Por Luis Alejandro Rizzi.-
El presidente Milei se ufana diciendo, con respaldo estadístico, que durante su gestión cesaron en la pobreza 12 millones de personas.
La estadística es como un pentagrama, es un soporte de datos que deben ser leídos de modo correcto, pero además debe ponderarse su utilidad.
Sosa Escudero, en un artículo que publicó hace algunos años, se encontró con una “estadística” que relacionaba los goles del delantero Halland del Manchester con los casos de gripe que se registraban en Turquía. La estadística podría ser cierta o no, pero cuál era su utilidad, ninguna.
La diferencia que separa al pobre del no pobre es de sólo un peso, u$s 0,001.
Entonces debemos recurrir a otras medidas que vayan más allá del ingreso.
Es imposible, ya lo escribí hace pocos días, que en un lapso de un año y con una población de 47 millones, un poco menos de un tercio haya salido de la pobreza en tan breve tiempo, cuando toda la sociedad se empobreció en los últimos años y aclaro, no fue por culpa de Milei, que se limitó a exponer la realidad.
Hoy los argentinos, ricos y pobres, somos un 25% más pobres que en 2017, según un dato que aporta Francisco Jueguen en el diario “La Nación”.
En términos relativos, al crecer, la pobreza general se empareja para abajo, y ese segmento de 20 millones de pobres, en números redondos, se diluye en un contenido más amplio.
En el mismo artículo Jueguen dice: “Un estudio de Casa Tres de agosto pasado indicó que 6 de cada 10 personas declaraban haber hecho algún “sacrificio” en el último tiempo. ¿Cuál? De los que duelen, obvio. El 60% resignó ocio en general; el 51% pasó a segundas marcas; el 48% dice haber comprado menos ropa; 38% resignó vacaciones; 35%, plataformas de contenido; un 20% usó menos el auto; otro 16% dio de baja actividades de sus hijos; el 13% se bajó de categoría en su prepaga; 9% en el seguro; y un 4% cambió de colegio a sus hijos”.
Sabemos que sólo se puede vivir en el engaño un tiempo, no toda la vida. Los argentinos hemos sido especialistas en ocultar nuestros vicios o, peor aún, convertirlos en virtudes y así llegamos a casi un 45% de economía informal.
Hoy además se da una paradoja, con la desaceleración de la inflación, que continúa en un nivel del 25% o un 15% anual, estimada para el próximo, es una barbaridad, pero con inflación la gente llegaba a fin de mes y con menor inflación no llega.
Es posible que, en términos reales, tampoco llegaba a fin de mes, pero tenía dinero, por cierto, sin valor en el bolsillo, hoy no lo tiene, aunque el dinero tenga mayor valor real.
Hay un segmento social, con ingresos de entre 7 a 10 millones de pesos, que logra “un ingreso extra” pagando sus gastos con tarjetas de crédito, lo que permite financiar “sin costo” los gastos de un mes.
Para la gente de ingresos menores ésta puede ser una trampa fatal si no alcanza a pagar el saldo total cada mes. En este segmento es donde se advierte mayor nivel de morosidad que hace seis meses.
En los últimos años, por la falta de relación entre los diferentes precios, se había creado una falsa sensación de prosperidad personal.
Esta ilusión se pulverizó cuando se comenzaron a ordenar los precios, en especial de la energía y transporte, lo que cambió sustancialmente la prioridad de gastos de una familia, que se confunde con “empobrecimiento”.
En una realidad patológica, el proceso inflacionario parecía virtuoso, porque permitía el acceso a servicios de bajo precio y baja calidad que se compensaba con el acceso a ciertos “lujos”, como los detallados más arriba en el estudio de “Casa tres”.
Es obvio que en el 2023 todos sabíamos que estábamos mal, y ésa fue la causa del 54% que votó a Milei en el balotaje, fue el único político que nos decía la verdad, por otra parte por todos sabida.
El mismo fenómeno ocurrió en 2015 con Macri: todos esperábamos un ajuste que comenzaría al final de su gobierno.
Milei lo hizo de movida, pero erró en los modales y pecó de insensibilidad, un sentimiento “tanguero” muy caro a los argentinos.
Milei no es responsable de este empobrecimiento general, lo puso en evidencia, lo criticable son los medios usados y la mala calidad de la gestión.
Un ejemplo, la reciente eliminación temporaria de retenciones para el sector agropecuario fue mal diseñada, ya que el beneficio fiscal no fue dirigido a los productores, sino sólo a siete exportadores.
27/09/2025 a las 3:29 AM
LE FALTO CRITICARLO POR SU FORMA DE VESTIR.
ESTA GORDO EL LEON, SE LE NOTA LA PANZA.
EL PELO, SE LO PEINA COMO EL ORTO.
Y USA ESA CAMPERA DE MOTOQUERO QUE DA ASCO.
HASTA AQUI ESTARIAMOS DE ACUERDO CON USTED.
EN CAMBIO LA POROTA DABA GUSTO.
PARECIA BLANQUITA AMARO CON SUS CADERAS BAILANDO CUMBIA, NI COMPARACION CON EL ROCKERO DE JAVIER.
SU HIJO, EL PAPUDO MAXIMO, TIENE CARA DE INTELIGENTE, PARECE BOLIDO CUANDO HABLA Y KICHILLOF MANEJA UN VOCABULARIO MUY AMPLIO Y SIN GRITOS DESAGRADABLES COMO EL PRESIDENTE.
TIENE RAZON MAESTRO, MUY PROFUNDAS SUS CRITICAS Y CON FUNDAMENTOS TECNICOS INCUESTIONABLES. FELICITACIONES.
DIJO QUE SE IVA DE VACACIONES, QUEDESE
UNOS DIAS MAS, LO NECESITA, EL DESCANSO
LE RECUPERA LA MENTE.