Por Luis Alejandro Rizzi.-

“…Y que, desde el punto de visto político, las instancias de negociación para que avanzaran los pliegos ya se agotaron”, tal el fundamento teórico y mentiroso expuesto por el gobierno según el diario Clarín para justificar la designación de jueces “provisorios” en la Corte. Lo digo con fundamento, un juez “en comisión” es un juez provisorio.

La afirmación que el periodista Ortelli atribuye a Santiago “Kputo” es falaz.

Los jueces de la Corte se designan con “acuerdo del Senado” y es obvio que la postulación de abogados para tal alto cargo debe ser fruto o consecuencia de negociaciones políticas; ni el Poder ejecutivo ni el Senado tienen derecho a “imponer”. Bueno, tienen la atribución, uno de nombrar “en comisión” -provisoriamente- y el otro en dar o no el Acuerdo.

Es obvio que en el caso de Lijo y García Mansilla las instancias de negociación parecería que ni se hubieran iniciado, más bien parecería que se trata de una iniciativa personal del Poder Ejecutivo, quizás iluminada por “las fuerzas del cielo”, pero ésas no tienen rol institucional en la República.

La Argentina institucionalmente es una “farsa”, y se repite como tal, y a diferencia del 18 del Brumario, luego viene la “tragedia”, y así se repiten los ciclos de esta decadencia sin fondo a la vista.

El actual juez Lijo ya dio una muestra de mezquindad: en vez de renunciar al cargo de Juez de una instancia inferior, se limitó a pedir licencia, con la finalidad de mantener lo que hoy sería un privilegio inadmisible, una suerte de “seguro de empleo”.

Moralmente está muy mal lo que hizo y a la Argentina le sobran este tipo de malos ejemplos.

No sabemos qué hará García Mansilla, pero un “provisoriato” en la Corte, no creo que sea un buen antecedente.

Por último, el gobierno carece de autoridad para decir que la Corte actual con tres miembros no puede funcionar, cuando es el propio gobierno que virtualmente ha paralizado al país un año, con la sola finalidad de bajar la inflación, en cierto modo el gobierno nos puso en “cuarentena económica” y mantiene una ficción estadística, con atraso cambiario, buscando más deuda y promoviendo “shitcoin”.

Si este mamarracho se concreta, quiere decir que ya estamos sin reserva alguna, “la Biblia junto al calefón…”

Pd. “Falto de generosidad y nobleza de espíritu”, segunda acepción de “mezquino”.

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