Por Carlos Tórtora.-

Mañana puede marcar un renacimiento de la oposición si José Mayans consigue que el Senado sancione sin modificaciones el proyecto de ley para regular los DNU, cuyo artículo tercero fue modificado por Diputados. En una operación de Santiago Caputo con algunos gobernadores y Elisa Carrió, el gobierno consiguió que Diputados no aprobara que las dos cámaras contaran con 90 días para aprobar los DNU y de lo contrario éstos perderían vigencia. Ahora Mayans impulsa que el Senado ratifique el texto original, con lo cual el gobierno se vería obligado a negociar con la oposición el contenido de cada DNU ante el riesgo de que se caigan.

No se trata de un tema menor, ya que lo que está en juego es la gobernabilidad. Hace dos semanas, los libertarios hicieron correr la versión de que el peronismo había aceptado la aprobación del texto modificado en Diputados pero parece que Mayans dio vuelta las cosas.

En cuanto a la posibilidad de veto, el jefe de la bancada radical, Eduardo Vischi, viene sosteniendo que la reforma sobre los DNU, al tratarse de una reglamentación de las facultades del Congreso, no podría ser vetada por el Ejecutivo. El tema es polémico y, si la ley se sanciona y Milei la veta, podría llegarse a una definición vía la Corte Suprema de Justicia.

De cualquier modo, ésta es prácticamente la última oportunidad opositora de complicarle seriamente la gobernabilidad a Milei. Después del 10 de diciembre, todo se le haría más difícil al peronismo en el Congreso.

Importancia trascendental

La importancia de la cuestión es entonces estratégica, porque marcaría hasta qué punto es seria la voluntad del gobierno para recortarle espacios de poder a Milei, algo que se empezó a poner en duda desde el 26-O.

Mayans y los senadores que lo siguen consideran urgente dar un golpe político que levante la puntería del peronismo ahora que, a raíz del show de corrupción difundido en la causa de los Cuadernos, habría un alto impacto negativo sobre todo en los sectores medios.

En cuanto al gobierno, una ley que limite el dictado de los DNU cortaría el efecto triunfalista generado por el 26-0.

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