Por Luis Alejandro Rizzi.-
Una administración de un país puede no tener déficit ni deuda y ser un mal gobierno y otro con déficit y deuda puede ser un buen gobierno.
El equilibro fiscal y el endeudamiento no califican por sí mismos, sino por su causa y el uso respectivamente.
La Unión Europea admite como razonable un déficit del 3%, ahora el 4/5% por el mayor gasto en defensa, un máximo de inflación del 3% anual y un endeudamiento de hasta el 60% del PBI.
Cumplir con esas normas no califica; se pueden lograr para mal y se podrían superar para bien. En ese sentido, Bruselas ha tenido sentido común y tolerancia.
Los gobiernos que recibieron créditos, no me gusta la palabra ayuda, suena a donación, los usaron para inversión -pública y privada-, sanidad, educación y defensa. No los usaron con sentido financiero, para mantener tipos de cambio, financiar subsidios u otro tipo de gastos corrientes.
Tener equilibrio fiscal con un país en recesión y graves problemas de ingresos, sin inversión en capital y desfinanciando los sistemas de educación y salud, podrá ganar una, dos o tres elecciones, pero luego padecerá la furia del converso.
Este gobierno está pagando sus deudas, cambiando de acreedor; al FMI le pagó en definitiva con los fondos del swap de 20 mil millones de dólares y ya usó dos mil millones, para pagar gastos corrientes.
Poco se sabe de las reformas que promueve, pero en lo laboral, sólo apunta a detalles que no lastimen a los intereses creados, cuando lo que tendría que hacer es legislar para el futuro según las nuevas tendencias, que parecerían ir en otra dirección que la del empleo tradicional. Legislando para el futuro, no lesiona algo tan caro para la sociedad que son “los derechos adquiridos”.
No creo que haya juez que, en la duda, acepte desconocerlos, porque los “derechos adquiridos” ya son un bien cultural.
Por otra parte, el nuevo Código Civil y Comercial inició en 2015 una profunda reforma laboral. Vamos para empezar por los artículos 1251, locación de obras y servicios, el 1275 contrato de transporte, que exige derogar normas hoy obsoletas, como las que regulan el servicio de taxis.
El artículo 1345, que regla el contrato de corretaje. Todos esos contratos han sido extruidos del derecho laboral, cuyo ámbito de aplicación ya comenzó a reducirse.
Lo mismo ocurre con la legislación fiscal. Deberá instaurarse un nuevo régimen junto a un presupuesto plurianual, en el que la baja del gasto se relacione con la disminución progresiva de la presión fiscal.
En la vida no existe el shock. La vida es un proceso gradual de crecimiento, lo que depende de uno es la calidad de vida que deseamos según la dote de bienes primarios naturales que nos da Dios o la naturaleza.
James Bond o “Misión imposible” son ficciones; la vida diaria es realidad.
Éste es un pésimo gobierno, porque se cree providencial e ignora, por su estúpida ingenuidad, que en verdad lo guían las fuerzas del infierno, que lo llevan al fatal agujero negro, esos monstruos cósmicos, donde será deglutido por la fuerza de la nada.
Lo grave es la claque de obsecuentes, que en definitiva sólo pretende salvar sus quintitas o seguir con escribiendo en “cuadernos…”
25/11/2025 a las 8:38 AM
Excelente análisis:
«Éste es un pésimo gobierno, porque se cree providencial e ignora, por su estúpida ingenuidad, que en verdad…» tiene muchos corruptos adentro, aunque nos quieran hacer creer que son infiltrados; por no haber echado a lo kukas en su momento.