Por Luis Américo Illuminati.-
Mientras el gobierno de LLA ha designado Ministro de Defensa a un prestigioso general en actividad (Carlos Presti), hijo de un militar que luchó contra la subversión, demostrando así un comienzo de reivindicación de las vapuleadas Fuerzas Armadas, en contraste con los ministros del kirchnerismo, ex guerrilleros y asesinos, la señora Villarruel apela a formalismos burocráticos y chicanas impropias de la hija de un militar ex combatiente de Tucumán y Malvinas.
La vicepresidenta Victoria Villarruel puso un montón de trabas a los funcionarios del gobierno en el acto de asunción de los nuevos Senadores, permitiendo la entrada generosa de invitados de los senadores del kirchnerismo y mezquinando los lugares en el palco a los de LLA.
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La actitud destemplada de la vicepresidente de devolver golpe por golpe y pagar con la misma moneda con que le pagan a ella, no es un camino idóneo, justo y honorable. Se trata de una cuestión de dignidad. En el mejor de los casos, la señora Villarruel hubiera renunciado como Chacho Álvarez si no está de acuerdo con las políticas del gobierno. Es obvio que la vicepresidenta respira por la herida, pues todos saben que pretendía manejar los ministerios de defensa y seguridad, lo cual no corresponde. A partir de ese momento comenzó la divisoria de aguas. La actitud de Villarruel es una batalla inútil parecida a la que mantenían los liliputienses con sus rivales, los blefusquianos. Es un inútil desgaste de energía. La verdadera ética sugiere todo lo contrario a las insinuaciones y manifestaciones del orgullo herido por desaire, que si a mí me faltan el respeto debo forzosamente proceder igual. La hidalguía se demuestra de otra manera, está más del lado del estoicismo que del orgullo.
Si la señora Victoria Villarruel se presentara a elecciones en 2027, conseguiría tan pocos votos como le sucedió a Juan José Gómez Centurión -Veterano de Malvinas condecorado- quien fue destacado funcionario de Macri en la conducción de la Aduana Nacional.
Nos parece que lo mejor que podría hacer la señora vicepresidente para acabar con una gran injusticia, es pronunciarse en torno a la situación legal de los militares presos, a los cuales no se les ha brindado ningún juicio oral como el que le hicieron con todas las garantías a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, hoy condenada por la causa de Vialidad, enjuiciada por la causa de los cuadernos, y próximamente por el bochornoso tema del memorándum de entendimiento con Irán (traición a la patria).
Como dijo recientemente Monseñor Olivera, obispo castrense: «Son muchos años de demonizar a los militares. Eso se debe acabar». y también como ha dicho el Dr. Enrique Avogadro -prestigioso colaborador del Informador Público– «Exigimos la inmediata liberación de los militares que ganaron la guerra contra las organizaciones terroristas en los 70’s y 80’s; ellos impidieron que la Argentina sufriera la misma suerte que aún hoy ensombrece a Venezuela, Nicaragua y Cuba.
01/12/2025 a las 6:06 AM
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