aspectos diferentes que tienden a la organización colectiva en busca de espacios de encuentro y reunión. El predio Tita Mattiussi es un ejemplo que los socios utilizan para dar cuenta del recorrido que tuvieron que transitar para lidiar especialmente con los resultados del gerenciamiento. Allí, actualmente se desarrollan los entrenamientos de las divisiones inferiores y los partidos oficiales de los juveniles cuando Racing es local. Antiguamente era un lugar abandonado que un grupo de socios comenzó a acondicionar. El predio es sinónimo de orgullo y una carta de presentación pública para aquellos que acreditan haber colaborado en dicho proyecto.
“Y… pasa que uno estaba acostumbrado a otra cosa, a vivirlo de otra manera, a la asociación civil… A nosotros los que recuperamos el predio nos perjudicó un montón por ejemplo, porque interrumpió todo el proceso que se venía dando. Los terrenos esos estaban abandonados, eran de Ferro Baires. Entre algunos hinchas y algunos socios, entre los que se destacó Luis Otero, el periodista, que actuó ahí como abogado, conseguimos que sean cedidos al club. Pero no alcanzamos a recibirlos que ya quedaron en el medio de toda la cuestión legal de la quiebra y la intervención y la empresa… Y en lo personal, a mí una vez no me dejaron entrar al club porque me pusieron un derecho de admisión. Durante el gerenciamiento no había política en Racing. Algunos lo comparan con una dictadura militar. Yo de todos modos no creo que sean tan así… Pero fijate que a la larga tuvo cosas positivas, porque nos permitió juntarnos a todos los que estamos hoy. Hizo que nos juntáramos (…) Al no poder tener participación, muchos de los que veníamos de la tribuna nos refugiamos de alguna manera en el predio. En los terrenos en los que después se fue construyendo el predio mejor dicho, porque al principio no había nada, era todo descampado, había una laguna en el medio (…) Empezamos a ir, cada uno según sus posibilidades y sus tiempos, los sábados, los domingos, los días de semana a hacer trabajos en los galpones que hoy son los vestuarios (…) Y para que no quedara en manos de la empresa ni de nadie se creó la figura de la mutual, como para tener una figura que haga de amparo. Entonces pasó que durante el gerenciamiento el único proyecto colectivo que tuvo Racing fue la mutual” (testimonio de un socio).
En la voz de otro socio sobre el predio Tita: “Digo que fue una especie de resistencia, eso era el lugar social de Racing, ante la situación de que un club fuera dominado por una empresa, por una sociedad anónima, en este caso Blanquiceleste. El predio simbolizaba todo lo contrario, simbolizaba a los socios poniendo en funcionamiento ese sector del club (…) El espacio de resistencia comienza a ser el predio, de hecho hay asociados a ese predio que era una asociación mutual y entonces vos tenías socios que, no digo que hubieran roto sus carnets con Blanquiceleste, pero mantenían su número de carnet social de esa mutual como una muestra de la resistencia”.
El lugar social que refería el socio es el aspecto que distingue a la mayoría de los clubes de fútbol argentinos, que se define por el uso cotidiano que hacen sus “dueños” de los espacios (De Certeau 1996) comunes donde se plantean actividades tales como practicar deportes amateurs o, simplemente, reunirse a tomar un café; una cotidianidad que transcurre paralela y se entremezcla con el espectáculo de fútbol de los fines de semana. Más allá de la suspensión del “sistema político”, de la ausencia de la vida política institucional, la organización de los socios dio continuidad a la tradición asociativa debido al lugar que asumió la participación en pos de objetivos comunes, dada además en un plano de mayor horizontalidad.
El proceso de defensa de los intereses de los socios se equipara con otros casos de vulneración de derechos de los afiliados. Hacia 2004, los socios de Independiente emprendieron la planificación y realización del festejo del centenario de la institución ante la ausencia de un programa oficial. La autogestión que signó la preparación de la celebración a través del trabajo voluntario de los socios duró varios meses, y se dio en el marco de tensiones y antagonismos frente a la postura de los dirigentes. Los socios sentían que se diferenciaban de los directivos no sólo por su capacidad de trabajo sino también por la incondicionalidad de sus acciones tendientes al beneficio de todos y del club.
