Por Hernán Andrés Kruse.-
El 18 de mayo se cumplió el centésimo quincuagésimo tercer aniversario del nacimiento de un eminente filósofo, matemático, lógico y escritor británico. En 1870, Bertrand Russell ingresó en el Trinity College para estudiar una de sus pasiones: la matemática. Su padrino fue Alfred North Whitehead, quien rápidamente tomó conciencia de sus condiciones intelectuales. Años más tarde, ambos serían los coautores de tres libros memorables conocidos bajo el título genérico de “Principia Mathematica”. En 1894, decidió comenzar a estudiar Ciencias Morales (es decir, Filosofía). En aquel momento había entablado una sólida amistad con George Edward Moore, un joven estudiante de clásicos. En 1900 elucubró “Los principios de la matemática” y al poco tiempo comenzaría a colaborar con Whitehead para escribir la monumental obra mencionada precedentemente.
Fue, además, un intelectual comprometido políticamente. Durante la primera guerra mundial fue un emblema del pacifismo. El poder no lo perdonó: debió purgar seis meses en la cárcel por la publicación de artículos y panfletos antibélicos. Al estallar la segunda guerra mundial, reemplazó el pacifismo por un claro alineamiento con los aliados ya que consideraba que un triunfo del fascismo acabaría con la civilización. Durante la guerra fría puso todo su empeño para evitar la guerra nuclear y asegurar la paz a través de una eficiente organización del sistema político internacional. En esta oportunidad, el poder tampoco lo perdonó: lo encarceló cuando contaba con 90 años. En 1950 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Falleció en 1970 a los 97 años (fuente: Wikipedia, la Enciclopedia Libre).
Buceando en Google me encontré con un ensayo de Álvaro Carvajal Villaplana (Revista Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVIII (94), 65-75, Enero-Junio, 2000) titulado “Evolución del pensamiento político de Bertrand Russell”. Escribió el autor:
«Tres pasiones, simples pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la Humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá a allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación…”
Russell-Autobiografía-1967
INTRODUCCIÓN
“El pensamiento político de Bertrand Russell es muy prolijo en temas. Su actividad política comprende gran parte de su vida; sus primeras inquietudes por el tema se remontan a sus años de estudiante en Cambridge, por ahí de 1890. Este interés se acrecienta con el transcurso de los años hasta llegar a ser el centro de su vida. Resaltan dos grandes cambios existenciales en Russell, cuyos puntos claves son 1901 y 1914; la muerte de la esposa de Alfred North Whitehead y la Primera Guerra Mundial, respectivamente. En 1901 Russell experimentó una especie de conversión mística, en la cual descubre la sensación de soledad de las personas de su época. La primera guerra cierra este período de conversión, él está convencido que el mundo, después de ésta, no es el mismo. La humanidad requiere un nuevo impulso de vida. Antes de 1914, afirma que su actividad era fundamentalmente académica y tenía un gran interés por la exactitud y la búsqueda de la verdad. Después de esa fecha, la rigurosidad académica no es tan importante y la preocupación se centra más en la búsqueda de la felicidad humana.
En la amalgama de temas analizados y acciones políticas ejecutadas por Russell, sobresalen sus posiciones controversiales y su escepticismo político. Él es un pensador, a quien no se le puede ubicar en una determinada doctrina política, en otras palabras, adjudicarle algún «ismo». A pesar de eso, sobran las denominaciones, desde imperialista hasta anarquista, pasando por el liberalismo, el socialismo y otros tantos epítetos. Una de las particularidades de su pensamiento político es la constante transformación de sus ideas, lo mismo vale decir de su práctica política. Esto da la impresión de inconsistencia o contradicción tanto de sus ideas como entre éstas y su acción social. Frente al complejo conglomerado de posiciones teóricas salta la pregunta: ¿existen constantes en el pensamiento político de Russell que expliquen semejante caos? A criterio del autor del artículo existen algunos elementos que sirven de guía a las acciones y pensamientos políticos de Russell.
En relación con lo expuesto, los comentaristas de Russell intentan periodizar sus ideas políticas y sociales, sin lograrlo a cabalidad, salvo algunos momentos claves que Russell mismo identifica. Es el criterio del autor de este artículo que establecer dichas etapas es relevante para responder a la pregunta planteada con anterioridad. Dicha delimitación tiene como ejes ordenadores la filosofía política y la teoría del poder de Russell. Por supuesto, no todo lo actuado o pensado, rigurosamente, calza o coincide con la explicación que se ofrece; empero, se piensa que la propuesta es satisfactoria. En lo que sigue sólo se bosquejan algunos lineamientos de la filosofía política de Bertrand Russell, esto en razón del espacio con que se cuenta, y a temor de simplificar sus ideas. Posteriormente, se procede a establecer los períodos de evolución.
BOSQUEJO DE UNA FILOSOFÍA POLÍTICA
“Como se señaló en la introducción, una dificultad significativa para la realización de este trabajo consiste en que a Russell no se le puede ubicar en una determinada corriente de pensamiento político-ideológico. El no defiende ninguna doctrina política, sino que oscila entre diferentes tendencias; situación semejante a la que ofrece su pensamiento ético. Para Manuel Sacristán esta falta de definición se debe a un proyecto débil intelectualmente, vago y utópico ignorando el contenido social del poder, por lo cual lo califica de ecléctico. Sin embargo, quedarse con esta imagen no hace justicia al compromiso social de Russell; tampoco considera seriamente la importancia que da el autor en estudio a la teoría política ni a su proyecto de sociedad.
En Russell se halla una filosofía política claramente establecida, así como una teoría del poder y un modelo de sociedad regido por valores éticos. A partir de estos aspectos combinados, él analiza y critica las doctrinas y las prácticas políticas de su tiempo. Al igual que en su filosofía -en sentido restringido- y en su ética -sentido amplio-, Russell es un escéptico en el plano de la política, actitud que deriva del método analítico y la lógica, como bien lo expone Allan Wood en un ensayo que apareció en el libro “La evolución de mi pensamiento filosófico”. Cabe advertir que el propio Russell es consciente de esta situación, así lo expresa en “Retratos de memorias” y otros ensayos, “..me he imaginado que era, en cada ocasión, un liberal, un socialista o un pacifista; pero nunca he sido ninguna de esas cosas en un sentido profundo. Siempre el intelecto escéptico me ha susurrado dudas, cuando yo más deseaba que se mantuviese en silencio; me ha separado del fácil entusiasmo de los otros y me ha llevado a una soledad desolada”.
