Por Carlos Tórtora.-

La oscura negociación de una posible alianza en Capital entre el PRO y LLA tiene un capítulo extra que se las trae. Se trata de la interna entre Patricia Bullrich y Karina Milei. Esta última se viene oponiendo sistemáticamente al acuerdo con el macrismo y la animadversión con Jorge Macri no sería la razón más importante.

El motivo más profundo de «el jefe» sería otro. El 18 de mayo pasado, Manuel Adorni ganó la elección porteña con el 30% de los votos. Si el 26 de octubre el RO y LLA sumaran fuerzas, podrían estar cerca del 45%. Si Bullrich es la primera candidata a senadora, con estos números podría convertirse en la primera figura política del oficialismo detrás de Javier Milei. Conocedores de la especial trayectoria de la ministra de Seguridad afirman que, con semejante capital electoral, ella no sólo exigiría ser candidata a Jefa de Gobierno en el 2027, sino que hasta podría pensar en la presidencia, en caso de que la economía no lo deje reelegir a Milei.

De ahí que Karina ya esté luchando, paradójicamente, para que Bullrich gane, pero no con más votos que Adorni. Se trata de un objetivo complejo y delicado. Es que, si LLA obtuviera en octubre algunos votos menos que en mayo, el gobierno saldría debilitado.

Una tensión que no es nueva

Las tensiones entre Karina y Bullrich no son nuevas y fueron en aumento desde que la segunda se afilió a LLA, hace algunos meses atrás. A partir de entonces, Karina dio muestras de relegar de la ministra y, sin entrar en crisis, le fue recortando algunos espacios. El ejemplo más reciente fueron las listas de candidatos para la elección bonaerense del 7 de septiembre. La mayor parte de los candidatos que respondían a Bullrich no fueron incluidos o lo fueron en lugares más bajos de las listas.

Además, cuando recientemente Karina marginó a Santiago Caputo del armado de las listas bonaerenses, Milei apareció para elogiar el desempeño de Bullrich, en lo que muchos entendieron que era un intento para no entregarle todo el poder a su hermana. Ésta sentiría ahora la amenaza del crecimiento de la ministra, que cuenta a su favor con tener en su haber 50 años de experiencia política.

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