En particular, en Racing, las prácticas de participación y autogestión se sedimentaron y dieron lugar a la presentación de agrupaciones políticas durante la reapertura de la democracia en 2008. Los socios que entendían la política como un espacio de creación y producción, que se distinguían de los socios activos autodefinidos como apolíticos o no políticos, se presentaron como candidatos. Capitalizaron la reputación adquirida durante los años de trabajo en el “predio Tita” para intervenir como candidatos en las elecciones. La participación en agrupaciones políticas fue la secuencia que se dio después de varios años de organización colectiva entre sus pares. Algo similar sucedió en Independiente cuando después de la caravana que congregó a 100.000 hinchas, sus organizadores se convirtieron en un modelo para otros afiliados. Si bien ninguno de ellos se postuló en las listas de las elecciones realizadas en 2005, los candidatos buscaron sus adhesiones públicas porque gozaba de buena reputación y crédito. Particularmente en Racing, algunos rescataron que “de la mutual salieron las que después, cuando se recuperó la democracia, fueron las agrupaciones que se presentaron a elecciones”, incluyendo a la de Molina que ganó: “Racing Vuelve”, “Sarcac”, “Ganar”.
El vicepresidente segundo de la fórmula de Rodolfo Molina fue Pablo Podestá, abogado y socio número 5 de la Mutual del predio Tita. Si bien los socios –incluso los más combativos– ponderaron el pago que hizo la empresa de la deuda que tenía el club con distintos acreedores y la obtención del campeonato de 2001, marcaron que “lo social estaba perdido, después de diez años la gente no se identificaba con el club, era fútbol nada más. Hoy es otra cosa, antes no se podía pasar a ver un entrenamiento, nosotros tratamos de ver por donde entrar”. Sin embargo, también reconocieron que desde los gobiernos anteriores al gerenciamiento las condiciones no habían sido favorables para el desarrollo de actividades no rentables.
El gerenciamiento de Blanquiceleste S.A. continuó un proceso previo de desmantelamiento de las condiciones para practicar deportes no profesionales y realizar actividades sociales y culturales. La tercerización de un sector de la sede social de la avenida Mitre destinado al entrenamiento físico, primero a cargo de la empresa Nuevos Aires Argentinos y luego de Megatlon, fue una herencia del gobierno de Daniel Lalín. Este contrato sigue siendo un tema de debate en la actualidad debido a la dificultad de los socios de pasar por y/o reunirse en ese lugar y a la falta de un convenio económicamente favorable para acceder a los servicios de Megatlon, que administra el gimnasio y la pileta de natación.
De acuerdo a la mirada de un socio comprometido con la política institucional, el cierre de actividades fue un factor que gravitó en la relación entre Racing y el territorio, entre el club y los pobladores de Avellaneda. Al establecer una comparación con el rival de todos los tiempos, el socio comentó: “Independiente está mucho más arraigado en la ciudad que nosotros. Y también se da que tenés un montón de años de frustraciones. Racing ganó dos torneos en cuarenta y cinco años, Independiente ganó veinte. Entonces eso te marca también. Aparte vos pensá que ellos tienen la mayor parte de las instalaciones del club en Avellaneda. Tienen la pileta en Avellaneda, tienen las canchas de tenis en Avellaneda… Aparte vos pensá que hubo muchos años de decadencia. O sea, las piletas que están al lado de la cancha ahora funcionan bien, pero durante años estuvieron cerradas. El tiempo de decadencia hizo que la poca infraestructura que vos tenés para darles a los socios y para darle a la gente del barrio, como lugar de esparcimiento, estaban cerradas…”.