Este sentimiento de soledad disminuyó a partir de 1939, pues durante los últimos 15 años de su vida, estuvo más de acuerdo con sus compatriotas. Una situación particular, en el contexto expuesto, fue la desconfianza que los socialistas tenían hacia Russell por el hecho de nacer en el seno de la aristocracia inglesa; sin embargo, él junto con Otoline Momell no se consideraban aristócratas, “…1os dos éramos aristócratas por tradición, pero no lo éramos deliberadamente en cuanto al medio ambiente en que nos hallábamos; ambos odiábamos la crueldad, la insolencia de casta y la intolerancia de los aristócratas, y, sin embargo, nos sentíamos un poco extraños en el mundo que habíamos elegido vivir, y que nos miraba con recelo y falta de comprensión, porque éramos extraños”.
El escepticismo político de Russell no deriva, simplemente, de las «debilidades teóricas» como apunta Sacristán; tampoco, exclusivamente de su método, más bien resalta el hecho, observado por él mismo, de que muchas prácticas políticas en vez de conducir a las personas a la felicidad, las sumen en la desesperación, el dolor, el sufrimiento y la mentira. Él tiene firmes convicciones éticas y valores básicos que sustentan su pensamiento político, los cuales son la guía fundamental de su práctica y crítica políticas, entre ellos: la vida, el más básico de todos; de este se desprenden todos los demás, especialmente la libertad, la libertad de palabra y de pensamiento, la libre discusión, la tolerancia y el respeto a la iniciativa individual. En relación a la última observación es importante, en consecuencia, referirse a la estrecha relación existente entre la ética y la política. Desde la perspectiva de su fundamentación tanto la filosofía moral como la política tienen como telón de fondo una naturaleza humana en la cual las pasiones, los impulsos y los deseos son los dominantes; éstos determinan, en gran medida, las acciones humanas. Si las pasiones dominan al ser humano, ¿qué papel juega la razón?; ésta es un instrumento que indica el camino a las pasiones. Russell asume la máxima humeneana de que la “…razón es la esclava de las pasiones”. Por esto es factible ubicar a Russell en la tradición ilustrada de Spinoza, Hume y Hobbes. En este sentido, tanto en la ética como en la política no habría forma de resolver los conflictos de manera racional.
Existe una diferencia entre la ética y la política. En la primera se podría buscar un método para resolver las controversias, al menos disminuir el número de éstas. Pero, aquellas que tienen que ver con los fines, en tanto que sustentan máximas éticas diferentes, sólo pueden ser resueltas por la política o la guerra. La política es más pasional; en consecuencia, puede decirse es más irracional, que la ética. La preocupación intelectual de Russell, fundamentalmente, se dirige a encontrar la manera en que la ética podría influir en la política y, en dilucidar algún método racional para dirimir los conflictos; de tal modo que no se tenga que llegar a la guerra. Un punto de encuentro entre la filosofía moral y la política consiste en que muchos conflictos éticos se dan en el ámbito de los deseos colectivos; por tanto, en la política; a su vez, la ética no puede estar al margen del uso que se le da a la ciencia y la tecnología, sobre todo, cuando estas últimas están al servicio de la guerra y la destrucción de la humanidad.
El vínculo entre ambas disciplinas lo acerca más a Platón que a Maquiavelo, si bien tiene buena opinión de este último pensador, en cuanto que su teoría describe la realidad de las prácticas políticas, no admite una separación entre la ética privada y la pública; aunque sí le interesa delimitar los ámbitos de intervención del Estado en la vida privada de las personas. Empero, no todos los medios son válidos para conseguir los fines deseados, de hecho buena parte de la discusión contra el marxismo reside en su oposición a los métodos violentos para conseguir el poder; pero sobre todo, cuando éstos son excesivamente crueles y pretenden la destrucción de todos los aspectos positivos vigentes en una sociedad. En contraste, Russell admite que algunas guerras son justas, por ejemplo, las guerras de liberación colonial y las luchas contra los gobiernos totalitarios.
A Russell además se le puede ubicar en otra tendencia filosófica, el liberalismo radical de Jeremy Bentham, James Mill y Stuart MilI, a la cual se le adjudica su actitud rebelde. Esta continuidad se debe no solo a la reinterpretación del método utilitarista, sino también, porque sus valores éticos y políticos tienen sus raíces en los autores citados. Se hallan en Russell tendencias socialistas y anarquistas, incluso él opta, en una etapa de su vida, por el socialismo gremial al estilo francés, cuya inspiración es sindicalista y anarquista. Aunque Russell en algún momento se siente más cerca al anarquismo -aunque reconoce que tiene sus peligros- al considerarlo como el modelo ideal “…al cual deberíamos querer aproximamos tanto como fuera posible y que esperamos será logrado completamente en una época no lejana»; no obstante, es una imprecisión atribuirle llanamente ese calificativo.
Todas estas influencias no están integradas en un sistema político determinado. En el transcurso de su vida mantuvo posiciones diferentes y dio énfasis a algunas de ellas. Desde esta óptica, es valioso identificar los períodos de desarrollo de su pensamiento político. Muchos de los valores políticos que sustenta provienen de las distintas inspiraciones. Del liberalismo radical proceden su radicalismo, la defensa absoluta de la libertad, la tolerancia, la libre discusión, la delegación del poder, su idea del Estado mínimo, la defensa del individuo. Del socialismo la importancia de la cooperación, su oposición a la propiedad privada, y la idea del poder colectivo. Claro que este último propiamente lo toma del anarquismo, a partir de la idea de que el poder debe estar en manos de la sociedad sin un Estado centralizado. Del anarquismo adopta, en algunos momentos, la idea del pleno empleo, cuya principal fuente es Kropotkin”.
ETAPAS DEL PENSAMIENTO POLÍTICO
“El intento por establecer los períodos de la evolución del pensamiento de Russell requiere de varias consideraciones, aparte de las indicadas en la sección 2. Una primera, radica en establecer tres grandes ámbitos en relación al tema político, con el propósito de simplificar el ordenamiento de sus ideas. Estos ámbitos son: (a) la filosofía, (b) la doctrina, y (e) la práctica política. Esta manera de visualizar la evolución de las ideas y la acción política de Russell es, de alguna manera, el reflejo de lo intrincado de su vida desde las perspectivas en estudio. Pero, estas características no solo responden a esta faceta intelectual, si se observa la evolución de su pensamiento más filosófico, éste atraviesa una diversidad de momentos. Los puntos (a) y (e), presentan una menor dificultad para ser ordenados; sin embargo, el (b) es problemático.
