Por Hernán Andrés Kruse.-
EL RECONOCIMIENTO CONSTITUCIONAL Y EL MODELO ALEMÁN
“La juridificación de la libertad de investigación científica, como la de otros derechos, sólo será eficaz en la medida en que se recoja como derecho fundamental en los ordenamientos jurídicos y esté dotada de garantías suficientes que permitan su ejercicio. Con este fin los catálogos de derechos se incluyen en la parte dogmática de las Constituciones.
La incorporación de la actividad científica, en la parte relativa a los derechos, se produce por primera vez y de una manera especial en el ámbito germano, mediante una referencia a la ciencia como actividad libre. Al tiempo de producirse la constitucionalización de la ciencia, imperaba en Alemania una nueva y particular concepción de ella, del ser humano, del Estado y de la universidad, esto es, la del idealismo alemán, cuyos presupuestos filosóficos se van a ver reflejados en la formulación constitucional del derecho que nos ocupa. Me interesa destacar aquí que son especialmente importantes los autores que giran alrededor de la figura de Humboldt, como Johann G. Fichte, Friedrich Schleiermacher y Friedrich Wilhelm Joseph Schelling. Ello por cuanto el primero, por la función pública que le correspondió desempeñar, puede ser considerado “el intérprete predeterminado de las corrientes espirituales más importantes de su época”.
Ello se refleja, por ejemplo, en la Universidad de Berlín, que se funda con base en la libertad de cátedra y se proyectará, más tarde, en la constitucionalización de la que hoy llamamos libertad de investigación científica, estando esta última “estrechamente unida a la docencia”. Lo anterior no significa olvidar la importancia que en la fundamentación de este derecho tiene Immanuel Kant, que más de un siglo antes había formulado, en un opúsculo publicado en el año 1784, la célebre frase que serviría de lema a la Ilustración: “Sapere Aude”, ¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento! Con ella Kant hace un llamado a los seres humanos a salir de la minoría de edad, en el sentido de ser autónomos, servirse del propio entendimiento y atreverse a caminar, en la búsqueda del conocimiento, sin la tutela restrictiva de otros.
El idealismo alemán es considerado uno de los principales movimientos espirituales del período iniciado poco antes de la Revolución Francesa. Presenta entre sus rasgos el asumir “una posición mediadora, que asocia el afán de libertad de las Luces y una mayor atención a las condiciones de nuestras sociedades”, defendiendo lo que se puede llamar un liberalismo humanista. La concepción o idea de la ciencia que se originó en la Alemania del siglo XIX es la de una ciencia institucionalizada, que se desenvuelve al interior de la universidad, institución que se constituye en “el modelo de las instituciones académicas”. Esta nueva concepción tiene entre sus “padres fundadores filosóficos” a los autores antes aludidos, y como modelo de ciencia ideal a la filosofía. La universidad, en esta concepción, está ligada a la ciencia, pues como “último estadio del proceso educativo”, es el espacio donde ella puede cultivarse.
Del pensamiento y la obra de Humboldt se desprenden los tres grandes principios sobre los que descansará la universidad alemana; se pueden resumir en “soledad y libertad”, “unidad de la investigación y enseñanza” y “libertad académica”. El primero alude a la soledad interior y a la libertad entendida como independencia respecto de fines externos, en el sentido de que la ciencia que se hace en la universidad “no está subordinada a su utilidad práctica”, a sus posibilidades de aplicación, y también implica la existencia de un mínimo de reglamentaciones con el fin de no entorpecer la actividad académica. Por su parte, la unidad de investigación y enseñanza se refiere a la unión entre “ciencia objetiva y la formación subjetiva”. Implica entender la universidad como la institución donde se produce la creación científica y donde, al mismo tiempo, tiene lugar la formación humana. Finalmente, la libertad académica, hace referencia principalmente a la libertad de aprender, aunque Humboldt alude a una libertad amplia para aprender y enseñar.
La constitucionalización de la ciencia, que se entenderá como la formulación constitucional de la libertad de investigación científica, será tardía, pues sólo aparecerá contemplada expresamente en las constituciones del siglo XX, consagración que se generaliza después de la Segunda Guerra Mundial. La constitucionalización de este derecho se produce generalmente con la incorporación de una referencia a la ciencia como actividad cuya libertad se garantiza. Esta fórmula de consagración aparece en la Constitución de Weimar, en la que se alude a la libertad de la ciencia y de las artes, y será adoptada posteriormente por diversos ordenamientos jurídicos.
Las universidades y las academias integran los establecimientos científicos superiores, ambas bajo la tutela del Estado. Para Humboldt, la universidad es el lugar donde se cultiva la ciencia, “la institución de la ciencia y por ello mismo, de la formación humana”. Aunque los centros superiores de investigación científica tienen alguna relación con el Estado, Humboldt sostiene que es necesario independizar la universidad de aquel, que debe mantener una intervención mínima, toda vez que “su injerencia es siempre entorpecedora”. Las funciones estatales se reducen al deber de procurar los medios necesarios para el desarrollo de la investigación y de la ciencia, aunque al mismo tiempo el Estado es el único que puede garantizar la autonomía de la ciencia, de la cultura y de las instituciones que se dedican a ella.
El otro postulado del idealismo alemán, que explica la relación entre el Estado y la universidad, así como la transformación de esta, es la nueva concepción del Estado. Para el idealismo el Estado asume un fin social y cultural, es un promotor de la cultura, o un “Kulturstaat”. La idea es que el ser humano se libera a través de la educación, proceso en el cual el Estado no debe intervenir, aunque sí debe garantizar su promoción y en general la de la cultura, potenciando su autonomía y la de sus instituciones. Aun cuando no existe un concepto unívoco de Kulturstaat o Estado de cultura, se puede decir que este se caracteriza por garantizar la autonomía de la cultura. Ello implica “libertad de la cultura y de sus instituciones contra los intereses particulares de la sociedad y contra sus propios intereses estatales específicos”, libertad de la educación y autonomía de la ciencia.
En una apretada síntesis, en el idealismo se teorizó ampliamente sobre la ciencia, su creación y transmisión, y se debatió sobre aspectos concretos como el papel de las universidades y academias, y el papel del Estado en estos ámbitos. Aunque los análisis no se refirieron a la reivindicación de un derecho fundamental, lo cierto es que todo ese cuerpo filosófico se recogió años más tarde bajo la consigna que alude a la ciencia libre, que posteriormente ha acogido la que hoy llamamos libertad de investigación científica. La constitucionalización de la ciencia, como se dijo, se produce entre los años 1849 y 1919 en Alemania. Allí se contempla por primera vez la libertad de la ciencia dentro de los derechos fundamentales, en el artículo 152 de la Constitución del Pueblo Alemán, aprobada en la Iglesia de San Pablo de Frankfurt, en 1849, disposición que sólo debe considerarse un mero antecedente, porque dicho cuerpo normativo nunca entró en vigor. El referido derecho también se consagró en el artículo 20 de la Constitución prusiana de 1850, y fue recogido, años más tarde y con una fórmula similar, en el artículo 142 de la Constitución del Reich Alemán, conocida como Constitución de Weimar, de 1919.
La Constitución de 1919, documento de enorme trascendencia en la historia del derecho político moderno, y la “impronta weimariana” se proyectarán e influirán en el constitucionalismo occidental de posguerra. Dentro del amplio catálogo de derechos fundamentales comprendidos en los artículos 109 a 165, el artículo 142 dispone que, “el arte, la ciencia y su enseñanza son libres. El Estado les garantiza su protección y su fomento”. Esta disposición fue incorporada en la sección relativa a la instrucción y a los establecimientos de enseñanza, y en ella se protegen las esferas de la vida social que eran más propensas a la intervención estatal. Se considera que las ciencias y las artes están “sujetas a sus propias leyes, sobre las que el Estado no puede influir si no quiere destruirse”, y al mismo tiempo se asignan como nuevas funciones del Estado su protección y su fomento. La disposición contenida en el artículo 142 servirá de modelo a varios textos constitucionales posteriores. Aunque su objeto principal fue proteger a los docentes universitarios, tuvo un efecto expansivo, pues hoy se entiende que su protección alcanza a todo el que se dedica a la actividad científica, sin importar el ámbito en el que lo haga.
En lo que respecta al contexto histórico, la incorporación de la libertad de la ciencia en la Constitución de 1849 generalmente se relaciona con dos hechos. Por un lado, la destitución de siete profesores de la Universidad de Göttingen en 1837 por haber protestado contra el rey de Hannover cuando este suprimió la Constitución de 1833 para apoderarse de los bienes del patrimonio fiscal y pagar así sus deudas. Por otro lado, su constitucionalización se considera también una reacción frente a los Acuerdos de Karlsbad, de 1819, que, en lo que aquí importa, sometieron a la universidad alemana a una estrecha tutela estatal. Estos hechos se relacionan igualmente con el nacimiento de otro derecho fundamental, la libertad de cátedra. Así, aunque el derecho que aquí me ocupa nace muy identificado con la libertad de cátedra, que también se desenvuelve en el ámbito universitario, evoluciona de manera diferente, y ambos terminarán consagrándose en distintas disposiciones constitucionales.
Fracasada la República de Weimar sucede la etapa del nacionalsocialismo, que significó la abolición de facto del artículo 142, y que en lo tocante a la ciencia significó la remoción de sus puestos de los científicos judíos y opositores y la dirección de la investigación hacia objetivos nacionalsocialistas. Culminada esta etapa en 1945, los aliados requieren de Alemania la convocatoria a una asamblea nacional constituyente y la inclusión de un catálogo de derechos en la nueva Carta Fundamental, que sigue las orientaciones de la Constitución de Weimar y de la Constitución de la Iglesia de San Pablo. Actualmente, la libertad de la ciencia está contemplada en el artículo 5.3 de la Constitución alemana de 1948. Conforme a su texto, “el arte y la ciencia, la investigación y la enseñanza son libres. La libertad de enseñanza no exime de la fidelidad a la Constitución”. Esta norma no recoge expresamente las funciones estatales de protección y fomento de la formulación weimariana, aunque claro, se entiende que ellas derivan de la cláusula de Estado social.
Para Javier García Fernández hay otros antecedentes no germánicos de la libertad de investigación científica, contenidos en el artículo 298 de la Constitución francesa de 1795, que al tratar la instrucción pública hace una referencia a las artes y las ciencias. La importancia de esta disposición radica en que en ella, según el autor, “al fin encontramos en el constitucionalismo del siglo XVIII una referencia a uno de los temas que más preocupaban en toda la Ilustración, cual era el progreso científico y la posición activa del Estado en su desarrollo”. Sin embargo, resulta innegable que son la Constitución de Weimar y su antecedente, y no el texto francés, los que proyectan prioritariamente su influencia en el derecho constitucional. De esta manera, la “libertad de la ciencia” aparece consagrada, en términos similares, en la Constitución de Grecia, en la de Polonia, en la Constitución del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, en la del Estado Libre de Baviera y en otras de la época. Por otro lado, la elaboración dogmática del artículo referido, y especialmente la “dimensión institucional de la libertad científica”, servirán para “justificar jurídicamente la intervención activa del Estado y de otros poderes públicos en el ámbito de la investigación científica”.
