Por Hernán Andrés Kruse.-
El 6 de julio se cumplió el septuagésimo noveno aniversario del nacimiento de un brillante filósofo utilitarista australiano. Peter Singer nació en Melbourne, Australia, el 6 de julio de 1946. Estudió leyes, historias y filosofía en la Universidad de Melbourne, obteniendo el grado académico en 1967. Dos años más tarde obtuvo la maestría en artes por su tesis “¿Por qué debería yo ser moral? Ganó una beca que le permitió estudiar en la Universidad de Oxford. En 1971 obtuvo el bachillerato en filosofía con una tesis sobre la desobediencia civil. Luego fue lector en la Universidad de Oxford, y profesor visitante en la Universidad de NuevaYork durante 16 meses. En 1977 regresó a Melbourne. Trabajó en la Universidad de Monash y en 1999 obtuvo la cátedra DeCamp de Bioética en el Center of Human Values de la Universidad de Princeton (Estados Unidos). En 2022 recibió el Premio Fundación BBVA Fronteras del conocimiento en la categoría de Humanidades y Ciencias Sociales (fuente: Wikipedia, La Enciclopedia Libre).
Buceando en Google me encontré con un ensayo de Martín Colom Nicolau (Universidad Autónoma de Barcelona) titulado “La dignidad en el pensamiento de Peter Singer” (Departamento de Filosofía del Derecho-Universidad de Alicante-España-2025). Analiza la manera como Singer desmenuza el delicado tema de la dignidad.
INTRODUCCIÓN
“A principios del año 2023, el filósofo Peter Singer –uno de los máximos exponentes del utilitarismo contemporáneo– recibía el premio «Fronteras del Conocimiento» que otorga la Fundación BBVA. El jurado justificaba la concesión de tal reconocimiento apelando a las originales aportaciones que el pensador australiano ha hecho al ámbito de la filosofía moral, destacando su papel pionero en la lucha animalista. Sin embargo, las aportaciones de Singer a la ética práctica no se circunscriben a lo relacionado con el tratamiento ético de los animales no humanos. También destacan sus contribuciones al ámbito de la bioética, con relación a temas tan sensibles como la permisibilidad moral del aborto, el infanticidio o la eutanasia. En estas cuestiones, Singer ha defendido tesis polémicas que desafían algunas de las creencias morales más arraigadas del pensamiento occidental, y sus ideas han despertado controversias dentro y fuera de la academia.
Así, no es de extrañar que la concesión del antedicho galardón despertara recelos entre sus detractores, para los cuales supuso el encumbramiento de un filósofo de peligrosas ideas. Este sentir fue recogido por el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia (2023) mediante un texto que resulta especialmente interesante con relación al tema de este artículo, y en el que, entre un aluvión de reductiones ad hitlerum, se identifica la nocividad de las tesis singerianas con su rechazo a la dignidad humana.
Son dos las razones que justifican el especial interés de dicho texto con relación al tema que se va a tratar en este artículo. Por un lado, es paradigmático de un tipo de crítica –especialmente virulenta y no demasiado solvente– que, lamentablemente, Singer suele despertar. Por otro lado –y esto es lo que más nos interesa– porque ilustra cómo el papel que la dignidad tiene en la ética singeriana constituye uno de los principales focos de desacuerdo con sus detractores.
Como sin duda contribuiría a la calidad de las críticas el poder partir de una mejor comprensión de las tesis a criticar, el objetivo que se persigue en este artículo es el de clarificar los contornos de la postura de Peter Singer sobre la dignidad. Con el fin de satisfacer este objetivo, el texto se estructura en un primer apartado que proporciona un marco conceptual básico desde el que conceptualizar la dignidad; un segundo apartado donde, a partir de algunos de los trabajos singerianos más relevantes sobre el asunto, se reconstruyen sus planteamientos en lo tocante a la dignidad; y, por último, unas breves conclusiones encaminadas a aclarar hasta qué punto el pensamiento de este filósofo es incompatible con la idea de dignidad”.
MARCO CONCEPTUAL BÁSICO DE LA DIGNIDAD
“Siguiendo lo que ya se ha convertido en costumbre en los estudios sobre cuestiones relacionadas con la dignidad, es conveniente empezar planteando algunas aclaraciones de orden conceptual. Ello es necesario debido a la complejidad que introduce la ambigüedad semántica del concepto dignidad, que se usa con una miríada de connotaciones distintas por parte de diferentes autores y escuelas de pensamiento. Parecería necesario, pues, comenzar desbrozando esta maraña de sentidos para aclarar de qué dignidad va a hablarse. Sin embargo, algunas voces han recomendado, directamente, prescindir del concepto de dignidad. Tanto por los recelos escépticos que su carácter ambiguo lleva tiempo despertando entre los filósofos como por el uso ideológico que se hace del concepto en las discusiones bioéticas contemporáneas, lo consideran inútil y potencialmente nocivo, y abogan por su abandono.
Es fácil ver el atractivo de las estrategias que plantean la posibilidad de hacer borrón y cuenta nueva, dejando atrás un concepto controvertido como el que nos ocupa. Sin embargo, creemos que Atienza acierta al advertir sobre la necesidad de no sobreestimar las virtudes de este tipo de tácticas: «criticar el concepto de dignidad (y proponer su abandono) alegando su falta de precisión o su carácter relativo, fungible, peligroso, etc. (recuérdese el planteamiento de Pinker) no es realmente de gran valor. Lo mismo podría decirse de todos los conceptos morales, si se renunciara a un uso ‘crítico’ de los mismos».
