Por Sebastián Dumont.-

Cristina Kirchner, tal como se preveía, avisó que no se inmutará por el Partido Justicialista, cuyas elecciones serán en unos meses. Quizá su decisión sea un buen gesto para Mauricio Macri. Suma a la división de la oposición y el fragmento en el que ella influye será un ala más de la discusión del peronismo cuando llegue la hora de los enfrentamientos electorales. La reunión del Consejo Nacional tratará de avanzar en la mayor unidad posible y por eso lo proponen a José Luis Gioja para esta etapa. En la provincia de Buenos Aires, el desconcierto no es menor que a nivel nacional. El PJ dividido, al menos en tres partes, el mejor negocio para Macri.

Bloque de diputados a punto de partirse en la legislatura bonaerense, y quiebre en el congreso nacional marcan la realidad del Frente para la Victoria que, a medida que pasa el tiempo, se va convirtiendo en una fracción más pequeña. En definitiva, a pedir del propio oficialismo nacional y provincial.

Por estas horas, el PJ discute su futuro en una reunión del consejo nacional que obligó a la suspensión de otro encuentro que tenían previsto los intendentes más cristinistas de la provincia de Buenos Aires. Es tal la confusión y las pujas, que la salida salomónica, por ahora, sería proponer una unidad con el sanjuanino ex gobernador a la cabeza. Algo así como lo fue Antonio Cafiero en su momento. Alguien que no pueda ser discutido por su ADN, aunque siendo mandatario provincial nunca desafió demasiado a los designios de la dama.

Ahora corren otros aires. Son tantos los aspirantes que lo mejor sería ahora bajar los decibeles. Pero no será fácil.

A esta altura, descreer que el macrismo esté fogoneando la jugada es inocente. Sus dichos en Davos, donde lo menciona a Massa como futuro conductor del peronismo, agitaron las aguas. Al tigrense lo recelan pero todos piden hablar con él. Saben que es el dirigente de la oposición con mejor imagen. Pero le van a generar alguna resistencia para que se quede con el manejo del sello. De todas maneras, a Massa le importa más aumentar la robustez de UNA que reorganizar el PJ.

Igual, por lo pronto, algunos de sus hombres se anotan para la pelea distrital del PJ. Por las dudas, quieren estar preparados para lo que viene y, sobre todo, no regalarle la herramienta a posibles rivales suyos en el futuro.

Para Macri y Vidal, la división y las pujas internas son funcionales. Es más, en la casa Rosada sueñan con un peronismo dividido en tres partes y que llegue así hasta al momento de las elecciones legislativas. Ellos ponen su granito para que esto suceda.

No sólo se dedican a seducir a Massa y sus aliados, sino que, de poco, van convocando referentes de otros distritos y provincias para tentarlos en esos armados.

Mientras tanto, Scioli sigue recorriendo el conurbano de la mano de Fernando Espinoza, cuya etapa muchos dan por cerrada. En la provincia, el panorama es similar. Igualmente, subestimar el poder al peronismo en el territorio y lejos del poder podría ser una combinación suicida para Macri. Mucho más cuando la agitación social parece estar a la vuelta de la esquina.

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