Por Juan José de Guzmán.-

Reflexione, señor Presidente, todavía está a tiempo de evitar un craso error.

El 7% de aumento previsional sancionado como ley en el Congreso, que según sus palabras le haría estallar el equilibrio fiscal, de ser otorgado, no sería otra cosa que un incentivo más para aumentar la recaudación, pues un jubilado, hoy en día no tiene capacidad de ahorro ni de compra.

El gobernador Llaryora, sin ningún master en economía, parecería tenerla más clara.

Nadie pensó entre sus asesores económicos que todo lo que entre en los bolsillos pauperizados de los jubilados será inmediatamente utilizado para gastarlo en las cosas que hoy no pueden comprar.

Días pasados, basándome en este concepto sugería, en una Carta de lector, que si no se podía dar el aumento votado, se definiese una lista de alimentos de la canasta básica y se les devolviera en el mismo ticket lo pagado por IVA. Igual tratamiento habría que darle a toda la medicación que necesiten como también a sus prepagas.

Así como bajarle las retenciones al campo se considera que es una inversión, más que una pérdida de recaudación inflar los bolsillos de 11 millones de personas redundará en una mayor recaudación impositiva en otros rubros (aunque suene paradójico) y un impulso al crecimiento de la economía.

Esperando que este consejo ciudadano llegue a oídos conducentes aprovecho para saludar con el mayor respeto a la vez que recordar algo que muchos argentinos pensamos hoy,  “somos propietarios de un lenguaje rico en matices y giros idiomáticos, y con variantes dialectales” por lo que “hablar bien no cuesta un carajo y reporta un beneficio de la gran puta”.

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