Además, pese a su ambigüedad (o precisamente gracias a ella), lo cierto es que el de dignidad es un concepto central para algunas de las escuelas éticas más enraizadas en nuestra tradición filosófica (como puedan ser la ética cristiana, la kantiana o la aristotélica) y forma parte del vocabulario moral más común entre la gente de a pie. Así pues –y al margen de las virtudes que atribuyamos al concepto–, lo cierto es que hacer un esfuerzo para aclarar su sentido seguramente resulte más útil que prescindir de él, si queremos poder dialogar con aquellos que lo usan –aunque sea para criticar sus tesis.
Por lo tanto, en este apartado se propondrá un marco conceptual desde el cual acercarse al concepto de dignidad. La intención no es tanto la de examinar todos sus recodos, sino la de, en términos mucho más modestos, proporcionar un esquema básico con el que pensar sus dimensiones y aspectos con cierta claridad, permitiendo relacionarlo con las tesis de Singer. Tomaremos como punto de partida las cuatro principales familias de sentido que Debes identifica que se atribuyen al término dignidad: se habla de dignidad con relación a las maneras, a la compostura, al saber estar y al decoro; se reconoce dignidad en quienes actúan con integridad, estando a la altura de lo que las normas de conducta exigen de ellos; también se usa dignidad para referirse a una posición social elevada o a un cargo de autoridad. Estas tres primeras acepciones no tienen un contenido estrictamente ético, por lo que no resultan especialmente relevantes a efectos del objetivo que aquí se persigue, y, por lo tanto, no se les prestará más atención.
La que sí nos resulta interesante es una cuarta acepción, según la cual la dignidad es «a kind of basic worth or status that purportedly belongs to all persons equally, and which grounds fundamental moral or political duties or rights» (Debes). Atienza se hace eco de este mismo sentido, en términos todavía más generales, cuando explica que: «hay un uso legítimo […] de «dignidad» […] que consiste en considerarlo un «término de enlace», o sea, un término que se usa con dos funciones básicas: para decir que determinadas entidades poseen dignidad; y para adscribir determinadas consecuencias normativas o valorativas a las entidades así calificadas. Si se quiere, una manera abreviada de decir que ciertas entidades poseen ciertas propiedades y, por ello, deben ser tratadas de cierta forma».
Se trata de propiedades y de formas de tratar a estas entidades que pueden adjetivarse de morales, por lo que de las entidades que reúnen estas propiedades se dice que pertenecen a la comunidad moral –o, en términos singerianos, al círculo de consideración moral. La idea es que existe la comunidad de aquellos que son tenidos en cuenta desde la perspectiva ética, y que, en el seno de esta comunidad –y como consecuencia de la exigencia de universalidad inherente a toda ética–, rige algún tipo de principio de igualdad para todos sus integrantes. En función de (a) cuales sean las propiedades en base a las cuales se atribuya la dignidad y de (b) qué tratamiento se adscriba a los seres que las tienen, la dignidad entendida en este cuarto sentido adoptará unos u otros perfiles.
En relación con la primera cuestión, Debes habla de los fundamentos de la dignidad para designar las propiedades cuya posesión abre las puertas de la comunidad moral, aquellas en las que se funda el estatus que la dignidad confiere. Atienza parece identificar esta cuestión con la de «el problema de la personalidad o agencia moral», pero esta terminología no sirve al propósito que aquí seguimos (que es el de ofrecer una caracterización intencionadamente genérica del concepto de dignidad), pues ya nos sitúa en el seno de una de sus posibles caracterizaciones, con lo que supone una restricción excesiva del abanico de posibles propiedades fundantes de la dignidad.
Las propiedades que, típicamente, se disputan la posición de candidatas a fundar la dignidad son el hecho de tener algún tipo de relación especial con la divinidad (como por ejemplo la de estar hechos a su imagen y semejanza); el hecho de poseer, en algún momento de la existencia, capacidades cognitivas más o menos complejas (como la autoconciencia, la racionalidad o el don del lenguaje); o consideraciones de índole biológica (como la pertenencia a una determinada especie).En función de cuál sea la propiedad fundante que se establezca, se plantea una cuestión conexa, a saber, la de quién reúne los fundamentos de la dignidad.
Como es frecuente usar el término dignidad como abreviación de dignidad humana, en la mayoría de los casos estas propiedades fundantes solo se reconocen en los seres humanos. Sin embargo, y en función de las propiedades fundantes que se escojan, puede darse el caso de que la dignidad se proyecte sobre seres no-humanos y de que excluya a ciertos seres humanos. Para referirse a la segunda cuestión, la de qué tratamiento se adscribe a los seres que tengan las propiedades fundantes de la dignidad, Atienza habla de las «consecuencias normativas de la dignidad, qué derechos y qué deberes suponen un juicio de atribución de dignidad».
La primera mitad –consecuencias normativas– es la que reúne el carácter genérico que andamos buscando, porqué la alusión a derechos y deberes vuelve a acotar en exceso el alcance de estas consecuencias. A fin de cuentas, el de los derechos y deberes es tan solo uno de los posibles lenguajes normativos –hay otros, como el de las virtudes o el de las razones para la acción. Por lo tanto, la dignidad es un estatus con un cierto contenido normativo. En todo caso, al ligar dignidad y derechos Atienza reproduce un movimiento típico, pues, como expone Debes, el carácter de fundamento de derechos inviolables (no sujetos a transacciones) es una de las propiedades definitorias de la dignidad, es decir, una de «the distinguishing characteristics or explanatory demands that are supposed to apply to any contentful account of dignity».
