Por Luis Alejandro Rizzi.-
El pacto FMI-LLA-Trump.
Es obvio, no es un contrato firmado y certificado por notarios ni apostillado.
Hecha esta salvedad, volvamos al “pacto”, que obvio es “de palabra”, pero lo ratifican varios indicios.
Cuando Caputo, “el campeón”, y el mismo Milei ratifican que “el gobierno no tiene inconveniente en vender hasta el último dólar”, no explican qué pasará el día siguiente y cómo pagarán los vencimientos de deuda.
Lo correcto sería no vender, mejor dicho “regalar dólares” o transferir riqueza a los ricos, pero cuentan con el FMI, que hasta el 26 de octubre hará la vista gorda, y la promesa de Scott Bessent, secretario del Tesoro, más de Trump que de los EEUU, que aportaría los dólares que falten, Trump mediante, en negociaciones que documentarían las condiciones de tanta generosidad.
Milei-LLA juegan todo a ese “pacto”, en la creencia de que la elección del 26 de octubre se ganaría con un dólar quieto en 1550 pesos a lo sumo.
Después vendrán las famosas reformas, de las que nadie tiene idea sobre su contenido.
Este “pacto”, que tiene la misma entidad del pacto “militar sindical” denunciado por Raul Alfonsín en la campaña del 83, es no sólo el fundamento político de la campaña electoral del gobierno, sino el modo más espurio y perverso de su financiamiento.
El plan “platita” de Massa se financió con los pesos que él mismo emitía. El gobierno de Milei no emite pesos, sino que regala dólares ajenos, “hasta el último”, para mantener un tipo de cambio quieto, motivo de la campaña electoral, junto con el 2% de inflación.
El tipo de cambio puede hacer perder elecciones, pero no ganarlas, y en este momento, con un agravante, cada dólar que vende el gobierno a precio de “oulet”, es un pobre o indigente más que suma Milei a la ya larga lista de marginalidad social.
El gobierno juega todo a su “pacto con el FMI y Trump”. Con Macri no funcionó y nos trajo a los “kukas” de regreso.
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GOLPE A GOLPE.
No me refiero al tema dedicado a Antonio Machado, por Serrat, sino a quienes, “sin el debido piné”, propician “golpes” o los denuncian como fundamento necesario de un cambio o para mantener un estado de cosas, sin pensar que cuando no hay camino y la vida pública sólo es un bosque de espinas, necesitamos caminantes que hagan camino al andar con la generosidad y sabiduría que sólo “se dejan estelas en la mar”, que al fin de cuentas son los caminos que perduran.
Milei gobierna “de facto”; es un gobierno civil, de un partido civil con concepción militar de la política y miliciana de la militancia, que cuando hace reuniones de sus “milicias” los obliga a dejar sus teléfonos en una “guarida”, porque desconfía de su fidelidad mercenaria.
Un hombre que desconfía de los propios tiene idoneidad para gobernarnos, me pregunto.
En las próximas elecciones del 26 de octubre se pondrá a consideración de la ciudadanía una alternativa, diría de filosofía política; se ratifica un “gobierno de facto” de modo democrático, para que pueda hacer libre uso de los DNUs y vetos, de medios excepcionales como si fueran normales, o se vota por el sistema de gobierno constitucional de tres poderes o división de competencias y atribuciones.
Entre esas opciones deberemos votar y elegir.
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UNA VEZ MÁS TERCIOS
Debemos aclarar que los tercios son tres, pero eso nos daría 99%, queda uno% afuera. Probablemente seamos cuatro tercios.
Los “kukas” son un 25%, creo que no se discute.
El Mileísmo-LLA son un 29%, segundo tercio.
Nos queda un 20/25% que se abstiene, pero tenemos otro tercio escondido. Si hacemos la cuenta sumamos 74 o 79, nos queda “otro tercio” de un 20/25% boyante que en general decide su voto, si resuelve votar, en el último minuto y luego de votar se arrepiente.
Lo explico. Así visto serían cuatro tercios, algo imposible, pero pasa que ese “cuarto tercio” se integra a alguno de los tres tercios legítimos.
El voto boyante explica el balotaje de noviembre del 23, el 54% de Milei y el 44% de Massa.
Si el 26 de octubre votara hasta un 65% del padrón, el primero -supuesto ganador- logrará entre un 31/33% de votos, el voto boyante un 10% se diluirá, no irá en una sola dirección.
Nada cambiará.
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PUNTO Y BANCA
El famoso 16 de septiembre de 1992 del reino Unido mostró que, cuando se apuesta fuerte contra la banca, gana “punto”; el riesgo es que la banca no pueda pagar, que es lo que explica el riesgo país por arriba de los 1550, pura casualidad que sea el precio del dólar en nuestro mercado de cambios.
El gobierno por naturaleza debe ser banca, pero como lo había dicho John Major, ese día “negro”, creo que fue un martes -estaba casualmente en Londres-, el estado -la banca- no puede contra el mercado y al final devaluó un 10, si mal no recuerdo. La demora en devaluar tuvo un alto costo, que se estimó en tres mil millones de libras.
El “campeón” Caputo venderá de acuerdo con Milei hasta el último dólar, la cosa es que son ajenos, y los regalan como si fueran propios.
En una época a eso se le llamaba “defraudación”, por lo menos en mis ex barrios de Caballito.
En Puerto Madero se llama “la rosadita”, donde también se contaba y se traficaba como propio el dinero de la corrupción.
Agréguenlo al troll de la corrupción que circula en las redes desde el viernes, “hasta el ultimo dólar del gobierno”, pueden ser 22 millones, ya se regaló un 5% en una semana…
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El martes próximo se ampliaría el pacto Milei-FMI, ahora más Trump.
21/09/2025 a las 8:40 AM
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ORDEN DE LA CHORRA CONDENADA, ASESINA DE NISMAN.