La filosofía política de Russell tiene, al menos, tres períodos importantes, cuyos ejes centrales son la consideración de la naturaleza humana en relación a la dicotomía razón-pasión y, la noción de poder que se deriva de la solución a esta dicotomía. Su práctica política esta dirigida más a las cuestiones inmediatas para evitar la destrucción de la humanidad: su oposición a la guerra, en principio; aunque no era un pacifista ingenuo, pues consideró que existen guerras justas. Además, defiende a los objetores de conciencia, denuncia los crímenes de guerra, sostiene un absoluto rechazo a los totalitarismos, repudia la posible guerra nuclear y promueve el voto femenino. En relación a este ámbito es notable un constante incremento de sus acciones y una ampliación de los temas de preocupación: de la oposición a la primera guerra mundial al activismo en derechos humanos. Su método es la resistencia no violenta, el diálogo (aunque en algunos momentos recurre a las amenazas), la desobediencia civil pacífica, tanto individual como colectiva. Constantemente participó o creó diferentes organizaciones, nunca estuvo en una de ellas en forma permanente, pues todas cumplían con objetivos muy específicos, una vez que el objetivo se agotaba, o que la experiencia rebasaba a las organizaciones se lanzaba a la búsqueda de otras o a crear nuevas. Esto se da en forma más intensa en sus últimos años.
Con base en el desarrollo de la filosofía política y la teoría del poder de Russell se establecen tres períodos de la evolución de su pensamiento. El primero va de 1872 a 1914, el segundo comprende los años de 1914 a 1940 y un tercero, de 1940 hasta su muerte. En cada etapa se pretende analizar cada uno de los ámbitos enunciados. Aparte de los criterios anotados, se considera como transcendental la propuesta divisoria que aparece en su “Autobiografía” (1967). Esta obra, en su traducción castellana, se presenta en tres tomos, cada uno de los cuales recoge una determinada etapa de la vida del autor en estudio. El primero comprende los años de 1987 a 1914, el siguiente de 1914 a 1944 y el último de 1944 a 1967. También, es valioso en este respecto su libro “Retratos de memoria y otros ensayos”, de 1956.
A partir de esta cronología, el autor del artículo establece un paralelismo entre los períodos éticos y políticos. Entre la primera y la segunda etapa se da una ruptura radical. Lo cual se relaciona con la conversión que sufre en 1901, en la que descubre el sentimiento de soledad en que vive la humanidad; la Primera Guerra Mundial marca en definitiva su acción y pensamiento político posterior. Este cambio brusco coincide con la transición de la primera a la segunda etapas éticas, es decir, el paso de la objetividad en ética al predominio del no cognoscitivismo. No solo hay un vínculo de esas dos disciplinas, también se encuentra la misma relación con lo que el autor ha denominado la visión del mundo (es decir su filosofía de la ciencia y la lógica, el cambio radical del idealismo hegeliano al realismo extremo). Es característico también que la evolución de sus ideas y acciones políticas se da a partir del estudio de los hechos, de la experiencia, la cual siempre es fuente de conocimiento para Russell. La analítica es el método por excelencia. Se halla en él una unidad en el método de estudio”.
03/06/2025 a las 11:40 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Preocupación internacional por la libertad de expresión en el país
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
2/6/025
El llamado de atención por el estado de la libertad de expresión y de prensa en la Argentina, que acaba de hacer la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), es una de las primeras voces del exterior que manifiesta públicamente su inquietud. Pero no es el único organismo internacional ni país extranjero que sigue con interés y preocupación lo ocurre en el país desde hace un año y medio.
Lo que el crítico informe del relator Pedro Vaca calificó de “un deterioro acelerado del ambiente para el ejercicio de la libertad de expresión en la Argentina, caracterizado por la baja tolerancia del Poder Ejecutivo hacia las críticas y los procesos deliberativos”, es compartido casi palabra por palabra por numerosos representantes de los principales países democráticos de Europa y del continente americano acreditados en el país.
Así surge de las conversaciones que LA NACION mantuvo al respecto con más de 30 diplomáticos y funcionarios de una quincena de países.
“La sucesión de hechos y la escalada de los ataques a periodistas y críticos del gobierno que estamos viendo nos preocupa mucho. Tememos que la Argentina se esté convirtiendo en un banco de pruebas de nuevas prácticas antidemocráticas, destinadas a socavar libertades civiles y derechos humanos fundamentales, como la libertad de expresión y de prensa, el acceso a la información o el derecho a la protesta”, dijo a este redactor recientemente un diplomático de un importante país europeo.
Similares consideraciones suelen expresar funcionarios de otros organismos internacionales con sede en la Argentina y en la región, así como las autoridades de casi una decena de fundaciones y organismos de cooperación que se dedican o prestan atención a las cuestiones vinculadas con la libertad de expresión y la libertad de prensa y los derechos humanos en general.
Las prevenciones se profundizaron luego del regreso a la Casa Blanca de Donald Trump y los vínculos establecidos con su par argentino, Javier Milei, así como entre varios asesores y estrategas en comunicación de ambos gobiernos. Si hasta hace medio año los Estados Unidos eran vistos como un dique de contención contra los ataques al periodismo y avances contras los derechos humanos, ahora han devenido en una autopista para las posiciones más extremas. Así lo expresan representantes de varios países que ven reflejadas esas posiciones en foros y organismos internacionales públicos y privados.
De ello puede dar cuenta un extensa nómina de organizaciones de periodistas y de medios de comunicación, así como instituciones de la sociedad civil y periodistas particulares que a lo largo del año y medio que lleva en la presidencia Javier Milei han participado de decenas de reuniones reservadas en embajadas y sedes de fundaciones internacionales, convocados para exponer sobre las crecientes agresiones, de diferente naturaleza, que el poder político destina a periodistas, medios de comunicación y distintas voces críticas.
“Existe una preocupación real de muchos países sobre la situación de la libertad de expresión en Argentina. Los países más institucionalizados del mundo entienden a la libertad de expresión como base del sistema democrático e impulsan un diálogo constructivo entre los gobiernos y los medios y periodistas, para llegar a consensos sobre la relación entre ellos”, corrobora Pablo Secchi, director ejecutivo de la fundación Poder Ciudadano, una de las instituciones que ha participado de varias de esas reuniones y es fuente constante de consultas, así como el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), asociaciones de medios y gremios del sector.
