Por Hernán Andrés Kruse.-
El 8 de julio se conmemoró el centésimo cuarto aniversario del nacimiento de un distinguido filósofo, sociólogo y político francés. Edgar Morin nació en París el 8 de julio de 1921 Diversos autores de la Ilustración del siglo XVIII le sirvieron de inspiración en materia filosófica. En 1936, en plena guerra civil española, se unió a una organización libertaria, llamada “Solidaridad Internacional Antifascista”. Dos años más tarde se unió a las filas del Partido Frontista, una pequeña fuerza política de izquierda, antifascista y pacifista. En 1941 decidió formar parte de la Resistencia. Al año siguiente, obtuvo una licenciatura en Historia y Geografía y otra en Derecho. Tiempo después se adhirió al movimiento liderado por Michel Cailliau “Movimiento de resistencia para prisioneros de guerra y deportados”. Más tarde se fusionó con el del futuro presidente galo Francois Mitterrand, dando origen al “Movimiento nacional de prisioneros de guerra y deportados”. Fue protagonista de la liberación de París (agosto de 1944) y se incorporó al ejército francés.
Desde 1941 fue miembro del Partido comunista francés pero en 1949 decidió alejarse. A raíz de un artículo publicado en France Observateur la jefatura del partido decidió expulsarlo en 1952. Recomendado por intelectuales de la talla de Maurice Merleau-Ponty, Vladimir Jankélévitch y Pierre George, fue admitido en el Centro Nacional de Investigación Científica. A comienzos de los sesenta inició trabajos y visitas a Latinoamérica, quedando maravillado por su cultura. Durante el histórico mayo francés de 1968, escribió artículos para Le Monde sobre el sentido y el significado de ese acontecimiento. En 1983 fue condecorado con la Orden de la Legión de Honor y más adelante adquirió conciencia de lo que estaba sucediendo en la URSS bajo el régimen de Gorbachov. En 1994 recibió el Premio Internacional Cataluña por la Generalidad de Cataluña. En julio de 2012, el presidente galo Emmanuel Macron le hizo entrega de la Gran Cruz de la Legión de Honor (fuente: La Enciclopedia Libre).
Buceando en Google me encontré con un ensayo de José Luis Eduardo Uribe Sánchez titulado “El pensamiento complejo de Edgar Morin, una posible solución a nuestro acontecer político, social y económico” (Espacios Públicos, Vol. 12, Número 26, diciembre, 2009, Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, México). Explica de qué manera Morin toca el tema de lo complejo.
“Lamentablemente, no sabemos por donde atacar la problemática que día a día nos acontece y amenaza. Es suficiente una rápida leída a la información diaria que los noticieros muestran para poder observar que la mayoría de los problemas globales, vitales y cotidianos, no sólo se caracterizan por ser de magnitudes excepcionales, fuera de cualquier estándar normativo conocido, sino que también se caracterizan por sus escalas irreductibles. Pero la característica más importante de estos problemas es que muestran las distintas y muy variadas interconexiones entre las dimensiones de lo real, que a su vez se manifiestan en toda su complejidad. En estos problemas podemos observar emergencias de hechos, objetos y procesos que son multidimensionales, multirreferenciales e interactivos –retroactivos y recursivos– y además, con componentes de aleatoriedad, de azar e indeterminación.
Para Edgar Morin: “la moderna patología de las ideas está en el idealismo, donde la idea oculta la realidad en vez de traducirla, así, esa idea es tomada como única realidad. La enfermedad de la doctrina está en el doctrinarismo y en el dogmatismo, que cierran a la teoría sobre ella misma y la petrifican. Y la patología de la racionalidad en la racionalización, pues encierra a lo real en un sistema coherente de ideas parcial y unilateral, no sabe que una parte de la realidad es irracionalizable, no sabe que la racionalidad tiene por misión dialogar con lo irracionalizable”.
Sabemos que muchas de las operaciones utilizadas por nuestra lógica son comúnmente dirigidas por paradigmas; principios supralógicos de organización que se ocultan del pensamiento y en ocasiones de la conciencia, los cuales determinan nuestra visión del mundo y de las cosas muchas veces sin darnos cuenta de ello. Para Morin, “un paradigma es un tipo de relación lógica; inclusión, conjunción, disyunción, exclusión, entre un cierto número de nociones o categorías maestras, el cual privilegia ciertas relaciones lógicas en detrimento de otras, y es por ello que maneja y dirige la lógica y la semántica del discurso”.
Es menester que tomemos conciencia de la naturaleza y de las consecuencias de los paradigmas, ya que muchos de ellos desfiguran la realidad y mutilan el conocimiento. Un cambio fundamental y una revolución paradigmática parecen necesarios para evitar continuar nuestro camino con una visión unidimensional, abstracta. De acuerdo con Morin, “vivimos bajo el imperio de los principios de disyunción, de reducción y abstracción, cuyo conjunto constituye el paradigma de la simplificación”. Es decir, hemos aceptado la propuesta de reducir nuestra experiencia a sectores limitados del saber, y de alguna manera, hemos sucumbido a la tentación del pensamiento reduccionista, olvidamos que cada componente forma parte de un todo más grande, que las relaciones y las interconexiones de esos elementos también son importantes, y que los contextos nos hablan de la existencia de realidades diferentes. “La disyunción basada en separaciones y compartimentaciones, ha favorecido la falta de comunicación entre el conocimiento científico y la reflexión filosófica, pero sobre todo, ha privado a la ciencia de toda posibilidad de conocerse, de reflexionarse, incluso de concebirse científicamente a sí misma” (Morin).
Definitivamente, el principio de disyunción ha asistido a la separación de los tres grandes campos del conocimiento científico: la física, la biología y la ciencia del hombre. En términos del conocimiento, nos hemos aproximado a una lamentable mutación sin precedentes, está cada vez menos hecho para reflexionar sobre él mismo y para ser discutido por el espíritu humano, está cada vez más hecho para ser encajado en la memoria informacional, desde luego manipulado por las potencias anónimas, principalmente por muchos jefes de estado. Esta masiva y sorprendente ignorancia es desatendida por los supuestos sabios hombres de ciencia, mismos que en la práctica difícilmente llegan a dominar las consecuencias de sus descubrimientos, muchas veces ni siquiera intelectualmente el sentido y naturaleza de su investigación. Hemos llegado ahí donde nuestros problemas humanos son susceptibles no solamente del oscurantismo científico, sino también de muchas doctrinas políticas que pretenden dirigir la cientificidad y retardar o impedir los acuerdos, ahí donde son vulnerables a las supuestas ideas clave, que siendo tan pobres pretenden tener la llave que abre todas las puertas. Desafortunadamente, la incapacidad para concebir la complejidad de la realidad antropo-social, en su microdimensión –el ser individual– y en su macrodimensión -el conjunto planetario de la humanidad-, nos ha conducido a infinitas tragedias (Morin).
