Por Juan José de Guzmán.-

La Nación tiene una deuda estimada de 280.000 millones para con CABA por coparticipación.

En medio de las iniciales conversaciones entre Jorge Macri y Luis Caputo para negociar cómo llegar a un acuerdo, sería este “el momento” para incluir en las mismas la finalización de la obra más importante de los últimos 100 años, el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento.

He leído en alguno de los medios que entre ambos hubo sondeos para hablar del tema teniendo como premisa que, entre las partes financien la terminación de la misma, que se abandonó definitivamente en fecha reciente tras 17 años de promesas incumplidas y millones de dólares perdidos guardando (no sé para qué) la tuneladora en un depósito-tumba de las inmediaciones de Liniers.

Ésta es la oportunidad para incluir en esas conversaciones el tema “fin del soterramiento”, que bien podría pensarse en lograrlo cavando los escasos 900 metros que separan lo concluido, desde Rivadavia al 8600 hasta el 7700 de la estación “terminal del subte A”, que sería lo que faltaría cavar para conectar lo soterrado desde Haedo con San Pedrito.

La construcción de una trasbordadora desde el subte al tren debería estar incluida en la finalización de la misma como así también definir cómo será el funcionamiento del subte para adecuarlo a los trenes (rápidos y los que paran en todas las estaciones hasta Plaza de Mayo aprovechando las dos vías en horarios matutinos y vespertinos (que es cuando vienen llenos los que vienen desde el oeste a la mañana (los que vuelven en ese horario lo hacen vacíos) e invirtiendo los mismos a la tarde (que retornan a sus hogares y el 95% de los trenes van colmados y los que van hacia el centro vacíos).

En estas condiciones, en un tiempo razonablemente breve, la Ciudad de Buenos Aires podría estar siendo beneficiada infinitamente y los capitalinos disfrutando de miles de metros de “corredor verde” con los incalculables beneficios que tendría esto en la vida, la salud y el humor de las personas.

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