Por Paul Battistón.-

Lo de Spagnuolo se destiñe. Espert es un eco lejano convertido en ajeno con una suelta de manos precisa y contundente.

Alguna vez hubo un reclamo encolumnado tras un nombre insignia (creo que era Garrahan) pero por esos misterios de la irregular densidad de la línea temporal se olvidó repentinamente tras un acontecimiento de esos que condensan atención haciendo que el tiempo se torne insufrible en los momentos previos (sólo fue un acto electoral).

Todo el movimiento de avanzada por la izquierda del tablero no brindó el éxito que esperaban. Sus peones sacrificaron tiempo de ejercicio de agitación sin poder alcanzar la temperatura de los resultados convenientes. Aún conservan sus alfiles pero está claro que los resultados aplastantes de la derrota sufrida les clausura para esta oportunidad ese flanco siniestro del ejercicio del golpismo para la conveniencia propia.

Ahora recurrirán al margen contrario, ése al que no le asignan indicativo por la inconveniencia de poder morir por su propia boca. ¿Qué queda al ejército golpista sino su orientación descendiente de próceres revestidos de desconocimiento y asombro mediante el ejercicio de la demencia fingida? Ninguno nombrara jamás una palabra tan extraña como Osinde, un Villar, un coronel Menta o mucho menos un título de parentesco no sanguíneo como llevaba el hermano Daniel.

No sólo el fracaso del intento golpista de la agitación progre los obligará a consentir la nueva embestida desde sus cuadros diametrales sino también el nuevo escenario planetario que desde su visión infantil nunca llegarán a comprender más allá de los postulados doctrinarios de su mesías de ideas embalsamadas mucho antes de ser embalsamado. Ahora podrán hacer un uso furioso de esa parte que dice “Ni yanquis…” y para ello rescatarán del closet el traje de nacionalistas (ése que junto a su recitado doctrinario plagiado de la Carta del lavoro les dificultó en demasía tomar distancia del bando equivocado apenas nacidos).

En los 70, no sólo la guerra de bajas tangibles los diferenciaba a ambos lados de esa columna vertebral que imaginaban como peronismo puro. Hoy ya no corre papel, los streamers ocupan el lugar de la publicaciones, aunque traducidos a escrituras, la mayoría no pasaría de pasquín. Los dos extremos de la misma tragedia siguen estando presentes; que no se enfrenten de una forma abierta es porque el objetivo del golpe los une y porque además son infinitamente más cobardes que sus ancestros de “disparo y huyo”.

Los gelatinosos fracasados han perdido el escalón frente a los duros que más temprano de lo que muchos esperan desplegaran toda la parafernalia pseudo nacionalista contra la entrega y la sumisión. Ese será el siguiente ensayo, tienen dos años de plazo, menos escrúpulos y ninguna necesidad de ocultar la uniformidad. El intento de división será el primer paso y de la misma forma en que el ala izquierda no se privó de tirar con todo lo que estuviera al alcance dentro de su campo ideológico (Luis Juez lo había advertido), la margen derechosa (una forma inexacta pero simpática de identificarlos) hará lo mismo con otras cuestiones que sólo ellos con su alcance pueden abarajar (patrioterismo amañado, costumbrismo, religión y pureza cultural). Hubo un temprano intento dirigido a la dirección misma del senado pero, ante la necesidad imperiosa de una líder en problemas (por ahora domiciliarios), se prefirió dirigir el intento con sus seguidores más afines, los de los reclamos sensibleros amontonados a la izquierda y acompañados siempre por las prostitutas agrupaciones de izquierda. Streamers fachos no les faltan (los pasquineros digitales) y contactos adentrándose en lugares críticos, tampoco (el peronismo en todos sus colores sigue ocupando mayoritariamente los puestos públicos).

En el momento en que la política internacional (la verdadera política, según Perón) indica el camino de América como bastión de la preservación de la occidentalidad y su principal virtud, la libertad, sería absolutamente retrógrado ser la entrada permeable a los matices contrarios a las libertades individuales y a los ensayos políticos fracasados de la ingeniería social. Pero para retrógrada tenemos la doctrina peronista siempre en corrección hacia su coordenada de origen 1945.

Esta conversión de América en una trinchera (imposición del entorno), es un tren dispuesto a cargarnos directamente hacia la más reciente industrialización, la de la IA, el futuro de la motorización de todo progreso.

En breve veremos 1945 conspirar mediante la deformidad patriótica en contra de 2045; sencillamente el futuro que asegurará nuestra supervivencia como Nación (seguramente de fronteras ampliadas).

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