Recordemos que atender los fenómenos humanos con una visión mutilante y unidimensional se paga muy mal. Vivimos un desmedido progreso donde el crecimiento económico está ligado al crecimiento tecnológico. Los individuos y las organizaciones estamos enajenados por los prodigios de la tecnología moderna y creemos erróneamente que nuestros problemas se pueden solucionar siempre a través de ella. El avance tecnológico no sólo es considerado como la solución perfecta a nuestros problemas, sino también como el factor que determina nuestro sistema de vida, nuestra organización social y por tanto y muy a pesar, nuestro sistema de valores. Hemos creado una cantidad brutal de tecnologías que tristemente requieren el uso intensivo, constante y desmedido de nuestros recursos naturales. De tal manera que el incremento de la producción, del consumo y del desecho de enormes cantidades de productos químicos peligrosos como plásticos, fibras sintéticas, fármacos, suplementos alimentarios, pesticidas, no es más que el resultado del irresponsable crecimiento tecnológico y económico.
Aunado a ello, en una práctica también irresponsable las industrias químicas vierten sus desperdicios y desechos en nuestra tierra sin preocuparse de las terribles consecuencias de contaminación y de degradación ambiental. Otro problema de capital importancia está relacionado con la producción de la energía nuclear y la eliminación de sus desechos. Cada año un reactor puede producir toneladas de desechos radiactivos cuya toxicidad se calcula puede llegar a durar cientos de años. La construcción y mantenimiento de las plantas nucleares requiere cada vez más inversiones de capital, mientras que los accidentes nucleares amenazan la salud de millones de personas, y las sustancias radioactivas envenenan nuestro medio ambiente.
Nuestra obsesión por el crecimiento económico ha creado un ambiente físico y mental en el que nuestra vida dista mucho de estar sana por el sistema de valores en el que se apoya. La industria alimentaria es un ejemplo notable de los peligros para la salud provocados por intereses comerciales. Sabemos que para que la comida sea un verdadero alimento, debe ser natural, a manera de un compuesto orgánico inalterado e integral, completo y no fragmentado, no refinado, no enriquecido artificialmente, cultivado orgánicamente sin residuos químicos ni aditivos tóxicos, libre de venenos –requisitos casi imposibles de cumplir en el mundo de hoy–, y sin embargo, hoy el más grande consumo de alimentos en el mundo devenido de una manipulación comercial irresponsable es el de la comida artificial; rápida e instantánea, carente de todo nutriente natural y saturada de quién sabe qué sustancias raras, cuyos efectos, si bien nos va, conocemos demasiado tarde al sufrir sus consecuencias. No olvidemos que hemos podido comprobar que los efectos del uso excesivo de químicos en la agricultura son desastrosos para la tierra, para todo el ecosistema de nuestro planeta y por ende, para nuestra salud personal”.
LA ORGANIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO
“Nuestros conocimientos trabajan y se logran a través de la selección y la descalificación de datos significativos y de los que no lo son. Es decir, nuestro conocimiento, o separa, distingue, y desarticula, o une, asocia, e identifica, es decir, jerarquiza lo principal y lo secundario, y centraliza en función de un núcleo de nociones maestras. Pareciera que el único objetivo es el de aislar las variables de las interacciones permanentes en un sistema, y nunca el de considerar con precisión las interacciones permanentes del sistema. Paradójicamente, los estudios en la superficie de los fenómenos son ciertamente mucho más complejos de lo que se piensa.
Es cierto, la visión mecanicista cartesiana ha tenido gran influencia en todas nuestras ciencias y sobre todo en nuestra mentalidad occidental. El racionalista Descartes profundizó en las críticas de Galileo y Bacon sobre los métodos y creencias existentes, pero al contrario de este último, que se inclinaba por la práctica de un método inductivo basado en hechos observados, Descartes hizo de las matemáticas el modelo para toda ciencia al aplicar sus métodos deductivos y analíticos a todo campo del saber, compartió la idea de Bacon en cuanto a que la meta de la ciencia es la de dominar y controlar a la naturaleza; sólo el conocimiento científico nos dará la posibilidad de transformarnos en dueños de ella. Descartes decidió reconstruir el conocimiento humano sobre una base absolutamente certera y rechazó cualquier creencia, incluso la de su propio existir hasta que pudiera probarla como verdadera –escepticismo metodológico–, y fundó la prueba lógica de su propia existencia en el acto de dudar de ella con su famosa afirmación; pienso, luego existo.
Su fundamental separación de mente y cuerpo, conocida como dualismo, hizo plantear el problema de la explicación de cómo dos sustancias tan diferentes como cuerpo y mente pueden afectarse la una a la otra, problema que fue imposible resolver y que ha sido desde entonces motivo prioritario de interés en la filosofía. Descartes formuló el paradigma científico por excelencia, el de la simplificación, que regido por los principios de disyunción-reducción-abstracción, hace separar al sujeto pensante de la cosa extensa, y separa así, a la filosofía de la ciencia. Este paradigma permite los enormes progresos del conocimiento científico a través del dominio de la ciencia. Dicha manera de concebir al universo, ha proporcionado la autorización científica para establecer la manipulación de los recursos naturales, misma que se ha vuelto una constante de nuestra cultura occidental.
El método de reducir fenómenos complejos ha quedado tan arraigado en nuestra cultura que común y equívocamente es identificado como el único método científico. Es cierto que tiene mucho éxito, especialmente en el campo de la física y la biología, pero también que ha limitado otros posibles caminos para la investigación científica. “Desafortunadamente, la única manera en que hemos solucionado el problema de la disyunción en las ciencias ha sido a través de otras simplificaciones: la reducción de lo complejo a lo simple; la reducción de lo biológico a lo físico, la reducción de lo humano a lo biológico. Así, la hiperespecialización ha desecho y fragmentado el tejido complejo de las realidades, al mismo tiempo que el ideal del conocimiento científico clásico ha sido descubrir detrás de la aparente complejidad de los fenómenos, un orden perfecto, rector del cosmos, hecho de micro-componentes, átomos, diversamente reunidos en objetos y sistemas. Tal conocimiento sostiene su rigor y su funcionalidad sobre lo medible y lo calculable, pero la matematización y la formalización han desintegrado cada vez más a los seres y a los componentes por considerar solamente como realidades a las fórmulas y a las ecuaciones que dirigen a las entidades cuantificadas. El pensamiento simplificante es incapaz de concebir la conjunción de lo uno y lo múltiple, ya que, o unifica abstractamente anulando la diversidad, o por el contrario, yuxtapone la diversidad sin concebir la unidad” (Mor).
