Por Luis Alejandro Rizzi.-

Anoche recordaba una conversación que tuve hace años con tres políticos que en esa época (1984) militaban con Raúl Alfonsín, Presidente de la República.

Fue en la Universidad de Belgrano, luego de escuchar una charla de Carlos Floria sobre la legitimidad política y el concepto de “autoridad”, a la que se sumó luego su Rector Avelino Porto.

En un momento uno de los políticos presentes dijo más o menos que a veces había que cometer errores no forzados, como suele decirse, para recuperar protagonismo, sobre todo en vísperas electorales. Es un modo de ocupar la escena, concluyó.

“Algo así como errores oxímoron”.

Sí, me respondió, por ejemplo, convertir en enemigos a funcionarios no oficialistas que necesito como aliados o amenazar con ese amuleto argentino que es el “dólar”.

Pues bien, es lo que hicieron ayer Milei y Caputo.

Milei dijo que 23 gobernadores quieren destruir el gobierno y Caputo no se sabe bien qué quiso decir con respecto al equilibrio fiscal y al tipo de cambio, pero en línea con Milei, atacando también a los gobernadores.

Para muchos analistas se trataría de un error garrafal, ya que después del 11 de diciembre, necesitará del apoyo de los gobernadores para por lo menos tratar en el Congreso reformas pendientes.

En verdad, las de octubre son elecciones legislativas parciales, y el mensaje “guerrero” de Milei en verdad fue dirigido a sus votantes del interior, para que ratifiquen su intención de voto al gobierno nacional como lo muestran diversas encuestas.

En algunas provincias, la gente parece ser fiel al gobierno nacional y a sus gobernadores.

En esta apreciación que parece ser la línea triunfante del gobierno dirigida por Karina Milei y los Menem, podría haber un error de cálculo que es de imponer candidatos propios bajo un solo signo “LLA”.

El buen sentido exigiría armar alianzas con los gobernadores, pero no podemos negar que la audacia de la jugada es de resultado incierto y recién con el diario del lunes sabremos sobre su acierto o no.

Mientras escribía esta nota, hoy a la mañana temprano, hablé con un amigo “mileísta”, fascinado con la apuesta de Milei contra los gobernadores, “después del 26 de octubre, irán de rodillas a la Casa Rosada”.

“Para que eso suceda Milei debería ganar con el 75% de los votos”, le respondí.

“No entendés”, me respondió a su vez, “Milei gana si logra que, en alguna de las cámaras, no se puedan reunir los dos tercios”.

“En ese supuesto, los gobernadores no son nada… y ese fantasma estará presente hoy en el Senado, no votarán todo lo que proponen”.

¿Será un modo de tender la mano?

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