Las reuniones realizadas a lo largo de este año han incluido, además de los diplomáticos acreditados en el país, a altos funcionarios de importantes gobiernos extranjeros, particularmente de América del Norte y Europa, preocupados por la situación que se hace pública e interesados en recoger impresiones directas y, en forma reservada, de periodistas, de las organizaciones representativas de la prensa y de la sociedad civil.
Algunos de esos funcionarios extranjeros que visitaron la Argentina mantuvieron luego encuentros formales con sus pares del gobierno argentino en los que, según dijeron, transmitirían las impresiones recogidas. La información recogida tras esos encuentros dice que en la mayoría de los casos la contraparte argentina era de segundo nivel y que las inquietudes no encontraron mayor eco.
En las reuniones con los periodistas y representantes de la sociedad civil, los funcionarios extranjeros suelen explicitar su inquietud por ese deterioro que acaba de expresar con toda claridad la Relatoría para la Libertad de Expresión, que es parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA.
No obstante, como buenos diplomáticos son cuidadosos en sus afirmaciones y calificaciones, aunque no dejan dudas respecto de su preocupación por lo que sucede en el país y de la necesidad de contar con más información. Preguntan más de lo que responden, pero en cada pregunta subrayan su inquietud, al tiempo que dejan algunas afirmaciones y advierten sobre situaciones negativas padecidas en su vecindario y que afectan a sus propios países, que temen estén reproduciéndose o experimentándose aquí de forma aún más profunda.
Cuando los encuentros en embajadas se abren a la exposición de periodistas, representantes de medios, de organizaciones defensoras de los derechos humanos y asociaciones sindicales de periodistas y reporteros gráficos se tornan en espacios catárticos. Los representantes extranjeros no dan abasto para tomar notas que luego envían a sus gobiernos, previo aviso a los concurrentes de ese destino, y de asegurar el anonimato y la confidencialidad, para lo cual solicitan reciprocidad.
La reserva, naturalmente, procura evitar que se afecten las relaciones bilaterales, así como que los representantes de esos países sean acusados de inmiscuirse en asuntos internos del país.
Sin embargo, cada vez es más explícita la sensibilidad que despierta la situación argentina, por tratarse de derechos humanos fundamentales, así como por el efecto que su deterioro tiene para la democracia, cuya vigencia se encuentra en regresión en el mundo, donde los países con gobiernos autoritarios superan en número a los que gozan de democracias plenas.
El malestar que causó en la Casa Rosada la difusión del informe de Vaca, que llegó al seno de la OEA, según diversas fuentes, fortaleció en muchas embajadas tanto la preocupación como los pedidos de reserva sobre las conversaciones mantenidas al respecto.
La idea de la Argentina como un “país laboratorio” para ensayar nuevas formas de restringir la libertad de prensa es una de las hipótesis que con más recurrencia aparece en las conversaciones tanto con representantes de toda Europa, como de países norteamericanos, de América Central y sudamericanos. También les preocupa que prosperen aquí usinas de desinformación como las que están impactando hoy sobre las sociedades y gobiernos de Europa.
Las naciones democráticas europeas llevan años en alerta, lo que se ha acrecentado en los últimos meses, por las prácticas de desinformación, manipulación informativa y ciberataques provenientes de la Rusia de Vladimir Putin, así como por el avance de democracias iliberales. Entre ellas sobresale la Hungría de Víctor Orban, moldeada por la estrategia del gran gurú mundial de las campañas sucias y la desinformación Arthur Finkesltein.
La relación de estrategas e ideólogos mileístas, empezando por el círculo más estrecho del super asesor Santiago Caputo, con Orban y sus gurúes político-comunicacionales, mencionadas este sabado por Gail Scriven en su artículo en LA NACION, ahondan las inquietudes sobre lo que ocurre aquí y su impacto internacional.
Esa preocupación, así como algunas analogías, quedaron públicamente explicitadas en un encuentro realizado en el Centro Cultural Recoleta, hace dos semanas, sobre Desinformación: Manipulación de Información e Interferencia Extranjera – Desafíos Globales y Respuestas Democráticas. El evento fue organizado por las embajadas de Polonia, Canadá, Francia, Reino Unido, Ucrania y la Delegación de la Unión Europea en Buenos Aires, con Fopea.
Si bien el eje estuvo puesto en las campañas de desinformación de regímenes extranjeros, allí, en los paneles y, especialmente, en charlas posteriores, representantes de los países organizadores y algunos de los expositores trazaron paralelismos y conceptos de fuerte resonancia en el contexto local.
Al respecto, Amador Sánchez Rico, embajador de la Unión Europea en Argentina, señaló que la desinformación busca principalmente “polarizar sociedades y explotar momentos de crisis, como elecciones”, con el objetivo de dar más poder a las voces extremistas.
Menos universales y más cercanas son las voces que se expresan en privado. “Nos preocupan los ataques verbales públicos, por los medios de comunicación y especialmente por las redes sociales, pero también hechos concretos, que se expresan y se llevan a cabo desde lo más alto del poder político, así como algunas acciones de desinformación que parecen provienen de sectores cercanos al gobierno argentino”, expresó a ese cronista hace pocos días el embajador de un importante país americano.
La presentación hace un mes de los datos del último informe anual del Monitor de la Libertad de Fopea profundizaron las preocupaciones, así como reactivaron las consultas. Ese reporte muestra que en 2024 se registraron 179 agresiones a periodistas, lo que implica un aumento del 53% respecto de 2023 y del 103% frente a 2022, lo que ubica al año pasado en el segundo puesto del ranking histórico, apenas detrás de 2013, desde que se lleva a cabo el registro hace ya 16 años.
Vale agregar que en el 80% de esos casos la violencia tuvo origen estatal y paraestatal. Lo que implica un incremento considerable en relación con 2023, cuando ese origen representaba la mitad de los casos. Y hay un dato tal vez más perturbador: en más de la mitad de los hechos registrados en 2024 estuvo involucrado el propio presidente de la Nación.
Sin embargo, ese reporte a cuya presentación asistieron miembros de diversas embajadas, que lo han enviado a sus países, como le consta a Fopea, está en camino de quedar ampliamente superado.
En los primeros cinco meses de este año ya se registraron 119 casos, contra los 61 de igual período de 2024 y los 179 de todo el año pasado. Además, casi la mitad se produjo durante este mes. Pero eso no es todo: en 70 de los 119 casos de agresión asentados fue autor o tuvo participación Javier Milei.
Cabe señalar que la mayoría de los hechos relevados refieren a ataques verbales y se inscriben en lo que se conoce como discurso estigmatizante. Sin embargo, en los últimos meses y días se han producido caso aún más graves, que han tenido fuerte repercusión externa.
