Por Guillermo Cherashny.-

No es cierto que el kirchnerismo perdió todas las elecciones de medio término, ya que en el 2005, a dos años de la asunción de Néstor Kirchner, ganó en todo el país. Lo que pasa es que todos los analistas recuerdan el 2009, cuando se impuso De Narváez, y en 2013, Sergio Massa; pero en estos dos casos se trató de la primera elección después de una reelección. En efecto, desde la vuelta de la democracia en 1983, todos los gobiernos ganaron la primera elección de medio término, como ocurrió con el alfonsinismo en 1985 y el menemismo en 1991 y 1993; pero después de la reelección de 1995, en la primera de medio término, en 1997, el menemismo perdió en la Provincia de Buenos Aires. Es decir, pareciera que después de una reelección la regla es perder en la posterior elección parlamentaria.

Estos antecedentes históricos sirven para el círculo íntimo del presidente Fernández, que señala que su gobierno sería el primero de los gobiernos K en ganar una intermedia, lo cual es falso. Sería lo normal de acuerdo a la historia argentina. En cambio, para la oposición, sería de gran valor. El único gobierno que perdió la primera elección de su mandato fue Fernando de la Rúa que, poco tiempo después, tuvo que renunciar luego de graves incidentes.

Así las cosas, el Frente de Todos, pese a esta grave pandemia, está obligado a ganar las elecciones de la Provincia de Buenos Aires, aunque sea por poco margen; si no tendrá muchos inconvenientes para poder gobernar.

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