Definitivamente, para Morin estamos ciegos ante el problema de la complejidad, sin embargo, esa ceguera es parte de los efectos de nuestras ideas no evolucionadas, y es sólo a través de un pensamiento complejo que podremos civilizar nuestro conocimiento. Debemos concientizarnos, las hiperespecializaciones nos impiden ver tanto lo global como lo esencial, tratar correctamente los problemas particulares que sólo pueden ser planteados y pensados en relación a un contexto. La causa profunda del error no está en el error de hecho, a manera de una falsa percepción, ni en el error lógico como incoherencia, sino en el modo en que organizamos nuestro saber, es decir, en sistemas de ideas; teorías e ideologías. Esos errores, ignorancias, cegueras, peligros, etc., tienen un carácter común, ya que son el resultado de un modo de organización mutilante del conocimiento que es al mismo tiempo incapaz de reconocer y de aprehender la complejidad de la realidad.
Carlos Maldonado considera que existe en nuestra actual realidad, una clara evidencia de las categorías fundamentales que caracterizan a nuestra humanidad y sobre todo a nuestra racionalidad occidental. Sabemos que la geometría es una de las primeras ciencias que nace en occidente como una ciencia axiomática y con un método deductivo propio. También podemos advertir que nuestro pensamiento occidental es un saber predominantemente del espacio, donde el tiempo permanece como un motivo o circunstancia, casi siempre, extralógica. De ahí que mucha de la ciencia y de la filosofía occidental esté fundada en la geometría, se derive de ella y, por lo tanto, la suponga de forma imprescindible. Así nuestra racionalidad occidental es eminentemente deductiva o hipotético-deductiva. Por tanto, ser occidental significa ser una persona o individuo cargado de pre-juicios, de pre-conceptos.
Para él las ciencias de la complejidad son el nuevo tipo de racionalidad científica que corresponde a nuestra actualidad y a nuestro futuro, y en relación con la ciencia y la filosofía tradicionales se vuelven referentes básicos para la comprensión y explicación del dinamismo existente en nuestro mundo actual. Existen afortunadamente, nos dice Morin, filósofos como Bachelard, quienes sostienen que lo simple no existe, sólo existe lo simplificado, donde la ciencia construye su objeto extrayéndolo de su ambiente complejo para ponerlo en situaciones experimentales no complejas. La ciencia por tanto, se ha fundamentado sobre una simplificación necesaria para extraer las leyes y propiedades de un universo simple. Es cierto, nos ha hecho falta examinar lo complejo como tal, para pasar luego de lo complejo a sus componentes y procesos más elementales”.
RACIONALIDAD, RACIONALIZACIÓN
“Ambos aspectos de naturaleza racional merecen ser tratados a través de una autocrítica compleja de su noción, cuya base indiscutiblemente lógica está sustentada en la coherencia de las cosas y los fenómenos del universo. La racionalidad es el juego, el diálogo incesante entre nuestro espíritu que crea las estructuras lógicas, que las aplica al mundo, y que dialoga con ese mundo de verdad. Aunque nuestra racionalidad no tiene la pretensión de englobar la totalidad de la realidad dentro de un sistema lógico, sin embargo, siempre tiene la voluntad de dialogar con aquello que lo resiste. El universo es más rico que las estructuras de nuestro cerebro, por más desarrolladas que estén. La racionalización por su lado, ha sido y es una palabra empleada apropiadamente para hablar de una patología, especialmente en la psiquiatría. Ella consiste en querer encerrar la realidad dentro de un sistema coherente. Y todo aquello que contradice al sistema es descartado, olvidado, puesto al margen como algo ilusorio (Morin).
Aunque ambos términos tienen la misma fuente, al desarrollarse se vuelven antagonistas. Es muy difícil saber en qué momento pasamos de una a otra situación, pues propiamente no existen fronteras o señales de alarma que nos lo indiquen. De hecho, inconscientemente todos tenemos cierta tendencia a descartar de nuestro espíritu aquello que lo puede contradecir, de esta manera minimizamos y repudiamos los argumentos contrarios, tenemos una atención selectiva hacia lo que favorece nuestras ideas y una inatención también selectiva hacia aquello que la desfavorece. Lamentablemente y muy a menudo, la racionalización se desarrolla cada vez más en el espíritu mismo de quienes se dedican a la ciencia, se cree racional porque construye todo un sistema lógico perfecto, pero se fundamenta en bases parceladas, mutiladas, incluso falsas, consecuentemente se niega a la discusión de argumentos y a la comprobación empírica.
La racionalización constituye una de las fuentes de errores y de ilusiones más poderosas, así, aquella doctrina que obedezca al modelo mecanicista y determinista para estudiar al mundo será completamente racionalizadora y no racional, ya que pretende encerrar la realidad dentro de un sistema coherente, descartando desde luego, todo lo que le contradice. “El racionalismo que ignora a los seres, a la subjetividad, a la afectividad y a la vida, es pura irracionalidad. La racionalidad debe reconocer el lado del afecto, del amor, del sentimiento. Comenzamos a ser verdaderamente racionales cuando reconocemos la racionalización en nuestra racionalidad y cuando reconocemos nuestros propios mitos, entre los cuales se encuentran el mito de nuestra razón todopoderosa, razón providencial, y el mito del progreso garantizado” (Morin).
“La paranoia es una forma clásica de racionalización delirante. En tanto nuestro espíritu agitado así nos lo indica, suponemos cosas que no son ni existen. De hecho no hay fronteras netas entre la paranoia, la racionalización, y la racionalidad. En nombre de la lógica, una visión poco racional acerca de los mitos y las religiones, hemos descuidado la realidad y profundidad de la fuerza religiosa y mitológica en el ser humano. Debemos luchar sin cesar contra el engrandecimiento y la exaltación de lo racional que es, sin embargo, nuestro único instrumento confiable de conocimiento, a condición de no ser solamente crítico, sino también autocrítico” (Cameron). Tenemos entonces, una necesidad de una racionalidad autocrítica, único corrector del delirio lógico. “El hombre tiene dos tipos de delirio. Uno bien visible es el de la incoherencia absoluta, el de las onomatopeyas, de las palabras enunciadas en la eventualidad. El otro, mucho menos visible, el delirio de la coherencia absoluta. El recurso contra este segundo delirio es la racionalidad autocrítica y la utilización de la experiencia” (Cameron).
Tenemos entonces, necesidad de un diálogo permanente con el descubrimiento. La virtud de la ciencia se fundamenta en los nuevos datos que llegan asiduamente y que además, la llevan a modificar sus posiciones e ideas. Ciertamente, nos dice José Rozo Gauta, “nuestra lógica nos es indispensable para verificar y controlar, sin embargo, el pensamiento finalmente opera de la trasgresión a esa lógica. La racionalidad no se reduce a la lógica, sino que esta última se utiliza como un instrumento. Además, toda vez que nos ha resultado fallida la promesa de un progreso infaliblemente predicho por las leyes de la historia o por el desarrollo ineluctable de la ciencia y la razón, es necesario pensar y trabajar en la incertidumbre, porque nadie puede prever lo que pasará mañana o después de mañana. Vivimos una situación donde también debemos tomar conciencia de las necesidades de vinculación y de solidaridad”.
31/08/2025 a las 10:21 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El riesgo de apostar todo a dos números
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
28/8/025
En medio de los temblores políticos y económicos que se viven en la cima del poder, Javier Milei decidió públicamente apostar su destino a solo dos números: el 7 y el 26. Como si fuera un jugador al que le sobra confianza y le faltan fichas.