La violencia ejercida contra periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos por agentes de seguridad durante manifestaciones públicas, que dejaron heridos de consideración (como el fotorreportero Pablo Grillo), así como las recientes denuncias penales del Presidente contra periodistas y conductores de televisión muestran una escalada que ha sido reflejada por medios internacionales y dado lugar a renovadas consultas por parte de gobiernos y organismos extranjeros. Como lo reflejó el pronunciamiento del relator para la libertad de expresión de la CIDH.
A eso se agregó, como fuente de inquietud e interés, la revelación hecha aquí hace una semana por Hugo Alconada Mon del Plan de Inteligencia Nacional elaborado por el Gobierno, cuya redacción pone como posible objetivo, sin precisiones ni límites, a todo crítico de la administración y las políticas oficiales. Las alarmas se potenciaron luego de que el periodista de LA NACION denunciara públicamente y en sede policial el intento coordinado de hackear sus cuentas de mensajería digital y de redes sociales.
Lo que pasa en la Argentina no queda en la Argentina, ni es excluyente de la Argentina. Por eso, el mundo democrático mira con interés y preocupación lo que está ocurriendo aquí en materia de libertad de expresión, libertad de prensa y derechos humanos en general. Sobran los testigos.
03/06/2025 a las 11:48 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Juntarse aunque duela
Carlos Calvo
Fuente: Perfil
(*) Notiar.com.ar
2/6/025
Pese a que las legislativas provinciales son el 7 de septiembre y las nacionales el 26 de octubre, los oficialismos y las oposiciones ya están enfrascados en una áspera batalla permanente dentro y fuera de sus espacios.
Cada uno de ellos justifica este nivel de beligerancia, que sólo puede multiplicarse en las próximas semanas y meses, en nombre de la necesidad de sostener sus proyectos políticos a partir del éxito en las urnas. Una enjundia llamativa, al no ponerse en juego cargos ejecutivos. Son los tiempos que corren.
Libertarios y peronistas, junto a las fuerzas satélites que orbitan a su alrededor, dedican buena parte de su energía actual a febriles movimientos para ver quién se impone a quién. Y con ese propósito, vale todo.
Con la bandera de vencer al kirchnerismo en su bastión clave, LLA acelera hacia la absorción bonaerense del PRO. Como era de prever, tras el resonante tercer lugar en los comicios porteños de hace dos semanas, Mauricio Macri abdicó de la escasa resistencia que mantenía y dejó librados a los dirigentes amarillos provinciales a sus deseos de mutación.
Ese proceso ya fue consagrado esta última semana entre los dos principales operadores de la hermanísima Karina Milei -Eduardo ‘Lule’ Menem y Sebastián Pareja- y la tríada PRO que componen los diputados Cristian Ritondo y Diego Santilli y el intendente marplatense Guillermo Montenegro.
Restan apenas detalles para que se alumbre formalmente la conjunción de candidaturas en la Provincia, tanto locales como nacionales. La secretaria General de la Presidencia y jefa partidaria insiste con que todos se integren a la boleta violeta de LLA. Ritondo, cada vez con menos armas, sigue intentando el armado de un frente.
Otro punto en discordia, por decirlo de una manera combativa, es la selección de quiénes serán candidatos. Esa ventana se torna más compleja para los comicios de septiembre: los intendentes PRO aspiran a tener injerencia o al menos poder de veto de libertarios en los territorios que gobiernan. Hay dudas de que puedan lograrlo. En ciertos casos hay hasta denuncias judiciales entrecruzadas entre mandatarios comunales amarillos y concejales con peluca. ¿Tabula rasa?
El poder de “negociación” (por llamarlo de alguna manera) es desigual: de la veintena de intendentes bonaerenses del PRO, más de la mitad ya se pintó de violeta o fue a comprar la tintura. El grupo “rebelde” a la rendición, liderado por Soledad Martínez (de Vicente López), pierde fuerza. Y hasta surgen intentos de supervivencia por la vía vecinalista, como la de los hermanos Passaglia en San Nicolás. ¿Únicos o precursores?
Los desacuerdos internos también incluyen a LLA, aunque no en relación al PRO. El “karinismo” continúa sin convalidar la participación en la agenda electoral provincial de la dirigencia que se referencia en el asesorísimo Santiago Caputo. Insisten en pedir pista y en sus quejas Agustín Romo (jefe del bloque de diputados bonaerense), Nahuel Sotelo (secretario de Culto) y la activísima jauría digital “caputista”. El blanco predilecto es el armador Pareja. Se ve que no lo odian lo suficiente para removerlo.
Si de cortocircuitos se trata, el peronismo provincial parece vivir en un fuego permanente. Ayer, el último día de mayo, Axel Kicillof trató de hacer un esfuerzo para evitar que se avivara, en el plenario de su novel Movimiento Derecho al Futuro, en La Plata.
Pese a que esquivó confrontar directamente con Cristina Fernández de Kirchner e insistió en plantear el antagonismo con Javier Milei, el gobernador apuntó elípticamente contra La Cámpora y volvió a defender la convocatoria electoral del 7 de septiembre.
A esta altura, dicha confirmación podría interpretarse como una verdad de Perogrullo. Claro, eso sí se obviara la nueva embestida de CFK contra el adelantamiento bonaerense, según se dejó trascender en la reunión del martes 27 del Consejo Nacional del PJ. No fue la única. Fue el primer encuentro tras los resultados porteños y 48 horas después de la reaparición pública de la expresidenta en un acto en CABA. Mañana lunes regresará además a la pantalla de la TV. ¿Frena o escala?
Vamos a las formas y luego al fondo. Amén de que Cristina y Kicillof evitan hablarse desde hace meses, dirigentes que les responden hallan cualquier excusa para intercambiar críticas y acusaciones por traición. En público, con impacto en la gestión ejecutiva y legislativa.
La escalada de esta interna ha impedido por el momento cualquier acercamiento para acordar las boletas electorales de ambos turnos. Para el provincial, queda apenas un mes y medio de plazo para la inscripción de candidatos.
Esta guerra fría provoca un especial pavor en muchos intendentes peronistas, claves en el despliegue territorial de la maquinaria político-electoral, que vislumbran una derrota histórica ante la eventual división propia y la segura confluencia opositora.
Sin que ella diga nada al respecto, el cristinismo movió la dama en este ajedrez hacia su candidatura en la tercera sección electoral, la más populosa de la Provincia. Y se divulgó que Sergio Massa iría por la primera sección.