Estos aspectos se sumaban a los efectos de la presencia de Megatlon en la sede social. Históricamente, los clubes en Argentina han sido en su mayoría espacios complementarios del Estado en razón de los beneficios destinados a la comunidad. Los clubes con una base social amplia se han caracterizado por las oportunidades ofrecidas para realizar actividades diversas, no sólo deportivas. Frente a la imposibilidad de practicar deportes y/o participar de actividades culturales y sociales durante el gerenciamiento, buena parte de los socios de Racing migraron a otras instituciones buscando lugares, servicios y precios acomodados a su condición socioeconómica”.
CONCLUSIÓN
“Pese a la interrupción de los mecanismos democráticos en Racing Club, los socios encontraron dimensiones alternativas para desarrollar prácticas de participación social y política durante el gerenciamiento. El asociacionismo, que estructuró históricamente la cotidianidad de los clubes de fútbol argentinos, permaneció entre los socios que se organizaron de manera autogestiva en torno del predio Tita. Los socios, que emprendieron allí el acondicionamiento del terreno, crearon una mutual para que su trabajo no quedara involucrado en el proceso de quiebra y gerenciamiento. En ese marco se dio la discusión sobre los asuntos relacionados con el terreno, la organización de marchas contra el gerenciamiento, la elección del nombre y representantes de la mutual, etc.; se dio el entrenamiento de prácticas participativas que tuvieron en cuenta normas de funcionamiento democráticas (Frydenberg 2002).
En particular, los socios hablaron de “democracia” para señalar el funcionamiento pleno del “sistema político” en razón de los mecanismos establecidos en el estatuto social (votación, constitución de asambleas, campañas electorales, establecimiento de alianzas, formación de listas de candidatos). Por eso, la suspensión del sistema democrático significaba para algunos socios vivir en una “dictadura”. Frente al limitado margen de maniobra, las acciones de los socios se convirtieron en acciones “resistentes” tendientes a confrontar las decisiones tomadas desde el poder judicial y empresarial. En consecuencia, la defensa del asociacionismo (entendido como un conjunto de prácticas colectivas en pos del bien común) y de la democracia dieron cuenta, a su vez, de otra perspectiva fuertemente arraigada entre los protagonistas: “los socios son los dueños del club”. El sostenimiento de esta ideología diferencia a los clubes argentinos de sus pares europeos, generando una situación singular: el desarrollo de un fútbol hiper profesional y mercantilizado a cargo de una dirigencia amateur.
El 14 de diciembre de 2014, los socios hablaron de “dos fiestas”: la democrática y la futbolística. Los afiliados pudieron votar por tercera vez en la era pos-gerenciamiento y el equipo de futbol profesional obtuvo un nuevo campeonato. Participaron 9.849 socios que eligieron una de las cuatro listas en competencia: Racing Unido, encabezada por el reconocido abogado penalista Mariano Cúneo Libarona; Racing Gana, con Víctor Blanco que iba por la renovación de su mandato; Gente de Racing, del ex dirigente que pidió la quiebra de la entidad, Daniel Lalín; y Este Racing, del ex dirigente Pablo Podestá. La lista ganadora con el 50% de los votos fue la que encabezó Blanco. Los detractores de su figura lo etiquetaron como “el hombre del gobierno”, esto es: el candidato que apoyaba el gobierno nacional. Aún hoy, los periodistas mencionan a Víctor Blanco como el candidato del gobierno central para las elecciones presidenciales de la AFA.
Un programa del multimedios Clarín, enfrentado con el gobierno, señalaba con malicia que la hija del presidente de Racing había ingresado como asesora en el área de Relaciones Internacionales dando a entender un acuerdo entre ambos sectores. Sin embargo, más allá de las especulaciones, el caso da el puntapié para recordar que la presencia de dirigentes vinculados a partidos políticos nacionales y las ayudas dirigidas hacia el club por la simpatía que éste despierta, han existido históricamente en el fútbol argentino. Las ayudas que favorecen a las entidades deportivas gracias a las relaciones que sus dirigentes establecen o fortalecen con personalidades de otros espacios se multiplican y se extienden en el tiempo y entre los casos en el fútbol local”.
