Por Carlos Tórtora.-

Los efectos políticos de las restricciones anunciadas por Alberto Fernández pueden ser profundos. En términos electorales, el presidente apuesta a bajar abruptamente el número de contagios en pocas semanas, lo que le permitiría anotarse como propio el eventual éxito y, sobre esta base, ponerse a la cabeza del Frente de Todos imponiendo candidatos en los primeros lugares de las listas -sobre todo de diputados nacionales. De poder completar esta jugada, tendría una base suficiente como para proyectarse hacia su reelección en el 2023.

En este camino se alzaron en las últimas semanas operaciones no originadas en la Casa Rosada y que apuntan a todo un rediseño de la estrategia oficial. Sergio Massa, Máximo Kirchner y Wado de Pedro se proyectaron como artífices de un diálogo político con la oposición para conseguir acuerdos de gobernabilidad con objetivos como la postergación de las PASO o la comisión bicameral de seguimiento de la pandemia. Pero el triunvirato nombrado va por más. Apunta a constituirse en el eje político del gobierno limitando al presidente a la gestión. En el trasfondo de estos movimientos estarían las ambiciones de Massa para suceder a AF mediante una alianza con La Cámpora, que impondría a Máximo como gobernador de Buenos Aires.

El endurecimiento de las restricciones y en particular el toque de queda de las 20 horas ya provocaron anoche múltiples cacerolazos y fatalmente va a generar el crecimiento de Patricia Bullrich con los sectores contrarios al acuerdismo que proponen Massa, Máximo y De Pedro.

Anoche AF impuso la polarización total, usando el discurso científico político de Axel Kicillof y sus ministro y viceministro de salud, Daniel Gollan y Daniel Kreplak.

Kicillof es, a todas luces, el presidenciable preferido de Cristina Kirchner pero en esta coyuntura parece coincidir con Alberto en la necesidad de frenar los avances del triunvirato junto a Horacio Rodríguez Larreta, su principal interlocutor en Juntos por el Cambio. Queda por saberse si la conjunción circunstancial entre AF y Kicillof incluye a Cristina Kirchner, hoy en silencio. No es un secreto que el dialoguismo de Máximo no es del agrado de su madre. La vicepresidenta lisa y llanamente no contempla en sus planes un marco de acuerdos con la oposición.

Arde CABA

Un capítulo aparte fue ayer la arremetida presidencial contra la autonomía de la Ciudad, la cual se llevó puesta. Todas las provincias quedaron habilitadas para adoptar sus medidas restrictivas excepto la CABA, que quedó subordinada ilegalmente por un DNU que además es inconstitucional, porque se dicta estando el gobierno en sesiones. A esto se le suma la suspensión de clases, dándole a Larreta material como para recurrir a la Corte Suprema, que acaba de citar a su gobierno y a la Casa Rosada para conciliar posiciones en el expediente abierto por la quita de la copartipación a la Ciudad.

El avasallamiento de la autonomía de la Ciudad no fue la única manifestación unitaria del presidente. Éste también fustigó a los gobernadores por su tendencia a no tomar medidas contra el COVID-19.

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