Otras de las características distintivas más típicas que se atribuyen a la dignidad son el ser humana (de manera que hablar de dignidad es hablar de dignidad humana), inherente (en el sentido que no depende de las acciones del individuo digno) o absoluta (en el sentido que no admite gradación y no tiene sentido predicar que alguien es más o menos digno). En síntesis, cuando un ser posea las características moralmente relevantes pertenecerá a la comunidad moral, y entonces podrá predicarse de él que posee dignidad, lo cual implica el disfrutar de un cierto estatus, con un contenido y características delimitados”.
EXAMEN DEL TRATAMIENTO SINGERIANO DE LA DIGNIDAD
“A continuación, se procederá a ofrecer una panorámica de los aspectos de la obra de Singer relevantes para reconstruir su postura en lo tocante a la dignidad. Lo primero que debe tenerse en cuenta es que, en tanto que utilitarista, ni la palabra dignidad ni el concepto que designa no forman parte del aparato conceptual de su escuela filosófica. Sin embargo, la cuestión no es ajena a su obra, pues ha discutido sobre ella en numerosas ocasiones. Aquí se prestará especial atención, en orden cronológico, a Animal Liberation, a la dos primeras ediciones de Practical Ethics, a Rethinking Life and Death y, por último, a la tercera edición de Practical Ethics.
¿Pero por qué estas y no otras de sus obras? Si han sido estas las elegidas es porqué consideramos que son representativas de la globalidad del pensamiento de Singer. Y remarcamos lo de globalidad porque conviene no perder de vista que en la filosofía moral de Singer se distinguen dos etapas bien diferenciadas. En la primera etapa, que comienza con el inicio de su carrera académica en la década de los setenta del siglo pasado, sigue la propuesta ética de R.M. Hare. Por lo tanto, a nivel metaético se decanta por el prescriptivismo universal, mientras que, a nivel de ética normativa, opta por el utilitarismo de la preferencia. En la segunda etapa, que llega a partir de la década de 2010, la influencia de Hare es sustituida por la de Henry Sidgwick y Derek Parfit. Ambos son decisivos para entender la transición metaética singeriana hacia el objetivismo, mientras que la sustitución del preferencialismo por el hedonismo, a nivel de ética normativa, se debe a Sidgwick”.
28/08/2025 a las 10:44 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Junto con las coimas, Diego Spagnuolo dejó todo listo para quitarle las pensiones a 500 mil discapacitados
Matías Ferrari
Página/12
28 de agosto de 2025
En la Andis pasaban demasiadas cosas al mismo tiempo que corrían las coimas. Antes de salir eyectado del cargo por el escándalo de los medicamentos, Diego Spagnuolo le dejó servido al Gobierno un ajuste en las pensiones por discapacidad de dimensiones brutales. En su informe ante el Congreso, Guillermo Francos renoció este miércoles que, gracias a la auditoría que impulsó el exfuncionario, el Ejecutivo está en condiciones de dar de baja del beneficio nada menos que a unas 500 mil personas. El número surge del total de beneficiarios que según informó el jefe de gabinete nunca recibieron la carta documento con la indicación de someterse a los estudios médicos y otros trámites que la Andis les exige para no caerse de la ayuda estatal. De acuerdo a un decreto firmado por Federico Sturzenegger en septiembre pasado, no recibir la citación para auditarse en tiempo y forma es causal suficiente para la baja. La intención era culpar a los beneficiarios por supuestamente no haber actualizado su domicilio, como una forma de justificar la poda. Según consta en las metas del presupuesto 2025, el ajuste ya era cosa juzgada: de las 1.266.945 pensiones que estaban vigentes a principios de este año, el Ejecutivo planea entregar en diciembre solo 749.451. Una meta muy en línea con el plan motosierra.
De lo expuesto por Francos a pedido de los diputados de la oposición y de los datos que figuran en las metas de presupuesto surge que la Rosada tenía proyectado de antemano el ajuste en las pensiones. Mientras Sturzenegger le puso la firma al marco legal del ajuste, con el decreto 843/24 que introdujo nuevas causales de baja y culpabiliza a los beneficiarios, Spagnuolo se encargó de la operatoria, a través de la auditoría. En uno de los audios filtrados que publicó Página/12, el exfuncionario dice que el ministro desregulador estaba interesado en meterse en el proceso. «Bajar las pensiones es tarea mía», se lo escucha decir, al tiempo que protestaba porque le mandaban a decir desde Balcarce 50 «cómo hacer las cosas».
La auditoría avanzó y los beneficiarios tuvieron serios problemas para cumplir con lo que se les exige. En las últimas semanas, según pudo saber este diario, se acercan hasta la oficina de la Andis en la calle Yrigoyen, a pocos metros del Congreso, entre 200 o 300 personas por día para quejarse porque están afuera del beneficio. «Muchos vienen porque fueron al cajero y se encontraron con que no les habían depositado. Entonces vienen a preguntar por ventanilla qué pasó. Llegan de a cientos, la cola da la vuelta manzana. Y nosotros les explicamos de la auditoría. Casi nadie sabe que existe, es un maltrato descarado a la gente con discapacidad que realmente necesita la ayuda. No nos da la cara para decirles que ya no van a cobrar», le contó a Página/12 un trabajador del organismo.
