Por Hernán Andrés Kruse.-
El 3 de julio se conmemoró el septuagésimo noveno aniversario del nacimiento de un destacado filósofo francés, cultor de una filosofía fenomenológica combinada con un uso posmoderno de la teología. Jean-Luc Marion nació en Meudon el 3 de julio de 1946. Estudió filosofía en la Universidad de Nanterre (París X) y en la Sorbona. A posteriori estudió filosofía en la École Normale Supériure junto a Lévinas, Derrida, Althusser, Jean Beaufret y Michel Henry. Coronó sus estudios en 1980 con el doctorado. De forma paralela, se interesó por la teología, bajo la influencia de Louis Bouyer, Jean Daniélou, Henri de Lubac y Hans Urs von Balthasar. Comenzó a enseñar filosofía en la Universidad de Poitiers, hasta que fue nombrado Director de Filosofía en París X-Nanterre. A partir de 1996 ocupó el mismo cargo en la Universidad de París IV (Sorbona). Hoy ejerce la docencia en la Universidad de Chicago y en la Sorbona (fuente: La Enciclopedia Libre).
Buceando en Google me encontré con un ensayo de Francisco Novoa Rojas (Universidad Católica de la Santísima Concepción-Región del Bío Bío-Chile) titulado “El replanteamiento de la filosofía según Jean-Luc Marion” (Mutatis Mutandis: Revista Internacional de Filosofía-Volumen 11-2024). Expone con meridiana claridad la filosofía de Marion.
INTRODUCCIÓN
“En el inicio de Phénoménologie de l’extraordinaire, Emmanuel Falque señala que, para Jean Luc Marion, “las referencias a la historia de la filosofía no tienen otra finalidad que prescindir de ella”. Este enunciado introduce una concepción de la filosofía, en Marion, como una disciplina que no solo cuestiona sus propios fundamentos y límites, sino que también desafía las interpretaciones convencionales a lo largo de su historia. Frente a esta definición de Falque, cualquier lector asiduo de la fenomenología reconocerá la influencia que ha tenido Heidegger en la concepción que Falque entiende de Marion. Heidegger, en su obra ¿Qué es la Filosofía?, define esta disciplina como una búsqueda del ser que trasciende la simple acumulación de conocimientos o de prácticas académicas. Describe la filosofía como un tipo de competencia teórica (episteme theoretike) que se enfoca en mantener el ente a la vista y en comprender su ser, lo que implica un acto de presencia continua y atención al ser más allá de la mera recopilación de hechos o datos.
Según Heidegger, esta conceptualización subraya que la filosofía es fundamentalmente un diálogo constante con su propia historia y esencia, rechazando cualquier intento de reducirla a una fórmula estática o a un conjunto de respuestas definitivas, tal como él considera que hace la metafísica (como señala en la concepción del mundo y su relación con la filosofía). En el mismo sentido, Jean-Luc Marion, en textos como Le Phénomène Érotique y Limites et Finitude, ofrece una visión de la filosofía que reúne perspectivas existenciales y epistemológicas.
En Le Phénomène Érotique, Marion explora el deseo de conocer como una motivación fundamental para la filosofía, argumentando que este deseo va más allá de la simple búsqueda de información o verdad y se constituye también en una búsqueda de placer y autocomprensión a través del otro, es decir, por medio del amor. Marion sostiene que todos los hombres desean conocer, en clara relación a Aristóteles, porque el conocimiento proporciona una forma de goce, un placer que describe como “el más excitante, el más duradero y el más puro de los placeres”. Esta perspectiva introduce una dimensión erótica al deseo de conocer, posicionando el acto de conocimiento como un medio para “gozar de uno mismo a través de conocer”, más que un fin en sí mismo.
En Limites et Finitude, Marion aborda la filosofía desde una perspectiva diferente, enfocándose en sus límites y su capacidad para definir y delimitar el conocimiento. Argumenta que la filosofía es única en su capacidad de redefinirse continuamente cada vez que intenta tomar la palabra, lo que la sitúa en un rol que trasciende otras disciplinas. Marion afirma que la filosofía “debe redefinirse a sí misma, identificar el lugar en el que su crítica puede provocar una crisis y, a través de esta decisión, brindar una oportunidad y una posibilidad de racionalizar, describir, decir y arrojar luz sobre una situación que, de otro modo, seguiría siendo confusa, ininteligible y potencialmente peligrosa”. Esta capacidad de autodelimitación posiciona a la filosofía como una disciplina de constante autorreflexión y redefinición, una tarea que Marion considera esencial para la práctica filosófica.