El riesgo de esa definición es alto. Sobre todo, al haber sumado a la apuesta la primera fecha, la de las elecciones bonaerenses del primer domingo de septiembre. Las más desafiantes e inciertas para el oficialismo, antes del gran partido que configuran las legislativas nacionales del último domingo de octubre.
Lo venía diciendo el Presidente en privado y lo había dicho en público el ministro de Economía, pero ayer Milei lo reafirmó con todo el énfasis que suele ponerle a sus entusiasmos. “El 7 de septiembre vamos a poner fin al kirchnerismo”, sorprendió en el inicio de su mensaje de 56 minutos y antes de afirmar que todas las turbulencias se deben a la incertidumbre que generan las elecciones “por culpa de los kukas y se van a terminar en octubre”, sentenció en el almuerzo del Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp).
El Presidente estableció así que solo un triunfo (inapelable) en octubre, que le ponga “el último clavo al ataúd del kirchnerismo” y “una buena elección en septiembre”, como matizó después, harán que los tropiezos económicos y financieros actuales puedan superarse.
Más que una incitación a apoyar a sus candidatos en las urnas también fue una forma de decir que, a su juicio, las complicaciones no pueden ni deben atribuirse a errores propios o de su equipo tanto en lo económico como en lo financiero. El silogismo también conlleva la arriesgada alternativa de que, de no darse esos triunfos vitales, todo tenderá a empeorar.
El meollo del discurso presidencial, con reiteradas arengas a ir a votar para darle aún más cariz de acto de campaña a su presentación, causó cierta inquietud y perplejidad en empresarios y ejecutivos de empresas presentes. La sorpresa la acentuó que el Presidente incluyera la elección bonaerense como un mojón clave para su gestión y respecto de la cual hay absoluta incertidumbre sobre el resultado, incluso para los optimistas del oficialismo.
Esa sensación apenas si se modificó ante el intento de relativización que hizo más adelante Milei, cuando dijo afirmó que será un buen resultado ganar por un punto o, incluso, perder por poco, ya que, dijo, auguraría un triunfo en las legislativas nacionales. Para subrayarlo, pronosticó: “Lo mejor vendrá en octubre”.
“Nos parece entendible que ponga toda la carga en las elecciones para justificar la incertidumbre actual y seguir pateando la adopción de medidas correctivas. Pero es muy arriesgado que sume la elección bonaerense como un condicionante para salir de esta situación. Si el resultado es peor que el que ellos pronostican, tendremos 50 días demasiado largos hasta las nacionales”, reflexionó el representante de una empresa líder del rubro alimenticio, que padece el freno de la actividad. A su lado asentían ejecutivos de compañías del sector energético y de bebidas alcohólicas.
Los minoritarios aplausos que cosechó el Presidente probablemente deban atribuirse a esa realidad y al tono dominantemente de campaña de su discurso, en el que no hubo más que reiteraciones y tecnicismos sobre la política económica. En ese contexto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos (último ministro en irse del Hotel Alvear), reforzó el papel de primer escudero presidencial, que ha venido ejerciendo a destajo desde que se destapó el escándalo de los audios por supuestos hechos de corrupción, que salpican a Karina Milei y a su íntimo colaborador Eduardo “Lule” Menem.
“Es lógico que Javier hiciera mención a las elecciones bonaerenses. Son muy importantes para nosotros y las encuestas que tenemos nos dicen que estamos muy parejos”, justificó Francos con optimismo.
Esta vez, Francos evitó hablar del caso de los audios, al que Milei sí volvió a descalificar, llamándolo “artilugio de la casta” y “burda mentira” de “una banda de difamadores”, a los que atribuyó el grave y deleznable ataque a pedradas que sufrieron anteayer él y su comitiva durante una recorrida de campaña por Lomas de Zamora, donde gobierna el kirchnerista Federico Otermín, sucesor de Martín “El bandido” Insaurralde.
El escenario electoral que prevé el Gobierno es coincidente con los números que dan los sondeos de uno de los encuestadores a los que Milei más presta atención, aunque este, como la mayoría de sus colegas, tiene un escenario algo menos favorable para el oficialismo. Y advierte sobre varias dificultades para poder hacer un pronóstico certero. Complejidades que se suman a las ya registradas antes y que dejaron consultores magullados.
“Nosotros vamos a medir hasta dos días antes porque ya vimos que buena parte del voto se decide casi camino a las urnas. A eso hay que agregar que nadie mide la elección de concejales y esa es la parte de la boleta que más pesa en estos comicios provinciales separados de los nacionales. Y, encima, estamos ante una tendencia abstencionista que podría profundizarse el 7 de septiembre”, dice el encuestador en cuyos números el Gobierno confía.
EL IMPACTO DE LOS AUDIOS
Por si faltaban incógnitas, se agregó como duda existencial, respecto de su impacto electoral, el escándalo de las escuchas clandestinas, que el propio Presidente ya atribuyó al extitular de la Agencia de Discapacidad (Andis) Diego Spagnuolo.
El hecho, según todos los relevamientos, ha tenido altísimo nivel de penetración en la opinión pública y no ha dejado de crecer. La reacción oficial parece haber sido deficitaria y no habría cambiado ese signo la tardía desmentida de Milei sobre el contenido de los audios, que llegó anteayer. Solo después de que se difundiera que el peritaje del teléfono del ahora enemigo Spagnuolo arrojara que no se encontraron mensajes entre este y los hermanos Milei, ya que habrían sido borrados antes de entregar el dispositivo a la Justicia.
No pareció haber mejorado las percepciones la aparición en los medios del titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, otro de los grandes apuntados por Spagnuolo y sobre quien recrudecen cuestionamientos por las relaciones que él mismo admitió tener con el universo de las droguerías, sin desmentir una amistad con el principal apuntado del lado empresario, el accionista y CEO de la droguería Suizo Argentina, Johnatan Kovalivker.
Además, el diputado incurrió en contradicciones como que en su rol de empresario no ha tenido vínculos con el Estado, cuando está corroborado que empresas que él integró y cuya participación cedió hace poco a sus hermanos son y han sido contratadas por organismos públicos.
La interna libertaria sigue en llamas. Las denuncias que hace dos días hizo la diputada libertaria disidente Marcela Pagano por los audios de Spagnuolo contra funcionarios que están bajo la órbita de Francos y que han tenido paso por los organismos de inteligencia agregó más intrigas y sospechas.
Pagano y su esposo habían sido acusados de estar vinculados con las escuchas, lo que ella desmintió rotundamente. Lo que todavía no contó la diputada es si Johnny Kovalivker alguna vez le hizo alguna mención a algo de lo que luego dijo Spagnuolo. Es lo que se preguntan vecinos del barrio La Isla, de Nordelta, que dicen haberla visto varias veces a ella y su esposo, el abogado Franco Bindi, departiendo amigablemente con el empresario en el club house del condominio que comparten.