Por lo menos desde junio de este año, Spagnuolo bajó la línea de apurar el proceso de bajas. Los trabajadores de la Andis están siendo presionados para tomar horas extra los fines de semana para dar la mayor cantidad de bajas posibles, que son directamente al voleo: se hacen desde una computadora, visualizando un expediente interno, sin entrar en contacto con la gente. La primera parte de la tarea en ese sentido la hizo Mauricio Macri, que durante su gestión en la Rosada mandó a recortar todo el despliegue territorial de la Andis y despidió a buena parte de las trabajadoras que realizaban los esutdios socio-económicos de los beneficiarios. Spagnuolo completó la tarea con sus propios despidos, más de 300. Hoy más que nunca, los pensionados son un número en una planilla de Excell.
Para la politóloga Belén Arcucci, directora del área de Discapacidad ACIJ, «la auditoría fue una excusa para ajustar». Las bajas, explica, «están vinculadas al propio diseño de la auditoría, que no fue pensada para las personas a las que estaba destinada». “A pesar de que el gobierno dice que hay miles de pensiones mal otorgadas, la realidad es que las bajas están siendo arbitrarias, lo que vulnera derechos fundamentales de las personas», agrega.
TE AUDITO, DESPUÉS TE AJUSTO
Spagnuolo anunció la puesta en marcha de las auditorías sobre las pensiones en octubre del año pasado. El objetivo, solía decir públicamente, era detectar irregularidades en su entrega durante el gobierno anterior. Esperaba encontrarse con miles de casos extravagantes, pero apenas halló un puñado: según Francos, se contaron solo 7211 personas fallecidas que lo cobraban, además de otras 9027 renuncias voluntarias al beneficio. Una porción bastante menor en un universo de más de un millón de pensiones.
Lo que produjo la auditoría, en cambio, fue un trastorno para las personas con discapacidad que en todo el país debieron someterse a estudios médicos para comprobar sus padecimientos pese a haber nacido con ceguera, tener enfermedades congénitas o haber sido diagnosticados desde chicos con algún trastorno del desarrollo, por citar algunos casos.
Más de la mitad de las cartas documentos que la Andis envió a los domicilios de los auditados, para colmo, nunca llegaron a destino, en muchos casos por problemas de logística o porque los domicilios estaban desactualizados.
A quienes sí les llegó la carta, según revela un informe reciente de ACIJ, les surgieron otro tipo de problemas: debían viajar cientos de kilómetros para someterse a los estudios médicos requeridos, no encontraban turnos disponibles, no sabían qué documentos entregar o simplemente no entendían las indicaciones. La auditoría fue lanzada sin tener en cuenta los apoyos que las personas con discapacidad necesitan, algo que fue oportunamente denunciado por las organizaciones del colectivo.
Según el informe de Francos, la auditoría arrojó hasta ahora los siguientes resultados:
*De las 997.654 cartas documento enviadas por la Andis, rebotaron 504.802
*Sólo acudieron a iniciar los trámites unas 451.579 personas
*Sólo 40 mil personas recibieron la notificación y decidieron no auditarse.
*Hasta ahora, aprovechando el decreto de Sturzenegger, el Gobierno ya lleva recortadas 111.463 pensiones. Y contando.
SPAGNUOLO, STURZENEGGER Y ANDREANI
En uno de los audios, Spagnuolo reconoce que Sturzenegger le envió un funcionario de su riñón a meterse en el proceso de licitación con la empresa de correos Andreani, que fue la elegida para enviar las cartas documento a las personas con discapacidad. «Yo venía negociando con ellos y me mandaron a uno a meterse y me hicieron quedar para el culo», protesta en uno de los audios.
Spagnuolo se refiere a la licitación millonaria que firmó con Andreani, con el Correo Argentino y Correo Express. Andreani se llevó la parte más jugosa de la licitación, adjudicándose cuatro de los renglones más caros, por un total de 13 mil millones de pesos.
La licitación total supera los 20 mil millones, un dineral invertido en enviar a todo el país poco más de un millón de cartas documento. A todas luces resultó un éxito para el Gobierno: como 500 mil de esas cartas nunca encontraron destinatario, ahora tiene a mano un argumento para justificar la poda.
MÁS TRUCHO QUE LA RADIOGRAFÍA
«Mirá la comunicación –dice Spagnuolo en uno de los últimos audios–, el pelotudo de Adorni que le pasamos toda la información, la radiografía del perro le dijimos: esa pensión no se otorgó. ¿Y hoy qué dicen? ‘Esa pensión se otorgó». La mención es clara a la operación de prensa que se montó con la radiografía trucha del perro, que le sirvió al gobierno para justificar las pensiones. Según el audio, Adorni estaba al tanto. «‘Ey, están mintiendo’. Flaco, te lo pasé clarito, esa pensión no se otorgó», cierra la filtración.
