Por Luis Orea Campos.-
Con la aplastante victoria del emblema Vamos Corrientes en las elecciones a gobernador del domingo pasado le acaba de surgir a las aspiraciones reeleccionistas de Milei un signo de interrogación con nombre y apellido, que encarna justamente la antítesis a la falta de experiencia política, la improvisación y la extravagancia que caracteriza al libertario.
Gustavo Valdés, un político en la plenitud de su carrera jalonada con abundante experiencia en la gestión, con todo para ganar y que mostró su solidez plantándose con un éxito apabullante ante las absurdas exigencias de una improvisada armadora inexperta que creyó que se lo podía llevar por delante blandiendo el poder nacional, representa claramente una salida futura al galimatías en que se encuentra sumida la sociedad argentina atenazada por la falta de opciones entre un kirchnerismo fracasado y un libertarismo que va rumbo al fracaso.
Seguramente el primer paso en esta dirección será aterrizar en la presidencia nacional de la UCR no para satisfacer aspiraciones personales sino para tratar de rescatar al centenario partido del marasmo divisionista en que se encuentra sumido arrastrado por dirigentes que parecen estar solo esperando el certificado de defunción de la UCR mezclados con otros que solo la ven como una plataforma para hacer negocios políticos… o de los otros.
De lograrlo, estarán dadas las condiciones para construir un amplio acuerdo nacional con base federalista cuyo bosquejo ya está siendo delineado por la incipiente liga de gobernadores que integra y que pretende ponerle límites a la discrecionalidad con que el actual presidente se manejó hasta ahora abusando de mecanismos pensados para situaciones excepcionales y exhibiendo impúdicamente su inexperiencia en un ámbito absolutamente desconocido para él.
Como dicen los sabios orientales cada crisis es a su vez una oportunidad, y nadie duda de que el sistema de partidos políticos está en una grave crisis que ofrece al dirigente correntino la oportunidad de convertirse en el reconstructor del radicalismo y de una alternativa general con amplia base de sustentación en el diálogo y la cooperación de todos los actores, dado que en ese ámbito no hay a la vista quien pueda hoy discutir su protagonismo, su volumen político y la fuerza de su juventud.
En efecto, el rotundo resultado obtenido por Valdés que más que más que dobló en votos a su inmediato seguidor pese a no ser el candidato, no es obra de la fortuna, es la respuesta social a ocho años de conducir los destinos de la Provincia en los que construyó las bases para el desarrollo económico del gran potencial que anida en su territorio, quebrando el amesetamiento de las fuerzas productivas derivado de la ineficacia de gobiernos anteriores en crear las condiciones necesarias para el crecimiento.
No hace falta ser un arúspice ni arrancar vísceras de aves para pronosticar ese derrotero del gobernador de Corrientes porque simplemente en este punto de su carrera está enfrentado a su propio destino: no tiene más alternativa que emprender este camino o resignar su protagonismo político. Y Valdés, que no tiene la elocuencia de Alfonsín pero sí su aplomo para saber dónde está parado, no luce como alguien que abandona la tarea por la mitad.
05/09/2025 a las 7:20 PM
A NADIE SE LE OCURRE HABLAR DE NEPOTISMO ?
PARECE QUE LAS OPINIONES SON DE ACUERDO
A LAS CONVENIENCIAS PERSONALES.
TANTA MORAL QUE DECLAMAN A LA LLA Y HACEN SILENCIO DE RADIO FRENTE A ESTA VERGUENZA
POLITICA ?