Además, así como Heidegger, Marion también explora la relación entre la filosofía y la certeza, cuestionando si la búsqueda de certeza es realmente un objetivo válido para la filosofía. El alemán propone que la filosofía, entendida como la búsqueda del ser, implica una confrontación constante con la verdad del ser, una verdad que no se limita a una certeza empírica o científica. Este enfoque desafía la noción de certeza objetiva, planteando que la filosofía debe estar abierta a la interpretación y al cuestionamiento continuo. Marion, en Límites y Finitud, por su lado, profundiza en cómo la filosofía establece y reconoce los límites del conocimiento humano, enfatizando la finitud como una condición trascendental sine qua non a toda experiencia. Marion plantea que la finitud del ser humano no solo determina los límites de lo que puede ser conocido, sino que también establece el marco dentro del cual todo conocimiento debe ser interpretado, en la misma sintonía que propone en Reprise du donné. Esto se refleja en su afirmación de que “dado que identifica los límites, los establece y eventualmente los retrocede, la filosofía se encarga de los límites: por eso, no tiene ninguno”. (2016b, p. 148).
A pesar de las diversas interpretaciones que se pueden derivar de su obra, Jean-Luc Marion aborda en varios pasajes su concepción de la filosofía. No obstante, dedica de manera particular a esta temática sus libros La métaphysique et après y Le visible et le révélé. En el primero, el fenomenólogo francés dedica los cuatro primeros apartados al análisis de la historia y el método filosófico. Adicionalmente, en el segundo, explora la cuestión de la “filosofía cristiana”. Centrándonos en tales textos, este artículo busca determinar la concepción de filosofía según Marion, complementando el análisis con referencias a otros trabajos del autor y las referencias que adquiere de la tradición en nuestro tercer apartado. Para ello, adoptamos una metodología documental exegética en los dos primeros apartados, seguida de un análisis hermenéutico en el tercer apartado, donde sostendremos nuestra hipótesis: la filosofía, según Marion, no es meramente un descarte, como podría sugerir Falque, sino un constante rehacer. Esto, evidentemente, viene a complementar el debate existente en torno a la obra de Marion sobre la comprensión de la fenomenología, sobre la condición de filosofía primera, la relación con la ecología y la dimensión práctica del fenomenólogo francés. Por nuestra parte, por tanto, ofrecemos una dilucidación sobre la comprensión que mantiene el filósofo de la Academia Francesa respecto a la filosofía”.
LA FILOSOFÍA EN LA MÉTAPHYSIQUE ET APRÈS
“Jean Luc Marion inicia su discusión en torno a la filosofía y su historia con una observación disruptiva: la filosofía, para existir como tal, debe estar en diálogo constante con su propia historia. Marion no se refiere a la historia como una simple cronología de ideas, sino como una trama viva de interrogantes, problemas latentes y conceptos en evolución. La filosofía no puede comprenderse fuera de este contexto histórico, ya que sus preguntas fundamentales están entrelazadas con las respuestas y fallos de los filósofos anteriores. Marion se opone así a la visión lineal del progreso académico, donde lo nuevo sustituye y cancela lo anterior. Más bien, sugiere que la filosofía avanza a través de un diálogo incesante, donde el pasado sigue interviniendo en el presente.
En su crítica a la idea de progreso filosófico, Marion aborda la cuestión de la temporalización del saber. A diferencia de las ciencias empíricas, que pueden relegar a la irrelevancia las teorías superadas, la filosofía no tiene ese privilegio. Este enfoque marca una diferencia sustancial entre el saber científico y el filosófico. Mientras las ciencias buscan resultados definitivos acumulativos, la filosofía trabaja con preguntas abiertas que permanecen activas. Marion destaca que el progreso en filosofía no implica la cancelación de lo anterior, sino una reformulación continua de los mismos problemas, tal como lo indica en Dieu sans l’être al analizar el caso de Tomás de Aquino, en relación con la posición de la filosofía respecto al concepto de superar las propuestas anteriores.
Nuestro autor también ofrece una crítica implícita a las ciencias empíricas o positivas y su relación con la filosofía. Mientras las ciencias definen sus objetos mediante la instauración de métodos que les permiten medir aspectos de la realidad, Marion observa que este proceso deja fuera del estudio todo aquello que no puede ser parametrizado. Para él, la filosofía no debe seguir este camino, ya que su objeto es siempre más complejo que lo que cualquier método científico puede captar. Así, Marion enfatiza que la filosofía deconstruye la objetividad misma, mostrando cómo cualquier objeto es, en última instancia, una construcción abstracta. En este punto, Marion retoma la crítica husserliana a la crisis de las ciencias, sugiriendo que la filosofía tiene la tarea de recordar a las ciencias sus propios límites.
En lo que respecta al modo de hacer filosofía, Marion intenta terminar lo que considera una concepción errónea del método en la disciplina. Argumenta que la filosofía no debe estar sujeta a las reglas estrictas de un método, como ocurre en las ciencias naturales, en cambio, esta debe ir más allá de los procedimientos fijos, manteniéndose abierta a las interrogantes que no pueden ser abordadas mediante un solo enfoque metodológico. Para ilustrar este punto, Marion revisa el concepto de método, contrastándolo con su aplicación en las ciencias empíricas, que delimitan sus objetos y dejan fuera todo lo que no puede medirse. Esto, según él, sofoca la capacidad de la filosofía para cuestionarse a sí misma.