28/08/2025 a las 10:49 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El escándalo de la ANDIS que complica la campaña libertaria
Melisa Molina
Página/12
28 de agosto de 2025
El Presidente salió junto a su hermana y José Luis Espert a realizar una «Caravana» en el municipio de Lomas de Zamora. Si bien la idea de los «estrategas» de campaña era que los hermanos Milei no hablen de los audios que se filtraron del extitular de ANDIS, Diego Spagnuolo, el mandatario vio un micrófono de televisión y se le escapó la primera declaración al respecto. Desde la caja de la camioneta que lo llevaba dijo a los gritos: «Todo lo que dice (Spagnuolo) es mentira. Lo vamos a llevar a la justicia y vamos a probar que mintió». El evento, sin embargo, no duró mucho más. A las dos cuadras de haber comenzado la caravana distintos manifestantes, muy molestos con Milei y sus políticas, comenzaron a tirarle botellas de agua, alguna piedra y a insultarlo. El jefe de Estado y su comitiva huyeron a toda velocidad para refugiarse en la Quinta de Olivos.
También movilizaron de manera pacífica decenas de personas con discapacidad junto a sus familiares. María, por ejemplo, es madre de un niño con discapacidad y expresó sobre este gobierno ante las cámaras de televisión que: «Le están robando a los más necesitados y a las personas con discapacidad que menos tienen. No están entregando medicamentos, pañales, y ya ni le podemos pagar las terapias a nuestros hijos». Con la voz entrecortada continuó: «El Presidente había dicho que iba a ponerle un corchazo en la cabeza al que metiera la mano en la lata, pero ahora avala lo que hizo su hermana».
Sin empatizar con el enojo y la angustia de los sectores de la población que están siendo más perjudicados por «la motosierra» –más allá de los discapacitados este jueves también volvieron a movilizar los jubilados–, Milei salió a hacer campaña con su hermana y Espert por el conurbano bonaerense. Esta vez él y su hermana terminaron por cubrirse con una valija de la Policía Federal para que no le peguen los elementos que les arrojaban.
Si bien la idea original de los organizadores era que Milei haga unas cinco cuadras por la avenida Hipólito Yrigoyen hasta llegar a la plaza de Lomas de Zamora junto a su hermana, Espert, Sebastián Pareja y el excomisario y candidato a legislador bonaerense, Maximiliano Bondarenko, no logró hacer ni tres. Después de declarar sobre el caso coimas, el clima se empezó a poner cada vez más espeso y cuando empezaron las agresiones la comitiva oficial decidió huir. Quien conducía la camioneta blanca dobló en una esquina con todos los políticos en la caja y avanzó a toda velocidad. Espert, fue el único que no estaba ahí. Él se separó del resto y optó por irse en una moto, sin casco.
El gobierno, que en todo momento incita a la violencia física y simbólica –de hecho la frase de cabecera de Espert es «cárcel o bala»– y repiten como un mantra frases como «zurdos van a correr», se quejó de manera inmediata por la violencia recibida y en el entorno presidencial hasta llegaron a hablar de que se trató de «un intento de magnicidio». Como ya es una costumbre, además, culparon por los desmanes «al kirchnerismo», sin presentar ningún tipo de prueba.
En un comunicado oficial que lanzó el partido violeta, escribieron: «Javier Milei se metió en el corazón del conurbano con una caravana masiva en Lomas de Zamora que recorrió la avenida Hipólito Yrigoyen entre bombos, banderas y vecinos que se sumaron al paso. Las calles se tiñeron de violeta en una muestra de apoyo al proyecto libertario en la provincia de Buenos Aires». Luego, aclararon que «mientras se llevaba adelante una caravana pacífica, un grupo de manifestantes y militantes identificados con el kirchnerismo aprovechó la ocasión para insultar e intentar agredir a quienes se expresaban a favor de terminar con el modelo empobrecedor kirchnerista».
Tras varios días en silencio y son conferencias de prensa, Manuel Adorni fue otro de los que salió a opinar. Escribió: «Militantes de la vieja política, kirchnerismo en estado puro y un modelo de violencia que solo quieren los cavernícolas del pasado: atacaron con piedras la caravana donde se encontraba el Presidente de la Nación. No hay heridos. Lo único que hay son muchos que van hacia el más absoluto de los olvidos: kirchnerismo nunca más». Luego, publicó una foto en la que se veía volar una piedra detrás de Milei y añadió: «Podrían haber matado a cualquiera. No les importa la vida humana, menos aún les va a importar el país».
Milei, después del episodio, llegó a la Quinta de Olivos y se sacó una foto con su hermana y Espert y consignó: «En Olivos con el PROFE y EL JEFE luego del paso por Lomas de Zamora, donde los kukas tira piedras carentes de ideas, recurrieron otra vez a la violencia». Según contó Raquel, madre de una niña con discapacidad que estuvo presente en la caravana, los que provocaron la violencia fueron los propios funcionarios. «Desde arriba del vehículo nos gritaban negros de mierda», expresó en declaraciones radiales, y sumó: «A mi mamá le gritaban negra de mierda solo por su color». Además, aclaró que no fue en el marco de ningún partido político: «No nos mandó nadie», puntualizó.
Horas antes de que comience la caravana, el intendente de Lomas de Zamora Federico Otermín escribió un comunicado en el que recordó que Milei nunca había ido a visitar el municipio desde que comenzó la gestión. «Nada más casta que aparecer para una foto unos días antes de las elecciones», resaltó. Luego, se quejó de que la caravana iba a «obstaculizar la avenida Yrigoyen (una de las más transitadas del Conurbano) un día y horario laborable», y pidió que, más allá de las convocatorias que había para repudiar la visita del Presidente, «el mensaje sea de paz y respeto por la democracia». Por último, añadió: «Que cada persona se exprese con tranquilidad y sin ningún tipo de violencia».