Pagano volvió a quedar anteayer en el centro de otro incidente en Diputados cuando su excorreligionaria y ahora enemiga íntima Lilia Lemoine intentó obstruir su indagatoria al jefe de Gabinete. El episodio se agravó luego de que se viralizara un chat dirigido a Martín Menem en el que Lemoine culpaba de lo que sucedía a Santiago Caputo. El (¿ex?) tercer integrante del triángulo de hierro, enfrentado con el sector de Karina Milei, también hoy bajo los focos por los audios y que ayer no fue mencionado por Milei entre los “mejores (funcionarios) de la historia”, a los que incluyó en sus autoelogios.
En el intento por acallar el caso tampoco ayudó que siguiera sin conocerse la voz de Lule Menem y que no se escuchara la de su jefa, la hermana presidencial también apuntada, que ayer, a diferencia de ocasiones anteriores, no acompaño al Presidente al almuerzo con los empresarios. A pesar de que se trataba del debut como presidenta del Cicyp de su amiga personal Bettina Guardia de Bulgheroni, quien ayer recibió a Milei con un corto discurso con medidos elogios a su gestión.
Además, resultó llamativo que la secretaria general de la Presidencia se ausentara para ir a apoyar al candidato libertario de Corrientes, cuya elección se realizará pasado mañana y en la que las encuestas auguran una derrota mileísta. “Salvo que todos los que miden estén equivocados, no parece un acierto quedar pegada a una derrota que pudo haberse evitado si no hubiera provocado a la ruptura con el gobernador [Gustavo Valdés]. Eso sí, por lo menos, no se mostró al lado de Lule”, se lamentaba un referente libertario.
De todas maneras, como dijo el Presidente, las elecciones que cuentan son la bonaerense y la nacional. Y, en ese plano, las primeras encuestas conocidas tras el estallido del caso de los audios, como la de Management & Fit, arrojan que el escándalo no provocaría cambios de votos, pero no logran determinar si influirá en la decisión de ir a votar ni quiénes serían los más desmotivados.
La primera parte de esa ecuación es la que mantiene la ilusión del Gobierno para la elección bonaerense como para la nacional. “Todo indica que el caso Spagnuolo no va a hacer cambiar el voto de nadie”, se consolaba ayer uno de los más estrechos colaboradores de Milei. En cambio, más dubitativo se mostró cuándo se le preguntó si podría inducir a no votar a electores blandos oficialistas.
La mayoría de los encuestadores coinciden en que los incentivos para ir y, sobre todo para votar a los candidatos libertarios, tras las escuchas, son más bajos para sectores que padecen en su vida cotidiana los efectos del ajuste y que habían votado a Milei para Presidente atraídos por el discurso anticasta. Para ese sector, la prédica anticasta implicaba terminar con los negocios en beneficio propio a través del Estado.
Muchos de ellos son, según trabajos cualitativos, los que aún no quieren castigar al Gobierno y consideran que no hay ninguna oferta alternativa que los convoque. Nadie logra descifrar qué magnitud tendrá ese sentimiento de insatisfacción que se acerca, pero no llega a ser de decepción, entre votantes mileístas.
Tampoco nadie logra desentrañar cuánto afectará al tradicional votante peronista la disputa interna, no saldada y a la que los distintos actores en pugna le suman capítulos.
El caso menos comprensible lo cometió, según muchos dirigentes, Máximo Kirchner, cuando para atacar a Axel Kicillof lo acusó de perjudicar con una distribución arbitraria de recursos al distrito que gobierna la camporista Mayra Mendoza. Con el agravante de que la imputación pareció una admisión de que el municipio no estaría tan bien como publicita el cristiocamporismo.
Minuto a minuto | Así fue la caravana en Lomas de Zamora donde atacaron a Milei
“Estos pibes solo están pensando en 2027 y en limar a Axel para que no pueda ser candidato cantado a presidente y, sobre todo, no pueda designar un sucesor. Por eso, salvo en sus distritos no están jugando para ganar la elección provincial”, dice un importante consejero de la Gobernación, que confía en que los intendentes peronistas harán valer su peso, su interés, su estructura y su espíritu para movilizar votantes.
El oficialismo libertario, en tanto, espera (y ruega) que la fratricida disputa perokirchnerista nivele la cancha del abstencionismo y eso lo beneficie. Es lógico.
La doble apuesta electoral de Milei le dio un carácter demasiado determinante a estos comicios para el destino de su gobierno. Una muy riesgosa apuesta a todo o nada. Se percibió ayer entre los empresarios.
31/08/2025 a las 10:25 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El Broccolazo
Luis Bruschtein
Página/12
30 de agosto de 2025
Esa camioneta en veloz retirada parecía un helicóptero. Desde lo cuantitativo, el episodio en Lomas de Zamora no fue importante, pero funcionó como termómetro del tumbo en el clima político. Esa retirada poco elegante anunció que se acabó la impunidad. Por lo menos en política. El gobierno enmudeció porque el eje cambió y no lo esperaba. Se habían preparado para hablar de inseguridad durante la campaña bonaerense y le cayó encima la corrupción y la crisis, para las que no tiene respuesta.
Los medios oficialistas trataron de camuflar el resbalón libertario porque han respaldado este fracaso. Dijeron que había sido un “ataque a pedradas”, un “intento de magnicidio” o que “militantes atacaron a Milei” y lo primero que atinó Javier Milei a decir fue que no tuvo miedo. Obvio, nunca estuvo en peligro. Pero el miedo es importante sólo para él. Para la mayoría enojada, lo que importa es la corrupción y que el salario no llega a fin de mes.
Había muy pocos libertarios en la plaza de Lomas esperando al Presidente. Eran más los que se habían convocado para criticarlo, pero tampoco fue una gran multitud, mezcla de militantes, familiares de discapacitados y vecinos. De hecho, el primer incidente fue con un parroquiano sentado en un café, que les gritó “corruptos” al comenzar la caravana presidencial.
Desde el grupito que encabezaba Milei, José Luis Espert y Karina Milei en la caja de la camioneta, le llovieron insultos al hombre, incluso a su madre. Desde el comienzo, la reacción del grupito presidencial fue destemplada. Pocos autos en la caravana y pocos simpatizantes en la plaza. Milei estaba furioso porque lo llevaban a hablar ante un puñado de personas. En ese momento ya estaban decidiendo suspender el acto.
Lo levantaron porque no había gente para escucharlos y no por los disturbios. Hubiera sido fácil poner vallas alrededor de la plaza y un cerco policial si querían hacer el acto. No era una muchedumbre, y no hubiera sido difícil separar opositores y oficialistas.
En el momento en que las imágenes muestran que vuelan proyectiles, la gente se había amontonado alrededor de la camioneta donde iba Milei. Hubo alguna piedra pero si hubiera sido grave, habría cabezas rotas y sangrantes en las fotos de los medios. Al ampliar esas imágenes, lo que se veía eran dos ramilletes de bróccolis que habrá lanzado algun vecino enfurecido al salir de la verdulería. Y hay que estar con mucha bronca, porque el bróccoli no está barato.