Marion también analiza la historia de la metodología en filosofía, mostrando cómo el afán por encontrar un método definitivo ha sido una tentación recurrente desde Descartes hasta el positivismo lógico. Sin embargo, la filosofía no puede reducirse a una metodología, ya que su objeto -si es que puede hablarse de “objeto” en filosofía- es más complejo que lo que cualquier método científico puede captar. Esta crítica conecta con su comprensión sobre la fenomenología y su rechazo de la cientificidad como modelo para el conocimiento filosófico.
Un aspecto clave es la insistencia de Marion en que la filosofía no debe evitar las paradojas, sino más bien habitarlas y explorarlas. Al examinar diversas paradojas filosóficas, como la relación entre ser y no-ser, o pensamiento y existencia, Marion sostiene que estas son puertas de entrada a una comprensión más profunda del ser. Las paradojas, lejos de ser obstáculos, son esenciales para abrir nuevas posibilidades de pensamiento. Este enfoque encuentra su eco en la dialéctica hegeliana y las críticas al sentido común presentes en Nietzsche y Wittgenstein. Para Marion, el filósofo debe resistir la tentación de clausurar el sentido mediante métodos demasiado rígidos o simplificaciones.
Marion luego propone la “cuádruple lectura” de los textos filosóficos, organizada en torno a cuatro dimensiones: la histórica, la textual, la conceptual y la fenomenológica. Cada una ofrece una perspectiva distinta sobre el texto y juntas permiten una comprensión más rica y compleja de los problemas filosóficos. En la dimensión histórica, Marion sostiene que ningún texto filosófico puede comprenderse completamente fuera de su contexto histórico. Esto incluye no solo la época en la que fue escrito, sino también los debates filosóficos que lo enmarcan y las tradiciones a las que responde. Marion sigue aquí la tradición hermenéutica de autores como Gadamer, insistiendo en la importancia de situar los textos en su contexto histórico para captar su sentido completo.
Marion va más allá de una hermenéutica contextualista al argumentar que el contexto no solo influye en la comprensión del texto, sino que también moldea cómo se formulan las preguntas filosóficas. De este modo, los textos no son respuestas universales a preguntas atemporales, sino respuestas situadas a preguntas históricamente condicionadas. Esta postura desafía la lectura “ahistórica” típica en algunas corrientes contemporáneas, como la filosofía analítica.
La dimensión textual se refiere al análisis detallado de la estructura y la argumentación del texto, enfocándose en cómo las elecciones estilísticas del autor contribuyen a la construcción de su argumento. Marion sugiere que el análisis textual es fundamental para desentrañar el significado profundo del texto filosófico, y enfatiza la necesidad de atender a la retórica y la forma, no solo al contenido conceptual.
En cuanto a la dimensión conceptual, Marion busca identificar las ideas clave que estructuran el texto. Según él, los conceptos filosóficos no son simples etiquetas, sino vehículos que transportan sentido y abren nuevas posibilidades de pensamiento. Esta noción se conecta con la tradición cartesiana y kantiana, donde los conceptos son fundamentales para la construcción del conocimiento. Sin embargo, Marion sugiere que los conceptos no solo son herramientas para obtener conocimiento, sino también modos de acceso a nuevas formas de ser.
Finalmente, la dimensión fenomenológica se centra en la experiencia del lector al enfrentarse al texto. Para Marion, un texto filosófico no es un conjunto de ideas abstractas, sino una experiencia vivida que transforma al lector. Retomando la tradición fenomenológica de Husserl y Ricoeur, Marion argumenta que la lectura filosófica es en sí misma un acto fenomenológico: el lector es un participante activo y pasivo en lo que refiere al significado del texto.
Marion, además, desarrolla una reflexión profunda sobre la relación entre filosofía y tradición, sugiriendo que la tradición no es un peso muerto que deba ser dejado atrás, sino una fuente inagotable de interrogantes. La filosofía no puede desvincularse de su tradición, pero al mismo tiempo debe cuestionarla recurrentemente. Aquí, Marion encuentra una paradoja: la filosofía depende de la tradición para existir, pero también debe destruir o superar partes de ella para avanzar. Utilizando a san Agustín como ejemplo, Marion ilustra cómo la tradición filosófica es tanto una fuente de verdad como de conflicto, lo que obliga a la filosofía a confrontarla y a revelar sus contradicciones internas.
La paradoja entre tradición y progreso filosófico es central en la comprensión filosófica de Marion. La tradición proporciona a la filosofía su vocabulario y sus marcos conceptuales, pero también la limita, ya que las respuestas del pasado no siempre son suficientes para los problemas del presente. La tarea del filósofo, entonces, es navegar este conflicto, utilizando la tradición como punto de partida, pero también como algo que debe ser continuamente reinterpretado. Esta reinterpretación, según Marion, es lo que permite a la filosofía generar nuevas preguntas y avanzar sin perder de vista sus raíces”.