Tras el evento, Otermín dijo que rechazaba la violencia «de manera enfática», y aclaró que en la previa desde el municipio estaban preocupados porque había convocatorias a movilizar de asociaciones de discapacitados, y de jubilados en la Plaza de Lomas que «estaban muy enojados». Sin embargo, aclaró que «esa protesta ocurrió, pero lejos de donde ocurrieron los desmanes, porque la caravana del Presidente nunca llegó a la plaza donde ellos estaban», detalló.
28/08/2025 a las 10:57 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Spagnuolo y el peso de lo verosímil
Vicente Massot
Fuente: InC.
(*) Notiar.com.ar
27/8/025
Hay más de cuarenta visitas acreditadas de Diego Spagnuolo a Balcarce 50 y a la quinta presidencial de Olivos. El ex director de la Andis -Agencia Nacional de Discapacidad- era hasta hace poco tiempo abogado personal de Javier Milei y había figurado en una lista de candidatos a diputados por La Libertad Avanza cuando esta agrupación estaba en pañales. En virtud de las mencionadas razones se supone que el jefe del Estado le confió el manejo de la Agencia de la cual acaba de ser despedido, sin demasiados miramientos.
Si a los datos arriba señalados se le suma el astronómico crecimiento de la facturación con el sector público de la Droguería Suizo Argentina -pasó de $ 3.898 MM en el pasado año a $ 108.299 MM en lo que va del presente- y la mención que ha hecho Spagnuolo de la forma como operaba la empresa de la familia Kovalivker, hay una conclusión ineludible: estamos ante un caso de corrupción verosímil.
Desde el punto de vista específicamente político es lo primero que interesa poner de manifiesto. Verosímil significa que, más allá de si a la larga las acusaciones resultasen falsas, de momento son creíbles. Vayamos por partes, paso a paso, tal cual diría Mostaza Merlo. Nadie sabe si hubo un quiebre en la relación del presidente y Spagnuolo antes de que el escándalo tomase estado público, pero no parece probable. De haber sido así, el funcionario no hubiera durado tanto tiempo al frente de la Andis. Más plausible es que Spagnuolo se hubiese confesado ante algún amigo o conocido sin darse cuenta de que lo estaban grabando. No se concibe que haya ventilado tamañas intimidades en conocimiento de que su interlocutor había prendido el grabador. El cuadro que tenemos, pues, es el de un agente estatal, estrechamente vinculado a Javier Milei, que se confiesa impotente delante de un sistema montado y aceitado desde el oficialismo para delinquir.
Si la voz registrada en los audios que circulan fuese la suya -algo que Spagnuolo no ha negado- lo que trasparenta es algo bien grave en razón de que -de creerle- le había ad- vertido a Milei de cuanto estaba pasando sin que éste tomase cartas en el asunto. Alguien podría argumentar que inventó un cuento con el propósito de ponerle un palo en la rueda a los libertarios poco antes de dos comicios claves. Es una hipótesis que no debería descartarse, si bien tiene un punto débil: ¿por qué desearía incriminarse él de tal manera? Conviene recordar que -al margen de ser cierto o no que haya llevado sus quejas a la Casa Rosada- lo cierto es que como funcionario público de semejante jerarquía debió poner en conocimiento de la Justicia cuanto sabía. No lo hizo y ahora él también puede verse complicado en una causa en donde el juez incluye en su carátula el delito de asociación ilícita, entre otros.
Todo hace pensar que el tema no hará más que escalar y agravarse. Por de pronto, la Justicia ha puesto la lupa sobre contratos de distinto tipo de la Suizo Argentina con diversos ministerios. En este orden, Luis Petri y Sandra Pettovello se hallan en la mira. Si se le agrega la sospecha de que el ex–titular de la Agencia Nacional de Discapacidad borró chats de su celular con los hermanos Milei, su situación podría empeorar de manera acelerada. En su desesperación -a esta altura es un hombre que no sabe para dónde salir disparado- Diego Spagnuolo puede negar que haya dicho lo que deja escucharse en el audio, ponerle paños fríos a su relato, o sostenerlo de punta a punta. Según cual sea el camino que tome, el daño está hecho y la administración libertaria -en la medida en que sea considerado verosímil lo que está en boca de todos- deberá pagar un precio. Qué tan alto sea, resulta cosa que nadie está en condiciones de dimensionar.
Para tener una idea siquiera aproximada de las posibles consecuencias, el análisis debe hacerse sobre los mercados y sobre la opinión pública. En una circunstancia como la presente, el caso no puede ser más contraproducente si ponemos la lupa en la confianza necesaria a la hora de invertir y de arriesgar. La acusación levantada por ahora, a expensas de los hermanos Milei y de los Menem, le pega al gobierno cerca de la línea de flotación y horada la credibilidad del oficialismo, en general, y de sus figuras estelares, en particular. Los mercados -que se hallan expectantes de cara a los comicios que se substanciarán en el ámbito bonaerense el domingo 7 de septiembre y, más tarde, se extenderán al país entero el 26 de octubre- tienen, con base en los audios de Spagnuolo, un motivo más para preocuparse.