Estas movidas no sólo buscan condicionar a Kicillof para que acepte la unidad aunque duela (y CFK siga teniendo la lapicera), también luce como la principal apuesta del peronismo para ser competitivo en su bastión bonaerense.
Surgen entonces los interrogantes en torno a las cuestiones de fondo. ¿Kicillof está dispuesto a una derrota con tal de demostrar su independencia de CFK? ¿Un fracaso electoral no golpearía sus aspiraciones presidenciales en 2027? ¿Aún siendo electa diputada provincial, Cristina asume que perdiendo puede arrastrar al PJ a su propio ocaso?
Convendría prescindir de respuestas sencillas. Dirigentes peronistas bonaerenses y nacionales abren el paraguas con el argumento de que nunca ganaron los comicios de medio término en las últimas dos décadas. Y también que Cristina perdió en la Provincia en 2017, ante los candidatos de Macri y María Eugenia Vidal, para dos años después volver a triunfar a nivel local (Kicillof), legislativo y presidencial (Alberto Fernández).
La historia no siempre se repite. Miren a Milei.
03/06/2025 a las 11:51 AM
Fe de erratas
El autor es JAVIER Calvo
03/06/2025 a las 12:04 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Analiza la Corte la condena a Cristina
Joaquín Morales Solá
Fuente: La nación
(*) Notiar.com.ar
1/5/025
La amnesia es un recurso político que, a veces, dura muy poco. Cristina Kirchner finge un extravío de la memoria cuando hace saber que proyecta ser candidata a legisladora provincial bonaerense, en las elecciones locales de septiembre próximo, por la poblada tercera sección electoral. La expresidenta ya fue condenada por las dos más altas instancias penales del país a seis años de prisión efectiva y a la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de defraudación al Estado.
Tanto el tribunal oral que la condenó después de tres años de debate entre testigos, acusados, fiscales y defensores como la siguiente instancia, la Cámara de Casación, coincidieron tanto en la calificación del delito que la viuda de Kirchner cometió como en la pena que le dieron. La sentencia es, por lo tanto, definitiva. La Corte Suprema, que es el tribunal donde está ahora y debe ponerle un punto final a la causa, es un recurso extraordinario, no una instancia de apelación. La Corte puede rechazar ese recurso extraordinario o aceptarlo; la mayoría de las veces los rechaza. Por ahora, se sabe que los jueces que integran el máximo tribunal de justicia del país (Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti) colocaron el voluminoso expediente en un lugar prioritario y están analizando el momento en que darán a conocer una resolución final sobre Cristina Kirchner. Son conscientes, aunque nunca lo digan, de que si la expresidenta se cubriera de fueros parlamentarios en septiembre, la pena que le cayó encima por corrupción no podría ser ejecutada. No podría ir presa y, a la vez, podría ejercer el cargo de legisladora para el que eventualmente fuera elegida. El resultado político y social sería peor para los jueces supremos si, encima, ellos confirmaran la condena de las instancias anteriores luego de que Cristina Kirchner se hiciera de los fueros.
Por eso, tal vez no estemos tan lejos del momento en que se sepa definitivamente si Cristina Kirchner irá a la cárcel (ya tiene edad para cumplir la prisión en su casa, aunque esa será siempre una decisión del juez) y si podrá –o no– ser candidata en las cercanas elecciones legislativas. Ella puede actuar una amnesia sobre su destino, pero no puede eliminar el destino.
Los jueces son sordos y mudos cuando se les pregunta por el contenido de futuras sentencias. Tienen razón. Si adelantaran públicamente sus opiniones, podrían ser luego recusados por prejuzgamiento. Pero se pueden sacar conclusiones analizando la historia judicial y las decisiones que la Corte tomó en los últimos días. Veamos la historia. Raras veces ese encumbrado tribunal cambió las decisiones coincidentes de otras instancias. De hecho, la Cámara de Casación fue creada como última instancia del fuero penal federal, que es el que investiga, condena o absuelve a los funcionarios públicos acusados de corrupción. Sin embargo, la Corte suele intervenir cuando hay disidencia entre la sentencia de los tribunales inferiores; por ejemplo, cuando un tribunal oral decide una cosa y la Cámara de Casación resuelve otra, totalmente distinta. En tales casos, le requiere lo que se llama un doble conforme, para ratificar alguna de esas sentencias contradictorias, a un tribunal independiente de aquellos dos. Los tiempos de la Justicia se vuelven entonces insoportablemente largos. Pero tal discordancia no se da en este caso porque los dos tribunales anteriores coincidieron en todo. Solo el jefe de los fiscales, Eduardo Casal, pidió una pena más grave para la actual jefa del peronismo (12 años de prisión) y que se califique el delito que cometió también como asociación ilícita. Casal solo cumplió con su deber de respaldar a su subalterno, el fiscal de la Cámara de Casación, Mario Villar, que pidió lo mismo. No obstante, el dictamen de Casal no es vinculante con la decisión de la Corte; es decir, este tribunal puede tenerlo en cuenta o no.
Detengámonos también en los últimos días. El jueves último, la Corte Suprema ratificó la condena de Lázaro Báez y sus hijos por el lavado de dinero en la causa llamada “ruta del dinero K” o “la Rosadita”, por un departamento en Puerto Madero donde se contaban los dólares que luego se giraban en negro al exterior. También ordenó que se incluyera a Cristina Kirchner en la investigación posterior de esta causa. En rigor, ese lavado de dinero está relacionado con la causa Vialidad, por la que la expresidenta ya fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. El dinero que Vialidad le pagaba a Lázaro Báez en blanco (el Estado siempre paga en blanco, salvo los fondos reservados de la SIDE) con sobreprecios o por obras públicas que no había terminado tenía que ser convertido en negro para costear los sobornos. Parte de ese dinero negro se volvía a blanquear luego, para que la familia Kirchner pudiera hacer uso de esos recursos, en los hoteles de Hotesur o en los edificios de Los Sauces, donde volvía a aparecer Lázaro Báez como inverosímil inquilino de hoteles y edificios que no necesitaba. La ratificación de la condena de Lázaro Báez por lavado de dinero, y la orden de la Corte de que sigan investigando a Cristina Kirchner en esa causa, permite inferir que el decisivo tribunal de Justicia se inclina hacia otra confirmación: la de la condena por el caso Vialidad.