23/08/2025 a las 11:57 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Punto y coima
Luis Bruschtein
Página/12
23 de agosto de 2025
Un gobierno que le saca a los más vulnerables, es un gobierno de miserables, por más que diga que lo hace para ordenar las cuentas. El mismo día que el oficialismo defendió el abandono a la discapacidad por parte del Estado, se conoció que el organismo del Estado para la discapacidad era un nido de corrupción con el dinero de los discapacitados.
La frase es redundante y usa calificativos que no son de la política. Pero la escena lo amerita. Va más allá de la política y de la escritura. “No es ajuste, es poner las cuentas en orden”, argumentó la senadora radical por Santa Fe, Carolina Losada, el jueves, cuando defendió al oficialismo. El gobierno eligió sacarle a los que menos tienen en vez de ajustar por los que más tienen. Esa fue una elección política y humana.
En estos días el país discutió si sostiene una sociedad madura, un país que contenga a los más vulnerables, a sus adultos mayores, sus jubilados, a sus discapacitados, a sus niños enfermos o si se convierte en una selva de miserables, de todos contra todos y que gane el más fuerte.
El país ve todos los miércoles a una patota de cobardes blindados que apalean a los jubilados; ha visto en las manifestaciones de discapacitados a esa patota arrojar al suelo a una mujer que le faltaba una pierna y a un presidente que descargó su resentimiento con un chico de doce años que lucha por los derechos de la discapacidad; ha visto a una ciega con los ojos en blanco a quien le rechazaban el trámite de su pensión porque dudaban de su ceguera; ha visto a padres que lloraban porque van a cerrar el hospital donde salvaron a sus hijos de la muerte. Ha escuchado a la senadora cordobesa del PRO, Carmen Alvarez Rivero, afirmar que no creía ”que los niños argentinos tengan el derecho de atenderse en el hospital Garrahan”.
Son escenas del país mileísta, ya sean del PRO, de la Libertad Avanza, de los radicales con peluca, de los provincialistas o vecinalistas y de los menemistas. En un periodo de elecciones, están convocando a votar por ese país.
De la mano de Milei, el país se involucró en debates pavorosos. El mundo no es así. No es una cuestión entre buenos y malos. Pero estos debates sobre temas que asustarían al rey de los hunos fueron impulsados por el gobierno. Presupuestos universitarios congelados, hospitales al borde del cierre, como el Bonaparte o el Garrahan, jubilados desvalijados, discapacitados abandonados, investigaciones científicas desmanteladas, rutas nacionales en ruinas. Esos fueron los temas que defendió el gobierno y para los que pide que lo respalden en las elecciones.
Hay un rasgo de crueldad en todos ellos. Y tratar de racionalizar estos temas para justificarlos constituye un rasgo de mayor crueldad aún. Convocar a que respalden esta masacre es una apelación al lado oscuro de las personas, el lado que todos los seres humanos tratan de superar. La libertad que ofrecen estos libertarios es la de liberarse de lo que impide a las personas convertirse en seres ordinarios, antisociales y miserables.
Mintieron al decir que miles retiraban gratis los remedios sin ser jubilados, que había miles de falsos discapacitados que cobraban pensiones y hasta mostraron la radiografía de un perro como argumento, y afirmaron que las universidades públicas eran centros de adoctrinamiento y de lavado de cerebro y dijeron que los hospitales estaban llenos de ñoquis, al igual que antes mintieron con la comida de los comedores populares y dejaron que se pudra en los galpones de almacenamiento. Una sociedad infantilizada puede aceptar esas mentiras. Una sociedad madura no los puede tomar en serio.
El gobierno perdió doce votaciones en Diputados y siete en el Senado, como si la política empezara a sintonizar con el país maduro y dejara atrás el infantilismo de los discursos de odio y la difamación berreta. Un país sin Vialidad, con las rutas destruidas, o sin el control sanitario de medicamentos y alimentos a través de la ANMAT, es inviable. Sacarles el INTA y el INTI a un país cuyas principales exportaciones provienen del agro y del petróleo y el gas es básicamente una estupidez.
Los ajustes en zonas tan sensibles hacen sospechar que algo no funciona. Las grabaciones del titular del ANDIS, la agencia nacional de discapacidad, Diego Spagnuolo, amigo personal de Milei, confirmaron que cuando se proponen ruindades como las que se discutieron estos días en el Congreso, esas propuestas son equiparables al mal olor de algo que está en descomposición.
Las grabaciones no fueron desmentidas. Apuntan a los colaboradores más cercanos del Presidente, su hermana Karina y los primos Lule y Martín Menem. Spagnuolo los señaló como destinatarios de medio millón de dólares mensuales de coimas de los laboratorios que proveen al Estado.
