Por Luis Alejandro Rizzi.-
Decía Ortega, en uno de los prólogos a su libro “España invertebrada”, que vivimos en una época en que se valora lo insignificante y que los hechos -sagrados- según aquel editorial de “The Guardian”, apenas son notados.
Diría la vida gira alrededor de lo “trivial”.
Para despejar la idea, la mirada del “propio ombligo”, el dominio de lo trivial, parecería que se va imponiendo en el mundo.
Ese fenómeno no es más que la involución cultural en dirección a la sofistica, y de ese modo, así como en la política han surgido las “contrademocracias”, ahora es la hora de la “contracultura”, que nos va llevando a este proceso de “desvertebración” de las sociedades, o su horizontalización, que nos lleva a lo que Ortega llamó lo “invertebrado”.
Hoy el poder político se pondera desde su legitimidad de ejercicio. Poco importa que el régimen sea democrático republicano, autocrático o teocrático. Se ponderan sus resultados diarios y es la gente, las propias sociedades, los que miden los niveles de “bienestar” o “malestar”, según pautas imponderables.
Por otra parte, esas ponderaciones se hacen sobre valores o pautas, que no son comparables de sociedad a sociedad.
No niego, pueden existir niveles de resignación o impotencia, por eso hoy como principio general la gente “reacciona”, porque su saber, lo que es propio de las masas, es negativo; sólo sabe lo “que no quiere” y lo quiere…
Por esta razón las encuestas patinan, porque cuando no se sabe lo que se quiere, resulta casi imposible saber qué es lo que la gente realmente quiere.
La mayoría no quiere a nadie, por eso su “elección” es difícil de prever, depende de su nivel de bronca y esperanza de un minuto, que es el que emite su voto cada dos, cuatro o más años.
Esto explica también la crisis de los partidos políticos, que parecería que van muriendo muy lentamente. El caos más obvio es el de la UCR, que hoy en las encuestas está por debajo del 10%.
Esta horizontalización lleva a la “agonalidad”, porque desaparece la mediación de las “sociedades intermedias”, partidos políticos, gremios y familia, cuya composición también está en su propia crisis, como consecuencia de la legalización del mal llamado “matrimonio igualitario”. Otra expresión de esta crisis de la familia, es que los “padres” cada vez se van ausentando más, como lo explicó Mariano Narodowsky en su libro “Un mundo sin adultos”, Ortega decía un mundo “sin Aristocracias” o gente que sepa mandar.
Al quedarnos sin dirigencias, nos quedamos sin “ejemplaridad ni autoridad”. La horizontalización nos convierte en “nómades” de la vida.
El “errante” o “nómade” no tiene rumbo, no sabe a dónde ir, es·inculto”, no tiene valores, es dominado por sus instintos o pulsiones y en las básico es de “instinto agresivo”, que sólo puede moderar la “CULTURA”.
Nos faltan maestros de la vida, es decir “dirigencias cultas”.
Un caso. Javier Milei, compró el cajón de Herminio Iglesias, y le puso no un cadáver, una persona viva, Cristina, a quien desea “tapiar”. El otro día se burló de la muerte de Ginés González García en el coloquio de “idea”.
Su morbo ya entró en zona de riesgo.
Freud escribió que la idea de sustituir el poder objetivo por el poder de las ideas ha fracasado, y cuando así ocurre, el impulso agresivo se potencia.
En eso estamos.
22/10/2024 a las 1:08 AM
Solo quedarían «las ideas de la fuerza y no la fuerza de las ideas». Ojo; que también se trata de política. Pregúntenle a los «demócratas liberales, a los sionistas y a los comunistas.
22/10/2024 a las 9:12 AM
si por casualidad lee este artículo , con cuyo autor no tengo tirria ni enemistad, el abugaducho ex-mueerrto de hambre de la Doctra le digo: jajaja la sangre de pato estaba con agua en la sangre el día d ela madre? juuaz
22/10/2024 a las 12:40 PM
A CUANTOS MATÓ DON GINÉS GONZÁLEZ GARCÍA?
22/10/2024 a las 12:41 PM
NO SE DAN CUENTA QUE CRISTINA VIVE EN UN CAJÓN?