Por Carlos Tórtora.-

Las listas para las elecciones del 26 de octubre reflejan cabalmente las fortalezas y debilidades del gobierno y del kirchnerismo. Para empezar, la escasez de figuras políticas que sigan a Javier Milei en Buenos Aires queda en claro. Abajo de José Luis Espert aparece una ex vedette, Karen Reichardt, y luego un famoso ex macrista, Diego Santilli. Como fuerza política, LLA no tiene una sola figura de envergadura en condiciones de ser candidato.

Sus mejores candidatos, como el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, ya son candidatos para la elección provincial del 7 de septiembre.

En cuanto a Capital, ya hay allegados a Milei que secretamente anhelan que Patricia Bullrich no obtenga más votos que Manuel Adorni el 18 de mayo. Una Bullrich triunfante y candidata a jefa de gobierno o, por qué no, a presidenta, se convertiría en un serio problema para los hermanos Milei.

Por su parte, Fuerza Patria exhibe problemas importantes luego de que Axel Kicillof y Sergio Massa consiguieran evitar que Máximo Kirchner fuera candidato a diputado nacional, lo que hubiera restado bastantes votantes, dados los pésimos números que tiene en las encuestas.

Más de lo mismo

Este panorama se da en el medio de una pronunciada caída del gobierno en las encuestas, que lo iría empujando a la derrota primero en septiembre. Pero Milei es indiscutiblemente un hombre de suerte en cuestiones electorales. El peronismo, tanto en Buenos Aires como en Capital, se encolumna detrás de candidatos que no expresan una renovación política sino la continuidad -ya agónica- del ciclo iniciado en el 2003. Tanto Jorge Taiana como Mariano Recalde huelen al más rancio kirchnerismo, acompañados por dirigentes de una izquierda más renovada como Juan Grabois e Itai Hagman.

Taiana y Recalde están a la medida de la polarización que predica el presidente, o sea la confrontación libertaria con el pasado kirchnerista que se niega a morir.

Se trata de un triunfo táctico de La Cámpora que puede tener un alto precio en votos. Con estos nombres, ahora el discurso oficial tiene de dónde agarrarse para denunciar que el PJ es la vuelta al pasado.

El obvio fracaso de la política económica de Luis Caputo obliga, por otra parte, a Milei a poner el acento en motivar el voto antiperonista para frenar el retorno K al poder.

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