Es de mayor complejidad determinar qué tanto el escándalo afectará a los votantes en los días por venir. En cualquier sociedad civilizada, donde el tinglado institucional fuese algo más que un continente sin contenido tendría consecuencias inmediatas y, casi seguramente, deletéreas para los libertarios. No obstante, nos encontramos en la Argentina y un fenómeno como el que le ha estallado en las manos al gobierno no siempre ni necesariamente influye en el ánimo electoral. En principio por el rechazo que genera el kirchnerismo. Basta pasar revista al banco de suplentes -Cristina Fernández, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa- para darse cuenta de que abandonar a los violetas y abrazar en el cuarto oscuro a los K, en virtud de una corruptela más, difícilmente vaya a suceder.
Existe, además, una segunda motivación: entre las preocupaciones principales de los argentinos, la inseguridad, el desempleo y el costo de la vida le llevan una ventaja apreciable al desmanejo de los dineros públicos. Cómo explicar, de lo contrario, la fuerza electoral kirchnerista desde 2003 hasta 2015, por ejemplo. Néstor y Cristina se cansaron de robar, sin que ello fuese un obstáculo insalvable a la hora de ganar tres elecciones presidenciales seguidas. En punto al ánimo de quienes decidieron votar a La Libertad Avanza en la capital federal en el pasado mes de mayo, vale la pena recordar que el caso LIBRA y la pirueta que ordenó hacer la Casa Rosada respecto del proyecto de ley de Ficha Limpia no tuvieron efecto alguno en el resultado. Manuel Adorni ganó sin despeinarse.
Que el oficialismo recibió un sopapo de proporciones no es novedad. Que, como producto del mismo, se encuentra atontado y las respuestas que ha enhebrado son una peor que la otra, también. Frente a tamaño estruendo debió haber reaccionado de inmediato y de manera inteligente. Sin embargo, el vocero presidencial -de ordinario, tan locuaz- se llamó olímpicamente a silencio. No dijo esta boca es mía. Milei pareció estar en otra galaxia. Ni siquiera trató la cuestión, a semejanza de su hermana. Parece que vivieran en un país distinto y no tuvieran nada que explicar.
Los únicos hombres que salieron a ponerle el pecho a las balas fueron el jefe de gabinete, Guillermo Francos, y el presidente de la Cámara de Diputados. Aquél salió a la palestra esgrimiendo unas cuantas generalidades; a éste, en cambio, se lo notó nervioso el domingo por la noche, en un programa de televisión. El problema de hacerse los distraídos y no dar respuestas serias es que hacen más verosímil la acusación. Pero de ahí a perder las elecciones -que es hoy su objetivo prioritario-media un gran trecho.
28/08/2025 a las 11:01 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Las manos en el fuego
Pablo Mendlevich
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
27/8/025
Durante muchísimo tiempo fue común recurrir a la prueba de fuego para averiguar si el acusado de un delito grave era o no culpable. Las leyes anglosajonas establecían cuántos pasos debía caminar el incriminado sosteniendo en las manos un hierro ardiente. Si lograba llegar al final sin soltarlo era proclamado inocente. Si no, se lo condenaba a muerte. Cuando corría la Edad Media se sobrentendía que Dios ejercía un arbitraje celestial ciertamente infalible gracias al cual quienes no hubieran hecho nada malo pasarían la prueba exentos de daño. Y viceversa.
Cuenta Héctor Zimmerman en su libro Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato que de allí viene lo de poner las manos en el fuego para responder por la conducta de otra persona. Lo que indica que con el tiempo hubo una tercerización de la garantía. Martín Menem, por ejemplo, avisó el lunes que él pone las manos en el fuego por Lule Menem y por Karina Milei (aunque nadie vio que efectivamente lo hubiera hecho porque el desarrollo de los métodos forenses modernos permitió convertir a la justicia ígnea en una inofensiva metáfora). En cambio, Guillermo Francos dijo la semana pasada, al comenzar el Spagnuologate, que él no ponía las manos en el fuego “por ningún funcionario”. Francos dejó sin aclarar si las pondría por personas que no fueran funcionarios. Por ejemplo, ese sería el caso de Santiago Caputo, contratado como asesor bajo el régimen de prestación de servicios profesionales autónomos.
Central en los tiempos de las Cruzadas, el tema de las manos también tiene una larga historia en el peronismo, donde hasta se llegó a producir una macabra confusión entre metáfora y manos reales. Ya a comienzos de los años cincuenta el antiperonismo apodó al presidente Perón “Venus de Milo”. Perón enfrentaba un cuadro de inflación, sequía y falta de divisas. Impuso restricciones a la salida de dólares y enseguida Estados Unidos le ofreció un préstamo a un consorcio de bancos argentinos para que se les pudieran pagar las deudas a los exportadores norteamericanos. El 1° de mayo de 1950, cuando preparaba su reelección, Perón rechazó el ofrecimiento ante el Congreso en términos dramáticos: “me corto las manos antes que firmar cualquier cosa que signifique un préstamo para mi país”. Poco después llegó a un acuerdo por 125millones de dólares. Y treinta y siete años más tarde, nunca se supo de manera fehaciente por qué, para qué ni por quién, al cadáver de Perón le fueron amputadas ambas manos.
