Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor director:

Ante el proyecto de ley presentado por el ignoto diputado nacional, José Martiarena, avalado por el diputado Máximo Kirchner, de nacionalizar los depósitos bancarios, les recuerdo que el entonces presidente Eduardo Duhalde, en 2001, transformó el «corralito» de Domingo F. Cavallo, durante la presidencia de Fernando de la Rúa, en «corralón», lo que provocó una carrada de juicios contra el Estado, pues implicó un verdadero despojo y robo al apropiarse de los depósitos en moneda extranjera, a plazo fijo, cómo me sucedió, y que fueron liquidados a un peso más el factor de ajuste del CER; y ante la devaluación de un peso a cuatro la cotización del dólar, que -repito- implicó un verdadero robo.

Recordemos que en esa oportunidad, Duhalde dijo: «El que puso dólares, retira dólares». Seguimos esperando que lo cumpla.

Lo que Máximo Kirchner debe hacer, es pedir a su señora madre, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, que repatrie los depósitos de sus padres -Néstor y Cristina F. de Kirchner- de los países -paraísos fiscales- estimados en US$80.000 millones, frutos del desfalco/latrocinio con los contratos de obras públicas amañados, que su padre inició en Río Gallegos, siendo gobernador de la provincia de Santa Cruz; y que luego trasladó a nivel nacional tras ser electo presidente de la República Argentina.

¡Qué la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner los repatrie y luego hablaremos sobre la nacionalización de depósitos!

¡Y le recomiendo a Máximo Kirchner, que no completó el secundario, que repase la Constitución Nacional, que no muerde!

Con cordiales saludos.

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