Por Paul Battistón.-

Ya traían viejas rencillas que sólo fueron zanjadas por una imperiosa necesidad de estar unidos en una circunstancial desgracia.

La desgracia: perder la posición de poder seguir parasitando el estado (en diferentes niveles de amoralidad). Lo fatídico inesperado fue Milei.

Nadie debería olvidar la casi imposibilidad de contener la sonrisa burlona de Sergio Tomás Massa al recibir de manos de Juan Grabois su apuntecito de idioteces utópicas con el que pretendía condicionar lo que sería la continuidad del peronismo en el poder bajo la presidencia en manos del “garca” Sergio Massa (dixit). ¿Qué habrá sido del apunte al que Sergio casi no tocó? ¿Cómo habrá diluido Grabois la impotencia travestida de pura energía pour la galerie?

Se sentían Martín Karadagian y Rubén Peuchelle sólo hasta que Milei, con su primera arrimada al 30%, los convirtió en la momia negra y Frankenstein.

¿Cuál es la razón para que lo que parece una simple y reciente pelea twittera subida de tonito deba ser evaluada más allá del chisme? Lo que esconden sus contrincantes más allá de lo que muestran.

Si hoy fueran parte de una verdadera reedición de los titanes quizás estaríamos ante un luchador corleonesco con su sobretodo heredado de Ber Gelbard y a su frente el revolucionario cooperativista con su arma más temida en el bolsillo, su carnet de OSDE para ser atendido tras los golpes y tijeras mortales dadas por el jefe del directorio. No caben los dos en un solo espacio y sus habilidades son inocuas respecto el uno del otro. Son en conjunto el verdadero riesgo de que el país se vaya al bombo desdibujando el riesgo kuka pretendido por Sturzenegger.

Con su personificación no auto percibida de un Ber Gelbard aggiornado y haciendo uso de su capacidad de lobby arrimando posiciones con el pegamento de su hipocresía, Sergio Tomás es el riesgo omnipresente recuperado de sus estados políticos cadavéricos en más de una oportunidad. Su última muerte tras lanzar la mayor ráfaga de proyectiles de papel moneda en dinámica devaluación mientras se auto percibía ministro salvador ya ha sido revertida, su resucitación viene nuevamente de la mano de la necesidad y urgencia de unión ante la desgracia. Cuánta razón tenía Jorge Asís cuando lo describió como el político más hábil (haciendo la salvedad de la correcta interpretación de política como política y no como política).

Tras su cultivo de perejil en tiempos del covid y en tierras okupadas, Juan el noble revolucionario cultor de un estado omnipresente que todo lo regule y reparta, alcanzó el valor de agitador serial. Sería un riesgo C.C.C.P. más que KuKa que su figura sobresaliera en nuestro firmamento.

Lo de estos antagónicos muchachos es una verdadera lucha, la lucha por un futuro posible (en un país donde todavía ningún futuro está muerto). Argentina es la prueba en forma de nación de que el tiempo es una dimensión más y en ella los esfuerzos por hacerla reversible como nuestras acostumbradas dimensiones de espacio siempre están a la orden del día. En Argentina no existen cadáveres políticos y si realmente te mueres aún queda un espacio en el que te vivan.

¿Aún creen que es sólo una simple lucha que dejó un pequeño rastro twittero? Es la contienda por un espacio en el que cualquiera que ahí llegue tiene la posibilidad de cambiar de ropaje y convertirse en el dueño del 40% de las preferencias aunque por fuera no lo hubieran preferido.

Share