La gente puteaba y desde la camioneta les gritaban “Negros de mierda” lo que enardecía a los manifestantes. Un hombre mayor, corpulento, se tiró sobre el capó de la camioneta que, por supuesto, no se iba a detener. Podría haber caído debajo de las ruedas del vehículo. Estuvo más en riesgo ese hombre que el Presidente.
Cuando salieron del grupo que los rodeaba, aceleraron y se alejaron unas cuadras, adonde esperaban las 4×4 negras blindadas que usa Milei. Los que iban en la caja de la camioneta de la caravana se bajaron y Milei y Karina subieron a los vehículos blindados. Cuando Espert quiso subir con ellos, la custodia se lo impidió y Milei ni se inmutó.
El principal candidato libertario en el principal distrito del país no tenía transporte. Alguien le ofreció una moto. Pero fue evidente que no estaba preparado, porque nadie ofreció un casco. La imagen fue Espert sin casco en el asiento trasero de una moto. Y lo que proyecta esa imagen es la bronca presidencial contra su candidato. Después Milei sacó un comunicado en el que decía que estaba con Espert en Olivos.
Conclusión: no hubo ataque a pedradas por parte de militantes “K” o intento de magnicidio. Lo que hubo fue un acto de campaña que fracasó por la poca asistencia. Por esa razón, la camioneta con Milei y sus cortesanos, alejándose a toda velocidad, tuvo el deja vu del helicóptero que se usó en otras épocas para rajarse de la ira popular.
En realidad fueron tres actos de campaña fallidos. El de Junin, con una manifestación opositora en las calles más grande que la de adentro del teatro. El de Lomas, que no se pudo hacer. Y el de Corrientes, donde Karina Milei y Martín Menem fueron insultados por la gente. Uno de los móviles que trasladaba a los dirigentes aceleró para escapar de la multitud y por poco no atropelló a un camarógrafo, que reaccionó con una patada en el guardabarros del vehículo. El operador oficialista, Pepona Gutierrez, se trenzó entonces con los demás periodistas. Menem y Karina no pudieron finalizar la caravana.
Es difícil saber cómo se trasladará este clima a las elecciones. Algunas encuestas ya presentan al gobierno como perdedor en casi todas las provincias, incluso en las que jugaba con ventaja, como Córdoba. Otros arriesgan que el malestar se verificará en el alto ausentismo.
Al mismo tiempo, nadie desmintió las coimas. Las denuncias se multiplicaron sobre otros ministerios, como el de Defensa, y en el PAMI.
El escándalo de corrupción está en conocimiento de más del 90 por ciento de los argentinos. Un altísimo nivel de conocimiento. Nadie discute que hay corrupción en el gobierno, la discusión es sobre quién difundió los audios que provocaron el terremoto.
Las hipótesis son muchas, lo cual demuestra que lo hizo alguien con un aparato eficiente. La versión más inocente culpó al kirchnerismo, por el espía Juan José Vila, que en realidad es un hombre más vinculado al Coti Nosiglia. Vila trabaja ahora en las oficinas del jefe de Gabinete, Guillermo Francos. En ese tema, el kirchnerismo es una blanca paloma comparado con sus adversarios, quienes se cansaron de hacerle operetas con espías y servicios de inteligencia.
En la lista que barajan en el gobierno sobre posibles responsables de la difusión hay varios heridos por las internas libertarias, como Santiago Caputo, la diputada libertaria de oposición Marcela Pagano, el asesor presidencial Fernando Cerimedo, reclamado por la justicia brasileña. Otros apuntan a la cámara que agrupa a los laboratorios, para romper el negocio de Suiza Argentina. Otros aseguran que el Círculo Rojo está preocupado después de casi dos años de sufrir la caída en picada de la economía.
Pero cuando se difundieron las denuncias por las coimas en Discapacidad, empresarios como Marcos Galperin, Eduardo Eurnekian y los Bulgheroni, más Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio defendieron al gobierno. Tras el desastre de Lomas de Zamora, Milei habló en la Cámara de Comercio y la Producción, donde los empresarios también expresaron su respaldo. El fracaso del gobierno será también el enorme fracaso de este sector importante de empresarios colgados de la falda de Milei.
No es para despreciar que la difusión de los audios de Spagnuolo se produjo luego que los libertarios humillaran de la peor manera a Mauricio Macri, alguien que tiene aparato, carácter y antecedentes en esta materia. Milei, y sobre todo Karina, destruyeron el PRO, incluso en CABA, su bastión, con lo que expulsaron a Macri de la política.
31/08/2025 a las 10:29 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La peor amenaza al programa económico libertario
Martín Rodríguez Yebra
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
30/8/025
El menemismo del siglo XXI comparte con el original la vocación de estabilizar la economía, el credo anti Estado y un liderazgo vanidoso, con tendencia a la frivolidad farandulera. Javier Milei le añadió como sello personal un férreo imperativo moral que actúa como paliativo del dolor que su programa de ajuste está destinado a infligir. Ofrece ser como Menem, pero sin la corrupción.
Los audios de Diego Spagnuolo, en los que se habla con desparpajo de un sistema de coimas en el área de Discapacidad, perforaron el escudo ético detrás del cual se guarecía Milei mientras señalaba miserias ajenas. La difusión de ese enchastre hundió al Presidente en la perplejidad y desnudó carencias básicas del equipo que debe protegerlo, entrenado para aplaudir al líder, pero sin cohesión ni pericia para navegar la adversidad.
Es una crisis que no solo afecta el prestigio de Milei sino que proyecta una amenaza existencial sobre la estrategia económica que trazó el gobierno libertario.
Desde abril en adelante, cuando se levantó el cepo cambiario para individuos, el Presidente y su ministro de Economía, Luis Caputo, advirtieron de manera más o menos explícita que tenían la determinación de hacer lo que fuera necesario para llegar a las elecciones con la inflación a la baja y el dólar tan quieto como pudieran.
Los crecientes desequilibrios y una serie de intervenciones en el mercado reñidas con el liberalismo que pregonan serían apenas transgresiones pasajeras. Un triunfo electoral abrumador (“la libertad arrasa”) ordenaría la política, calmaría las tensiones financieras y allanaría el camino de las reformas estructurales que el Gobierno pactó con los acreedores internacionales. El riesgo país bajaría, volvería el financiamiento barato y llegarían las inversiones internacionales. Los últimos pasos de Moisés en el desierto.
El sendero empezó a torcerse antes de que conociéramos la voz y el desparpajo de Spagnuolo. Los intentos de contener el dólar derivaron en una suba astronómica de las tasas de interés capaz de enfriar seriamente la actividad. Hay una guerra declarada a los bancos, a los que les han subido a niveles pocas veces vistos la cantidad de dinero que deben dejar inmovilizado. Se los obliga a tomar deuda en nombre de la libertad. El riesgo país vuelve a los niveles previos al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los activos argentinos sufren. Pese al torniquete monetario, la presión sobre el mercado de cambios no cede.