En el panorama constitucional comparado de hoy en día, gran parte de los textos constitucionales contemplan expresamente la libertad de investigación científica. Muchos de ellos siguen el modelo de la Constitución de Weimar o el de la Ley Fundamental de Bonn. Así lo hacen, por ejemplo, los artículos 20.1 letra b) y 44.2 de la Constitución española de 1978; los artículos 9.1 y 33.1 de la Constitución italiana de 1947; el artículo 16.1 de la Constitución de Grecia, de 1975; los artículos 42 y 77 de la Constitución de Portugal, de 1976. En la gran mayoría de los textos constitucionales se establece la obligación del Estado y los poderes públicos de promover, apoyar y fomentar la ciencia. Ello considerando no sólo su importancia individual, sino también la trascendencia de la actividad científica en el desarrollo de los países. La misma idea está presente en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Federal Alemán, que ha señalado que la libertad científica “tiene una función clave, tanto para la autorrealización del individuo cuanto para el conjunto del desarrollo social”.
(*) Marcela Ahumada Canabes (Dra. en Derecho por la Universidad Carlos III de Madrid) titulado “La libertad de investigación científica. Orígenes de este derecho y configuración constitucional” (Revista Estudios Socio-Jurídicos, Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia, 2008.
20/11/2024 a las 7:06 AM
1
LA ECONOMÍA DE HITLER
Ediciones CEDADE
Biblioteca WeltanschauungNS
Libros Para Ser Libres
2
¿ Una solución a nuestros problemas?
Multitud de veces nos hemos referido en nuestras publicaciones al Mito nórdico
hiperbóreo, a la mística nacionalsocialista que dio estilo a la Gran Alemania, al
concepto la Raza y la Sangre en su visión del hombre superior, al Arte eterno
preconizado por esta concepción, y no menos referencia hemos hecho a la fórmula
económica hitleriana del Patrón Trabajo frente al Patrón Oro de la Finanza
Internacional, pues bien, en esta ocasión nuestro cometido es el de insistir una vez más
sobre aquel concepto económico que llevó a Hitler al éxito más encomiable. Aunque
tratar sobre el Patrón Trabajo signifique, al menos en nuestro caso, volver a las fuentes
de Salvador Borrego (1), quien con tanto acierto trata este tema.
En otros trabajos a propósito incluidos en nuestras habituales publicaciones, vemos
como el NSDAP resultaba vencedor en las elecciones del 5 de marzo de 1932 con el
51% de los sufragios sobre un electorado que supuso el 88,18% de votantes. Este éxito
electoral le concedería a Hitler la mayoría absoluta y le llevaría al puesto de canciller el
30 de enero de 1933. Una nueva era iba a dar comienzo en Alemania, inaugurándose así
el III Reich.
No hacía falta poseer una formación de economista profesional para darse cuenta como
se daba cuenta Hitler, de las consecuencias socio políticas de ciertos acontecimientos
que hasta el momento habían repercutido sobre Alemania, como la inflación de 1923
que afectaba a la vida de todas las familias germanas. Respecto al paro galopante, este
supuso un progresivo incremento que llevó de un millón trescientos cincuenta mil
parados en septiembre de 1923 a seis millones ciento treinta y nueve mil en 1933. Estas
cifras solamente hacen referencia a los desocupados registrados, pero no reflejan al total
de los parados efectivos del país ni tienen tampoco en cuenta a los desocupados
temporales en aquel periodo. La clase media no poseía sindicatos ni seguro de
desempleo; el pequeño propietario, el tendero o el modesto industrial se veían obligados
a vender sus propiedades a precios de devaluación. Propiedades que iban a parar a
manos de los magnates de los negocios y de los especuladores. En las masas alemanas,
en especial entre la clase media modesta, reinó durante la inflación un sentimiento
anticapitalista dirigido contra los grandes consorcios industriales, los trust y los grandes
bazares tras cuyos negocios se ocultaban seres extraños al verdadero pueblo alemán y
ajenos al sufrimiento de las masas (2).
Esta es la Alemania que heredó Hitler a principios de 1933. El programa de
reivindicaciones presentado por el Nacionalsocialismo era el siguiente: liquidación de
las secuelas del infamante Diktat impuesto tras el Tratado de Versalles; rearme a nivel
de los demás países, supresión de los partidos marxistas; lucha contra la degeneración
en todas sus formas, exaltación de la Raza; afirmación de la Gran Alemania y
liquidación del paro obrero, para lo cual resultaba imprescindible el abandono del
sistema capitalista y de su herramienta, el Patrón Oro, sustituyéndolo por el Patrón
Trabajo (las teorías económicas de Hitler representaban el retorno al Orden Natural de
la Economía y, a su vez, el aplastamiento del «Sistema» en Alemania (3).
Escribía con acierto un tal Pujol a mediados de los años treinta en la revista “Aspa” (4)
que si un taumaturgo animado de ideas subversivas hiciera volatilizarse súbitamente el
hierro del mundo, produciría una catástrofe inmensa. Las ciudades modernas se
vendrían abajo de repente; desaparecerían los buques y las locomotoras; se perderían un
sinfin de instrumentos de trabajo; sería como si no hubiesen existido nunca el
3
automovilismo o la aviación; quedarían sin cultivar las tierras. Pero que este mismo
taumaturgo hiciese desaparecer todo el oro habido en el planeta y la única contrariedad
que ocasionaría sería que algunos millares de personas perderían parte de su dentadura.
Ni para la alimentación del hombre ni para la construcción de nada esencial se echaría
de menos al oro. Tan inútil es que de hecho no se emplea sino como un fetiche, bien
encerrado en determinados sótanos bancarios.
El oro es el fetiche que el Sistema de la Finanza Internacional esgrime como medio de
dominación mundial. Decía Hugo Wast en su obra “Oro” (5) que «mientras los otros
pueblos manejan la espada, el judío, arrinconado en el Ghetto, aprendía los secretos del
oro. A medida que lo acaparaba, y a fin de aumentar su valor, sus financistas iban
haciendo penetrar en las universidades y en los libros cristianos, como un dogma
económico (pero del cual se mofarían los siglos venideros): ‘no puede haber moneda
sana que no tenga por garantía el oro’. “ (NOTA DE BLT: hoy en día no usaríamos la
palabra ‘judío’, sino la finanza sionista, pues es totalmente injusto achacar a todo ‘judío’
el formar parte del grupo de presión sionista).
Pero este poder internacional lo que esgrime como arma no es el oro en sí, metal
pesado, difícil de transportar y de manejar en grandes cantidades, sino el «fantasma” del
oro, la representación nominal, la sombra del oro. Arguyendo que en tales o cuales
sótanos bancarios lo tienen encerrado como a un animal fabuloso, capaz de originar los
mayores desastres, mostrando los papeles que acreditan tenerlo allí realmente, la
Finanza sionista ha logrado durante muchos años intimidar al mundo. En torno a la
potencia misteriosa de ese fetiche se ha construido una especie de ciencia esotérica
mejor una pseudociencia disfrazada de grandes ropajes de disquisiciones abstrusas –
cuyo conocimiento monopolizan ciertos «técnicos” al servicio del poder sionista de la
Finanza (6).
Según Joaquin Bochaca (7), el sistema del Patrón Oro «se fundamenta en la regla de
que, cuando sale dinero de tal país, debe ser retirada de la circulación interior una
cantidad de dinero del tal país igual al importe del oro que ha salido. Es decir, que una
exportación una salida de oro, – provoca que el Banco Central «retire» de la circulación
interior billetes de banco por valor de esa salida, con lo cual se verá obligado a reducir
préstamos (los «depósitos en el Banco Central») a los bancos privados, que, a su vez,
deberán cancelar o reducir préstamos hechos a la industria local, y se producirá una
deflación en el mercado doméstico. En otras palabras, cuando un país debe usar el
Patrón Oro para saldar su balanza comercial llamada técnicamente Balanza de Pagos ,
se produce una contracción de la cantidad de dinero en ese país, igual a la cantidad de
oro perdido.
Sabemos que la demanda, o poder adquisitivo del mercado interior de un país depende
de los créditos abiertos por los bancos a los industriales, agricultores y ganaderos del
País en cuestión. Pero los créditos son o mejor dicho, hacen función de dinero, y la
cantidad de dinero existente en un país, como ya se ha dicho depende de la cantidad de
oro existente en el Banco Central de ese país. Así se consigue que el poder adquisitivo
deba depender de la cantidad de oro existente en los cofres del Banco Central. Si, de
acuerdo con las leyes del retorcido sistema, debe salir oro de un país para pagar un
exceso de importaciones sobre las exportaciones, se reducirá, en tal país el volumen del
dinero, de acuerdo con el siguiente ciclo:
A. Bajará el volumen de los créditos bancarios.
B. En consecuencia, bajará el volumen de la producción.
C. lógicamente se reducirán los beneficios industriales, los salarios de los obreros y los
dividendos de los accionistas,
4
D. también lógicamente, se reducirá la capacidad adquisitiva y, por vía, de
consecuencia
E. bajarán los precios de los productos.
Y entonces se produce un círculo vicioso. La baja en los precios de los productos es la
causa de bajas en los salarios y, de retrueque, en la capacidad adquisitiva
Es decir, que se ha urdido un sistema mediante el cual cuando el oro debe salir de un
país, deben también reducirse los precios de los artículos de consumo y bajar los
salarios. Un inciso muy importante: No es necesario que los precios bajen en valores
absolutos, sino en el índice del costo de lo vida. Es muy posible que los Gobiernos,
asustados por el desconcierto popular, decreten subidas políticas de salarios, que no son
más que cataplasmas para salir del paso como ocurre, especialmente en España aunque
el resultado final es, fatalmente una baja de precios. En todo caso esta reducción de
precios hace más atrayentes más comerciales, o más vendibles – los productos de ese
país, a causa de su baratura; en lógica consecuencia, las gentes de los demás países los
compran en mayores cantidades, y así aumenta el volumen de las exportaciones. El país
en cuestión se encuentra ahora, con la Balanza de Pagos equilibrada, o incluso favorable
y en condiciones, por lo tanto, de recibir oro.
Es decir que, en principio, el “juego” del Patrón Oro se compensa, o, si se quiere, se
corrige a sí mismo. Supongamos que entra oro en un país: en tal caso, aumenta el dinero
en circulación, aumentan los créditos bancarios de la Producción; aumenta la
Producción, aumenta la demanda y suben los precios. En consecuencia, deben subir
también los salarios, hasta que se llega a un punto en que los productos resultan
demasiado caros para competir en los mercados extranjeros.
De tal manera pretenden los panegiristas del Patrón Oro se consigue una uniformidad y
estabilidad de precios en todo el mundo. Pero esto no es así, como demuestran los
hechos. PORQUE LOS DUEÑOS DEL ORO CONSERVAN LEGALMENTE LA
LIBERTAD DE RETIRARLO DE LA ClRCULACIÓN CREANDO UNA ESCASEZ
MUNDIAL. TambIén puede darse el caso de un descubrimiento de nuevos yacimientos
de oro en cualquier parte. El sistema del Patrón Oro no tiene nada previsto ante tales
contingencias. En última instancia, puede demostrarse experimentalmente que ninguna
falta hace el Patrón Oro para mantener los precios y los salarios estables».
