Por Carlos Tórtora.-

Karina Milei estaría caminando por una cornisa ante una serie de operaciones políticas para preparar su alejamiento del poder. Dicen que en la reunión entre el lobbista republicano Barry Bennet y Rodrigo de Loredo, Miguel Angel Pichetto y Cristian Ritondo no sólo se apoyó la idea de que Santiago Caputo sea designado Jefe de Gabinete. También se habría conversado de la conveniencia de que, en el rediseño del poder que se está preparando, Karina sea obligada a dar un paso al costado para que el gobierno recupere el perfil de transparencia que perdió en los últimos meses.

Coincidentemente, ayer trascendió que varias empresas multinacionales le habrían pedido al gobierno que, de ahora en más, en las reuniones con funcionarios del gobierno no esté presente Karina. El pedido se fundaría en la necesidad de cumplir las reglas de compliance, esto es, el conjunto de políticas que debe cumplir una empresa para actuar de manera ética y evitar daños a su reputación.

No es un secreto entonces que, en el paquete de cambios que empieza a reclamar discretamente la administración Trump, está el alejamiento de Karina como un gesto político fuerte de que Milei está dispuesto a gobernar con moderación y prudencia.

Como contrapartida está la reacción ya clásica de Milei: afirmar que su gobierno sólo puede funcionar con ella como mano derecha.

Florecen hipótesis

La caída de Karina, hoy no más que una hipótesis, produciría seguramente el encumbramiento de Santiago Caputo, largamente bloqueado por ella. Esta hipótesis también importaría una especie de terremoto en las filas de LLA. La máxima autoridad bonaerense de LLA es un alter ego de Karina, Sebastián Pareja, al que distintas versiones ahora lo señalan en crisis con ella.

Como Milei no se ocupó nunca de relacionarse con sus dirigentes, todo pasa por Karina y, si ella no está, hasta los bloques oficialistas en el Congreso entrarían en un gran desorden.

Cómo una versión morigerada de la inminente crisis, se menciona que Milei podría optar por cambiarla a Karina de cargo, colocándola en un ministerio pero fuera de la Casa Rosada. Algo así como cambiar algo para que en realidad nada cambie.

Sea como fuere, el destino de Karina sería un tema central del 27-O y con buenos motivos formales, ya que muchos la señalarían a ella, como presidenta de LLA, por ser la máxima responsable de la derrota electoral.

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