Por Claudio Izaguirre.-
El autódromo de Buenos Aires fue utilizado para montar una fiesta electrónica este 2 de abril de 2025, promocionando a dos DJ extranjeros con la concurrencia de más de diez mil personas en la que, como de costumbre, se producen problemas físicos y psíquicos entre los concurrentes y algunos cadáveres son el adorno que marcan el éxito de la jornada.
El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, ha permitido como sus antecesores este tipo de reuniones, que se arman al servicio de la comercialización de drogas de diseño poniendo en riesgo de vida a la población. De hecho, la presencia de 14 ambulancias de SAME en el lugar muestra claramente el riesgo que se calcula al armar estos eventos.
Esto quiere decir que no importa el consumo de drogas, pero sí las consecuencias negativas y la defunción probable de algunos de los asistentes y las ganancias que pueda dejar en el bolsillo de tienen la lapicera para permitir estos eventos.
No existe en el imaginario político llevar adelante tareas preventivas ni asistenciales en drogas, sí, hay una impronta seria en la lucha contra el narcotráfico, pero esto se debe llevar adelante con un trabajo de pinzas: trabajar preventivamente y a la vez frenar el ingreso de drogas al país, abrir los esquemas de asistencia gratuita para atender a los más pobres y controlar, detectar e incautar los dineros provenientes del lavado de activos.
La lucha contra las drogas no se gana porque hay quienes reciben parte de ese dinero para hacer la vista gorda. ¿Queremos un país libre? Retiremos las drogas de la mano de nuestros pibes. Una cosa es que un pibe se drogue en su casa y otra muy distinta es otorgar los permisos para preparar espacios que permitan vender drogas bajo el paraguas de eventos musicales.
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