De la obra de Hugo Wast «Oro” (El Kahal) entresacamos el siguiente y aleccionador
diálogo referente a las consecuencias del Patrón Oro, sus alzas y sus bajas:
«El Presidente dijo en voz baja:
El alza del oro aplasta a los productores y a los trabajadores, que son las nueve
décimas partes de la humanidad.
Considere, señor presidente, el caso mío: hace veinte años, un suizo, M. Sandoz, gran
estanciero de la provincia, me prestó un millón de francos. Pues bien, para reunir la
suma vendió dos mil novillos, y me entregó el dinero. Durante veinte años he pagado
religiosamente el 8 % de interés. Y ahora debo reembolsar el capital. Como no tengo
dinero líquido, he propuesto a mi acreedor que reciba otros dos mil novillos de la misma
clase que él vendió. Me ha contestado que debo entregarle diez mil novillos, porque los
animales que entonces valían quinientos francos suizos, ahora no valen cien. Después de
haberle pagado por intereses un millón seiscientos mil francos suizos, tengo que
devolverle cinco veces más de los que me prestó.
¡A causa de la baja de los productos! murmuró el presidente, impresionado por
aquello que no era un apólogo, sino una ruda verdad, el retrato fiel de muchos otros
estancieros del país.
¡NO, señor! rectificó vivamente Adalid . A causa del alza del oro…
¿No es lo mismo?
5
¡No, por cierto! Lo primero es echarle la culpa de la crisis a los productores, al trabajo
fecundo que crea riquezas. Decirles: ¡Insensatos! ¡Habéis trabajado de más! La
abundancia que vosotros creáis, ha empobrecido al mundo. ¡No sembréis! ¡Destruid lo
cosechado!
¿Y lo segundo?
Lo segundo es situar la cuestión en su verdadero terreno. La razón de la crisis es el alza
del oro. Gracias a ella, un prestamista estéril, que nada crea, devora cinco veces más de
lo que ha prestado.
¿No es absurdo haber hecho medida universal de todos los valores a la cosa más
variable en su propio valor, que es el oro?”.
Ante el espectáculo de los pueblos sometidos al sistema económico capitalista, y
queriendo Hitler sustraer a Alemania a tal esclavitud, afirmaba rotundamente que “el
pueblo no vive para la Economía y la Economía no existe para el Capital, sino que es el
Capital quien sirve a la Economía y la Economía al Pueblo». Había demostrado a su vez
con hechos palpables que LA RIQUEZA NO ES EL ORO SINO EL TRABAJO. Y así
iba quedando en entredicho la aberración de que el dinero debe privar por encima de los
valores del espíritu.
Hitler había recibido, como vimos, una Alemania arruinada tras la derrota de 1918 y por
las sanciones económicas impuestas, y exhausta a causa de la gran crisis y de las luchas
internas. Con sus nuevas fórmulas económicas pero no menos gracias a su férrea
voluntad y a la inteligencia y disciplina de un pueblo – Hitler estaba elevando a la
minúscula Alemania al rango de gran potencia internacional.
El presidente americano Roosevelt, que había ascendido al poder al mismo tiempo que
Hitler, gobernando un país 19 veces mayor que el Reich, contando con recursos
económicos infinitamente superiores y dotado de vastos campos agrícolas y fértiles
tierras, no lograba encontrar el medio de dar trabajo a sus once millones de parados. Ni
siquiera Inglaterra y Francia, pese a sus imperios coloniales, lograban librarse de las
secuelas de la gran crisis al seguir estando sometidas al Sistema del becerro de oro (8).
Lo importante para Hitler no era el tener cierta cantidad de oro en una gaveta o en un
sótano de banco, sino el que las gentes comiesen lo mejor posible, que viviesen en casas
higiénicas, decorosas y estéticas, que pudiesen trasladarse cómoda y fácilmente de un
lugar a otro en medios de locomoción propios o públicos, se vistiesen con decencia y
elegancia, dispusiesen de libros, de objetos artísticos, de centros de cultura, de escuelas,
universidades y museos, que tuviesen teatros, lugares de esparcimiento físico y
recreativos, templos para el culto divino y, por supuesto, medios de defensa. El oro no
crea nada y sin creación de riqueza ¿cómo habría de conseguirse y sostenerse un estado
de prosperidad y de bienestar como el descrito?.
Si los «superdotados» de la denominada “CIENCIA ECONÓMICA» alegaban que tales
tierras no podían dedicarse al cultivo ni emplear en ellas a un determinado número de
parados a consecuencia de que no había dinero para llevar a cabo tal empresa, esta razón
era generalmente aceptada. Pero el sistema Nacionalsocialista se desentendía de que
hubiese o no divisas en las cajas bancarias u oro en sus sótanos; lo que hacia era emitir
el dinero papel necesario; con esas tierras puestas en cultivo creaba una nueva fuente de
trabajo, empleaba a su vez a los cesantes y con ello aumentaba la producción. Este
mismo aumento de la producción era la garantía de la anterior emisión de dinero que se
había lanzado. De esta forma, en vez de ser el oro el que apuntalase el billete de banco,
era el trabajo quien lo sostenía. Dicho en palabras del propio Hitler: “La riqueza no es el
dinero sino el trabajo mismo».
6
Si en determinado lugar se contaba con individuos sanos, capaces de desempeñar un
trabajo, y a su vez habían obras que llevar a cabo, el Sistema financista. preguntaba si
además, había dinero, pues sin este tercer requisito las obras no daban comienzo y los
parados continuaban como tales. El sistema Nacionalsocialista no preguntaba por el
tercer requisito el dinero , pues la producción que llevarían a cabo los hombres puestos
manos a la obra, fruto de su trabajo, era un valor en sí mismo. Y todo valor, toda
riqueza (en este caso el de las obras realizadas) ha de estar representado por un dinero.
En definitiva, el dinero viene luego, y sólo como símbolo de ese valor intrínseco y
verdadero.
Hitler había advertido: “No poseemos oro, mas el oro de Alemania es la capacidad de
trabajo del pueblo alemán. La riqueza no está en el dinero, sino en el trabajo». Los
embaucadores internacionales, paladines del becerro de oro, clamaban horrorizados que
aquello era una pura herejía que atentaba contra la infalible “CIENCIA ECONOMICA»
erigida en tabú. Hitler refutaba que el crimen no es atentar contra ciertos principios de
una tal pseudo ciencia económica sino el mantener cesantes indefinidamente a millones
de individuos sanos y fuertes.” La inflación decía Hitler no la provoca el aumento de la
circulación monetaria, Nace el día en que se exige al comprador, por el mismo
suministro, una suma superior que la exigida la víspera. Allí es donde hay que
intervenir. Incluso a Schacht tuve que empezar a explicarle esta verdad elemental: que
la causa esencial de la estabilidad de nuestra moneda había que buscarla en los campos
de concentración. La moneda permanece estable en cuanto los especuladores van a un
campo de trabajo. Tuve igualmente que hacerle comprender a Schacht que los
beneficios excesivos deben retirarse del ciclo económico.
«Todas estas cosas son simples y naturales. Lo fundamental es no permitir que los
judíos metan en ellas sus narices. La base de la política comercial judía reside en hacer
que los negocios llegasen a ser incomprensibles para un cerebro normal. Se extasía uno
ante la ciencia de los grandes economistas. ¡Al que no comprende nada se le califica de
ignorante! En el fondo, la única razón de la existencia de tales argucias es que lo
enredan todo… Sólo los profesores no han comprendido que el valor del dinero depende
de las mercancías que el dinero tiene detrás.
Dar dinero es únicamente un problema de fabricación de papel. Toda la cuestión es
saber si los trabajadores producen en la medida de la fabricación de papel.
Si el trabajo no aumenta y por tanto la producción queda al mismo nivel, el aumento de
dinero no les permitirá comprar más cosas que las que compraban antes con menos
dinero. Evidentemente esta teoría no hubiera podido suministrar la materia de una
disertación científica. Al economista distinguido le importaba sobre todo exponer ideas
envueltas en frases sibilinas”
«Demostré a Zwiedineck que el Patrón Oro, la cobertura de la moneda, eran puras
ficciones, y que me negaba en el futuro a considerarlas como venerables e intangibles;
que a mis ojos el dinero no representaba nada más que la contra partida de un trabajo y
que no tenía por tanto valor más que en la medida que representase trabajo realmente
efectuado. Precisé que allí donde el dinero no representaba trabajo, para mí carecía de
valor.
“Zwiedineck se quedó horrorizado al oírme. Me explicó que mis ideas conmoverían las
nociones más sólidamente establecidas de la ciencia económica y que su aplicación
llevaría inevitablemente al desastre.
«Cuando después de la toma del poder, tuve ocasión de traducir en hechos mis ideas, los
economistas no sintieron el menor empacho, después de haber dado una vuelta
completa, en explicar científicamente el valor de mi sistema» (9).
7
Escribe Alan Bullock que «Schacht, cuyos consejos (los de Hitler) se negó a escuchar y
al que admiraba de mala gana, dijo de él: «Hitler encontraba con frecuencia soluciones
asombrosamente simples a problemas que a otros habrían parecido insolubles. Tenía
verdadero genio inventivo. Sus soluciones eran generalmente brutales, pero casi siempre
efectivas». En una entrevista con un corresponsal francés a principios de 1936, Hitler
hizo gala de esta capacidad de simplificación como su don más preciado:
«Se ha dicho que mis éxitos los debo a que he creado una mística, o más sencillamente a
que tengo suerte. Esta bien, yo diré a usted cual ha sido la fuerza que me ha elevado a la
posición que ocupo. Nuestros problemas políticos parecían complicados; el pueblo
alemán no podía hacerles frente. En tales circunstancias prefirió dejarlos liberados a los
políticos profesionales para que lo sacasen de este laberinto. Yo, por mi parte,
simplifiqué los problemas y los reduje a los términos más sencillos. Y las masas se
dieron cuenta y me siguieron» (10).
Alemania no era la hermética Rusia, sino todo lo contrario. Todo el que quiso
cerciorarse de aquella gran verdad pudo comprobarlo e informar sobre el propio terreno.
A España llegaban las informaciones de prensa desde el Reich a través del corresponsal
de «ABC» César González Ruano, autor de una serie de magníficos reportajes al
respecto. Economistas de un sinfín de países comprobaban sorprendidos aquellos éxitos.
El norteamericano Radcliffe Collage tuvo a bien enviar a la capital alemana al
economista antinazi Máxime Y. Sweezy, quien refleja sus impresiones al respecto en su
obra «La Economía Nacional Socialista”:
«El pensamiento occidental, cegado por los conceptos de una economía arcaica, creyó
que la inflación, la falta de recursos, o una revolución, condenaban a Hitler al fracaso …
Mediante obras públicas y subsidios para trabajos de construcción privada se logró la
absorción de los cesantes. Se cuidó de que los trabajadores de determinada edad,
especialmente aquellos que sostenían familias numerosas, tuvieran preferencia sobre los
de menor edad y menores obligaciones…Se desplazó a los jóvenes desocupados hacia
esferas de actividad de carácter más social que comercial, como los Cuerpos del
Servicio del Trabajo, de Auxilios Agrícolas y de Trabajo Agrícola Anual.
