Por Luis Alejando Rizzi.-

Es muy posible que a los lectores esta dirección no les signifique nada, pero si les digo que en este lugar ejerció su profesión de abogado Raúl Alfonsín, la cosa empieza a cambiar.

No recuerdo si fue a fines de 1971 o inicios de 1972, cuando vinimos un jueves a visitarlo con Horacio Domingorena, amigo y socio en esos años, con la excusa de un juicio que tramitaba en La Plata y la contraparte tenía algún tipo de vinculación con Alfonsín.

Era cierta esa vinculación, pero Raúl, como lo llamaba Domingorena, se excusó de facilitar algún tipo de mediación.

Como es fácil de imaginar, de la charla profesional se pasó a la conversación política y realmente me impactó su convicción y la precisión de su análisis político. En un momento dijo “esto termina con el regreso del peronismo; este gobierno militar no arregló nada de lo que tenía que arreglar, empeoró todo”.

De algún modo, Alfonsín expresó lo que muchos pensábamos, y el regreso del peronismo parecía un sino fatal.

Hoy el propietario del predio es el “Gato” Sessa, exfutbolista que pasó en algún momento por River Plate, y en el lugar, receptando el frente de la vieja propiedad, convirtió el estudio en un hotel boutique, excelentemente atendido, donde estoy pernoctando.

No puedo negar la emoción que sentí al ver la vieja ventana con su reja de hierro que se mantiene, por cierto restaurada, y rememorar esas dos horas que pasé como oyente de lujo de una intensa charla política. Tuve la sensación de haber conocido a alguien diferente.

Aquel día, luego de la charla, almorzamos en el “Tome y Traiga”, cuyos propietarios eran amigos de Alfonsín, donde la política siguió siendo el tema excluyente de la conversación.

Pasaron 55 años desde entonces y se me ocurre pensar que, si pudiéramos repetir aquel “encuentro”, Alfonsín nos diría lo mismo: “El mileísmo nos va a traer de regreso al peronismo», en su peor versión, agregaría.

Digo, estoy convencido de que con Milei se terminó de contaminar, en el peor de los sentidos, eso que se llama “rosca política».

Si a ello agregamos que el principal candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, no pudo negar la recepción de doscientos mil dólares de sospechosa procedencia, recuerdo algo que dijo Alfonsín en aquel encuentro: “ningún gobierno de facto puede terminar en algo bueno”.

El gobierno de Milei es un gobierno civil de facto y el 26 de octubre se votará por la Constitución o contra la Constitución.

Es mi forma de recordar a un gran hombre que se equivocó mucho, pero merece nuestro respeto y admiración, intentó gobernar con la Constitución.

No olvidemos el respaldo que recibió cuando presentó el Plan Austral y fracasó porque no pudo o no supo ejecutarlo.

Hoy estamos en una suerte de punto final, un fracaso más. La diferencia es que este gobierno es de muy mala leche.

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