Por Carlos Tórtora.-

La realidad política indica que la polarización construida por Javier Milei y Cristina Kirchner empieza a quedar atrás. Los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut) y Claudio Vidal (Santa Cruz) anunciaron la constitución de un espacio político con vistas al 2027. De los nombrados, el único que ya habló públicamente de sus ambiciones presidenciales es Torres.

La noticia es pésima para Milei, porque él se sostiene sobre la base de atacar al kirchnerismo pero estaría inerme ante una oposición centrista que enarbole la moderación como bandera.

La irrupción de los cinco gobernadores fue precedida en Buenos Aires por la aparición de una fuerza electoral centrista Somos Buenos Aires, que puede absorber votos del PRO y en consecuencia debilitar a LLA.

Así es que el mapa político empieza a reconfigurarse, lo que insinúa que el gobierno no está controlando el escenario electoral tal como creía.

Pero la reconfiguración en marcha también alcanza al peronismo. Hasta poco tiempo atrás, un dirigente de segunda línea, Juan Grabois. dio un paso al frente al plantarse contra Sergio Massa -e indirectamente contra Máximo Kirchner- en las disputas por las candidaturas para octubre. Sin poder para fracturar al PJ, Grabois amenaza con competir en octubre por fuera del PJ. Despunta así una nueva izquierda con un pie dentro y otro fuera del PJ, pero con capacidad de provocar serios daños.

Alarma en la Rosada

La otra novedad política de la semana se trasluce en los matices del discurso presidencial. Milei empezó a sostener que él sólo piensa en octubre y que las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre no lo desvelan. Ésta sería su reacción ante una serie de encuestas que ya señalan que LLA está en pérdida no sólo en la Tercera Sección Electoral sino también en la Primera, que es el bastión libertario.

Los libertarios también estarían retrocediendo en las grandes ciudades como La Plata. A su vez, en Bahía Blanca el electorado le cobraría a la Casa Rosada la falta de ayuda por la inundación sufrida. Y ni que hablar de Mar del Plata, donde cientos de negocios están cerrando por efecto de estas desastrosas vacaciones de invierno, en las que el turismo masivo emigró debido al dólar barato.

Cómo hacer para que una derrota en septiembre no desate un tembladeral financiero es algo que el gobierno no tendría resuelto. Y que tal vez no tenga solución alguna.

Share