”En el otoño de 1936 ya no existía duda alguna sobre el éxito del primer plan cuatrienal.
La desocupación había dejado de ser un problema e inclusive se necesitaban más
obreros. El segundo plan cuatrienal quedó bajo la dirección del general Göering, cuya
principal meta era independizar a Alemania de todos los víveres y materias primas
importadas…
«La estabilización de precios que resultó de la intervención oficial nazi debe
conceptuarse como un éxito notable, único en la historia económica desde la revolución
industrial.” (11).
Y ¿cómo había logrado Adolfo Hitler tan milagrosa transformación si Alemania carecía
de oro en sus bancos y en sus minas, y de divisas en sus reservas?. Desde luego la
fórmula no era un secreto, pero resultaba inverosímilmente simple ante tanta
disquisición pseudocientífica de la enrevesada economía financiera sionista que los
poderes del Sistema habían hecho circular por el mundo. Se basaba, principalmente, en
el citado principio de que «la riqueza no es el dinero sino el trabajo». En consecuencia,
si era el dinero lo que faltaba, se emitía, y si los embaucadores de la Alta Finanza
alegaban que tal cosa era una herejía, bastaba con aumentar la producción y con regular
los salarios y los capitales para que no se produjera ningún crack económico.
Cuando la masa de billetes que circula en un país está en proporción de sus necesidades
comerciales y de su producción, esos billetes conservan intacto su valor habitual,
aunque no tengan ni un gramo de oro como garantía.
8
El citado economista norteamericano Sweezy pudo comprobar como se daba ese audaz
paso económico, escribiendo a posteriori: «Los dividendos mayores del 6 % debían ser
invertidos en empréstitos públicos. Se considera que el aumento de billetes es malo,
pero esto no tiene gran importancia cuando se regulan los salarios y los precios, cuando
el gobierno monopoliza el mercado de capitales y cuando la propaganda oficial
entusiasma al pueblo» (12)
Describe también Sweezy en su obra cómo la economía nacionalsocialista ayudó a los
hombres de negocios a eliminar a los logreros de la industria; se ampliaron las
subvenciones para empresas productoras de bienes esenciales; se implantó un espartano
racionamiento y el comercio internacional mantenido con Alemania se rigió por el
sistema “barter» (el trueque).”Mediante el Frente Alemán del Trabajo escribe la ilusión
de las masas se desvió de los valores materiales a los valores espirituales de la nación»;
se aseguró la cooperación entre el capital y el trabajo; se creó un departamento de
«Fuerza por la Alegría»; se agregó otro de «Belleza y Trabajo»; se implantó el
mejoramiento eugenético y estético de los centros de trabajo. Los jóvenes alemanes, con
anterioridad a su ingreso en el Ejército, hacían su prestación durante un año en el
Servicio del Trabajo, lo que ayudaba a que fueran menos distantes las diferencias de
clase. De esta forma, desde las ciudades eran trasladadas promociones de jóvenes al
campo, a cargo de sus organizaciones, a incrementar las labores agrícolas; los ancianos
capaces de colaborar se les movilizó hacia talleres especiales; los trabajos más duros
fueron desempeñados por los procesados internados en campos a propósito (estas
instalaciones penitenciarias estaban acondicionadas como campos de trabajo); la
influencia de los sionistas se neutralizó a fin de que no afectara al resto de trabajadores,
«con objeto de que el contagio fuera mínimo»; y las ganancias de los negociantes se
redujeron a límites razonables. (13)
La importancia que la economía nacionalsocialista atribuía a la producción no sólo era
como medida de lucha contra la desocupación, como hemos podido constatar, sino
como capital efectivo de la nación, lo que se colige también de la siguiente declaración
del canciller Adolf Hitler ante el Reichstag el 20 de febrero de 1938, que representaba el
programa económico del futuro:
“Para nosotros no existe otro camino que el del mayor aumento de nuestro trabajo y en
consecuencia el de sus productos. Las exigencias del pueblo alemán están en relación
con el alto nivel de vida al cual se ha acostumbrado. Si el resto del mundo estuviese
influido sólo por grandes estadistas, en lugar de estarlo por periodistas, debería sentirse
agradecido por su influencia. Cuanto mayores sean las exigencias culturales y vitales de
un pueblo, tanto mayor será su anhelo de paz. Sólo la paz ofrece la posibilidad de
realizar aquellos cometidos capaces de satisfacer las exigencias de un nivel de vida tan
elevado. Nuestra situación económica es difícil Pero ello no es debido a que en
Alemania gobierna el nacionalsocialismo, sino a que viven 140 habitantes por kilómetro
cuadrado y a que nosotros no contamos con aquellas riquezas naturales y de subsuelo
con la que cuentan otros pueblos, y, sobre todo, porque carecemos de tierra fértil Si el
imperio británico se disolviera súbitamente e Inglaterra se viera obligada a vivir de su
propio suelo, entonces quizás enseguida se tendría allí mayor comprensión para las
grandes dificultades a las cuales tenemos que hacer frente en el terreno de la economía.
Que Alemania haya conseguido resolver este problema, y cómo lo consiguió, es en sí un
milagro y un motivo para todos de sentimos verdaderamente orgullosos. Cuando un
pueblo no dispone de reservas de oro ni de divisas, en ninguna forma, y ello no porque
ahora rija el nacionalsocialismo aquí sino porque el Estado anterior anti nacionalista,
demócrata parlamentario, fue saqueado durante quince años por un mundo sediento de
botín y tiene que alimentar a 140 habitantes por km. cuadrado sin poseer una sola parte
9
mínima del complemento colonial que necesita, cuando un pueblo, al que faltan
numerosas materias primas y no tiene la posibilidad de adquirirlas ni está dispuesto a
llevar una existencia de trampa por medio de créditos, cuando un pueblo semejante
reduce en cinco años el número de sus obreros parados a la nada, no sólo mantiene su
nivel de vida sino que lo mejora aún y todo esto gracias a su propia energía y trabajo;
cuando un pueblo lleva a cabo tal milagro, deberían por lo menos callarse todos
aquellos que, a pesar de mayores posibilidades económicas, apenas se hallan en
situación de solucionar sus propios problemas de trabajo.
Nuestra misión en el futuro será también la de preservar de ilusiones al pueblo, alemán.
La peor ilusión es la de creer que se puede gozar de algo que anteriormente no ha sido
creado y producido por el trabajo. Con otras palabras: nuestro deber en el futuro será
también el de hacer comprender a todo alemán, tanto de la ciudad como del campo, que
el valor de su trabajo siempre debe ser igual al de su salario. Es decir, el labrador sólo
puede recibir a cambio de los productos que obtiene de la tierra aquello que el obrero de
la ciudad ha alcanzado anteriormente con su trabajo y este último a su vez sólo puede
recibir lo que el labrador ha conseguido arrancar del suelo y todos entre sí sólo pueden
cambiar aquello que producen; la moneda sólo sirve para desempeñar su papel de
medidora; en sí misma no posee ningún valor propio. Todo marco que se pague de más
en Alemania presupone que el trabajo ha sido aumentado por el valor de un marco, pues
de lo contrario este marco es un simple pedazo de papel desprovisto de todo poder
adquisitivo. Sin embargo, nosotros queremos que nuestro marco continúe siendo un
papel honrado, una orden de pago por el producto de un trabajo igualmente honrado, la
única y efectiva. Por esta razón hemos sido capaces, sin oro y sin divisas, de mantener
el valor del marco alemán y con ello hemos asegurado el valor de nuestros depósitos de
Caja de Ahorros en una época en que aquellos países, que rebosaban de oro y de divisas,
han tenido que devaluar su misma moneda!”(14).
Un año más tarde, el 30 de enero de 1939, declaraba Hitler en respuesta a la crítica
contra el trueque:
“El sistema alemán de dar por un trabajo realizado noblemente un contrarendamiento
también noblemente realizado, constituye una práctica más decente que el pago por
divisas que un año más tarde han sido desvalorizadas en un tanto por ciento cualquiera.
Hoy nos reímos de esa época en que nuestros economistas pensaban con toda seriedad
que el valor de una moneda se encuentra determinado por las existencias en oro y
divisas depositadas en las cajas de los bancos del Estado y, sobre todo, que el valor se
encontraba garantizado por estas. En lugar de ello hemos aprendido a conocer que el
valor de una moneda reside en la energía de la producción de un pueblo».
El ex Primer ministro francés Paul Reynard, narra en sus «Revelaciones” que, en 1923
se trabajaban en Alemania 8.999 millones de horas y en Francia 8.184 millones, En
1937 (bajo el sistema «nazi» que absorbió a todos los cesantes) se trabajaban en
Alemania 16.201 millones de horas, y 6.179 en Francia.
Como resultado, la producción industrial y agraria de Alemania llegó a sextuplicarse en
algunos ramos y así la realidad trabajo fue imponiéndose a la ficción oro. Un viejo
anhelo de la filosofía idealista alemana iba triunfando aún en el duro terreno de la
economía (15).
Pero la riqueza la crea el trabajo sólo cuando este se realiza en un ambiente de orden y
alegría profunda. Riqueza son las máquinas, los instrumentos que se exportan y se
intercambian, los inventos que permiten ir dominando la Naturaleza hermética y hostil,
los descubrimientos de los investigadores científicos que le arrancan sus secretos y
contribuyen a mejorar las condiciones de la vida, las creaciones de la artesanía y del
arte, la disciplina y la paz interna que hacen posible y alimentan la colaboración entre
10
los conciudadanos. El oro no es más que un triste medio, un instrumento de cambio.
Pero si se tiene en cuenta que la realidad es que no circula, ni siquiera en las naciones
que lo poseen, en que su función es reemplazada por papel moneda, o sea, UN SIGNO
DE CONFIANZA EN LA EXISTENCIA DE UNA RIQUEZA METALICA E
INFECUNDA ¿cómo no lo ha de cumplir con facilidad dentro de una nación EL
SIGNO DE CONFIANZA EN SU PROPIA LABORIOSIDAD CREADORA, y fuera
de ella los productos reales y efectivos de su trabajo, es decir, la riqueza ya creada y
apta para la exportación? y si se pueden intercambiar los productos propios y las
materias primas entre las naciones ¿para qué hacer intervenir en el intercambio a un
tercero que nos suministre su oro y que haga triangular la operación, con la única
ventaja de reportarle a él un beneficio cuando no el logro de un control en la economía
de los países a los cuales les «suministra» ese oro? (16).