Las autoridades mileístas que ahora se dividen entre exponerse o no al fuego de la verdad respecto de terceros como si se tratara de tildar la opción binaria de un reto de las redes sociales no hacen más que replicar el comportamiento de los mandamases kirchneristas de una década y media atrás. “A mí me enseñó Néstor Kirchner -decía Aníbal Fernández cuando Amado Boudou empezaba a ser investigado por Ciccone- a no poner las manos en el fuego por nadie, pero confío en Amado”. Cristina Kirchner, por su parte, explicó en algún momento que ella sí estaba dispuesta a poner las manos en el fuego, pero sólo por tres personas de igual apellido: sus hijos y ella.
Tal vez la permanente apelación en cualquiera de los dos sentidos a esta frase de génesis medieval sirva, al revés de lo que parece, para licuar responsabilidades. Escándalos de corrupción como el que hace una semana ascendió a las primeras planas a partir de un audio supuestamente grabado en un restaurante casi siempre se tramitan en dos dimensiones paralelas. La política y la judicial. Que no sólo tienen reglas y tiempos diferentes, también las responsabilidades varían. Mientras en la dimensión judicial los jueces deben establecer cuándo un presidente tiene responsabilidades penales sobre delitos cometidos por un subordinado, en la dimensión política la sola selección de una persona para desempeñar un cargo ya conlleva una paternidad moral sobre ella. El involucramiento es mucho más significativo al existir corrupción sistémica.
Fue lo que sucedió en los noventa con el menemismo y este siglo con el kirchnerismo, las dos grandes corrientes peronistas que gobernaron el país durante la nueva democracia, ambas manchadas -en magnitudes diversas que siempre se discuten- por la extraordinaria multiplicidad de escándalos y causas judiciales relacionados con el uso ilegitimo del poder público para obtener beneficios privados. Milei prometió en 2023 que la Argentina dejaría de ser tierra fértil para la corrupción, pero eso es exactamente lo que los audios de Spagnuolo, aún de incierto origen, parecen venir a desmentir. Porque los audios no están referidos a un caso individual, aislado, sino que ofrecen como idea principal la sospecha de que el gobierno libertario estaría replicando la corrupción estructural de las épocas aborrecidas.
Milei se refirió en infinitas oportunidades a los “políticos corruptos” de la casta pero en los hechos estableció una discriminación caprichosa sobre el pasado. A la corrupción del menemismo la erradicó de su memoria para dejarle el camino despejado a una andanada de elogios sin matices prodigados a Menem por el manejo de la economía y por la transformación del Estado. Para el kirchnerismo reservó el monopolio de la malicia.
La realidad es que el primer expresidente que estuvo preso bajo el estado de derecho, Menem, enfrentó cuatro juicios orales y tuvo tres condenas, si bien ninguna quedó firme antes de su muerte, en 2021, cuando llevaba 16 años acorazado por los fueros de senador nacional. La reivindicación de la era menemista por Milei, lejos de ser una mera postura sobre historia, fue la plataforma para encumbrar a Lule Menem como armador político del oficialismo y a su primo Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados (y también como armador).
Portadores de uno de los apellidos más potentes de la política, ambos aparecen apuntados ahora por la denuncia más oblicua de (supuesta) corrupción que haya habido, anónima y a la vez personificada, o podría decirse, locutada por un hombre del Presidente que encima fue su abogado. A quien -para terminar de sumar confusión- el Presidente despidió sin explicaciones públicas.
No se sabe usado por quién o con cuánta determinación propia, Spagnuolo hace igual que Francella todos los papeles él solo: el de denunciante, el de acusador, el de corrupto y el de víctima de un ininteligible despido. Hasta veinticuatro horas antes muy pocos sabían quién era. Ni siquiera el tenso tratamiento parlamentario de los recortes en discapacidad había hecho famoso el edulcorado acrónimo Andis (Agencia Nacional de Discapacidad), de repente devenido familiar debido a la implosión de supuestas coimas estandarizadas. El sustantivo le pertenece a un Spagnuolo redundante: “esto está implosionado de adentro”, dijo en el primer audio.
Milei es un líder absolutamente original. Cada tanto conviene recordarlo. Desafía la letra de los manuales políticos tradicionales. Así llegó al poder, así se expresa, así hizo el ajuste. Los insultos son la parte más visible, también la más chirriante, de la anormalidad, que en primer lugar se constituyó con el apoyo sostenido de la mayoría a un presidente que redujo el déficit fiscal y fulminó la inflación tal como había dicho que haría.
Eso demostró que Milei es un muy buen “piloto de tormentas” -la virtud que él le atribuye a Carlos Menem-, siempre que la tormenta esté anunciada y se trate de economía. No se sabe si frente a un huracán que entra por la ventana sin que nadie lo hubiera previsto exhibirá la misma destreza.
Por el momento no se entiende el manejo de la crisis, en el que apenas sobresale una ovación a Karina Milei que les encargó a los alborozados mileístas en un acto partidario y el lapsus en modo barrial presumiblemente improvisado para denostar a los kirchneristas: “les estamos afanando los choreos”.
Silo que desnuda el Spagnuologate es una formidable corrupción estructural en el subsuelo, no hay manos en el fuego que valgan.
Las manos en el fuego no son un certificado eficaz de honradez, especialmente si el dueño de las manos forma parte del entramado que se denuncia. Que se sepa, ningún sospechado hasta ahora zafó de la desconfianza pública mediante esta bendición purificadora. Tampoco se probó muy útil en su versión por la negativa para tomar distancia de un par o de un subordinado. Pero la frase puede servir ocasionalmente en un apuro para saciar a un enjambre de movileros, no mucho más.