El gobierno afronta una investigación por la estafa con la criptomoneda $Libra, el escándalo por la muerte de cien personas por el fentanilo en mal estado y ahora por las coimas de los laboratorios. El mismo día que el gobierno perdió las votaciones en el Senado y se conocieron los audios de Spagnuolo, se produjeron enfrentamientos entre los hinchas de Independiente y la U de Chile.
Los barrabrava provocaron desmanes y ataques desmedidos, que no estaban en relación con el desarrollo del partido. Pero la violencia de estos incidentes sorpresivos ocupó la primera plana de Clarín, y los escándalos de corrupción aparecieron en un pequeño recuadro. Mientras este medio buscaba disfrazar las derrotas y reveses del gobierno, Milei se fotografiaba con sus candidatos en las próximas elecciones. A su lado estaban los incriminados por los audios de Spagnuolo, Karina Milei y Martín Menem, que no son candidatos.
El juez Sebastián Casanello que investiga las coimas de los laboratorios no está enrolado con los jueces macristas de Comodoro Py y ordenó rápidamente la realización de 14 allanamientos y la incautación de computadoras y celulares de los involucrados.
El gobierno culpó al Congreso por los problemas de la economía. Según su relato, el Congreso es un rehén del kirchnerismo y por eso le votó en contra. Y la inminencia de un regreso del kirchnerismo al gobierno provocó, según Toto Caputo, las turbulencias en el dólar y en sus estrategias financieras.
Lo cierto es que sectores del poder económico ya miran con desconfianza hacia el futuro del gobierno libertario. Y un síntoma muy fuerte ha sido la dificultad para conseguir una entrevista con Donald Trump en la Casa Blanca durante el inminente viaje presidencial a Estados Unidos, donde asistirá al espectáculo de su ex novia Fátima Florez en Las Vegas. Todavía no pudo confirmar el encuentro con el presidente norteamericano.
El desgaste de este gobierno sobrevino con la misma rapidez que las medidas que tomó. Ha perdido aliados importantes que no podrá reemplazar con una elección si no es arrasadora. Y en las semanas que vienen deberá sobrellevar las secuelas de estas investigaciones. Spagnuolo afirmó en los audios que guardó pruebas de los delitos “para no quedar pegado”.
23/08/2025 a las 12:02 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
House of Cards a la criolla
Mónica Gutiérrez
Infobae
23/8/025
La primera semana de la doble campaña ensamblada fue difícil para el oficialismo libertario. Algo no funciona en el corazón político del Gobierno: los bornes que articulan el triángulo de hierro están sulfatados.
No se trata solo del malestar entre los soldados celestiales por haber sido excluidos de las listas provinciales; hay algo más pesado, vinculado al armado electoral de cara a octubre.
Las profundas diferencias sobre la estrategia comicial, que enfrentan al asesor estrella Santiago Caputo —líder de Las Fuerzas del Cielo— con la avanzada terrenal de la hermana presidencial, secundada por el equipo de los Menem, empiezan a pasar inquietantes facturas.
La avasallante conformación de alianzas que “el Jefe” forzó en varios distritos dejó un tendal de heridos que ninguna ambulancia partidaria logró recoger ni contener a tiempo.
La decisión de ir con los propios, desplazando a dirigentes con trayectoria parlamentaria, tuvo un altísimo costo en las sesiones de esta semana, cuando se trataron temas de extrema sensibilidad.
Legisladores que hasta hace poco eran aliados incondicionales mutaron en electrones libres, dispuestos a votar por cuenta propia.
El miércoles, en una sesión electrizante, Diputados volteó el veto de Milei a la ley de emergencia en discapacidad con una mayoría abrumadora: 172 votos a favor, 73 en contra y 2 abstenciones, muy por encima de los dos tercios requeridos. María Eugenia Vidal y Gabriela Besana se abstuvieron, pese a que inicialmente habían votado contra el proyecto. Solo febriles gestiones de último minuto lograron blindar el veto a la suba de las jubilaciones y al ajuste del bono.
Santiago Caputo se involucró personalmente en las negociaciones con gobernadores que permitieron sostener, apenas, la voluntad presidencial de no aumentar las jubilaciones. El asesor todoterreno salió a enmendar sobre la marcha los daños ocasionados por el avance territorial del karinismo.
Su empeño no alcanzó para frenar la aprobación del proyecto de los gobernadores que ordena que el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) se reparta de forma diaria y automática según los criterios de la coparticipación federal.
Mientras Caputo proponía negociar alianzas sin confrontar en distritos naturalmente aliados —como forma de proteger hacia adelante las políticas nodales del Gobierno—, en la práctica se impuso la impronta de “el Jefe”, avalada por el propio Milei: ir con los propios a cualquier costo. La jugada enojó aún más a los gobernadores.
La sostenida política de golpear tanto a afines como a opositores se está volviendo demasiado costosa para el partido de la libertad.
En la madrugada del viernes, en otra jornada negra para el oficialismo, el Senado convirtió en ley la emergencia de la salud pediátrica y de las residencias nacionales, que obliga al Ejecutivo a financiar al Hospital Garrahan y a las universidades. En ambos casos, con mayoría de más de dos tercios. También fueron derogados cinco decretos de Federico Sturzenegger que reducían la estructura del Estado.