Caputo insistió en que todas estas anomalías serán transitorias porque “las elecciones serán muy favorables para LLA”. Escribió esta semana: “El alto riesgo político que hoy asigna el mercado (dados los últimos intentos de romper con el equilibrio fiscal por parte del Congreso), y que evidentemente lo tomó por sorpresa, va a colapsar pronto”.
Todo se debe, en palabras del oficialismo, al “riesgo kuka”: el miedo de los actores económicos a que el kirchnerismo gane las elecciones. Milei lo repitió casi textual en su discurso del jueves ante los empresarios del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp).
«RIESGO KUKA
Esa narrativa fue concebida en días de optimismo ilimitado, a tono con la costumbre mileísta de dar la vuelta olímpica a mitad de partido. Pero hoy enfrenta dos problemas que asoman cada vez con más evidencia. El primero de ellos es que el mercado expresa temor o cautela extrema ante medidas que difícilmente puedan atribuirse a Cristina Kirchner o a ninguno de sus acólitos.
En los últimos meses, Milei prometió acumular reservas una vez que firmó con el FMI. Llegó a decir que en mayo iba a tener 50.000 millones de dólares en el Banco Central; desde entonces no logra superar los 42.000 millones. Cambió de idea al poco tiempo: anunció que el dólar se iba a acomodar en el límite inferior de las bandas de flotación, cerca de los 1000 pesos, y solo ahí autorizaría a comprar divisas. Jamás ocurrió. Para evitar que toque el techo ha convalidado tasas anuales 40 puntos más altas que la inflación proyectada. ¿Con qué especie del mundo animal vincularía el Presidente a alguien que hubiera errado por tanto en sus previsiones?
Tampoco se ve la mano del kirchnerismo detrás de la decisión de Caputo y su equipo de transmitir las medidas de alto impacto económico en el canal de streaming de un señor conocido como Gordo Dan, al que rodean un grupo de fanáticos oficialistas que en lugar de preguntas técnicas aportan aplausos y bromas adolescentes.
En los bancos relatan un rosario de llamadas destempladas desde el Palacio de Hacienda para que “colaboren” en las licitaciones de deuda de corto plazo, vitales para que los sobrantes de liquidez no corran hacia el dólar. La mitología del mundo financiero atribuye a Milei la concepción ideológica de las medidas con las que se persigue la estabilidad en este período preelectoral, desde la decisión de desarmar el esquema de las LEFI. Hablan de ataques de furia y amenazas con hacerlos perder fortunas. “Nosotros hoy estamos sufriendo el riesgo Javo”, se queja el ejecutivo de una entidad financiera líder.
Otro foco de inestabilidad creciente ha sido la rebelión en el Congreso, donde como nunca la oposición ha votado leyes que afectan fondos públicos y entorpecen el programa económico.
Milei culpó al kirchnerismo por esas derrotas que rompieron la relativa comodidad con la que los libertarios administraron su minoría parlamentaria durante el primer año de mandato. “El motivo por el cual nos aprobaban las cosas es porque creían que iban a salir mal; es decir, lo habilitaron porque estaban convencidos que íbamos a terminar de incendiar las ideas para que ellos pudieran perpetuarse en el poder; lo que pasa es que las ideas empezaron a funcionar muy bien”, explicó en un discurso reciente. Es decir, no hubo un deterioro en la gestión política, sino un deliberado intento de desestabilización.
Los datos disputan ese argumento. Los bloques kirchneristas votaron en contra del Gobierno siempre, desde diciembre de 2023 hasta hoy. Pero en el primer año, la Casa Rosada ganó el 83% de las votaciones de leyes, mientras que en el segundo perdió el 94%. Los que se bajaron del barco fueron los gobernadores, desafiados en sus distritos por la estrategia electoral de Karina Milei y los primos Menem.
¿Y SI SALE MAL?
En el sector privado resuena una pregunta incómoda, que conecta con el segundo problema del diseño político-económico del Gobierno: si la normalización depende de un triunfo categórico de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones, ¿qué pasaría si a Milei le va peor de lo esperado?
El escándalo de Spagnuolo subraya esa incógnita fundamental de estas horas. Al menos los comicios bonaerenses de la semana próxima transcurrirán en un clima de zozobra social ante las sospechas de que el “gobierno anticasta” se habría plegado a la fiesta impúdica de los privilegiados que hacen negocios a costa del Estado.
A Milei se lo vio estos días como un hombre a la intemperie. El primer acto reflejo de su entorno fue culpar al kirchnerismo por la difusión de los audios. Como si Spagnuolo no hubiera sido un amigo personal del Presidente, que lo invitaba a escuchar ópera y a comer empanadas al auditorio de la quinta presidencial. Como si los fieles de Karina Milei no confesaran en conversaciones privadas sus sospechas hacia el asesor Santiago Caputo, jefe sin cargo de los servicios de inteligencia, por la operación clandestina contra el desprevenido exdirector de la Agencia de Discapacidad.
En el desconcierto, el Gobierno apeló a la fe de los propios antes que a la razón. Pasó una semana sin explicar por qué fue expulsado Spagnuolo hasta que Milei, en medio de la caravana que terminó apedreada en el centro de Lomas de Zamora, dijo que su antiguo amigo había mentido y que lo iba a denunciar. Dio por válidos los audios, pero no su contenido. Hasta entonces sus funcionarios habían evitado atacar al expulsado, al que consideran una bomba andante. Aquella tarde, antes de que estallara la violencia callejera, el Presidente se mostró irritado. “¡Corruptos son los tuyos!”, le gritó a un peatón que lo había increpado a la distancia cuando lo vio pasar arriba de una camioneta.
Karina Milei, aludida por Spagnuolo en los audios, mantiene los votos de silencio. Eduardo “Lule” Menem, su mano derecha, estrenó su cuenta de X para declamar su inocencia. Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, dio dos entrevistas en las que usó un recurso curioso. Anunció que ponía “las manos en el fuego” por la hermana del Presidente y por su primo Lule, un lugar común que puede funcionar si quien se ofrece a las llamas es alguien ajeno a toda sospecha y no uno de los principales señalados en la polémica en cuestión.
El nerviosismo se filtró en el acto fallido de Milei cuando dijo sobre los kirchneristas: “Les estamos afanando los choreos”. Al armador karinista Sebastián Pareja se le escapó como un insulto la palabra “discapacitados” para referirse a los kirchneristas que agredieron a la caravana presidencial en Lomas de Zamora. Aunque en ese caso tal vez sea una postura arraigada en el lenguaje libertario: el propio ministro Caputo dijo días atrás, entre risas, que las personas con discapacidad “son 1.250.000 sin contar a los kukas”.
