Por Luis Alejandro Rizzi.-

En la Argentina, desde 1916 gobernó la UCR; incluyó el gobierno del Dr. Frondizi, unos 30 años, el peronismo 36, los militares 20 años y la década del 30.

En ese lapso, en 1945 apareció el peronismo, una evolución de partidos conservadores y del nacionalismo argentino, que luego tuvo diferentes versiones con una misma etiqueta; de algún modo se fue adaptando las épocas y así tuvimos el menemismo y el cristikirchnerismo y hasta ese híbrido que fue el gobierno de Fernández-Cristina.

En ese lapso la UCR pasó de ganar elecciones a lograr sólo un dígito de voto; lo mismo le ocurrió al peronismo, con la diferencia que siempre tuvo un piso de dos dígitos cuando le tocó perder.

Sin embargo, desde 1916 hubo una línea divisoria muy clara, que separaba dos “anti”, que desde el 45 fue “peronismo-antiperonismo”, era y es difícil, no serlo, dicho de otro modo, no ser peronista, pero tampoco antiperonista.

Debemos reconocer que, si cada generación se renueva cada quince años, llevamos siete generaciones con esa cultura del “anti” en nuestro ADN.

Pienso que, por esa razón, pensamos la vida política como un permanente fin y comienzo, cuando en realidad es un continuado de una misma película o forma de ser.

Muchos piensan que el pasado 26 se terminó el cristiperonismo y con ello la figura de Cristina. En mi opinión, ese segmento político-social está en estado de “asamblea” y deberá elegir una nueva dirigencia.

Sí creo que la suerte legal de Cristina está sellada, pero tampoco descarto un eventual indulto.

Los políticos no mueren, si pueden retirarse, como lo saben hacer los más sabios; personalmente creo que Cristina es una buena política, que comete errores, pero sabe ver la perspectiva política, como fue su opinión sobre el desdoblamiento de la elección en la provincia de Buenos Aires que perjudicaría la elección nacional de su partido, como ocurrió.

Es prematuro y además erróneo afirmar que el 26 algo terminó y otra cosa empezó.

En esta elección no se castigó el pasado; si así fuera, LLA y el peronismo no hubieran tenido el 45% de los votos del padrón o el 70% de los votantes.

Lo que se da en llamar el programa económico del gobierno no es tal, es un juego financiero que tuvo un costo de 25 mil millones de dólares, fracasó estruendosamente y fue salvado por el gobierno de los EEUU, que muy probablemente evitó otro 2001. Pero el objetivo fue, más que salvar al gobierno, salvar a inversores institucionales, como lo explicó Paul Krugman y diarios financieros del exterior. El gobierno se salvó por “carambola”, no por caridad.

Por el modo en que quedó conformado el congreso, Milei deberá gobernar como si nuestro sistema institucional fuera parlamentario.

También habrá responsabilidad por parte de la oposición o el “no oficialismo” que es la mayoría parlamentaria.

Milei el domingo pasado logró un total de votos en el orden nacional del 27% (nueve millones) del total del padrón. En definitiva, contó con su voto duro, 17% (ocho millones de votos) del padrón en la primera vuelta del 2023, más el 12%, seguramente provenientes de JxC, que rodea el 27% total.

Estos números impiden hablar de un final y de un comienzo.

Ahora es el turno de “la política”.

Es lo que se votó y lo que espera ese 15% que optó por salir del sistema.

Entre las elecciones del 2023 y las del domingo pasado, la asistencia bajó de un 77% a un casi 68%, poco menos del 15%.

Esta película renovará parte de elenco el 10 de diciembre, el director será el mismo y el guión está por escribirse.

El presupuesto 2026, que tratará el elenco actual, mostrará si el director acumuló experiencia.

Será un buen test.

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