Por Mario Meneghini.-

Recientemente han sido criticadas unas frases del Papa referidas a la situación de Ucrania, y la conveniencia de que ese país acepte negociar el fin de la guerra. Expresó Francisco: “Creo que es más fuerte quien ve la situación, quien piensa en el pueblo, quien tiene el valor de la bandera blanca, de negociar. Y hoy se puede negociar con la ayuda de las potencias internacionales.” (1)

Lo manifestado por el pontífice se encuadra en la doctrina cristiana sobre la guerra y la paz, resumida en el Catecismo. Las consecuencias negativas de todo conflicto bélico, agravadas por el enorme poder de destrucción de las armas actuales, exigen a los gobernantes acentuar la prudencia para evitar la guerra, mientras no se den varias condiciones concurrentes:

a) Que el daño infringido por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y cierto; b) que los restantes medios para ponerle fin hayan resultado impracticables o ineficaces; c) que se reúnan las condiciones serias de éxito; d) que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar.

Estos son los elementos tradicionales enumerados en la doctrina llamada de la «guerra justa». (2)

Como observa un especialista (3) que ha estudiado el curso de la guerra de Ucrania, queda en evidencia que Ucrania pudo soportar dos años de conflicto con la ayuda explícita de países europeos y de Estados Unidos. El saldo es un país endeudado y que ha transferido el control de la economía a capitales extranjeros, con millones de ciudadanos exiliados y físicamente en ruinas.

“La última confirmación de que en marzo de 2022 se había alcanzado un acuerdo de principio entre Moscú y Kiev, que fue torpedeado en primer lugar por el primer ministro británico, Boris Johnson, proviene de las recientes admisiones del asesor del presidente ucraniano Zelensky, David Arakhamia”.

Otro experto, Eli McCarthy, sostiene que el objetivo de Rusia al iniciar el conflicto fue simplemente evitar que Ucrania lograra incorporarse a la OTAN, pues eso afectaría la seguridad de su país al permitir que EEUU instalara misiles en la frontera (4).

Un actor, Zelensky, devenido en Presidente en 2019, sin experiencia previa en la vida pública, lejos de actuar con la prudencia que es la virtud que rige la política, condujo a un conflicto que no reúne las condiciones que fija la doctrina, y se parece más a un suicidio colectivo. Convendría tomar nota de lo sucedido, para evitar en estas tierras situaciones semejantes.

1) La Voz del Interior, 13-3-24.

2) Catecismo de la Iglesia, p. 2309.

3) Cnel. (R) Gabriel Camilli, La Prensa, 7-1-2024.

4) Irrazábal, Gustavo, Ucrania, la guerra justa y la paz justa; Criterio digital, 4 abril, 2022.

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