Por Carlos Tórtora.-

La meteórica acumulación de poder Karina Milei, aunque previsible, no deja de sorprender. La hermana del presidente fue el factor decisivo en el armado de las listas de candidatos en todo el país. Y esto lo hizo dos semanas después de haber castigado severamente a su rival Santiago Caputo, marginándolo de toda participación en las candidaturas.

Pero Karina no sólo se anotó una victoria en esta batalla, sino que inmediatamente puso en marcha el esmerilado de Patricia Bullrich para convertirla en una senadora sin aparato político propio. Prácticamente todos los bullrichistas que en Buenos Aires, Capital y Santa Fe pretendían llegar al Congreso, fueron relegados sin ninguna clase de explicaciones. La ministra de seguridad recibió el mensaje y bajó la cabeza: comprendió que es Javier Milei el que indirectamente quiere dejarla sin poder para que no se convierta en un peligro para la estabilidad de su gestión.

La acumulación de poder de Karina hoy por hoy encuentra pocos casos similares en la historia argentina. Se suelen hacer comparaciones, por ejemplo, con José López Rega, pero éste ejercía el poder con una presidenta débil como era Isabel Perón. Otros casos de figuras detrás del trono, como Enrique Nosiglia con Raúl Alfonsín y Marcos Peña con Mauricio Macri, no resisten comparación. Los nombrados estaban limitados por los contrapesos que existían en el PRO y la UCR. Pero Karina no debe soportar ningún contrapeso; LLA es un partido hecho por ella a su medida y en el gabinete nacional sólo Luis Caputo la equipara en cuanto a poder.

La agonía y el éxtasis

Pero paradójicamente ella, mientras más se acerca a la suma del poder, también se estaría aproximando velozmente a una estrecha cornisa. Desde fines del mes pasado, en los tribunales de Nueva York, donde litigan los que demandan por la criptoestafa de $LIBRA, empezó a aparecer en los expedientes el nombre de Karina como el nexo clave con Hayden Davis, lo que la aproxima a quedar imputada en los próximos meses.

La inmunidad que protege a los jefes de estado para ser juzgados en el exterior por delitos de corrupción no la alcanza a ella y algunos analistas creen que la ofensiva judicial se centralizada en su persona para deteriorar al presidente.

Un nuevo escándalo la salpica a ella y se trata de sobornos recaudados por la droguería Suizo Argentina, propiedad de la familia Kovalivker y muy cercana a Martín y Lule Menem. Ya hay audios donde constan sobornos que pagan las empresas contratistas del orden del 8% y que estarían destinados a Karina y los Menem.

Los audios, que ya sustentan una denuncia por administración fraudulenta, son de Diego Spagnolo, titular de la Agencia Nacional de Discapacidad. Sandra Petovello, como parte de su enfrentamiento con Karina y los Menem, estaría detrás de la denuncia.

Hay una obvia conclusión: el desmesurado crecimiento del poder de Karina la haría paradójicamente más vulnerable. Cada vez son más, Mauricio Macri, por ejemplo, los que acumulan cuentas pendientes con el jefe.

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