Por Carlos Tórtora.-

El acto de cierre de campaña de Javier Milei no merece demasiados comentarios. Fue un glosario de sus clásicas amenazas, insultos y disparates en un clima de violencia, con grupos de barrabravas que simulaban ser libertarios. Algunas frases del presidente sí son para anotar. Por cuarta o quinta vez en pocas semanas, dijo «el domingo nos van a hacer fraude». Esto sin prueba alguna pero lo interesante es que, dependiendo de cuál sea el resultado, no hay que descartar que el domingo el gobierno denuncie un fraude supuestamente cometido por Axel Kicillof y la Junta Electoral de Buenos Aires. De ser así -recordemos que ayer dijo que el kirchnerismo quiere matarlo-, Milei habrá contribuido a ensuciar todavía más la imagen argentina en el mundo.

La partida de Milei a Los Angeles, en su undécimo viaje a los EEUU desde que asumió, se da en un contexto muy especial, esto es, el desmoronamiento de su rol de aliado de la administración Trump.

En la primera semana de agosto, la Casa Rosada echó a rodar la versión de que era inminente un nuevo viaje de Milei a USA pero que esta vez sí habría reunión con Donald Trump en la Casa Blanca, con la agenda de que se levantaría la exigencia de visa para los argentinos que hagan viajes cortos a EEUU. Como parte de la preparación de este anuncio que Milei haría junto a Trump, la Secretaria de Seguridad Kristi Noem viajó a Buenos Aires y se reunió con Milei y Patricia Bullrich.

Pero hace tres semanas todos los preparativos para explotar políticamente el tema se paralizaron.

Evidentemente, las comunicaciones del Departamento de Estado con Buenos Aires dejaron de fluir. Y finalmente llegó el bochorno.

Una delegación de ARCA encabezada por Juan Pazo viajó a Miami con la intención de firmar cuanto antes el acuerdo de exención de visas. Pero fueron frenados en Miami y no se les dejó continuar a Washington. Pero sí se les dijo que el acuerdo no se firmaría.

En realidad, se trataría de un congelamiento en las relaciones porque en Washington son muchos los que opinan que sería grave para Trump que lo identificaran con el caso $LIBRA, y tal vez con el Karinagate, entre otras cuestiones.

En momentos en que su gobierno se decide a combatir al régimen más corrupto del continente, el de Nicolás Maduro, mal podría abrazarse a otro presidente corrupto, aunque sea de signo contrario.

Desde la visita de Noem hasta ahora, se hizo evidente que ni un solo funcionario de la administración Trump pasó más por Buenos Aires.

De la visita a la Casa Blanca no se habló más y la excepción fue sólo la visita del almirante Aldrey Holsey, que pasó por Buenos Aires para advertir sobre los riesgos de ser aliado de China.

El viaje de Netanyahu

Para completar la crisis de Milei con tal vez sus únicos dos aliados, Benjamín Netanyahu anunció la suspensión de su visita de este mes a Buenos Aires. Lo hizo sobre todo por el riesgo de que algún juez argentino dé la nota y ordene su detención, cumpliendo así el mandato de la Corte Penal Internacional para que lo detengan por crímenes contra la humanidad.

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