Por Carlos Tórtora.-

Ayer a la tarde, el PRO bonaerense dispuso retirar los 1.000 fiscales que iban a fiscalizar la elección del domingo junto con los de La Libertad Avanza en La Matanza. Para explicar esto se usaron subterfugios pero la realidad es que el coordinador local de LLA puesto por Sebastián Pareja, Luis Ontiveros, se habría negado a girarles a los macristas la plata para sus fiscales. Se trata de un síntoma de descomposición más del castillo de naipes que es la alianza con los libertarios impulsada por Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro.

Así es que lo que era una hipótesis está ocurriendo: Mauricio Macri aprobó de mala gana el pacto con Karina Milei pero ahora empieza a sufrir sus consecuencias. El último baluarte del presidente es el PRO porteño y la elección de su secretario y mano derecha Fernando de Andreis como diputado nacional. De Andreis está quinto en la lista, seguido por otra macrista, Antonela Giampieri. Ocurre que con su inteligente campaña, Ricardo López Murphy puede rondar los 10 puntos y la mitad de éstos serían «robados» al PRO, donde sobran los votantes que no soportan la alianza con los Milei. Este drenaje de votos ya dejó fuera de carrera a Giampieri y amenaza con impedir que De Andreis sea diputado, lo que sería un papelón histórico para Macri. La realidad es que, en mayor o menor medida, en los 9 distritos donde el PRO y LLA se presentan juntos, se detectan importantes fugas de votos de macristas que rechazan apoyar a los libertarios.

Ya en la desesperación, Jorge Macri violó en los últimos días diversas leyes electorales y ordenó que se peguen carteles del PRO amarillos invitando a votar por De Andreis, cuando el partido amarillo no puede hacer esto, porque no tiene lista propia: integra una alianza que se llama La Libertad Avanza. En esta vorágine, Macri intenta arrebatarle a Milei varios ministerios, para disimular así la magnitud del desastre de los amarillos. Pero pasan los días y Milei sólo deja correr vagas promesas. Ayer sonaba fuerte, por ejemplo, que el sucesor de Gerardo Werthein en la cancillería sería Santiago Caputo y no Federico Pinedo, como anunciaba Macri.

A todo esto, Macri se enfrenta a la cruda realidad de los números. De acuerdo a la mayor parte de las encuestas, en esta renovación de bancas, el bloque de diputados nacionales del PRO difícilmente quede con más de 15, o sea que perdería mas de la mitad de sus miembros. Esto aparte de que tendrá también varios senadores nacionales menos. Así es que la crisis interna ya se advierte en el recinto, como lo muestran los recientes cruces a los gritos entre Ritondo y Silvia Lospennato.

Un contraejemplo

Todo indica que la crisis interna del PRO recién empieza y que Macri no sabe ni cómo sacarse de encima el calificativo de mariscal de la derrota. Su única chance de no quedar seriamente golpeado por su alianza con Milei es que éste le dé participación real en el nuevo gabinete, pero esto es todavía muy incierto.

La realidad es que, por lo que se ve hasta hoy, el PRO ha pagado un costo extremo por seguir atado al gobierno y que a partir del lunes que viene esto se agravaría.

Para los gobernadores peronistas y demás presuntos dadores de gobernabilidad para Milei, la alternativa de que éste rectifique el rumbo y construya un nuevo consenso es bastante ilusoria. Lo más probable es que se profundicen el ajuste y la corrupción.

En síntesis, la debacle de Macri sería el ejemplo de lo que les espera a los que se asocien a Milei.

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