(*) Verónica Moreira: “Gerenciamiento, “democracia” y procesos políticos en Racing Club” (Deporte, cultura y sociedad. Estudios socio-antropológicos en Argentina, Teseo, Buenos Aires, 2016).
21/07/2024 a las 10:25 AM
Irina Hauser
Sociedades Anónimas deportivas: Los clubes le frenan la pelota al Gobierno
Página/12
21/7/024
Después de acelerar el trámite a través de una resolución de la Inspección General de Justicia (IGJ) para habilitar el desembarco de capitales privados y extranjeros en los clubes de fútbol, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, mandó un emisario al juzgado federal de Mercedes para sondear si el plan de negocios deportivos libertarios podría sufrir algún nuevo embate judicial. Hay preocupación. El Gobierno se muestra triunfal pero el asunto no está terminado y la tensión con la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) escala. En el plano judicial, en el tribunal mercedino en particular, hay un planteo aún no resuelto de la Liga de Fútbol de Salto al que se sumó la AFA para frenar la reglamentación por decreto de la Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), algo que fue anunciado como «inminente» pero aún no se concretó.
Esta semana fue la IGJ publicó en el Boletín Oficial una resolución (15/2024) que desregula y elimina controles sobre las sociedades comerciales, locales, extranjeras y off shore, con el argumento de que será la forma de atraer inversiones. En medio de esa disposición, el organismo dijo que «debe aceptarse» la «transformación» de «asociaciones civiles en sociedades anónimas» o que las civiles y fundaciones sean accionistas en sociedades anónimas. Era el punto número 32 y aludía a la posibilidad de que las asociaciones sin fines de lucro, como las deportivas, cambien de régimen a partir del 1 de noviembre. El negocio millonario que puede venir con los clubes de fútbol es tema de agenda de Milei desde hace tiempo.
Quienes trabajan en la ingeniería legal (o tal vez no tan legal) para concretarlo son el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger, el secretario de Deportes Daniel Scioli, el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, la diputada libertaria Juliana Santillán y su pareja el empresario Guillermo Tofoni, dueño de World Eleven (que organiza amistosos internacionales de fútbol), aportante de campaña primero del PRO y luego de Milei. En el Gobierno creen que las SAD prometen la entrada de millones de dólares al país. En la AFA suponen que, al habilitar el blanqueo, es más probable que vengan organizaciones ligadas al narcotráfico a comprar clubes que tienen capitales limpios.
En un comunicado que difundió este viernes, la AFA salió a aclarar que las modificaciones dictadas por la IGJ «no obligan ni inciden en forma alguna en el estatuto social de la AFA, continuando, siendo un requisito indispensable para ser miembro de AFA el ser una ‘Asociación Civil sin fines de lucro’, tal como lo decidieron libremente las entidades miembros de AFA». La entidad, que preside Claudio «Chiqui» Tapia, sostuvo que no se opone a las SAD o a que cada asociación civil decida qué estructura jurídica quiere tener, pero «sí se opone» por considerarlo «palmariamente inconstitucional» a que se quiera obligar a cualquier ente privado (la AFA y cualquier asociación civil, lo es) a asociar a entidades con diferente estructura jurídica a la de sus actuales miembros en clara oposición a sus estatutos conforme así lo establecieron sus socios».
La pelea judicial
El DNU 70/2023 que desreguló la economía, cambió y derogó normas en diciembre último dedicó dos artículos dentro del capítulo que modifica la Ley de Deportes, a las asociaciones deportivas. El 335 dice que no se puede impedir a una organización deportiva la posibilidad de afiliarse a una confederación, federación, asociación, liga o unión por su «forma jurídica» si está reconocida por ley. El 345 les da un año a las asociaciones, federaciones y confederaciones deportivas, desde el momento de la reglamentación, para adecuarse a través de la modificación de sus estatutos. El objetivo era que la AFA y otras asociaciones quedarán obligadas a aceptar la participación de las SAD. El DNU fue diseñado por Sturzenegger y estudios jurídicos convocados para ese fin.