Es obvio que esto entraba en pugna con los intereses de una de las ramas del judaísmo
que halla más cómodo y rentable amasar fortunas en hábiles especulaciones,
monopolios o transacciones de Bolsa que forjar patrimonios mediante el trabajo
constructivo. Esta desmedida ambición de los poderes capitalistas supranacionales ya
había sido denunciada por el filósofo francés Gustave Bon, quien, en su obra «La
Civilización de los Arabes” había escrito “Los reyes del siglo en que luego entraremos
serán aquellos que mejor sepan apoderarse de las riquezas. Los judíos poseen esta
aptitud hasta el extremo que nadie ha igualado todavía”(17)
Hitler se destacaba como el mayor opositor a esos detentadores del oro internacional y
ya desde 1923 había dejado escrito que el Capital debe hallarse sometido a la
Supremacía de la nación en vez de figurar como una potencia internacional
independiente. El capital decía debe actuar en favor de la soberanía de la nación en
lugar de convertirse en el amo de ésta. Es inaceptable que el capital pretenda regirse
leyes internacionales atendiendo únicamente a lograr su propio incremento. En las
democracias la economía ha logrado imponerse al interés de la colectividad y si para sus
conveniencias utilitarias es más atractivo financiar a los especuladores que a los
productores de víveres puede hacerlo sin ningún obstáculo. De idéntica forma puede
ayudar más a los capitalistas extranjeros que a los propios si de esa forma obtiene
mayores dividendos. El bien de la patria y de la nacionalidad no cuentan para nada en la
«CIENCIA ECONOMICA» del becerro de oro. (18).
Por supuesto que tal egoísmo practicado y propiciado por el elemento internacional
judío fue prescrito implacablemente en la nueva Alemania. Y ya una vez afianzada la
economía nacionalsocialista pudo anunciar Hitler el 10 de diciembre de 1940:
«Estoy convencido de que el oro se ha vuelto un medio de opresión sobre los pueblos.
No nos importa carecer de él. El oro no se come. Tenemos en cambio la fuerza
productora del pueblo alemán… En los países capitalistas el pueblo existe para la
economía y la economía para el capital. Entre nosotros ocurre al revés: el capital existe
para la economía y la economía para el pueblo. Lo primero es el pueblo y todo lo demás
son solamente medios para obtener el bien del pueblo. Nuestra industria de armamento
podría repartir dividendos del 75, 140 o 160 por ciento… Creo que es suficiente un seis
por ciento… Cada consejero en los países capitalistas asiste una vez al año a una junta;
oye un informe, que a veces suscita discusiones. Y por este trabajo recibe anualmente
60.000, 80.000 o 100.000 marcos.
Esas prácticas inicuas las hemos borrado entre nosotros. A quienes con su genio y
laboriosidad han hecho o descubierto algo que sirve grandemente a nuestro pueblo, les
otorgamos y lo merecen – la recompensa apropiada. ¡Pero no queremos zánganos!…
(19).
11
En Alemania se había declarado como medida urgente la constitución corporativa de la
agricultura alemana, dado que se consideraba que la reconstitución nacional tenía como
condición imprescindible la existencia de una fuerte clase campesina. Absorbida la
masa de los seis millones y pico de parados a lo largo del primer plan cuatrianual, se
tuvo que importar entonces mano de obra extranjera, en especial de los países
democráticos como Francia y Bélgica. «En pocos años Alemania hizo notables
progresos en el camino de su recuperación económica escribe Allan Bullock al final de
este período era una de las naciones industriales mejor equipada del mundo». (20).
Los poderes fácticos de la Finanza Internacional no veían el peligro en la Italia fascista,
puesto que, aunque los líderes de este país consideran, antinatural el Patrón Oro, no se
habían atrevido a atentar contra él. El peligro estaba en la Alemania de Hitler, y no ya
por ser país de mayor entidad y peso específico que el anterior en todos los aspectos,
sino por sus doctrinas económicas y financieras, las que se adivinaban no ya peligrosas
sino mortales para el Sistema.
Por tal causa, estos poderes fácticos desencadenaron desde el primer momento en una
auténtica guerra económica y financiera contra la Alemania nacionalsocialista, dado que
debían de impedir por todos los medios que el ejemplo del Reich cundiese entre sus
vecinos. En Bélgica, Noruega, Hungría, Yugoslavia, Bulgaria, etc. iban apareciendo
organizaciones políticas nacionalistas de marcado matiz anticapitalista, anticomunista y
antisemita, que proclamaban su deseo de liberar a sus respectivos países de la influencia
nefasta de este poder sionista internacional con su pernicioso sistema económico. (21).
Que la guerra le fue declarada a la Gran Alemania por oponerse ésta tanto ideológica
como prácticamente al Sistema, es algo que vamos a demostrar a continuación:
El 7 de mayo de 1933 seis años antes de que diera comienzo la guerra – Samuel
Untermeyer, a la sazón presidente de la Federación Mundial Económica Judía, había
declarado durante un discurso dado en Nueva York: «Agradezco vuestra entusiasta
recepción, aunque entiendo que no me corresponde a mí personalmente sino a la
«Guerra Santa» por la humanidad, que estamos llevando a cabo. Se trata de una guerra
que debe pelearse sin descanso ni cuartel hasta que se dispersen las nubes de
intolerancia, odio racial y fanatismo que cubren lo que fuera Alemania y ahora es
Hitlerlandia. Nuestra campaña consiste en uno de sus aspectos, en el boicot contra todas
sus mercancías, buques y demás servicios alemanes. El primer Presidente Roosevelt,
cuya visión y dotes de gobierno constituyen la maravilla del mundo civilizado, lo está
invocando para la realización de su noble concepto sobre el reajuste entre capital y
trabajo » (22).
Por su parte, Carlos Roel en su obra «Hitler y el Nazismo», escribe: “La judería se
alarmó, pues siendo el acaparamiento del oro y el dominio de la Banca sus medios de
dominación mundial, significaba un grave peligro para ello el triunfo de un Estado que
podría pasarse sin oro, y además, desvincular sus instituciones de crédito de la red
internacional israelita, ya que muchos otros se apresurarían a imitarlo. ¿Cómo evitar ese
peligro? No había sino una forma. aniquilar a Alemania» (23).
El citado autor agrega en su obra que esos amos del crédito llevaban a cabo fabulosas
especulaciones a costa de las comunidades nacionales; fundando monopolios y
provocando artificialmente crisis y carestías. Y como estaban en condiciones de elevar o
de abaratar los valores de la bolsa a su libre albedrío sus perspectivas de lucro se
volvían prácticamente infinitas. (24).
Narra Joaquín Bochaca en su obra de última hora «los crímenes de los buenos», que «el
mismo Bernard Mannes Baruch (el apodado ”Procónsul de Judea en América»,
consejero «vitalicio» de los presidentes USA) en septiembre de 1938, tras una
conferencia con Roosevelt, hizo la siguiente manifestación a la prensa:
12
«Si mantenemos nuestros precios bajos, aún perdiendo dinero, no hay ninguna razón
para que no podamos quitarles sus clientes a los beligerantes. De tal modo, el sistema
alemán del «barter” será destruido. Hace años que luchamos para conseguirlo. Habrá
costado una guerra, pero lo habremos logrado. » (Según «The New York Times» del 14
IX 1939).
«Hitler ponía en práctica el patrón Trabajo, opuesto al patrón Oro. En sus relaciones
comerciales internacionales preconizaba el «barter» (intercambio) y estaba dispuesto a
no aceptar los préstamos bancarios extranjeros (la Banca alemana había sido embridada
y puesta al servicio del Reich). Esto era fatal para la Alta Finanza Internacional, no ya
por el hecho de haber perdido al importante mercado alemán, sino por el peligro que
representaba el Reich, en su doble vertiente de su expansión económica y de ejemplo
para otros países que desearan romper las cadenas de la Kapinter.
«La verdad siempre acaba por salir a la superficie. Así, un año después de iniciada la
guerra, nada menos que el «Times» londinense y el «Times» en Inglaterra es por
multitud de razones, bastante más que un simple periódico, como expresión de los
poderes fácticos de la isla publicó estas reveladoras líneas: «Una de las causas
fundamentales de esta guerra ha sido el esfuerzo permanente hecho por Alemania desde
1918 y agravado desde 1933 para asegurarse importantes mercados extranjeros y
fortalecer así su comercio, eliminando el paro interno, al mismo tiempo que sus
competidores se veían obligados, a causa de sus deudas, a adoptar el mismo camino. Era
inevitable que se produjeran fricciones, dado que los productos alemanes eran más
baratos y estaban mejor hechos». En otro artículo, el mismo periódico hizo la siguiente
sorprendente revelación: «En plena guerra, en Alemania, no se habla de la necesidad de
aumentar los impuestos, ni de estimular el ahorro ni de lanzar enormes empréstitos de
guerra. Muy al contrario. Recientemente acaba de abolirse un importante impuesto. El
dinero es tan abundante que, desde nuestro punto de vista, no tiene explicación. Hitler
parece haber descubierto el secreto de trabajar sin un sistema financiero clásico y haber
puesto en marcha un sistema basado en el movimiento perpetuo”(«The Times»,
Londres, 11 y 13 X 1940 y 15 X 1940).
«Churchill continúa Bochaca , el todopoderoso político que nunca fué votado por el
pueblo británico, le decía al General Robert E. Shewood, en noviembre de 1936, que:
«Alemania se está haciendo demasiado fuerte y deberemos aplastarla otra vez» (Robert
E. Shewood, en «Roosevelt & Hokins»).
«Mucho se habla de los «negocios de guerra» y los beneficios de los fabricantes de
armamento, pero ésta es una causa circunstancial La razón principal siempre estribó en
que la política financiera de Hitler, significaba, a la corta o a la larga y más a la corta
que a la larga el fin de lo que actualmente se denomina el Establishment: la Finanza
Internacional».
«Las negociaciones (sobre Polonia) deberían fracasar porque, una vez obtenido el
acuerdo de principio, los negociadores ingleses fueron informados por su gobierno de
dos condiciones suplementarias y últimas que debían ser sometidas a los negociadores
alemanes. Las dos condiciones de última hora, que malograrían el acuerdo a no
aceptarlas Alemania, era que Alemania renunciara a su autarquía económica y adoptara
el patrón Oro, reincorporándose al sistema librecambista. Además, Alemania debería
autorizar la reapertura de las logias masónicas, clausuradas por Hitler. En otro lugar
mencionamos que fue el Coronel J. Creagh Schott, diplomático bien conocido, quien
denunció públicamente estos hechos y no fué jamás desmentido. Creagh Schott, que
tomó personalmente parte en las conversaciones con los emisarios alemanes, acusó
públicamente al gobierno británico, en una conferencia pronunciada en el ayuntamiento
de Chelsea, de haber provocado y prolongado la guerra únicamente para defender el
13
patrón Oro y la Masonería, dos instrumentos sionistas, según él. De manera que
Inglaterra no hacía la guerra por interés propio, toda vez que Alemania no le pedía nada
más que la paz. Hacía la guerra, según alguien bien calificado para saberlo, por patrón
Oro e, incidentalmente, por la recalificación de una secta calificada por la misma
persona de «instrumento sionista». (25).
James V. Forrestal en su”Forrestal Diaries” págs. 221 222 afirma que el propio Premier
inglés Sir Neville Chamberlain declaró que «América y el mundo judío habían forzado a
Inglaterra a entrar en la guerra”.
