Por Alexis Di Capo.-

Alejo Ramos Padilla, Juez Federal de La Plata con competencia electoral, está caminando por una estrecha cornisa. Por un lado es un genuino representante de Justicia Legítima, o sea un operador judicial de La Cámpora. Pero por el otro, dirige el juzgado electoral clave para Javier Milei, que necesita ganar sí o sí la provincia de Buenos Aires el año que viene. De hecho, la Casa Rosada tiene bajo la lupa todo lo que ocurre en el juzgado electoral de La Plata.

Al menos por ahora, la difícil situación de Ramos Padilla está bastante aliviada porque Milei estaría llevando adelante varios pactos reservados con Cristina Kirchner. El Pacto más conocido es el acuerdo entre ambos para designar al juez Federal Ariel Lijo en la Corte Suprema de Justicia, acuerdo que tuvo hasta ahora marchas y contramarchas varias. Pero existirían otros pactos entre Cristina y Milei en la justicia. Uno sería que el gobierno no atacaría a Ramos Padilla, que tiene unos cuantos flancos débiles, a cambio de que el juez se muestre favorable a la conformación de La Libertad Avanza, entre otros temas. Después de varias reuniones con Karina Milei, en septiembre pasado Ramos Padilla le otorgó a La Libertad Avanza en Buenos Aires su reconocimiento definitivo como partido en el expediente 209/2022. El trámite del reconocimiento fue en tiempo récord y en el medio fueron quedando varias denuncias penales por supuestas irregularidades en el trámite. Por ejemplo, las presentadas por Carina Ivascov y Juan Mussa. Ivaskov es la titular de La Libertad Avanza en Entre Ríos, que viene reclamando contra los libertarios porque argumenta que éstos le usurparon el uso del nombre partidario.

Pero Ramos Padilla volvió a inclinar la balanza a favor de Milei dos semanas atrás. Falló a favor de la lista 23, que encabeza el intendente de Trenque Lauquen Miguel Fernández, que triunfó por 3000 votos en la elección de autoridades de la UCR bonaerense y fue impugnado por su oponente, el diputado Pablo Domenichini, que denunció la existencia de maniobras fraudulentas.

Fernández responde a Maximiliano Abad, que es un aliado de Patricia Bullrich, y es una pieza fundamental en la estrategia de Milei para captar el radicalismo bonaerense. Una vez más, Ramos Padilla cumplió el pacto y se jugó por los libertarios.

La Pax judicial

El pacto entre Karina Milei y Ramos Padilla al menos hasta ahora funcionaría bien. No cabe duda de que Milei necesita que Cristina sea candidata el año que viene, porque está convencido de que será derrotada. Y la expresidenta necesita que el líder libertario polarice con ella todo el tiempo, como lo está haciendo, para consolidarla como jefa de la oposición.

Así es que Ramos Padilla sigue funcionando como un equilibrista entre los dos bloques de poder. Pero mantendría incólume su lealtad hacia la jefa.

Por ejemplo, en el juzgado federal de La Plata sólo se activarían los trámites de los partidos que cuentan con el aval del kirchnerismo. El resto de los expedientes simplemente duerme en un cajón. Para llevar adelante este trabajo sucio, Ramos Padilla cuenta con la eficiencia de su fiel amanuense, la Prosecretaria Electoral Liliana Adamo, una veterana funcionaría del juzgado ahora convertida en comisaria política.

Share