El camino en este asunto no fue tan sencillo para el gobierno desde entonces. La Liga de Fútbol de Salto (LFS), afiliada a la AFA, pidió ante el juzgado federal de Mercedes una medida cautelar que suspendiera la aplicación de ambos artículos. Alegó que pretendía proteger el derecho constitucional de «asociación con fines útiles», «libre asociación» y «autonomía de la voluntad y reserva de acciones privadas», entre otros puntos. Señalaba la intromisión del Estado en la esfera de las asociaciones civiles. El juez Elpidio Portocarrero hizo lugar al planteo y señaló que «la entrada en vigencia de la normativa impugnada altera el estado de situación de un colectivo de incidencia social como son las entidades deportivas, pues impide desarrollar su vida asociativa».
Sostuvo, además, que se trataba «una asociación civil sin fines de lucro dedicada a la regulación de otras asociaciones de idéntica constitución, muchas dedicadas al fomento del deporte y otras actividades sociales» y que según la ley 20.655 (de promoción de las actividades deportivas) “el Estado atenderá al deporte en sus diversas manifestaciones» teniendo en cuenta que es «un factor educativo coadyuvante a la formación integral del hombre y como recurso para la recreación y esparcimiento de la población» y «un factor de la salud física y moral de la población…”
Cuando el gobierno apeló, la Cámara de San Martín señaló dos cuestiones. La LFS «al encontrarse» «obligada a adoptar una voluntad que excede la de los órganos de su gobierno, las facultades que la libertad de asociación le conceden se ven, al menos en este estado liminar de la causa, afectadas por la aplicación de la normativa cuestionada» «Máxime –agregaba– cuando el Estatuto de la AFA -asociación civil a la cual la LFS se encuentra afiliada a través de su ente rector (Consejo Federal de Fútbol Argentino) que sólo las asociaciones civiles sin fines de lucro con personería jurídica pueden convertirse en miembros de ella». El otro aspecto aludía a que no estaban dados los requisitos para dictar un DNU al no haber una situación de excepcionalidad o necesidad que impidiera seguir el trámite legislativo habitual o que el Congreso no pudiera sesionar. Esto trae otra discusión de la mano: el tribunal estaba diciendo que si se quiere hacer una modificación de las normas del deporte, debería ser a través de una ley.
Los camaristas Marcos Morán, Juan Pablo Salas y Marcelo Darío Fernández rechazaron el recurso extraordinario del gobierno insistió y por eso el tema terminó en la Corte Suprema con un recurso de queja. La presentación es del 21 de mayo y el 27 de junio los letrados del Estado insistieron, pero los supremos no hicieron nada y difícilmente hagan algo. En despachos del alto tribunal aseguran que no tomarán grandes decisiones hasta que ingresen los nuevos cortesanos. Vale recordar, a la vez, que el DNU fue rechazado por el Senado pero aún la Cámara de Diputados no se expidió. El escenario no es de una prometedora seguridad jurídica para los inversores que el gobierno dice querer tentar, pero persevera.
Asuntos pendientes
Cúneo Libarona –que paradójicamente participó la de redacción del estatuto de Racing contrario a las SAD– mandó un emisario al juzgado de Mercedes porque no está todo dicho en esa causa judicial. No sólo porque hay un asunto pendiente en la Corte. Sino porque la Liga de Salto había presentado un pedido de ampliación de la medida cautelar a fines de mayo ante Portocarrero y volvió a insistir cuando estaba por empezar la feria judicial, con adhesión de la AFA.
Varias razones motivaron ese escrito. Tanto Scioli como el ahora exsubsecretario Julio Garro –expulsado días atrás– habían buscado instalar que los artículos del DNU sobre las SAD no estaban suspendidos. Scioli había posteado en la red X: “El decreto de la SAD del Presidente tiene fuerza de Ley y está vigente”. En otra publicación, en respuesta, a un funcionario de la AFA dijo que «la cautelar solo aplica para la Liga de Salto» y «será materia de revisión por recurso extraordinario federal» ante la Corte Suprema «gozando de plena aplicación el DNU 70/2023 para el resto del país…». Garro posteó «el DNU» está «vigente» y «le permite a los clubes realizar libremente acuerdos con aval de los socios”.