CONSIDERACIONES
Ultimado el tema que nos ha ocupado hemos de tener en cuenta las siguientes
consideraciones:
No faltara nunca entre los pacientes lectores el escéptico de turno que alegue “que sí,
que todo lo expuesto está muy bien, pero que si por un lado Hitler dio trabajo a seis
millones de alemanes por otro se cargó a seis millones de judíos”. “Que las autopistas se
construyeron para hacer más fácil la invasión de otros países. Y que el dinero para las
grandes obras fueron donaciones de los magnates de la industria Tampoco faltarán
quienes afirmen que, «siendo Hitler un medium (?), recibía ayuda ¿económica? de los
poderes ocultos supranaturales…» y otros argumentos de perogrullo por el estilo, a fin de
negar por todos los medios posibles, imposibles e imaginables la realidad
nacionalsocialista.
***
Al hablar a ustedes de estos conocimientos, compatriotas, quisiera poner en la cabeza de
todos ellos un principio fundamental: la economía es sólo un medio para llegar al fin, es
decir, que el hombre no vive para la economía, sino que es la economía la que está al
servicio del hombre, facilitándole la vida, haciéndosela lo más agradable y cómoda
posible. Eso significa que yo juzgo la economía desde el punto de vista del provecho
que proporciona y no partiendo de una teoría. Así, pues, si alguien me dijera: «Oiga,
tengo una teoría económica maravillosa”, yo le respondería al instante con esta
pregunta; “¿Qué provecho se le puede sacar?. Eso es lo decisivo. La teoría no me
interesa en modo alguno, me interesa únicamente el provecho, pues las personas no
están al servicio de la economía, sino la economía al servicio de las personas. Y cuando
una teoría económica no sirve para nada, no resulta práctica; entonces no me hable de
ella en modo alguno, entonces no me diga nada, que no me interesa». Esto es lo primero
y principal: la economía es un medio para conseguir un fin. Y el fin es la vida del ser
humano».
Adolf Hitler (20.5.1937).
***
Cuando un pueblo reduce en cinco años el número de sus obreros parados a la nada, no
sólo mantiene el nivel de vida sino que lo mejora, gracias a su propia energía y trabajo…
deberían callar quienes, a pesar de mayores posibilidades económicas, apenas pueden
solucionar sus propios problemas de trabajo.
Hitler
«EL MAXIMO PRECIO QUE UN PRODUCTOR DE COSMETICOS PUEDE
IMPONER A UN DETERMINADO PRODUCTO, PARA TODA CLASE DE
COMPRADORES, EN RELACION CON LAS NORMAS PARA LA REGULACION
DE PRECIOS TOPES, DEBE SER IGUAL AL MAXIMO DE PRECIOS
TOLERADOS EN LAS NORMAS PARA LA REGULACION DE PRECIOS
14
MAXIMOS DE TALES PRODUCTOS VENDIDOS A UN COMPRADOR DE LA
MISMA CATEGORIA».
Moisés Schiff, 1941.
(el sionista Schiff era Director de la O.P.A., organismo para la fiscalización de precios
en los EE. UU)
A NUESTROS OJOS, EL ORO NO ES UN FACTOR DE VALOR, SINO SOLO UN
ELEMENTO DE OPRESION Y DOMINACION DE LOS PUEBLOS. SI NO
TENEMOS ORO TENEMOS, EN CAMBIO, LA FUERZA DEL TRABAJO. Y LA
FUERZA DEL TRABAJO ALEMÁN ES NUESTRO ORO. SOLO EL TRABAJO
CREA NUEVO TRABAJO. NO ES EL DINERO EL QUE LO CREA».
Adolf Hitler. Discurso sobre economía pronunciado el 10 de Diciembre de 1940
NOTAS:
(1) Ver Salvador Borrego, «El Trono del Oro» en su obra”Derrota Mundial». México.
(2) Alan Bullock, en «Hifier». Ed. Bruguera. (3) Ver J. Bochaca. “El enigma
capitalista».
Toda la genial idea de Hitler se basaba en un fundamento principal: oponer el trabajo al
oro. Hecho esto, el dominio económico mundial desaparece.
(4) Ver Pujol, en “Alemania o la propiedad sin oro” . Revista «Aspa”. 1936.
(5) Hugo Wast, en”Oro»(El Kahal). Buenos Aires, 1938.
(6) Ver Pujol op. cit.
(7) Ver Bochaca, op. cit.
(8) Ver Salvador Borrego, Op. cit.
(9) idem.
(10) Alan Bullock, Op. Cit.
(11) Citado por S. Borrego, Op. cil.
(12) idem.
(13) idem.
(14) Citado por Cesare Santoro en «Socialismo Nacional frente a Socialismo
Internacional». Biblioteca de Ciencias Políticas y Sociales. México.
(15) Citado por Salvador Borrego, op. cit.
(16) Ver Pujol en su citado trabajo de “Aspa”.
(18) idem.
(19) idem.
(20) Alan Bullock, Op. cit.
(21) Ver J. Bochaca, op. cit.
(22) Salvador Borrego, Op. cit.
(23) idem.
(24) idem.
(25) idem.
OTRAS FUENTES CONSULTADAS: «Europa Nacionalrevolucionaria». CEDADE.
Premios Nobel y genios Populares en el ambito fascista europeo.
«Seis meses con los nazis”. Cesar González Ruano. «La Nación”.
«El III Reich, voluntad de poder”. Biblioteca gráfica Noquer. Barcelona.
«Armas secretas alemanas”. Brian Ford.
«CEDADE” números de la revista pública.
“Armas que conmovieron al mundo», de Vicente Segrellos. Ediciones Afha.
Este texto apareció en la Revista CEDADE Número 138 de Febrero de 1985
15
20/11/2024 a las 10:20 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Reencuentro de Macri y Pichetto, la privatización de las PASO y todos miran a la Corte
Ignacio Zuleta
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
18/11/024
MACRI CONTRA UN AJUSTE DE BAJA CALIDAD
Mauricio Macri dedicó las últimas horas a reforzar sus argumentos en favor del respaldo al pliego de los 5 puntos que reclaman los gobernadores para consensuar un presupuesto 2025. Para Macri no es un ardid de coyuntura. Encierra un reproche que no es nuevo en sus charlas con propios y extraños (los del Gobierno) sobre la calidad del ajuste que aplica Milei.
Las medidas que le reportan indicadores auspiciosos surgen, según entiende hoy el PRO, de un ajuste de baja calidad que no aborda el gasto crónico de la Argentina. El oficialismo se ha pasado un año pidiendo apoyos, pero ha hecho poco para que el ajuste crónico sea eliminado.
Gasto crónico es, desde esta perspectiva, el de las empresas del Estado que siguen intocadas. Gasto crónico es el puñado de emprendimientos que tienen regímenes de promoción. Son los que figuran en la llamada «separata» que suele acompañar los proyectos de presupuesto cada año y que suman un 4,5% del PBI.
Macri debió aplicarse a explicar este giro desde que el martes pasado mandó desbaratar la sesión que voltearía los DNU. Fue una demostración de poder al gobierno, al que ahora arrincona con este gesto que lo pone al frente del reclamo de los gobernadores.
Para cristalizar esta posición, el jueves Cristian Ritondo dijo en el zoom con los bloques amigos que, si el Gobierno vetaba el presupuesto, el PRO lo rechazaría. No acompañaría al Gobierno, como hizo ante la insistencia sobre movilidad de jubilaciones y universidades.
SEGUNDA CITA CON PICHETTO
El gesto de Macri y el PRO tiene una fuerte carga política. Amaga con una recomposición de las fuerzas que votaron juntas en 2023 en la segunda vuelta en favor de Milei, y que ahora ponen en cuestión sus desprolijidades.
El viernes Mauricio mantuvo una conversación telefónica con Miguel Pichetto en la que le ratificó el apoyo a los 5 puntos de los gobernadores. También le enumeró los puntos de disidencia con el Gobierno en lo institucional:
Rechaza la nominación de Ariel Lijo a la Corte, la reglamentación de la ley de acceso a la información, la imposición de IVA a los medios y a la prensa, el voto aislacionista en la ONU y la purga ideológica en la Cancillería; y observa reticencia en el Gobierno en avanzar con el proyecto de ficha limpia.
Esta fue la segunda charla a solas con Pichetto en poco más de un mes. Estuvieron juntos la primera semana de octubre, el mismo día cuando Macri visitó a Santiago Caputo en una oficina particular. De ahí salió el rechazo del veto a las universidades y jubilaciones del PRO.
UN PLAN PARA 2027
Pichetto suele sostener que el expresidente debe asumir que ya no gobierna y que por participar en la coyuntura paga costos políticos innecesarios. Macri se va esta semana de largo viaje -México, Portugal, países árabes-. Vuelve a mediados de mes y ya inicia el retiro anual de verano en Cumelén.
No hay que perder de vista su giro ante el Gobierno y el acercamiento a Pichetto, como parte de un armado político pensando en 2025 y 2027. Hasta nuevo aviso, Macri, el macrismo y PRO están bajo fuego del mileísmo que les quiere disputar posiciones en la CABA. Si Macri no arma una estrategia propia y ganadora, puede perder el distrito que gobierna a través de su primo y se termina la historia.
TRAS EL PARTIDO DEL BALOTAJE
También hay una mirada obligada sobre 2027. En la Argentina gana quien arma el Partido del Balotaje, que fue el que dio el poder a Juntos por el Cambio en 2015. Ese arco no se recompuso desde aquel éxito.
El electorado de Cambiemos lo hizo presidente a Milei en la segunda vuelta de 2023, pero no se lo quedó. Para construir el Partido del Balotaje en 2027 hay que arrancar con una genuina representación de ese electorado, que mantuvo el apoyo del 42% de los votos en los grandes distritos de la Argentina durante una década.
Los asesores de Milei fantasean con que se han quedado con ese electorado. Una infantilada porque el eje de aquel entendimiento de 2015 fue un movimiento que surgió de abajo hacia arriba, no fue un arrastre de ninguna vanguardia iluminada sobre el electorado que decide las elecciones en los 7 distritos más grandes del país.
Es el que le hizo ganar en la categoría presidente al ticket Macri-Pichetto en 5 de esos grandes distritos en 2019, aun perdiendo las elecciones -esa fórmula cayó sólo en Buenos Aires y Tucumán-: 2025 será la prueba de la capacidad de representación de las diversas marcas respecto de ese electorado.
Eso no se hace con tuits, trolls o asesorías mágicas inspiradas en libros que explican la política de otros países. Se hace con política. Vale para esta trama aquello que repetía Graciela Fernández Meijide cuando le preguntaban por la Alianza que ganó el poder en 1999: «La Alianza la hace la gente». No los dirigentes.
Represalia con las PASO
La reacción inmediata del Gobierno a este giro fue el anuncio de que llevará al Congreso el debate de una reforma electoral sin PASO. Este polémico sistema les sirve a los partidos que están en la oposición. Fue creado por Néstor Kirchner después de perder las legislativas de 2009 en Buenos Aires. Era un castigo al traidor que se iba del partido cuando perdía la interna.