En síntesis, Cristina Kirchner podría estar más cerca de la cárcel que del Parlamento y podría tropezar definitivamente con la prohibición de ser legisladora en cualquier Congreso o funcionaria en cualquier lugar del Estado. La conclusión es muy simple: nunca hubiera existido un Lázaro Báez como dispendioso millonario de una fortuna que nunca tuvo antes sin la complicidad de los Kirchner. Además, en ninguna instancia de los tribunales –menos aún en las cercanías de la Corte Suprema– se quiere seguir profundizando el desprestigio de la Justicia. “El caso de la jueza Julieta Makintach cruzó cualquier frontera hacia la indignidad de la Justicia y eso la sociedad lo sabe”, se escuchó en altos despachos de la Corte Suprema. Aluden a la jueza que integró el tribunal oral que indagaba si hubo culpas en la muerte prematura de Diego Maradona; la magistrada participaba de una miniserie documental sobre el caso sin que sus colegas lo supieran y en la que ella era la principal actriz. El juicio se anuló y deberá comenzar de nuevo. Por estar Maradona en el centro del escándalo, el desprestigio de la Justicia argentina se convirtió en una noticia del mundo mundial (Felipe González dixit).
En ese contexto en el que es probable que estemos viviendo las vísperas de decisiones importantes, se abrió un debate en el Senado sobre el número de miembros que debe tener la Corte Suprema. El tribunal está ahora con solo tres miembros y sus decisiones se tornan difíciles, sobre todo porque no existe una buena convivencia de los dos jueces que integran su conducción (Rosatti, presidente, y Rosenkrantz, vicepresidente) con el tercero, el expresidente de la Corte Ricardo Lorenzetti. Los fallos del tribunal deben ser ahora resueltos por la unanimidad de los tres porque son cinco los jueces que integran la Corte, aunque faltan dos. Prueba de esas discordias fue la decisión que tomaron el jueves Rosatti y Rosenkrantz de disolver el Centro de Información Judicial, una creación de Lorenzetti, en sus tiempos de presidente del tribunal, y de su asesora de prensa, María Bourdin. La mayoría de la Corte, que puede existir para estas decisiones administrativas, consideró que había una innecesaria abundancia de agencias de información sobre las decisiones de la Justicia.
En el Senado existen varios proyectos para ampliar el número de miembros de la Corte Suprema. En las supuestas negociaciones entre el Gobierno y el peronismo caracolea el interés mutuo de nombrar cada uno más jueces supremos. Uno de los proyectos es del senador salteño Juan Carlos Romero, cuyo hijo adelantó que su padre aspira a una reelección en los comicios de octubre. ¿Cerca de Milei? Es posible. Romero es un político coherente con su política de adhesión a los sucesivos oficialismos; él propuso una Corte de siete miembros, no de cinco. La neuquina Sofía Sapag, cercana al peronismo, se engolosinó con los jueces y planteó llevar a quince el número de miembros de la Corte. Un tercer proyecto, de la rionegrina Mónica Silva, propuso volver al número de nueve jueces supremos, la cantidad que existió durante la gestión de Carlos Menem.
Pero ¿es cierto que hay embrionarias negociaciones entre Milei y Cristina Kirchner, como se asegura? Todo indica que sí. No serían cuestionables si ellos se ponen de acuerdo en nombres de juristas intachables, profesional y moralmente, para integrar el máximo tribunal con los dos jueces que faltan. Ya se vio con los casos de Manuel García-Mansilla, incuestionable jurista, y del polémico Ariel Lijo que sin Cristina Kirchner es imposible llegar a los dos tercios de los votos del Senado que exige la Constitución para el acuerdo senatorial de los jueces de la Corte. Cristina es necesaria, pero no suficiente. Los votos del radicalismo también son imprescindibles. La negociación política entre el Presidente y su adversaria peronista es aceptada también por las más altas instancias de la Justicia. ¿Cómo designar a los jueces supremos, si no? El número actual de miembros de la Corte, cinco, fue una propuesta de la entonces senadora Cristina Kirchner en 2006, cuando su marido era el presidente del país. ¿Cambió de opinión? En 2006, la ahora expresidenta se explayó sobre los beneficios de una Corte de cinco miembros delante de un reducido grupo de periodistas al que convocó en su despacho del Senado. Éramos: Marcelo Longobardi, Eduardo van der Kooy, Horacio Verbitsky y quien esto escribe. En rigor, tenía razón hace casi 20 años y aquellos argumentos siguen siendo válidos. Una Corte numerosa no hará más que retrasar la resolución de los casos porque serán más las personas que deban ponerse de acuerdo. No deberían dar tantas vueltas: la Corte tiene que estar integrada según su número actual de jueces.
Hubo excelentes jueces de la Corte nombrados por distintos presidentes (como también hubo varios esperpentos). Raúl Alfonsín designó a jueces de la talla de Carlos Fayt o Enrique Petracchi; Menem nombró, por ejemplo, al recordado Gustavo Bossert; Eduardo Duhalde llevó a la Corte a Juan Carlos Maqueda, quien se acaba de jubilar y tuvo una trayectoria impecable durante 22 años en el máximo tribunal; Néstor Kirchner designó a Carmen Argibay, una jueza independiente e irreprochable, y Mauricio Macri nombró a los actuales Rosatti y Rosenkrantz, honestos y bien formados intelectualmente. Si Milei propuso también al destacado García-Mansilla, ¿por qué los dos, él y Cristina, no podrían acordar los nombres de dos juristas sin máculas? Es cierto que ahora hay un problema nuevo y consiste en la frágil situación judicial de Cristina Kirchner; ella cree que solo la Corte podría salvarla de una cárcel larga, aunque la cárcel sea su propia casa. Dejó trascender que quiere que la dejen proponer a una mujer que exprese sus ideas. La primera parte es razonable, porque si no hubiera una mujer (o dos), la Corte quedará integrada solo por hombres. La segunda parte, la que habla de alguien que exprese sus ideas, es lo que advierte y alarma a no pocos jueces y dirigentes políticos. ¿Habla de sus amigas? Milei solo podrá reclamarle a Cristina la calidad necesaria en sus postulaciones si él, al mismo tiempo, hace propuestas razonables y consensuadas. Resulta que ellos pelean y negocian (no son cosas incompatibles) la integración de la Auditoría General de la Nación. En esta cuestión tiene más interés el Presidente que Cristina Kirchner. La Auditoría, que según la Constitución debe estar en manos de la oposición, tendrá que auditar la gestión de Milei. Los dos le niegan al radicalismo los lugares que le corresponden. El jefe del Estado está en condiciones políticas y electorales de dar el ejemplo y mostrarse predispuesto a que lo controlen. Desafiada hasta por Axel Kicillof, Cristina Kirchner percibe, en cambio, que se acerca dramáticamente la hora de su crepúsculo.