La Liga planteó ante el juez de Mercedes que todo esto generaba confusión y que, para colmo, había publicaciones periodísticas que daban cuenta de que el Gobierno Nacional quería dictar la reglamentación de los artículos 335 y 345 sobre las SAD para que comenzara a correr el plazo de un año para adaptar los estatutos según el DNU. Algunas notas hablaban de una expectativa de que lleguen al país 3000 millones de dólares desde Estados Unidos y Europa. El pedido al juez era que aclare los alcances de la medida cautelar y que dicte «la medida para mejor proveer» que le parezca necesaria para que «al Estado Nacional no le quede duda alguna en cuanto que en cuanto a que no podrá avanzar con la reglamentación de los artículos cuestiones de inconstitucionalidad, puesto que su operatividad, se encuentra suspendida».
Esto es lo que aún no está resuelto mientras el gobierno amaga con publicar un decreto reglamentario. Es «inminente», repiten funcionarios. Tampoco está claro cómo será: podría modificar la Ley de Deporte o desempolvar una vieja norma salvataje deportivo que se usó para que Racing jugara en AFA siendo una sociedad civil. La vía legislativa propiamente dicha tampoco le parece sencilla al oficialismo (creando una figura societaria puntual o modificando la ley de sociedades) para conseguir apoyos.
¿Cambio de Sede?
El comunicado de la AFA actualiza algo que analiza la entidad hace tiempo: mudar su sede a Ezeiza, al complejo Lionel Messi, al señalar en el párrafo final que lo que diga la IGJ rige «para las asociaciones civiles radicadas exclusivamente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires». Agrega que «no inciden ni modifican en absoluto los requisitos para los clubes miembros de la Asociación del Fútbol Argentino, que, conforme lo estableció su asamblea (órgano de gobierno máximo), deberán ser únicamente asociaciones civiles sin fines de lucro con personería reconocida». El documento destaca que la Dirección Provincial de Personas Jurídicas bonaerense «declaró irregular e ineficaz la asamblea del Centro de Fomento Social y Deportivo José Hernández que habilitaba la chance de convertirse en una sociedad anónima deportiva».
Ese organismo (como la IGJ a nivel provincial) sostuvo que «los clubes no son solo formadores de deportistas, sino también –y más importante– de personas de bien; son ámbitos de reunión de vecinos, de fomento de diversas actividades, de crecimiento barrial, etc. Y los clubes son el ámbito de contención para cientos de miles de personas. No es difícil pensar, entonces, que cuando dejen de ser asociaciones civiles, también dejarán de cumplir ese rol cultural y social que es indispensable. Misma consecuencia puede asumirse, aunque no dejen de ser asociaciones civiles, pero permitan el ingreso de capitales privados sedientos de generar ganancias a toda costa”.
Clubes de barrio
Las SAD son una amenaza para los clubes de barrio. «Debilitados por la coyuntura económica y por un Estado que lo agobia con las tarifas, los clubes de barrio quedan a merced de los privados, éstos harán negocios inmobiliarios, o dejarán el buffet y la canchita y con el resto de los terrenos del club hacen una torre o una cadena de gimnasio privado. Con esto desaparece el deporte social, que es el deporte que practican cerca de 10 millones de personas en el país y que el Estado no promueve, ya que administra sólo el deporte de élite», dijo a Página/12 Daniel Pacin, secretario general de la Confederación Argentina de Clubes de Barrio. Por esta amenaza, explicó, presentarán un recurso de amparo y un pedido de medida cautelar también contra las SAD cuando termine la feria judicial en los tribunales de San Martín. En la legislatura porteña intentarán la aprobación de un proyecto para que la Secretaría de Deportes les devuelva el 40 por ciento de las tarifas que pagan.