Quien gobierna no las necesita porque tiene las herramientas para aferrar listas únicas y los recursos para pagar lealtades. Tampoco el peronismo las necesita, porque es un partido vertical que nunca elige candidaturas ni autoridades en elecciones.
El PRO y la UCR aprendieron a usarlas para movilizar militancias y para resolver disputas horizontales sin un dedazo. Son fuerzas con jefaturas inestables y disputadas. En diversos momentos Cristina de Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández o Javier Milei han rechazado el sistema por caro e inútil. Pero no han tenido fuerza para derogarlo. Hacen falta mayorías legislativas especiales y basadas en acuerdos.
Macri en las charlas del fin de semana jugó con las siglas y le gustarían una PAS, no unas PASO. Es decir que sean voluntarias y que quien no tenga problemas internos, que no haga primarias. Es una manera de privatizar el sistema que, en el fondo, consiste en la estatización de una decisión que les corresponde a los partidos.
LA OPOSICIÓN CON DICTAMEN DE MAYORÍA
El reclamo de 5 puntos de los gobernadores para acordar en paz un presupuesto 2025 se convirtió en la piedra de la discordia, hasta ahora insalvable, entre oficialismo y oposición.
El jueves por la noche se reunieron los jefes de los bloques del PRO, UCR y Encuentro Federal, con los gobernadores Rogelio Frigerio, Maxi Pullaro y Alfredo Cornejo. Acordaron avanzar en un dictamen propio a partir del giro del PRO, que se plegó por indicación de Mauricio Macri, al reclamo masivo de los gobernadores.
En esa reunión Cristian Ritondo, Rodrigo de Loredo, Miguel Pichetto y Pablo Giuliani instruyeron a los peritos de sus bancadas para que redactasen durante el fin de semana el documento que llevarán a la sesión de la comisión de Espert este martes. Si se les cumple el plan, esa posición puede reunir cerca de 90 votos y será el dictamen de mayoría.
El bloque de La Libertad Avanza insiste en que su dictamen es el presupuesto de Milei y que no se le toca una sola coma. El peronismo por su lado tiene un dictamen de rechazo y un sector también amaga con acercar otro dictamen de minoría. Si se cuentan las bancas, sería el segundo dictamen y LLA quedaría tercero.
LO AYUDAN A MILEI PORQUE LO HICIERON PRESIDENTE
Este minué es una lección para el Gobierno, que se victimiza desde su debilidad para sostener la gobernabilidad. Lo ayudan los indicadores de la economía, que siguen a las medidas de enfriamiento que redundan en la baja de la inflación y del déficit. Pero lo que más lo ayuda es la convicción que mueve a los bloques amigables para que no se derrumbe.
La navegación depende de la mano que le den el PRO, la UCR, el bloque Encuentro Federal y los legisladores silvestres, que se mueven con una agresividad simulada a partir de la convicción que su electorado fue el que lo hizo presidente a Milei. Eso de que el Gobierno los arrastra y les gana batallas es otra fantasía.
El Gobierno lo sabe y tensa la cuerda que ata a estos sectores amigables que, por ahora, buscan significarse lejos del peronismo, que tiene la primera minoría en las dos Cámaras. Estos bloques ya han hecho experiencia y saben que el Gobierno ladra, pero después retrocede y cuando amenaza con quitar algo, al final lo concede.
Lo único que pide el Gobierno es que aplaudan al presidente de minorías que es Milei, tal como si fuera un presidente de mayorías. También justifica la tolerancia que le tienen el hecho que el programa del Gobierno es el que respaldó el electorado de cuatro de los cinco candidatos presidenciales a la primera vuelta electoral.
¿Dónde está ahora el negocio de arrinconar a un gobierno que se nutre de las agendas y funcionarios que vienen del PRO, del peronismo no cristinista y del radicalismo blue?
JUBILEO EN LA CORTE
La semana viene tumultuosa. Lunes con reuniones de bloque para afilar cuchillos. Martes, dictamen de Presupuesto (o no), miércoles el sueño de limpiar la ficha, jueves amenaza contra los DNU. No hay respiro.
Como si fuera poco, la Suprema Corte prepara en silencio para este o el que viene, un supermartes de grandes fallos. Son decisiones en expedientes que tienen ya la firma de Juan Carlos Maqueda. Este juez dejará el tribunal el 29 de diciembre.
Hay hermetismo sobre qué causas se resolverán, pero pueden llegar a festejar algún exministro y los encausados por la venta de un predio rural en CABA, o un grupo de exfuncionarios a quienes se les reprocha haber cobrado sobresueldos.
Nada está resuelto para completar el número de los cinco supremos. El Gobierno deja filtrar que se animará a designar a Ariel Lijo y a Manuel García-Mansilla en comisión. En la bancada del peronismo en el Senado, a través de los dos encargados del tema, me dicen que, si eso ocurre, el bloque en pleno los rechazará.
El aire de fin de año abre una ventana para acuerdos más amplios. Quedan por designar tres auditores por la Cámara de Diputados. En marzo próximo vencen otros tres que representan al Senado. Un paquete de negociación entre las fuerzas políticas puede incluir esas seis vacantes en la AGN, las dos (o más, si se amplía el tribunal) de la Corte, el procurador general, el defensor del pueblo y alguna otra dignidad más. Habrá para todos.
EN LA MISMA LIGA QUE EL PJ
Los deslizamientos en las relaciones entre los bloques amigables y el Gobierno plantean dudas de membresía en todos los niveles. Este fin de semana viajó a Miami el senador bonaerense Alex Campbell, socio local del estudio de Carlos Trujillo, uno de los punteros más importantes de Donald Trump en la comunidad cubanoamericana, y que está llamado a ocupar un cargo importante en el gobierno republicano.
Sesionó allí la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en la que tenía un turno como orador Javier Milei. Esa liga tiene previsto abrir una rama en Buenos Aires con una conferencia de conservadores de todo el continente. Están invitados Milei, obviamente, pero también el diputado español y líder de Vox, Santiago Abascal, y Jair Bolsonaro.
Campbell sigue de viaje después hacia Camboya, a presentar la ficha de afiliación del PRO para ingresar a la Internacional Demócrata de Centro -Internacional Demócrata Cristiana que preside el ex presidente de Colombia Andrés Pastrana-. Es la liga a la que pertenece el Partido Popular de José María Aznar, adversarios jurados de Vox.
Macri prefiere cobijarse en la IDC-CDI, que integra, además, la Unión Demócrata Cristiana de Alemania. Es el partido que fundó Konrad Adenauer, uno de los pilares de la Europa contemporánea, y al que pertenecieron Ludwig Erhard, Helmut Kohl y Angela Merkel. También tiene una membresía como observador en la IDC-CDI el Partido Justicialista que hoy preside Cristina de Kirchner.
El carné lo tramitó Antonio Erman González, que venía de la DC local. Lo disfrutó Ricardo Romano, que fue subsecretario de la presidencia de Carlos Menem y animó la peña Juan Bautista Alberdi, que abrigó al posmenemismo después de los ’90, y llegó a ser vicepresidente de esa Internacional.
20/11/2024 a las 10:26 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Gramsci de derecha
Ricardo Braginsky
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
19/11/024
Gramsci de derecha. «Sí, vamos a hacer Gramsci de derecha…», dijo el Presidente Milei, en la presentación de la Fundación Faro.
Intelectual y político italiano de izquierda, Antonio Gramsci murió en 1937, seis días después de salir de los 11 años de cárcel que le impuso el régimen de Mussolini. Pasó casi un siglo desde entonces y quién hubiera imaginado la fascinación que este autor generó y sigue generando entre los argentinos.
La novedad que había introducido Gramsci entonces con su teoría -escrita en prisión- fue la idea de que “las clases dominantes” mantienen su poder (su “hegemonía”) no solo con el control político y económico -como sostenía la izquierda tradicional-, sino también a través de la dominación cultural e ideológica.
Y que mantienen el poder controlando instituciones como la educación, la religión, la prensa y la cultura. El cambio revolucionario, por lo tanto, pasaría por generar una “contrehegemonía” que dé la pelea tanto en lo político como en lo cultural, sostenía.
La Argentina es uno de los países donde más se debatió a Gramsci, con múltiples interpretaciones. En estos 40 años de democracia, se lo leyó en clave alfonsinista y, más adelante, también desde el kirchnerismo, entre tantas otras lecturas.
Pero lo nuevo es la fascinación que genera ahora en la nueva derecha que llegó al poder con Milei, que apelan al intelectual nacido en Cerdeña en 1891 para explicar su “batalla cultural”, contra todo lo que no son ellos y a lo que califican de “socialismo”.
Los impulsores de estas ideas postulan que hay un plan global, “gramsciano”, por parte de “la izquierda” para conquistar las principales instituciones culturales. Estarían involucrados intelectuales, periodistas y hasta artistas, como Lali Espósito.
Sin ir más lejos, en febrero el Presidente atacó a Lali, con un tweet titulado “Desarmando el Gramsci Kultural”, en el que mezcló la teoría de Gramsci con intendentes que pagan a artistas para hacer shows. Al italiano nunca se le hubiera ocurrido.
La semana pasada Milei volvió con el tema, en la presentación de la Fundación Faro, el think tank oficialista que se nutre de estas ideas conspirativas.
“Sí, vamos a hacer Gramsci de derecha. No vamos a parar hasta que las pantallas, las universidades, las instituciones y las leyes reflejen los valores de occidente”, dijo.
Aún no queda claro qué es el “Gramsci de derecha” ni a qué valores hacen referencia. De hecho, la democracia pluralista es una de las grandes conquistas de occidente, por lo que pantallas, universidades y leyes debieran seguir reflejando a todas las voces.
A menos que este “Gramsci de derecha” no crea en la democracia.
20/11/2024 a las 10:30 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Las relaciones carnales que persigue Milei y la herencia vacante de Cristina
Walter Schmidt
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
18/11/024
El gobierno de Javier Milei, que pretende liderar la segunda era menemista, desempolvó el concepto de relaciones carnales con Estados Unidos, frase que en realidad nunca dijo el ex canciller Guido di Tella -de exquisito humor inglés-, que sí habló de “relaciones con carnalidad”. Ese alineamiento, tomó forma con el triunfo de Donald Trump en las elecciones, pero ni el contexto internacional ni la situación del libertario son similares a la de Carlos Menem ni la de Mauricio Macri respecto de Washington.
Menem leyó el camino a seguir tras la caída del comunismo a fines de los ’80 y se alineó con Estados Unidos y con su Consenso de Washington, una serie de políticas económicas que se les exigía a los países en desarrollo como ajuste, privatizaciones, apertura a las importaciones y mejores condiciones para los inversores que luego derivaría en el ALCA, un acuerdo comercial para todos los países del continente.
“Somos del mismo palo” le llegó a decir Menem, líder del peronismo, al entonces mandatario George Bush padre cuando visitó la Argentina en los comienzos de los ’90.
