Por Jorge Augusto Cardoso.-
Delfina Rossi, hija del multipropósito político Agustín Rossi, como directora del Banco Ciudad, cobra un sueldo de 31 millones de pesos. Este haber, por el desempeño en un cargo público, es por lo menos indignante. Ningún sueldo de los que arriban a ellos sólo por la pertenencia o afinidad política, debería ser superior a la de un funcionario de carrera; a modo de ejemplo, ella sola gana lo que cobran seis generales con 40 años de servicios y con innumerables cursos realizados.
Ese sueldo, como otros que por similitud deben existir en la órbita del Estado, es una verdadera afrenta para gran parte de la población, activa y más aún, de los jubilados, que se encuentra viviendo en una situación de extrema pobreza. En el marco de escasez y obligada austeridad en que se halla el país para salir de la crisis, es injusto que unos pocos, que viven del Estado, tengan tanto y otros, tan poco. Esa condición debe terminarse. ¡Cuidado!: la injusticia, siempre subleva.
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