Las encuestas registran una afectación de la imagen de Milei que se inició antes del caso de los audios. Pero el daño en la carrocería oficialista no maquilla la indigencia política de sus adversarios, atrapados en un círculo vicioso de fragmentación y rencores irresueltos.
Con la votación encima, la Casa Rosada no imagina un giro estratégico: la campaña seguirá orbitando sobre el éxito de la política antiinflacionaria y la demonización del kirchnerismo.
Las elecciones bonaerenses de septiembre son una parada complicada. Un territorio hostil donde el Gobierno empieza a resignarse a pelear un empate digno. “Será nuestro piso”, repite Milei con el paraguas bien abierto.
El reto se ubica en octubre, en las legislativas nacionales. Ganar, en ese caso, no implica solo salir primero: ese día Milei compite contra sí mismo.
Él diseñó un programa económico que requiere una señal contundente de respaldo social. Importa y mucho el porcentaje nacional: ¿es posible alcanzar el 45% con el que los ministros soñaban en público semanas atrás? ¿Y el 40%, que marca el hipotético umbral mínimo de una reelección en primera vuelta? La respuesta queda a dos meses de distancia, bajo la sombra inquietante del caso Spagnuolo y de las tormentas financieras.
El mayor riesgo consiste en que lo que viene después de octubre se parezca demasiado al presente. Un gobierno que seguirá en minoría parlamentaria y que tendrá enfrente a un grupo de gobernadores reacios a convalidar sus reformas. Una economía bajo amenaza de recesión como consecuencia del plan electoral. Una sociedad inclinada, otra vez, a la desconfianza y al cinismo.
31/08/2025 a las 12:29 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
A todo populista le llega su karma
Héctor M. Guyot
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
30/8/025
En una columna de junio de 2022, más de un año antes de que Javier Milei ganara las elecciones, escribí que el libertario encarnaba un populismo de derecha. Repasé correspondencias entre su personalidad y la de Cristina Kirchner, una serie de similitudes que los espejaban a pesar de defender posturas ideológicas opuestas.
Como Cristina, decía, Milei cree en sus ideas con un fervor religioso. No concibe otro punto de vista ni tiene nada que aprender, por eso recibe las críticas como una afrenta personal.
Lo domina la emoción ciega, que solo conoce certezas, y no la razón, capaz de dudar. Sin la duda, queda cerrada la posibilidad de diálogo, y sin diálogo no hay democracia, solo la verdad única de un ser iluminado y de los fanáticos que lo siguen. Por más justificadas que estuvieran sus críticas al kirchnerismo, su prédica de austeridad fiscal y sus diatribas contra los privilegios de los políticos, escribí entonces que Milei era parte del problema y no de la solución. Pero el líder libertario supo canalizar la frustración y la bronca ciudadana, y llegó a presidente. Claro, del otro lado estaban Sergio Massa y la vieja casta que nos había llevado a un estado terminal de degradación política y a ese cruel dilema electoral. Todo dicho.
Todavía espero que mis intuiciones, basadas más en aspectos psicológicos que en el análisis político, se revelen equivocadas. Hasta aquí las veo confirmadas. Porque Milei, una vez en el gobierno, alimentó su poder con el combustible tóxico al que apela sin remedio todo populista: la exacerbación del resentimiento y el odio en la sociedad para establecer una división inconciliable. La polarización que resulta de semejante pulsión destructiva se vuelve más temprano que tarde sobre quien la despliega, y el destructor termina cosechando lo que ha sembrado. Estamos en este punto.
Milei dijo que el audiogate es un artilugio de la casta. Como pista, aporta poco. En este país, la casta está en todos lados.
Las presuntas fortalezas del Gobierno, cifradas en especial en la vehemencia de Milei para demonizar todo aquello que no considera “puro”, en verdad y desde el principio no fueron otra cosa que debilidades. Lo que da votos no ayuda a gobernar. Su megalomanía, su dogmatismo, sus insultos, su intolerancia al disenso, sus ínfulas de superioridad intelectual y la necesidad de que todos se sometan a su visión lo han aislado y, peor, pusieron en su contra a aquellos que compartían su objetivo de sanear la economía y lo podrían haber ayudado. En lugar de abrirse a esa ayuda, le sumó polarización a la polarización heredada y degradó aún más el teatro de la política.
Hoy el Congreso es una Babel desquiciada y lo mismo el ágora de las redes sociales. Para los libertarios, el kirchnerismo es el demonio, responsable de todos los males que sufre el Gobierno, incluidos los autoinfligidos. Para el kirchnerismo, los libertarios son la crueldad personificada, dispuestos a destruir todo lo bueno, incluido lo que ellos destruyeron antes. El espiral de la polarización tomó una velocidad tal que la política se ha vuelto una riña de impúberes, incluso dentro de cada uno de los polos en disputa, con fuegos cruzados y tenidas verbales que han alcanzado un grado de banalidad pocas veces visto. Y la violencia empieza a ganar la calle, como vimos esta semana en Lomas de Zamora y en Corrientes.
Milei se descarga con los “kukas”, pero la vieja costumbre argenta de buscar las culpas afuera será de poca ayuda. Así como el afán hegemónico y el rechazo al acuerdo le costaron al Gobierno derrotas legislativas que complican su plan económico, el frente que ahora abrió el escándalo del audiogate también es responsabilidad propia. ¿Se puede combatir a la casta con adalides de la casta?
Podríamos haber imaginado esta deriva, dada la idealización libertaria del gobierno de Carlos Menem, un político que terminó sus días parapetado detrás de los fueros para esquivar a la Justicia y alzando la mano como un kirchnerista más. Milei no solo reivindica aquel gobierno sin beneficio de inventario, sino que adoptó a muchos peronistas dudosos que integraron la gestión del riojano. Y, más aun, llevó a la cúpula del poder libertario a parte de su parentela, entre ellos Lule Menem, mano derecha de la hermanísima Karina Milei y uno de los aludidos, junto a su jefa, en los audios en que el exdirector de la agencia de discapacidad describe un supuesto esquema de coimas en la compra de medicamentos.
Milei dijo que el affaire es un artilugio de la casta. Quizá tenga razón, pero como pista aporta poco. En este país, como se dijo, la casta está en todos lados. Dijo también que llevaría a su examigo Spagnuolo a la Justicia, aunque los audios del locuaz exfuncionario suenan menos a calumnia que a pedido de auxilio ante una caja que se le estaba yendo de las manos. Lo que importa es establecer si es cierto lo que hasta aquí parece verosímil: a muchos políticos y funcionarios les cuesta menos cambiar de máscara –de partido, de ideología- que de hábitos.
La política, con sus intrigas de poder, sus egos inflados y sus oscuros manejos, le sigue dando la espalda al ciudadano común, que se viene bancando el ajuste con enorme sacrificio en la idea de que no se puede vivir en medio del despilfarro, el afano y la inflación. Ese ciudadano, que sigue a la espera de un país que se encamine hacia algún tipo de normalidad, no merece que el esfuerzo invertido hasta aquí quede en nada.