Macri ostentaría una relación personal. “Este es amigo mío, quiere que lo ayuden”, fue la frase que Donald Trump le dirigió a sus ministros en el inicio de su primer mandato en 2016, para abrirle las puertas de su administración a Macri. El líder del PRO tenía una ventaja previa; lo conocía a través de los negocios de su padre Franco Macri que en algún momento intentó desembarcar en Nueva York y a partir de allí, se hicieron amigos. Ese nexo dio sus frutos con la intervención de EE.UU. para que el FMI aprobara un histórico stand by de US$ 57 mil millones para la Argentina.
En el segundo capítulo de Trump en la Casa Blanca, con un poder mayor al que algunos consultores norteamericanos asemejan con el de Juan Domingo Perón en Argentina pero con sólo cuatro años por delante, es innegable la predilección del republicano por Milei en la región. Y es lógico que el libertario busque acelerar y alimentar esa relación personal que aún no tiene, más allá del intercambio permanente de elogios y la idolatría que siente por el empresario.
Cualquier logro ante el Fondo que pueda ser obtenido vía Trump será celebrado por la Casa Rosada. Y siendo uno de los principales socios el exitoso Elon Musk, que también alaba a Milei, es inevitable pensar que el beneficio en materia de inversiones podría llegar por el lado de la tecnología satelital y, quizás como fantasea el Gobierno, la radicación de un polo global en la Patagonia.
Un eventual acuerdo de libre comercio Buenos Aires-Washington como acaba de lanzar el Presidente es incierto acerca del provecho que pueda tener para la Argentina, pero sería el comienzo del fin del Mercosur que apenas ha alcanzado el status de un bloque comercial. A partir de diciembre la presidencia pro tempore del Mercosur quedará en manos de la Argentina. ¿Pregonará Milei ese acuerdo con Estados Unidos entrando en colisión con Brasil y pateando el tablero en el bloque regional o revertirá su posición y dejará que el tema se diluya como una declaración más?
El otro elemento dudoso de colocar casi todos los huevos en la canasta de Trump es que en general, la Casa Blanca elige defender sus intereses en América del Sur eligiendo como socios a líderes que puedan ser sus interlocutores en la región y que tengan vocación de diálogo. Ocurrió con Menem, dueño de un carisma que le permitía tener buenas relaciones con sus colegas sudamericanos y pulsear de igual a igual por el liderazgo regional con el brasileño Fernando Henrique Cardoso pese al poderío dispar; o alimentar el alineamiento con Washington y, a la vez, compartir un habano con Fidel Castro. Con Macri, de buen trato con sus pares, ocurrió en menor medida algo similar, pese a que el gobierno de Cambiemos optó por el multilateralismo ante la consolidación de China como el otro polo.
En cambio Milei abona el purismo ideológico, lo que le impide entablar relaciones políticas con mandatarios de otro credo.
En ese punto hay similitudes del Presidente con Cristina Kirchner, a la que el oficialismo subió al ring porque se siente más cómodo. Ella tampoco le abre las puertas del Instituto Patria a cualquiera pero cada vez tiene menos dirigentes de peso a su lado.
“Necesitamos renovar nuestros cuadros, sumar gente joven, formar 500 cuadros de no más de cuarenta años”, reflexionaba Néstor Kirchner a fines de 2007. Ganada la pulseada contra Eduardo Duhalde por la conducción del justicialismo, apuntaba a la renovación del peronismo.
En algún momento el surgimiento de la juventud kirchnerista a través de La Cámpora pareció suplir aquella falencia que percibió el santacruceño. Diecisiete años después, queda en evidencia que la carencia nunca se superó.
Debajo de Cristina Kirchner no hay prácticamente cuadros políticos que puedan suceder a la ex vicepresidenta en la conducción del kirchnerismo. Máximo Kirchner con La Cámpora fue un proyecto que quedó en el camino más allá de la portación de apellido. De aquéllos dirigentes camporistas, apenas un puñado adquirió experiencia de gestión.
Nombres como Eduardo “Wado” de Pedro o Andrés “Cuervo” Larroque tuvieron un protagonismo transitorio que no logró despegarse aún del fracaso del gobierno de Alberto Fernández, secundado y puesto por Cristina. Y el único sobreviviente de aquél proceso, Axel Kicillof, adelantó una pelea con Cristina provocando que los seguidores de la ex mandataria ahora desconfíen de la lealtad de su ahijado político y gobernador bonaerense.
“El peronismo atraviesa una debilidad espiritual en gran parte de su dirigencia. Tenemos que ofrecerle a la sociedad un proyecto de país mejor que este”, argumentaba Máximo Kirchner días atrás. Omite señalar que el proyecto también debería ser superador de la gestión de Alberto Fernández, y es allí donde el kirchnerismo no logra mostrar rostros ajenos al fracaso del último gobierno.
Cristina tampoco está dispuesta aún a firmar su herencia política. Su actual protagonismo tiene más que ver con la interna en su propio partido y con las causas judiciales o la reciente condena por corrupción que con un remozado proyecto político. Eso frena el proceso de sucesión. Algo que Mauricio Macri también empieza a vivir en carne propia en el PRO. Nada es casual. Milei se siente más cómodo triangulando con los dos ex presidentes a los que observa cómo el pasado.
20/11/2024 a las 10:39 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
G20 y Fuerzas del Cielo: menos ideología de Milei en política exterior y alarmante mensaje de los “leales”
Eduardo Aulicino
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
20/11/024
La intensa actividad de Javier Milei en Río de Janeiro acaba de dejar un par de trazos fuertes en política exterior: cierto equilibrio para mantener perfil propio sin llegar al quiebre en el marco del G20 y giro desideologizado en la relación con China. Eso último, sobre todo, pone en crisis un eje de su propio discurso -el rechazo a cualquier “pacto con comunistas”- y expone un obligado pragmatismo en plena “batalla cultural”. Ocurre justo después de la puesta en escena de la organización ultraoficialista “Las Fuerzas del Cielo”, que se estrenó con consignas de intolerancia y como trinchera principista. ¿Contradictorio? No mucho, más bien repetido y peligroso como mensaje de los “leales” de todos los tiempos.
Hace apenas veinte días, el forzado final de la gestión de Diana Mondino al frente de la Cancillería fue acompañado por consideraciones, impulsadas desde pliegues del oficialismo, sobre la imposición de una línea cerrada e intransigente, incompatible con la compleja realidad externa, y cuya primera prueba sería, precisamente, la cumbre de presidentes en Río de Janeiro. Poco se decía de la agenda de encuentros que se venía armando. Y en paralelo, circulaban especulaciones en medios brasileños sobre una movida de Milei, en sintonía con el efecto Trump, apuntada a romper el previo y trabajoso tejido para coronar la cita del G20.
No fue eso lo que dejó la cumbre de Río. De hecho, las gestiones estuvieron orientadas desde el inicio del encuentro a evitar un camino sin retorno, a pesar de las referidas especulaciones y del frío cristalizado en la imagen del saludo entre Lula da Silva y Milei. Las tareas estuvieron a cargo especialmente de Gerardo Werthein y Federico Pinedo. Y eso se notó en el modo de sumarse a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza y, finalmente, para suscribir el documento que coronó el encuentro del G20.
En los dos casos, en los límites de diferenciación que permiten esos entendimientos, la fórmula fue eludir el precipicio y dejar sentada la posición que se presume más conceptual. No fue la única señal: hubo otra en paralelo a las tratativas del canciller y del “sherpa” y ex senador del PRO. El protagonismo se lo llevó Luis Caputo y, como en el caso de la relación con China, expuso pragmatismo con telón de fondo económico. Fue firmado un memorándum con Brasil para impulsar infraestructura que permita exportar gas de Vaca Muerta a territorio brasileño.
Por supuesto, el foco mayor estuvo puesto en la reunión de casi media hora que mantuvo Milei con Xi Jinping. Las negociaciones, que podrían incluir una visita presidencial a Beijing a mediados del año próximo, exigen un complicado trabajo: pesan las necesidades financieras del país y el objetivo de ampliar el comercio, de un lado, y la apuesta geopolítica de China, con intereses concretos en obras locales estratégicas. La trascendencia del encuentro estuvo expuesta también por la amplitud de la delegación: participaron Karina Milei, Caputo, Werthein, Federico Sturzenegger y Luis Petri, además de Santiago Bausili y otros funcionarios.
La línea que supone la relación con Washington opera como eje fundamental en el frente externo y eso mismo, en lugar de rigidez, demanda un manejo razonable y sopesado de la política exterior, en escenarios mayores como el G20 y a escala regional. El efecto visible del triunfo de Donald Trump y la exposición ofrecida a Milei se proyectan además en las expectativas por la negociación con el FMI, que también tuvo su capítulo en Río de Janeiro. Fue un nuevo testeo para Economía y una cita exigida de tiempo para Milei con Kristalina Gerogieva.
Pero, lo dicho: el foco principal estuvo puesto -y así al parecer lo consideran en el Gobierno- en la reunión con Xi Jinping, presidente de China y jefe del Partido Comunista. ¿Una contradicción con el discurso cerrado y cada vez más exasperado de los grupos “mileistas”? En las formas, pero no en el fondo, porque la “batalla cultural” tiene doble expresión. Una es expresa: acompaña especialmente las cargas presidenciales más duras contra “enemigos” (pueden ser opositores, jueces y últimamente, sobre todo periodistas, como acaba de reiterar el propio Milei). Y la otra está implícita: no pone en discusión nada de lo que expone el líder, aunque suene difícil de explicar en blanco y negro.
La presentación de la organización “Las Fuerzas del Cielo” no expuso detalle alguno que se asocie con el liberalismo. Es otra cosa lo que exhibió en el las palabras y en la escenografía. No se trata del mensaje a Milei, ni de los vínculos con Santiago Caputo o del terreno elegido para sus batallas: las redes sociales. Lo central es que repite el esquema de la división -más que polarización- en base a un alineamiento vertical con el poder y una descalificación extrema de todo lo que considere ajeno.
No hace falta ir a los manuales de historia para entender el significado de la puesta en escena, con imágenes que pretenden invocar al Imperio Romano -escala simbólica fascistoide- y leyendas conservadoras. En una autodefinición de algo así como hoplitas o legionarios del oficialismo -más allá o por encima de LLA-, las intervenciones frente al micrófono dejaron frases expresivas. No sólo aquello del “brazo armado” -con posteriores aclaraciones para bajar el tono-, sino también “soldados más leales” y “guardia pretoriana” del Presidente.
Vuelta entonces, con otras ropas y diferentes veredas, al concepto de enfrentamiento. Los propios son los “leales” y más todavía, los “soldados”, es decir, los que acata sin discutir, disciplinadamente. Y el otro es el enemigo, descalificado de todas las maneras posibles, incluida en esta etapa la generalizada utilización del término “comunista”.
Ese tipo de encuadramiento político lleva al escalón siguiente: se trata de respaldar sin vueltas y no de interpretar lo que haga el líder, y mucho menos sus giros. La foto con Xi Jinping -lejos del rechazo de hace poco más de un año, todavía en clima de campaña- expone necesidades en ejercicio presidencial. No es tema de “soldados”.