03/06/2025 a las 2:27 PM
MUY BUENA ELECCION EN LA EVOCACION DEL PERSONAJE, BIEN POR KRUSE.
BERTRAND RUSSELL, FUE UN FILOSOFO ATEO DE ALTA CALIDAD MORAL Y ETICA IMPLACABLE, QUE TUVO LA OSADIA DE ENFRENTARSE A LA IGLESIA Y SUFRIO EN VIDA SU PERSECUCION E INTENTOS DE OSTRACISMO.
EXTRAEMOS DE UN ARTICULO PUBLICADO, LO
SIGUIENTE:
«La religión se basa, principalmente, a mi entender, en el miedo. Es en parte el miedo a lo desconocido, y en parte, como dije, el deseo de sentir que se tiene un hermano mayor que va a defenderlo a uno en todos sus problemas y disputas.
El miedo es la base de todo: el miedo a lo misterioso, el miedo a la derrota, el miedo a la muerte. El miedo es el padre de la crueldad y, por lo tanto, no es de extrañar que la crueldad y la religión vayan de la mano. […] Tenemos que mantenernos en pie y mirar al mundo a la cara: sus cosas buenas, sus cosas malas, sus bellezas y sus fealdades; ver el mundo tal cual es y no tener miedo de él.
Conquistarlo mediante la inteligencia y no solo sometiéndonos al terror que emana de él. Toda nuestra concepción de Dios es una concepción derivada del antiguo despotismo oriental. […]
Un mundo bueno necesita conocimiento bondad y valor; no necesita el pesaroso anhelo del pasado, ni el aherrojamiento de la inteligencia libre mediante las palabras proferidas hace mucho por hombres ignorantes.
Necesita un criterio sin temor y una inteligencia libre. Necesita esperanza en el futuro, no el mirar hacia un pasado muerto, que confiamos que sea superado por el futuro que nuestra inteligencia puede crear.
Bertrand Russell
03/06/2025 a las 2:59 PM
Profunda reflexión de Russell. Gracias por publicarla Ironics.
03/06/2025 a las 5:43 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
En mayo, Milei le robó más de $180.000 a cada jubilado con haber mínimo
Marcelo Mache
Prensa Obrera
2/6/025
La política de ajuste previsional que el gobierno desenvuelve contra los jubilados está haciendo estragos en el poder adquisitivo de los adultos mayores, representando una pérdida significativa en los haberes jubilatorios gracias a los cambios introducidos por el gobierno de Javier Milei. Este miércoles 4 de junio se espera una nueva concentración masiva de jubilados frente al Congreso, confluyendo con la manifestación por el Ni una Menos, que no desiste ante los embates represivos de los “libertarios”.
El gobierno nacional ha tomado de punto a los jubilados, en lo que es su política criminal de ajuste fiscal, a tal nivel que en todo 2024 las jubilaciones explicaron el 19,2% del recorte total del Sector Público Nacional, solo por detrás de la obra pública paralizada.
El reciente informe de Movilidad previsional: análisis de las actualizaciones jubilatorias con el DNU de Milei del Cepa, de mayo del 2025, ofrece una explicación de lo obrado por el gobierno, comparando los aumentos de los haberes previsionales durante el actual mandato con los que hubieran correspondido con la anterior fórmula. La conclusión: Milei ya le quitó más de $180.000 por mes a los jubilados.
El primer gran dato a considerar es que mientras la jubilación mínima (sin bono) alcanzó los $304.726 en junio del 2025, de haberse aplicado la fórmula precedente –que combinaba en partes iguales la recaudación de la seguridad social y los salarios según el Ripte- se ubicaría en $403.302, es decir, un 32,3% por arriba.
A esto cabe agregarle lo sucedido con el bono “compensatorio”, que se encuentra congelado en $70.000, por lo que el ataque contra el poder adquisitivo de las jubilaciones opera por dos frentes, con la licuación de esta suma adicional. De seguir la evolución del haber mínimo el bono debería haber ascendido a $158.658, más que el doble.
Milei fundamentó su reforma previsional en una indexación de los haberes a la inflación con dos meses de retardo y el congelamiento del bono, pero luego de un abrupto ajuste inducido en los primeros meses de su gobierno con la devaluación y la disparada inflacionaria, solo compensada parcialmente (12,5% por única vez).
Esta situación se combinó con otra política contra los jubilados impulsada por el gobierno que es la restricción a los medicamentos gratuitos del Pami y los recortes en la cobertura del organismo, que repercuten en mayores gastos de los adultos mayores. Más aún en un contexto donde el gobierno habilitó la suba indiscriminada de los medicamentos, con una canasta Pami que aumentó 394,2% desde la llegada de Milei hasta abril del 2025: 185,9 puntos porcentuales por arriba de lo que subió la mínima con bono y 150,3 p.p. por encima de los precios.
Además, el Ejecutivo nacional ha liquidado la moratoria previsional, y con esta la posibilidad de cientos de miles de adultos mayores de acceder a su jubilación, dejando abierta solo la puerta para una Puam que representa un valor inferior a la ya vapuleada jubilación mínima.
El gobierno nacional adelantó que vetará cualquier proyecto de ley aprobado por el Congreso que plantea alguna recomposición de los haberes de los jubilados, como ya lo hizo una vez, alegando la falta de presupuesto. El ministro Guillermo Francos manifestó que “no existen los recursos, en particular del sistema previsional, donde tenemos un trabajador y medio activo por cada jubilado”.
El gobierno que se jacta de una supuesta recuperación del empleo y la actividad económica no puede explicar entonces esta contradicción: la política económica de Milei está destruyendo los puestos de trabajo y alentando las contrataciones informales (reforma antiobrera de la Ley Bases), la precarización y el fraude laboral, y desfinanciando la Anses.
La acción que las y los jubilados sostienen todos los miércoles frente al Congreso de la Nación contra su valor al calor de esta ofensiva antijubilatoria, marcando el camino para el conjunto de los jubilados y trabajadores. De allí que el gobierno ataque a los manifestantes y los reprima con saña ante cada concentración. Un movimiento de lucha que recibe la solidaridad de todos los sectores y que ha protagonizado manifestaciones masivas contra el gobierno. Este miércoles 4 de junio, como todos los miércoles, todos al Congreso con los jubilados contra el ajuste de Milei.