La mayoría obtenida garantiza un cortafuegos frente al casi seguro veto presidencial.
Milei calificó lo ocurrido en el Congreso de “espectáculo macabro”. Acusó al Parlamento de estar secuestrado por el kirchnerismo y de buscar la quiebra del país. Desde allí le respondieron con discursos feroces: Juliana Di Tullio replicó que lo que Milei quiere es cerrar el Congreso.
En una suerte de House of Cards a la criolla, la interna que agita la mesa chica libertaria sumó nuevos capítulos.
A la embestida contra el ministro de Salud, Mario Lugones —cuestionado por la tragedia del fentanilo contaminado—, se agregó la filtración de audios del titular de la Agencia de Discapacidad (ANDIS). Diego Spagnuolo, ex abogado y amigo personal de Milei con acceso directo a Olivos, asegura en una grabación clandestina que Eduardo “Lule” Menem integra un entramado de corrupción en la compra de medicamentos.
El material se difundió apenas horas antes del debate de la emergencia en discapacidad. Demasiada precisión para atribuir al azar: imposible no pensar en un carpetazo.
Más allá de intrigas, tanto el fentanilo asesino como los audios golpean en el centro mismo del poder.
En el caso de la contaminación masiva, el Estado quedó expuesto en su incapacidad de prevenir una tragedia sanitaria evitable con controles básicos. La justicia apartó al Ministerio de su rol de querellante para investigar la responsabilidad de los funcionarios.
El escándalo de los audios mostró a un oficialismo paralizado, incapaz de controlar daños. La respuesta fue echar al denunciante y a Daniel María Garbellini, director de Acceso a los Servicios de Salud de ANDIS.
La oposición kirchnerista fue mucho más rápida: gatilló pedidos de informes en la sesión más caliente de Diputados. Gregorio Dalbón presentó una denuncia judicial y la justicia intervino de inmediato.
Spagnuolo, a quien el oficialismo no pudo localizar en las horas posteriores a la filtración, fue hallado este viernes en un allanamiento en un barrio privado de Pilar. La policía le secuestró dos teléfonos, una computadora, una máquina para contar billetes y documentación. En paralelo, al empresario Emmanuel Kovalivker, de la Droguería Suizo Argentina, se le incautaron teléfonos, pasaporte, U$D 26.600 y 7 millones de pesos.
Jonathan Kovalivker, hermano del anterior, desapareció minutos antes del allanamiento de su casa en Nordelta de donde partió dejando una de sus tres cajas de seguridad abiertas. En una de las restantes se hallaron U$D 50.000.
El juez dispuso la prohibición de salir del país a todos los allanados, incluído el denunciante Diego Spagnuolo.
La denuncia de Dalbón, abogado del entorno de Cristina Fernandez de Kirchner, pide investigar por cohecho, administración fraudulenta, negociaciones incompatibles, violación a la ética pública y posible asociación ilícita.
El arranque de la campaña queda atravesado por estas crisis que el Gobierno prefiere ignorar. Milei apuesta a teñir de violeta el mapa de octubre con un discurso polarizador.
Nada de esto parece descolocarlo. Su narrativa logró confundir al arco opositor: mientras el kirchnerismo aparece como rival principal, los partidos de centro derecha lucen desorientados, sin articular una respuesta a la demanda social.
La pregunta es si al votante promedio, no radicalizado, le alcanza con los dos ejes de Milei: derrotar al kirchnerismo y sostener el equilibrio fiscal.
“Milei no tiene a quién ganarle”, dijo el politólogo Pablo Semán, una definición ajustada al momento.
Las listas de LLA combinan sobrevivientes de la implosión de Juntos por el Cambio con libertarios incondicionales y outsiders del espectáculo, el deporte y el show business.
Mientras tanto, la oposición aparece hiper fragmentada. Los intentos de una tercera vía se deshicieron antes de inscribir candidatos.
Interlocutores con experiencia advierten un cambio absoluto en la cultura política que la dirigencia no logra registrar, lo que se traduce en desconcierto e incapacidad de ofrecer alternativas que interpreten el momento.
El mapa político se reconfigura a una velocidad de vértigo. La oferta no ordena la demanda, y muchos que batallaron contra el kirchnerismo pero objetan parte de las políticas mileístas no encuentran dónde ubicarse.
La irrupción de los audios malditos y la celeridad puesta por la Justicia puede cambiar el curso de los acontecimientos. La noticia está en desarrollo.
