Por Luis Américo Illuminati.-
Hace poco, alguien -un magistrado jubilado- me dijo que la justicia argentina, en general, es una caja de Pandora, parida por sátrapas de la política, en connivencia con leguleyos de academia y de boliche, como aquella «mayoría automática» de la Corte de Menem -y los «cerebros del garantismo unilateral» del kirchnerismo que los reemplazaron después- hicieron del Derecho y la Justicia una galería de espejos mágicos, algo similar al famoso truco del turco, un muñeco vestido de turco-del cual Walter Benjamin tomaba como metáfora en su Tesis I en su famoso ensayo «Sobre el concepto de historia»- con la boquilla del narguile en la boca, estaba sentado ante el tablero de ajedrez que descansaba sobre una amplia mesa. Un sistema de espejos producía la ilusión de que todos los lados de la mesa eran transparentes. En realidad, dentro de ella había un enano jorobado que era un maestro de ajedrez y que movía la mano del muñeco mediante cordeles y que a cada movimiento de un jugador de ajedrez respondía con otro que le aseguraba el triunfo en la partida. La figura del enano jorobado viene a ser el Estado Bribón que ha usurpado el lugar del estado de derecho y tirado por la borda a la ética pública y privada. La prueba de ello es la lentitud y lenidad que tienen los jueces penales federales para planchar, cajonear y estirar las causas como deber insoslayable y obligación inexcusable para dictar sentencia en tiempo razonable en plazos perentorios fatales y no «ordenatorios» como sucede en el sistema actual. Y esta falla, grieta o abismo jurídico lo permiten los miembros de ese pudridero llamado Congreso de la Nación o Poder Legislativo que no tocan ni un solo artículo del código procesal (derecho adjetivo), afectado de un «ritualismo» que permite la excesiva dilatación de las causas. La misma crítica es válida y aplicable a las legislaturas provinciales. Lo cual favorece la impunidad de los delitos de corrupción de los funcionarios de mayor peso institucional, ya sean presidentes o ministros, a quienes generalmente la mayoría de los jueces les deben el nombramiento por padrinazgo político, lo cual implica una fidelidad implícita reservada cuando aceptan el cargo. Se ha visto no hace mucho que para la aprobación de temas que le interesan a un sector se movilizan con suma diligencia sin la anuencia o iniciativa del Poder Ejecutivo, por ejemplo, el Congreso, recientemente a través del Senado sancionó la Ley de Financiamiento Universitario, la Ley de Emergencia en Discapacidad y el rechazo de decretos desreguladores que afectan a organismos como Vialidad Nacional e INTA, etc., y se toman siglos para reducir la imputabilidad de los menores de 16 años a 14 ó 13 años (como en otros países), lo cual anima y fomenta la criminalidad a niveles inusitados. Una fisura legal que juntamente con las condiciones para gozar del beneficio de la excarcelación de peligrosos delincuentes, acarrean fatales consecuencias a la sociedad. En las causas de hechos gravísimos de corrupción del Estado (delitos contra la administración pública) que tardan más de veinte años en resolverse (caso del tráfico de armas y voladura de la Fábrica Militar de Río III de o la causa por defraudación y desmantelamiento de YPF que tenía el juez Ariel Lijo y que dejó ex profeso marchitar como una planta a la que no le ponen agua). Si es que ya no prescribió o está en condiciones de fenecer. El imperativo categórico de Immanuel Kant: «Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas al mismo tiempo querer que se convierta en una ley universal», estos jueces la interpretan de la siguiente forma, una exégesis sacro-ficticia que es el paradigma ideológico de una carrera judicial brillante, especialmente en el fuero penal. «Actúa de tal manera que la máxima de tu acción sea la del aparato del que eres o serás parte.»
25/08/2025 a las 9:59 AM
LA LEY:
«Hay muchos que son dotores, /Y de su cencia no dudo; /Mas yo soy un negro rudo, Y aunque de esto poco entiendo, Estoy diariamente viendo/ Que aplican la del embudo.» (Martín Fierro. Verso 6574).
25/08/2025 a las 10:03 AM
En Argentina no hay justicia. En consecuencia, no hay democracia.
25/08/2025 a las 11:27 AM
Un cuento de Edgar Allan Poe, «El jugador de ajedrez de Maelzel», narra con detalles el episodio verídico que usted nombra.
25/08/2025 a las 1:25 PM
Y VIEJO DISCAPACITADO?
QUE PASA CON LA CORRECCIÓN EN EL GOBIERNO QUE DEFENDES?
SIEMPRE SE LE ECHA LA CULPA A LOS DEMÁS?