23/08/2025 a las 12:04 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El grave daño del caso
Spagnuolo, los costos
autoprovocados en el Congreso y
un pequeño aporte de CFK
Eduardo Aulicino
Infobae
23 de Agosto, 2025
Como si fueran postales de corrupción, el caso Spagnuolo recrea imágenes de alto impacto político y social, desde una máquina de contar billetes en la casa del ex funcionario hasta sobres con miles de dólares en el auto del empresario involucrado. Y por eso mismo, sacude al Gobierno en la línea más sensible de su discurso -es decir, la batalla contra la “casta”-, apuntada a la política como un todo homogéneo cuyo único fin sería el uso del aparato del Estado en beneficio propio. Nadie necesita mayores precisiones para entender de qué se trata: sistemas ilegales de recaudación, coimas a cambio de contratos generosos. Y eso es precisamente lo que ahora investiga la Justicia en base a audios cuya filtración inquietó de entrada y escaló de manera vertiginosa.
El inicio explosivo de la investigación, con medidas ordenadas por el juez Sebastián Casanello y motorizadas por el fiscal Franco Picardi, se produjo en el final de una semana política adversa para el Gobierno. El oficialismo reaccionó frente a las derrotas legislativas cargando contra el kirchnerismo y tratando de descalificar todo como jugadas electorales. Eso último, el clima de campaña, apenas fue esgrimido frente a la repercusión de los audios sobre coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad. Sumó, sí, su aporte Cristina Fernández de Kirchner, con un largo y penoso tuit orientado, como casi siempre, a confrontar con Javier Milei y a tratar de exculparse.
El oficialismo no mostró frente al caso Spagnuolo la velocidad de reacción que suele tener frente a situaciones políticas críticas. Y menos, el despliegue habitual para intentar transformar las respuestas en contraofensiva. Hubo largos silencios y hasta se difundió la expectativa de una renuncia del jefe de la ANDIS, como paso de manual para el descargo. Finalmente, se tomó la decisión de “remover” al funcionario -tal el verbo utilizado en el comunicado para informar el despido forzado- y de intervenir el organismo encargado de discapacidad, área también en el foco por el estado de desatención financiera y la ley impuesta por el Congreso.
Guillermo Francos se encargó como otras veces de expresar una respuesta, esta vez módica. Rechazó que Olivos estuviera al tanto de lo expuesto en los audios, señaló que naturalmente debe avanzar la Justicia y destacó como llamativo que el tema haya estallado ahora, en pleno camino electoral. El jefe de Gabinete fue cuidadoso en las palabras y bastante preciso en el objetivo. Buscó despegar el tema de las versiones sobre batallas intestinas como disparador del tema y, a la vez, sugirió que podría tratarse de una maniobra oscura, nacida en la oposición más dura.
CFK se encargó de exponer la peor y a la vez más funcional movida, en su intento de explotar la situación con denuncia y discurso. El mensaje repitió el tono que la ex presidente supone coloquial y popular, además de ácido. El sobregiro, repetido sobre todo desde la condena en la causa Vialidad, no es la cuestión de fondo. En cambio, resultó llamativa la mezcla para exculparse por sus propios procesos y condenar a Milei: dijo que en este caso, a diferencia de los suyos, el poder no podría ser ajeno.
No es este tipo de actuaciones de la ex presidente lo que inquieta a Olivos. Al contrario. El punto es la señal que envía hacia afuera un episodio que, aún antes de avances significativos en el terreno judicial, provocó la expulsión de un funcionario con recorrido propio en las primeras líneas del oficialismo. Se trata de una prueba política tal vez impensada y que, por el momento y lo que exponen sus pliegues, arranca en un momento de fuerte tensión política.
El oficialismo acaba de vivir una semana legislativa que deja a la vista costos autogenerados antes que un juego opositor de habilidad extrema. Por supuesto, Milei insistió con su discurso sobre una especie de sociedad de la “casta” para debilitar su gestión. Y fue más lejos, como un modo de dar por perdida cualquier partida en ese terreno: dijo que el Congreso está “secuestrado” por el kirchnerismo.
Esta claro que ni el mejor operador político puede lograr lo ocurrido esta semana en Diputados y, más aún, en el Senado. Al revés, pueden advertirse respuestas provocadas por el modo en que Milei entiende el ejercicio del poder. Esta vez, le alcanzó para “blindar” el veto a la ley de recomposición de jubilaciones, en base a un puñado de votos -y alguna ausencia o abstención- logrado después de tratativas con gobernadores de provincias donde hubo acuerdo electoral. Menos y en algunos casos nada acompañaron jefes provinciales que jugaban regularmente como aliados. Expresión de las quejas por “destrato”.
La síntesis de lo que dejó esta semana el Congreso es la siguiente: el referido veto asegurado por el oficialismo en Diputados, un veto rechazado -el de emergencia en el sistema de discapacidad-, y la coronación de tres iniciativas en contra de la voluntad del Gobierno. Esos tres proyectos convertidos en ley -distribución de ATN, financiamiento universitario y Garrahan- serían respondidos con vetos, según adelanta el Gobierno. Y en caso de no pasar la prueba del Congreso, podrían derivar en reclamos judiciales. Si fuera así, quedarían involucrados los tres poderes del Estado.
Pero el punto no es ese únicamente. Parece claro que el rechazo al veto sobre atención al sistema de discapacidad y los niveles de apoyo anotados por la emergencia pediátrica exponen también el desafío que representan temas de impacto social. Eso, potencia los referidos problemas en la relación de Olivos con los gobernadores y hasta con socios políticos, en el marco del cierre de acuerdos y listas, o de disputa, camino a octubre.
Son ilustrativas un par de las muchas votaciones de esta semana que, se ha dicho, registraron para el oficialismo una única celebración, por la caída de la ley para jubilados.
En Diputados, la votación más fuerte en contra de la posición del Gobierno quedó marcada en el tablero con el rechazo al veto sobre discapacidad: fue 172 a 73, con 2 abstenciones. El punteo mostró a la oposición dura en pleno, pero el número necesitó de algunos del PRO, muchos radicales, varios provinciales, peronistas “amigos” y hasta un par de LLA.
En el Senado, la ley con eje en el Garrahan sumó 62 votos a favor y sólo 8 en contra. En este caso, vale señalar el voto en soledad del oficialismo: los 6 de LLA, junto a un ex integrante de ese bloque y un aporte del PRO.
Lo dicho: son resultados que se explican en parte por el impacto del tema y sobre todo por el modo de actuar violeta. Es bastante más complejo que el “riesgo kuka”. El caso Spagnuolo agrega un ingrediente fuera de cálculo.
23/08/2025 a las 12:12 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Ni el Garrahan, ni Discapacidad, ni los jubilados; Milei es el que va a «quebrar al Estado»
Sofía Hart
Prensa Obrera
22/8/025
Javier Milei cerró el Council of the Americas aludiendo a la agenda parlamentaria de la última semana, atravesada por el veto al paquete jubilatorio, la Emergencia en Discapacidad y la Emergencia Pediátrica. El mandatario sostuvo que «el punto de llegada de todas estas iniciativas es quebrar al Estado». Lo dice para encubrir el peso sobre las cuentas públicas que significa el pago de intereses de deuda por la suba de tasas del Tesoro. La quiebra del fisco es por el pago al capital financiero, no por los derechos de los trabajadores.
Según estimaciones privadas, el aumento sideral de tasas en el cual ha incurrido el gobierno para sostener la bicicleta financiera elevaría el costo de financiamiento del Tesoro, hasta febrero 2026, en $2,6 billones (0,27% del PBI). Semejante cifra, destinada a las arcas de un puñado de especuladores, contrasta con las tímidas mejoras que Milei les negó a los jubilados a través del veto, convalidado por el Congreso.
El oficialismo busca mantener el tipo de cambio pisado y preservar el carry trade ofreciendo tasas exorbitantes en las licitaciones del Tesoro, que no despejan las dudas del mercado pero agravan los costos usurarios de la deuda en pesos. Las proyecciones de la consultora Equilibra arrojan que tamaña suba de los intereses sumaría $2,6 billones a los vencimientos pautados hasta febrero del año que viene. El monto incluso podría ser mayor si el gobierno persevera en su política de aumentar los rendimientos de los títulos públicos.
La generosidad de Milei con los acreedores de la deuda contrasta con la postura inflexible que adopta frente a los reclamos populares. Sin ir más lejos, el encarecimiento de los intereses del Tesoro mencionado más arriba equivale a 23,6 millones de bonos jubilatorios de $110 mil que vetó el presidente con la complicidad de la oposición parlamentaria. A su vez, con esa suma se podrían pagar 8,1 millones de jubilaciones mínimas, las cuales llegan apenas a $320.277 en septiembre, por debajo de la línea de indigencia. Además, es 41,7 millones de veces mayor que el aumento de $62.273 en el haber mínimo que contemplaba la ley vetada.
De más está decir que este nivel de tasas agrava la explosividad de la hipoteca del Tesoro, que va gestando en su interior potenciales corridas de grandes proporciones. El esquema ya muestra fisuras, a tal punto que el gobierno tuvo que obligar a los bancos a aumentar los encajes e ingresar en la licitación de emergencia ante el fracaso de la anterior subasta, donde obtuvo un rollover de solo el 61%. Sin dudas, Milei profundizará el ajuste contra el pueblo en la medida que continúen las dificultades a la hora de renovar vencimientos de deuda.
Por otro lado, el alza en las tasas acicatea la recesión económica, encareciendo los préstamos a las empresas y el financiamiento con tarjeta de crédito. En ese sentido, cabe destacar que son los trabajadores quienes pagan las consecuencias de la caída de la actividad y del consumo, por medio de despidos, más endeudamiento familiar y privaciones al momento de hacer las compras.
Es necesario oponerle a este rumbo inviable, y contrario a los intereses de las mayorías, una salida a la crisis comandada por los trabajadores, que parta de la nacionalización bajo control obrero de la banca y el repudio de la deuda fraudulenta para terminar con la usura y la fuga de capitales constante que hunden al país y a quienes viven de su trabajo.